El gigante regresó . Lo vi llegar sin el saco negro , con la daga oxidada al cinto y la escudilla de miel entre las manos .
Era imprevisible . Nunca supe a qué atenerme cuando se hallaba cerca ...
Observó las granadas y preguntó :
- ¿ Has contado los granos ?
Permanecí en silencio , perplejo , tratando de resolver el porqué de la absurda cuestión .
- No - repliqué , sin saber cuáles eran sus intenciones -, nunca lo hago . Me limito a comerlos ...
El sol se había despedido , pero llegué a captar una mueca de arrogancia en su rostro . Seguía siendo el de siempre ...
- ¿ Por qué tendría que contarlos ? - insistí , curioso .
- ¿ No has aprendido que el Santo , bendito sea , habla con señales ?
Se cubrió con el talith de cabello humano y se introdujo en el arroyo . Allí , con las manos en alto , inició la tercera y obligada recitación de las Semoneh esreh , las diecinueve plegarias . Era el final del día para él . Después , supuse , tomaría la miel y se retiraría a la cueva .
Era el momento para proporcionarle los << nemos >> . Disponía del tiempo justo para vaciar la ampollita de barro en el cuenco de madera .
Y así lo hice .
El anunciador seguía en mitad de la corriente , clamando en la penumbra como un fantasma , con la vista fija en los cielos . Estoy seguro de que no reparó en la maniobra .
¿ Señales ? ¿ Qué quiso decir ? ¿ Hablaba Dios a través de los granos de una granada ?
Definitivamente , Yehohanan no estaba en sus cabales ...
Y , como un perfecto estúpido , examiné el fruto de una de las granadas .
¿ Cómo podía ser ? ¿ Dios se comunica mediante señales ? No entendí , pero quedé intrigado . Quizá los contase ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Era imprevisible . Nunca supe a qué atenerme cuando se hallaba cerca ...
Observó las granadas y preguntó :
- ¿ Has contado los granos ?
Permanecí en silencio , perplejo , tratando de resolver el porqué de la absurda cuestión .
- No - repliqué , sin saber cuáles eran sus intenciones -, nunca lo hago . Me limito a comerlos ...
El sol se había despedido , pero llegué a captar una mueca de arrogancia en su rostro . Seguía siendo el de siempre ...
- ¿ Por qué tendría que contarlos ? - insistí , curioso .
- ¿ No has aprendido que el Santo , bendito sea , habla con señales ?
Se cubrió con el talith de cabello humano y se introdujo en el arroyo . Allí , con las manos en alto , inició la tercera y obligada recitación de las Semoneh esreh , las diecinueve plegarias . Era el final del día para él . Después , supuse , tomaría la miel y se retiraría a la cueva .
Era el momento para proporcionarle los << nemos >> . Disponía del tiempo justo para vaciar la ampollita de barro en el cuenco de madera .
Y así lo hice .
El anunciador seguía en mitad de la corriente , clamando en la penumbra como un fantasma , con la vista fija en los cielos . Estoy seguro de que no reparó en la maniobra .
¿ Señales ? ¿ Qué quiso decir ? ¿ Hablaba Dios a través de los granos de una granada ?
Definitivamente , Yehohanan no estaba en sus cabales ...
Y , como un perfecto estúpido , examiné el fruto de una de las granadas .
¿ Cómo podía ser ? ¿ Dios se comunica mediante señales ? No entendí , pero quedé intrigado . Quizá los contase ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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