jueves, 31 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario de Mayor - Tomo 4 -- El Diario ( 43 )

Por lo que pude apreciar , aquella no era la primera vez que María asistía a una partirienta . Como primera  medida tomó la cabeza de la joven entre sus manos  y , con una ternura que apunto estuvo de hacerme olvidar las normas , fue susurrándole  palabras de aliento , después , en cuanto las mujeres  hicieron acto de presencia en la carreta , la besó en la frente , animándola a que empujara con fuerza . Y sin mirarme siquiera , asistida  por una de las nómadas , se precipitó sobre el niño . Con una precisión impecable  depositó  un lienzo humedecido sobre sus manos , ayudando así a la expulsión de la cabeza y protegiendo al bebé de las inevitables secreciones anales . Al arreciar los gritos  , la nómada que se había situado a la cabecera  de la muchacha  introdujo un pequeño palo entre los dientes de ésta  , sujetándola  por las muñecas , a fin de ayudarla en la expulsión .
Con la mano envuelta sobre el área del recto , la improvisada y audaz partera fue ejerciendo una presión posterior y hacia arriba , logrando así una más rápida  y eficaz liberación de la cabeza , María , plena de fuerza y de amor , animaba constantemente a la mujer , orientándola en sus respiraciones y esfuerzos . Jamás olvidaré  aquella estampa de la Señora  , bañada en sudor y en sangre  , con toda su humanidad volcada en el nacimiento del pequeño nómada .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
PD . Lo siento pero os tengo que dejar . Hasta mañana si Dios quiere . me reclama la familia .

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 42 )

Supongo que no quise verlo  . Pase por alto  el prominente  estado del vientre  , centrándome en el pulso . Era vertiginoso . Pálida y desencajada  , la Señora  , a un costado de la muchacha  , me siguió con la vista , dejándome hacer . En una precipitada  valoración inicial descubrí que , a pesar de las magulladuras  y pequeños ematomas  - consecuencia de la caída y posible pateo del dromedario -, la vía aérea no se hallaba comprometida . La palpación tempoco reveló roturas aparentes  , excepción hecha  de lo que intuí como una fractura transversal en la falangina  del segundo dedo del pie derecho . El traumatismo había provocado el desprendimiento de la uña de dicho dedo . Ojalá  todo el problema  se hubiera limitado  a esta lesión ....
Una vez repuesta de la sorpresa , María , al percatarse de mi aparente indecisión, confusa i presionada por las circunstancias , alzó la voz , exigiéndome que actuara  . No pude replicar . Un alarido desgarrador  , seguido de otros dos cortos  pero intensos gemidos de la joven , me paralizaron . Y la Señora , con sus bellos ojos cargados  de incredulidad , se alzó , al tiempo que gritaba enfurecida :
- ¿ Es que estás ciego ?
Mi respuesta a su humana y justificada indignación fue un sudor frío , perlando mis sienes . No , no estaba ciego . Y permanecí de rodillas , mudo , a los pies de la mujer que , desde hacía algunos minutos , había empezado a parir un hijo ...
- ¡ Jasón !....
No recuerdo bien la dura amonestación de María . Mis ojos se hallaban fijos en la cabeza de aquel bebé , que había emprendido el lento pero inexorable proceso de liberación.
¡ Maldito código ! Caballo de Troya prohibía terminante y rotundamente nuestra participación en el nacimiento de un ser humano . Y quien esto escribe , sin poder evitarlo , se veía enfrentado al parto de una joven n´mada . Un alumbramiento acelerado - casi con seguridad - por el accidente del dromedario .
La Señora , nunca lo supe con certeza , debió interpretar mi silencio y paralización como el resultado de un terror  insuperable . Y con una entereza admirable se hizo cargo de la situación , ordenando a las mujeres que la proveyeran de todo lo necesario : água caliente en abundancia , lienzos limpios , sal , una provisión de aceite , esencias , esponjas , natrón , etc.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 41 )

La Señora , auxiliada por dos nómads de rostros igualmente cubiertos  , desnudó a la muchacha  , cumpliendo mis preceptos  . Y yo , sin saber muy bien qué hacer , ni por dónde empezar , aproveché la espera  para revisar la << framcia  de campaña >> que guardaba en el liviano petate de viaje  y cambiar algunas palabras con Murashu . El Zebedeo , testigo de la conversación , se mostró complaciodo al averiguar que los ancestros del jeque  eran precisamente judíos  . Aquellos orientales , al contrario de lo que sucede con los hombres del siglo XX , disfrutaban de una memoria  prodigiosa . Podían recitar , paso a paso , la totalidad de sus árboles genealógicos  . Así supimos  de que los primeros Murashu fueron deportadosa Mesopotamia después de la toma  de Jerusalén por Nabucodonosor  ( año 587 antes de Cristo ) . La familia prosperó , alcanzando  su máximo auge en los reinados de Artajerjes I  y Darío II .Y aunque el asentamiento clave fue siempre la ciudad de Nippur , algunas ramas familiares  terminaron por mezclarse con los autóctonos de la región , buscando nuevos horizontes  . Este Murashu , y sus nómadas , antepasados de los actuales beduinos , residían habitualmente al norte de la península arábiga  ( hoy reino de Arabia Saudita ) , en un territorio perdido en el desierto del Gran Nefrud , tras los montes de Agia y Selma  . Desde allí desplegaban sus actividades , comerciando hacia el este , norte y oeste , por las rutas de Susa , Jarán , Damasco , y Egipto . Pero el apacible coloquio se vería bruscamente interrumpido por un grito de la Señora .
No lo duidé . Abandonando el manto y la << varade Moisés >> en manos de Juan me introduje bajo la lona  de la carreta  , dispuesto a todo . Pero la escena  que se abrió ante mis ojos  daría al traste  con mi celo y buena fe  . Y la disciplina y ética de la Operación se instalaron en mi cerebro y voluntad , cortándome el paso . A partir de esos momentos  , una violenta lucha interior se adueñaría  de mi ser , destrozándome .
María , arremangada y de rodillas , con los lienzos empleados en la limpieza entre las manos  parecía una estatua  . Las otras dos mujeres  , en cuclillas y a la cabecera de la joven , seguían empapando los paños en una jofaina  de barro . La respiración de la enferma , apenas perceptible en mi primer encuentro , se había vuelto agitada .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 40 )

Lo sabía , pero me excusé . Y siguiendo los pasos  del jeque salté al interior del carromato .
¿ Oh , Dios ! ¿ Qué era aquello ? En un asfixiante habitáculo de tres por dos metros  , sobre un cargamento de balas de lana  , yacía  una mujer con el rostro cubierto por un velo negro . Sus gemidos  eran ahogados  poe los rezos  de una anciana que , en cuclillas  y a los pies de la joven doliente  , simultaneaba el canturreo de los salmos penitenciales con el lanzamiento sobre el cuerpo de la nómada de una sustancia ocre  que , en un primer momento , no supe identificar . Bajo el amplio ropaje  distinguí un vientre anormalment e hinchado . Pero el olor putrefacto que llenaba el carruaje me distrajo . ¿ ¿ A que obedecía  aquel infecto ambiente ? Al arrodillarme junto a la mujer e intentar explorar su pulso lo comprendí . La húmeda  y pegajosa sustancia que casi enterraba a la enferma  quedó adherida a mis manos  . Instintivamente  aproxímé las yemas de los dedos  a mi nariz , buscando la identificación del elemento arrojado por la anciana  . Mi estomago se rebeló . De acuerdo con las ancestrales y supersticiosas costumbres  de aquellos pueblos  , al considerar la enfermedad como la venganza  de un dios o demonio maléfico , todo cuanto desagradar a la víctima  propiciaba  el mismo efecto en la divinidad instalada en el cuerpo . Pues bien , con el fin de obligar al espiritu causante del problema  al desalojo del enfermo , la vieja en cuestión había rociado a la mujer con excrementos de animales .
Mi rabia y repugnancia  fueron tales que , sin proceder siquiera a una primera y superficial inspección , abandoné el fétido carromato , tratando de poner en orden mis ideas ... y mi estómago.
La Señora , alarmada , me salió al paso , interrogándome . Y otro tanto ocurrió con Murashu y los discípulos . Recompuesto el ánimo , ante la atónita mirada del jefe de la tribu , le ordené que , para empezar , procediera al inmediato traslado de la joven a un carruaje  sin carga . Acto seguido , con idéntico y enérgico tono , solicité de María  que se ocupara de la limpieza de la mujer.
Al punto , una segunda carreta enraba en acción . Y a pesar del riesgo que podía suponer el traslado de un accidentado de estas características con posible politraumatismo , ninutos después descansaba en la espaciosa plataforma de un carro de cuatro ruedas.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 39 )

Al hablar de un ataque de << locura >> , el jeque no había exagerado . Al igual que el ser humano , el camello y el dromedario padecen también de podraga o gota  , que afecta a las extremidades , provocando en los cuadrúpedos un dolor intensísimo . Cuando esto sucede , el animal << enloquece >> , mostrándose irascible y peligroso en extremo . Esto , ni más ni menos  , era ocurrido en el seno de la caravana  . Quizá , si el incidentelo hubiera protagonizado un macho. Murashu ordenado su inmediato sacrificio . Al tratarse de una hembra  , el comportamiento de los nómadas era radicalmente  distinto  . La leche de la dromedaria  , de alto contenido proteico y un excelente porcentaje salino , constituía un alimentom y una bebida básicos  en la dieta de aquellas gentes . Y con buen criterio , procuraban aliviar la << locura >> del rumiante  , proporcionándole  abundante líquido y las negras semillas contenidas en las cápsulas esféricas. Estos granos aceitosos  no eran otra cosa que el ovario madurado de la adormidera , una planta sobradamente  conocida en las regiones meopotámicas  , que contiene hasta veinticinco alcaloides  opiáceos  . Como analgésicoy calmante  del dolor resultaba de gran utilidad en estas circunstancias  . A este << tratamiento >> , los nómadas , antiguos conocedores de las propiedades  medicinales de las plantas ( los asirios  , por citar un ejemplo , disponian de más de doscientas cincuenta especies en su << farmacopea >>) , añadían las raíces secundarias del << harpagofito >> , especialmente indicado para el dolor en las articulaciones .
Nuestro anfitrión y mis acompañantes comenzaron a impacientarse . No terminaban de entender mi interes por la dromedaria . A decir verdad , aunque me hubieran interrogado , tampoco había sido fácil satisfacer su curiosidad . Encorvado sobre las inflamadas extremidades del animal , mi examen no encerraba otro ogjetivo que el de intentar averiguar el grado de contaminación  por heces . Si el rumiante había pateado a la mujer convenía  cercionarse del estado de las pezuñas  . << Aun así - cavilé -, sise registra la aparición de un  tétano , ¿ Qué hacer ? >>
Fue María  la que tomó la iniciativa  . Y situandose a mi espalda  , posó su mano  sobre mi hombro , reprendiéndome  con dulzura  y calificando mi acción de << imperdenable despiste >> .
- Jasón - me advirtió sonriente  -, te equivocas . No es el dromedario el que precisa de tu ciencia .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 38 )

Y el destino implacable , se arrojó sobre mí , acorralándome  . Juan alzó su mano izquierda y , sonriente , reclamó mi presencia . El Zebedeo , tal y como sospechaba , me presentó ante el jeque  - un tal Murashu - como un << sabio rofé  , capaz de grandes prodigios >> . Aturdido , con la boca seca por el miedo  , traté de negar y de restar mérito a los encendidos elogios  del discípulo . Pero ninguno de los presentes  me tomó en consideración . Murashu , respetuoso , inclinó la cabeza , suplicándome  que aliviara la carga de sus muchos pecados . Al parecer , una de sus mujeres había sufrido una caída . El dromedario en el que viajaba  , prese de un ataque de << locura >> , la había derribado y pisoteado a escasa distancia del cruce  en el que nos encontrábamos  . En buena lógica  , deduje , el percance debía ser lo suficientemente  grave como para haber inmovilizado la caravana . Y mis temores arreciaron .
Para los asirios -babilónicos , las enfermedades , accidentes y demás calamidades tenían su origen en la ira de los dioses . Cualquier contratiempo o desgracia eran asociados de inmediato a los pecados , incluso hipotéticos , de la víctima o de su parentela . De ahí las lamentaciones del afligido Murashu .
Traté de serenarme  . Resultaba estéril invocar al << sanador >> de Caná , el más cercano y al que había  hecho alusión la vecina de Lavi. La distancia  que nos separaba  de la aldea de Bartolomé era superior a los doce kilómetros  . No tenía alternativa ...
Y el dueño y señor de la tribu nos condujo hasta una de las carretas  cubiertas : una especie de carpentum de dos ruedas . A pocos metros del carruaje  , un par de servidores de la caravana  ( los llamados  << escoltas >> , responsables de los dromedarios ) atendían a un inquieto animal . El rumiante se hallaba arrodillado e inmovilizado merced a una cuerda  que , descendiendo de la cabeza , había sido anudada a la rodilla izquierda . Murashu, al pasar ante el blanco y nervioso ejemplar , lo maldijo . Se trataba  , efectivamente  de la dromedaria  causante del percance  . Uno de los nómadas , provisto de un odre , se esforzaba en abrevarla  . El otro , a su lado , con un haz de plantas entre las manos , iba suministrandole pequeñas raíces y unas cápsulas esféricas  que arrancaba  de los tallos .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 37 )

La galilea , sentada a la turca , parecía ajena al vocerío , más preocupada  , en apariencia  , de espantar las moscas que se disputaban el género que de colaborar con los exaltados viajeros . En un par de ocasiones se dignó levantar la cabeza  y , con dificultad y lentitud , articuló alguanas palabras , al tiempo que señalaba  hacia el oeste . Francamente , no alcancé  a comprenderla . Al observar su pésima pronunciación empecé a intuir la razón de semejante galimatías . La infeliz padecía  una << disartria >> : una imperfección en la articulación de las palabras , como consecuencia de alguna lesión en los músculos de la fonación . Ello le impedía manifestar las ideas con claridad , provocando , en suma  , la exasperación y el confusionismo de sus interlocutores . Éstos , al captar la nebulosa  indicación  , se volvieron hacia un individuo que presenciaba  la escena en silencio . Vestía  también de blanco , aunque su porte  , la franja  de borlas  que remataba la inmaculada túnica  y el arco que sostenía  en la mano derecha  me hicieron sospechar  que podía tratarse del jeque  o jefe de la familia de nómadas . El fenotipo era claramente mesopotámico  : nariz aguileña  , frente estrecha  , bóveda craneal aplastada y oblicua , ojos negros  , occipucio plano y una barba larga y cuadrada .
El cambio de impresiones fue breve . El que parecía  gobernar la carabana  dirigió la mirada hacia poniente , escrutando el camino . Acarició la pequeña cabeza de pato de marfil que adornaba uno de los extremos  del arco y , con una sombra de tristeza en el rostro , se dirigió a sus hombres  , ordenando el avance del convoy . En esos instantes  , María  , siempre dispuesta  , se destacó de entre los caravaneros  , ofreciendo su ayuda al jeque  . Éste perplejo , la inspeccionó de arriba a abajo , sin comprender muy bien sus intenciones ni de dónde demonios había surgido aquella galilea  . Todo quedó aclarado cuando Natanael y el Zebedeo , alarmados por nuestra tardanza , deshicieron lo andado , incorporándose al grupo . Yo , prudentemente , me mantuve  a una cierta distancia  , medio camuflado entre los nómadas . Al poco de iniciar la conversación con la Señora y los discípulos  , el jeque , persuadido de la buena fe de la hebrea y de sus acompañantes , modificó su orden anterior : la caravana seguiría inmóvil . Y quien esto escribe presintió lo peor . De vez encuando , las miradas de mis amigos y los inquisidores ojos del mesopotámico me buscaban entre los blancos ropajes de los caravaneros  . No había duda . Hablaban de mí . Y una creciene inquietud fue ahogando mi corazón . estaba atrapado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 -- El Diario ( 36 )

Después de extraer la amarga pulpa  y las semillas , esta especie - única en su género  - era muy estimada  como recipiente  , bien para uso doméstico o en los viajes  , a manera de nuestras modernas << camtimploras >> .
Al principio , más pendiente de María  que de la zarabanda  protagonizada por los viajeros  , no comprendí muy bién los motivos de la trifulca  . Algunos de los nómadas parecían interrogar a la vendedora . Lo hacían en un arameo fluido . Más correcto que el occidental o galalaico que manejaban los galileos . La palabra repetida una y otra vez por aquellos hombres , visiblemente nerviosos  , era << médico >> . En efecto , trataban de localizarun << sanador >> . Algo anormal acontecía  en la caravana . Y el instinto me puso en guardia . La Señora y los discípulos  sabían de mi condición de galeno . Pero , salvo en casos de nula o muy corta trascendencia , Caballo de Troya prohibía a sus exploradores cualquier tipo de intervención , suministro de medicamentos e , incluso , consejos u orientaciónes médicas que pudieran modificar el ritmo natural de las personas o de los grupos . Necesitamos  un tiempo para admitir nuestro error : aunque en ciertos momentos pudo beneficiarnos , nunca debí reconocer entre aquellas gentes mi especialidad como rofé o médico . Y ahora , en mitad de los nómadas , estaba a punto de experimentar las desagradables consecuencias de tan crasa equivocación ...
El caso es que , intuyendo el posible conflicto , retrocedí unos pasos  , distanciándome  de los caravaneros . ¿ Qué podía hacer ? ¿ Escapaba  y me ocultaba en el laberinto de carros ? Si el problema  , como digo , era grave , yo debería permanecer al margen . Más ¿ cómo hacerlo ? Hoy , al rememorar el crítico lance , me arrepiento de no haber obedecido ese impulso inicial . Pero , sofocando la sutil advertencia  , desistí . Quizá exageraba . Mi repentina desaparición - pensé - hubiera resultado de muy difícil justificación . Por otra parte , carecía de elementos de juicio como para analizar el asunto con un mínimo de objetividad . Así que , avanzando de nuevo hacia el grupo , dejé correr los acontecimientos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 35 )

En varios de los carros descubiertos  , sentados o de pie soble la carga , mujeres y niños  dirigían su mirada hacia la cabeza de la caravana  , discutiendo entre sí . A diferencia de las que acababa  de dejar atrás  , éstas sí oculaban el rostro con largos y negros velos . ¿ A que podía obedecer semejante discriminación ? En la vanguardia del convoy me aguardaba la respuesta a tan intrascendente pensamiento , aunque , desde luego , no en la forma en que yo hubiera imaginado y deseado ...
La innata y , supongo , inevitable curiosidad femenina vino a precipitar los acontecimientos  . El << oso >> de Caná suspiró aliviado al dar alcance a la cabeza de la caravana . Retiró el ropón de su cabeza y se dispuso a cruzar frente a un corro de nómadas que se apelotonaba a la derecha del camino  . El Zebedeo  , que seguía muy de cerca a Natanael , hizo ademán de asomarse al vociferante grupo . Pero , al detectar las prisas de su compañero  , renunció a tan comprensible gesto . La Señora , en cambio  , si cayó  en la pueril tentación . Y embozasa aún en su manto marrón claro la vi deslizarse entre los caravaneros , intrigada por el alboroto . En un primer momento , ni Juan ni Bartolomé se percataron de la maniobra de María  . Y quien esto escribe se acercó ygualmente  a los diez o doce individuos que formaban la acalorada discusión . La Señora , siempre intrépida , era una permanente caja de sorpresas .
Absorto en la contemplación de la carabana no había caído en la cuenta de que nos hallábamos a escasa distancia  del picacho sobre el que se asentaba la aldea de Lavi. Los nómadas en cuestión parlamentaban justamente en la confluencia  de la vía principal con el estrecho y pedregoso senderillo que descendía del villorrio . Como era habitual en las rutas importantes , los habitantes de  los poblados próximos aprovechaban estos cruces de caminos  para salir al pso de los viajeros  y ofrecerles losm productos  y << especialidades >> del lugar . En esta ocasión , una veciva de Lavi había sentado sus reales  en una redonda y pequeña  era , practicada al pie mismo de la bifurcación . Allí en compañía  de dos niños de corta edad , sobre una humilde esterilla  de hoja de palmera , presentaba  una batería de cuencos  de barro cocido , colmados de lentejas  recién recolectadas , harina de cebada , ajos y cebollas ( crudos y cocidos ) y una ristra de calabazas vinateras , con la típica forma de botella .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 34 )

Como tendría ocasión de verificar escasos minutos después  , nos hallábamos  , en efecto , en mitad de una tribu nómada  , oriunda , en parte , de la región septentrional  de lo que en la actualidad conocemos como península arábiga  . La numerosa reata de bestias  , los grandes pendientes , los anillos  de nariz  , los pesados brazaletes y los collares  - todo en plata . denunciaban una aceptable posición económica .
Uno de los capítulos que reclamó mi atención en este inicial y apresurado cotacto con la caravana  fue la presencia de cinco corpulentos  perros pastores  , de gran parecido a los << dogos de Burdeos >> . De cabezas largas , hocicos caídos , unos cincuenta kilos de peso y alrededor de  ochenta centímetros de altura  constituían  una inmejorable  defensa para el grupo en general y para el ganado en particular . Los había amarillos  y mosqueados .Prudentemente , mientras la carabana  permaneció inmovilizada , uno de los pastores  los retuvo amarrados  . Aun así , al llegar a la altura de la jauría  , varios de los perros  , alertados por la presencia de aquellos cuatro extraños , se incorporaron al punto , ladrando furiosamente  y amenazadoramente . María , asustada , se hizo a un lado , buscando la protección del Zebedeo . El nómada que sujetaba  las cuerdas con ambas manos  sonrió burlón , al tiempo que la emprendía a puntapiés con los más ariscos . Procuré distanciarme  . Aquellas << fieras >> , en una clasificación sobre << 10 >> , ostentaban una puntuación de << 9 >> en lo que a defensa territorial y agresión se refiere .
La médula del convoy la formaban unos quince carros . La mayoría de dos ruedas y arrastrados  por bueyes . Otros , más pesados y provistos de cuatro ruedas en forma de discos de madera de una sola pieza , eran tirados por parejas de bos bubalus , los poderosos búfalos utilizados en las llanuras de los rios Tigris y Éufrates desde la remota dinastía de Akad . Tanto las carretas cubiertas  como las descubiertas  aparecían repletas de cestas de mimbre , tinajas y ánforas de diversos calibres y oscuras y apretadas balas . Los carruajes de cuatro ruedas , con una barandilla que rodeaba la plataforma , eran muy similares a los plaustras maiora , unos carromatos que los romanos habían ido introduciendo con sus legiones y comercio . Supuse , acertadamente , que se trataba de la mercadería principal . Estas caravanas , sobre todo las que partían del norte y del este , traficaban fundamentalmente con sedas , especias , alfombras , piedras preciosas , frutos , maderas nobles e , incluso , animales exóticos .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

martes, 29 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 33 )

La mayoría de los dromedarios  transportaban abultads banastas , que colgaban de sus costados . El agua , elemento precioso , casi sagrado , era conducida a lomos  de una decena  de pequeños burros de negro y nutrido pelaje . Los odres , sujetos por varas de madera , se hallaban al cuidado de las mujeres .
Sobre la jiba de auellos dromedarios , conocidos entre los mesopotámicos  con la perífrasis de << asnos del mar >> , se había habilitado igualmente una serie de baldaquines o rústicos  pabellones en los que viajaban mujeres y niños . En otros rumiantes , perfectamente  enrolladas , se adivinaban las tiendas y el austero ajuar doméstico de los casi doscientos  miembros que conformaban la caravana .
Cada vez con más prisas  , los discípulos y la SEñora prosiguieron el zigzagueante  caminar entre los carros  y animales , deseando la paz a derecha e izquierda  . Fueron pocos losm hombres y mujeres que respondieron  a los saludos  .Deduje que , seguramente  no comprendían el arameo galalaico . A juzgar por su indumentaria cabía la posibilidad de que procedieran de Mesopotamia  . Los hombres lucían túnicas de lino y lana , prácticamente hasta los pies , y mantos de deslumbrante blancura  que , en ocasiones  , arrollaban sobre los melenudos cráneos a manera de turbantes. El vaporoso y desahogado atuendo , muy adecuado para el desierto , era redondeado por una ancha faja  o ceñidor  , que ayudaba  a portar un arma . En este caso , unas dagas cortas y curvas ,  con vainas de madera o tela  y empuñaduras de fino tallado.
El calzado , a excepción de algunas sandalias que me recordaron los borceguíes de Beocia , era extremadamente simple . Consistía en una gruera basa de cuero de vaca  o piel de camello o dromedario a la que había sido anclada una cuerda que , pasando entre el pulgar y el dedo índice , se anudaba alrededor del tobillo .
El ropaje de las mujeres , similar a la de los varones , se diferenciaba  por el luminoso colorido . Si los hombres , como venía diciendo , vestían de un blanco uniforme , aquéllas gustaban de motivos florales y complejos bordados en rojo , azul , rosa , y negro . El rostro , descubierto , de tez curtida , lucía enigmático tatuajes  azulones sobre el mentón y la frente .
 Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 32 )

Lo que no supieron decirme  fue el motivo de dicha paralización . El paraje no parecia el idóneo para abrevar a las bestias . Tampoco la hora , rozando las diez de la mañana  , resultaba lógica para plantar el obligado campamento nocturno . Salvo contadas excepciones  , caravanas y caminantes evitaban desplazarse durante la noche .
El hecho de tener que abrirse paso entre aquellas gentes  desconocidas no complació a mis amigos  . Y con el gesto grave  , casi malhumorado  , reanudaron el avance  , discutiendo a la alternativa de rodearles . Finalmente desistieron , A buen seguro  , los felah que segaban en las proximidades  no habrían aprobado la desconsiderada  opción de pisotear los trigales . Lástima .... de haber esquivado la caravana  , todos nos hubiéramos  ahorrado algunos sinsabores .
El Comboy llevaba nuestra dirección . Y a punto de dar alcance  a los espectaculares dromedarios que cerraban la abigarrada y extensa comotiva  , la Señora  y los discípulos  , en un gesto casi mecánico , echaron mano de sus respectivos mantos  , cubriéndose  las cabezas  y rostros . Al principio lo interpreté como un medio para pasar inadvertidos . Pero , conforme empezamos a sortear a los animales  , comprendí la razón del súbito embozo  . Aquella variedad blanca de dromedarios  , los asnos  y los parsimoniosos búfalos de cuernos en forma de media luna viajaban << escoltados >> por sendas y zumbadoras nubes de moscas  , tan molestas como peligrosas . A pesar de la protección de la << piel de serpiente >> me apresuré a imitarles  . La picadura de uno de estos tabánidos , en especial del Loa loa , podía acarrear enfermedades  - caso de la filariasis - Que debíamos evitar a toda costa .
Aunque había tenido la oportunidad de contemplar otras caravanas en los alrededores de Jerusalén y en el camino de Betania , ésta era la primera vez que me aventuraba  en el mismísimo corazón de uno de estos singulares grupos .
Quedé aturdido . El tufo acre de las bestias ; el rebuzno de los asnos  ; la negra y pertinaz  geometría  de los dípteros  , inutil y pacientemente  acosados por las colas  de los cuadrúpedos  ; el balido de los rebaños  de cabras de grandes y caídas orejas ; el vocerío de los caravaneros  y las órdenes de los << escoltas >> - hombres y jovencitos -, manteniendo en línea al medio cenenar de dromedarios , dibijaban un cuadro variopinto , fascinante y , para un lego como yo , aparentemente caótico.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 31 )

Y de vez en vez  experimentábamos  una especie de bloqueo mental al que acompañaban unas no menos injustificadas reacciones de repulsa hacia cuanto nos rodeaba . Nada  grave , supongo , pero lo suficientemente sintomáticocomo para alertarnos de que << algo >> no marchaba bien .. Como médico estoy convencido  de que tales alteraciones , aunque pasajeras , guardaban una íntima  relación con el irreversible proceso degenerativo de las redes neuronales . Un mal que le ha costado la vida a mi entrañable hermano y que , a no tardar , rematará la mía . El cerebro humano se halla capacitado para aclimatarse a las más adversas condiciones  , tanto físicas como psíquicas . Sin embargo  , un << salto >> de esta naturaleza  , a otro marco temporal , viene a quebrar la propia química cerebral . Curtiss y los especialistas de Caballo de Troya fueron puntualmente advertidos  . Dios quiera que nuestra experiencia  ponga freno a otros proyectos similares  . La ciencia está obligada a recapacitar ya prever estas delicadas situaciones  . Fuimos los primeros  , sí , y aunque la Providencia  nos asistió en todo momento , el precio a pagar ha sido el más alto .
Cerrado el paréntesis , como decía el Maestro , << quien tenga oídos , que oiga >>.
El encuentro con aquella caravana  resultaría aciago . A partir de esos momentos , hasta la consumación del tercer << salto >> en el tiempo , una cadena de inesperados  sucesos iría cercándome  , hasta hundirme en una dolorosa marginación . ¡ Cuán extraño es el destino ! Yo , Jasón , el << audaz y valiente griego >>  que supo estar al lado de Jesús  en las más duras pruebas  , terminaría repudiado por la mayoría de los discípulos .
La Operación había contemplado esta posibilidad . Sin embargo , las normas y directrices - siempre teóricas - no sirvieron de gran cosa . Veamos por qué .
Quizá llevásemos una media hora de camino , desde el ingreso en la arteria principal . La cuestión es que , al salir de uno de los recodos  y a una distancia de medio kilómetro  , distnguimos una apretada  concentración de hombres y animales . El grupo , inmovil , ocupaba la totalidad de la senda  , obstaculizando el paso . Bartolomé y el Zebedeo se detuvieron . Y el primero , tras una rápida inspección , acertó en el veredicto  . Nos hallábamos ante una caravana  . Una de las muchas que atravesaban a diario la Galilea .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 30 )

Según mis informaciones , durante algún tiempo , Él también lo fue  . No podía perder de vista que ésta era su gente , su tierra y el mundo que le rodeó durante años . Una cumplida documentación en torno a las costumbres , modo de pensar y problemas de los galileos debería esclarecernos el porqué de muchas de las actitudes y actuaciones  de Jesús. Ni los hombres , ni las ideas y mucho menos el ritmo social de aquel tiempo y de aquel país guardan relación con la cultura y entramados vital de los cristianos del siglo XX . Esta circunstancia  es olvidada  con frecuencia  por los que practican  el Cristianismo . Y ahora que estoy en ello , me permitiré un parentesis en la narración . Decía que aquel caminar por la fértil y hermosa baja Galiles me llenó de fuerza  : Dios sabe  sabe que en nuestro << viaje >> no abundaron los momentos de paz . Era natural que , a la menor oportunidad , nos aferrásemos  a ellos . El hipotético lector de este diario no debe olvidar que , tanto mi hermano como yo , también éramos  seres humanos . Cierto que estábamos en condiciones de << manipular >> el tiempo y ello , en teoría , nos colocaba  en un plano de superioridad . Sin embargo , la verdad desnuda fue otra . A pesar del implacable entrenamiento , de los medios técnicos  y científicos  a nuestro alcance  y las ventajas , de toda índole , que conlleva una diferencia  histórica  de casi veinte siglos  , estos exploradores  se sintieron << perdidos >> en infinidad de ocasiones . Quien alcance  a leer esas experiencias debe comprendernos  y comprender nuestras debilidades . Sufrimos lo indecible  . Caímos en el error y , lo más lamentable  , no conseguimos acoplarnos  por entero a la cotidiana realidad de aquel << otro ahora >> . Fueron muchas las jornadas en las que , a causa de tan prolongada << estancia >> en un marco histórico extraño , padecimos un trastorno no catalogado aún por la medicina  y que podríamos  definir como << resaca psíquica >> . Explicarlo no es fácil . Aunque el organismo terminó por adaptarse a las necesidades y exigencias del nuevo << medio >> , no ocurrió lo mismo con nuestras mentes . Freud se hubiera sentido feliz  estudiando esta disociación entre el consciente y el subconsciente . Mientras el primero reaccionaba  con normalidad , el segundo, quizá más sabio , se resistía a sobrevivir en un hábitad a todas luces antinatural.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 29 )

Algunas partidas de campesinos  , con mejores recursos  , disponían de asnos  y carretas con las que aliviar el traslado de las mieses . Cuando la era consistía en un desnudo lecho de tierra arcillosa , la superficie en cuestión aparecía cercada en todo su perímetro por decenas de piedras de regular tamaño . Las mujeres , entonces , esparcían las haces  , procediendo a la labor de trilla . Para ello , estas esforzadas galileas golpeaban la cebada con palos y mazas , tronchando los tallos  . Otras , más afortunadas - siempre las menos - , se servían de los burros . Les ajustaban una esportilla o bozal , a fin de que no devoraran el grano , azuzándoles para que caminaran o trotaran por la era  , trillando la mies . En algunos casos , los cuadrúpedos  eran enganchados  a una rectangular y áspera tabla de madera , provistas de dientes de pedernal . La campesina se plantaba sobre el prinitivo rastrillo y arreaba a la bestia , liberando el grano .
Cada cual , en definitiva , tenía asignado un cometido . Los niños , por ejemplo , cumplían con el reparto de agua  y la vigilancia del grano trillado o aventado . El << enemigo >> , en este caso , lo constituían las espesas bandadas de tórtolas comunes que , desde el comienzo de la primavera , cruzaban los cielos de Israel , rumbo al viejo continente . Muchas de ellas incubaban en la Galilea  , amenazando las cosechas . Cuando estas aves o las currucas se aproximaban a las eras , los pequeños vigías agitaban los brazos , palmoteaban y entonaban chilloas canciones , espantando a las intrusas . La campiña cobraba así un ruidoso pálpito . Los cánticos  y la teatralidad de la gente menuda dulcificaban en parte la dureza de aquel trabajo . Una recolección que no fue ajena al HIjo del Hombre...
Consumada la trilla , los felah , provistos de orcas de madera de cinco puntas , sacudían las cañas en el aire , aventando el grano . Una vez en tierra , las  hábiles mujeres  lo cribaban con la ayuda  de pequeñas y puntiagudas piedras . Y el grano de cebada  - dieta básica de los menos favorecidos por la fortuna  - quedaba listo para el transporte a las aldeas y el definitivo almacenaje en los silos .
Los veinte o treinta primeros minutos de marcha me reconfortaron . Sencillamente , disfruté de tan magnánima naturaleza . E imaginé al Maestro entre los felah .
Autor
J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 28 )

Según mis estimaciones , Caná se hallaba a poco más de quince quilómetros  . Como fue dicho , allí nos abandonaría Bartolomé . Y en solitario , cerrando la comotiva , me concentré  en la memoración de cuantas referencias pudieran servirnos en futuras Exploraciones . Si el proyectado << salto >> en el tiempo llegaba a consumarse - como así fue  -, esta senda y las mencionadas Caná y Nazaret  se convertirían en habituales escenarios del ir y venir de Jesús  y sus discípulos . El conocimiento del terreno que pisaba , por tanto , tenía que ser lo más exhaustivos y preciso posible.
Esta cuarta etapa , casi en su totalidad , ofrecía un camino cómodo y encajonado entre los crecidos campos de cereal . La campiña corría libre y dorada , rodeando los cuatro montes  que vigilaban los siete kilómetros  de que constaba ente nuevo tramo . Estas notables elevaciones - todas superior a los quinientos metros - guardaban una curiosa simetría . En un capricho de la Naturaleza construían un cuadrado casi prefecto , de dos kilómetros de lado , con la carretera discurriendo justamente por el centro . En la cima de uno de los picachos - el primero por nuestra derecha - se distinguía  la blancura de un recogido villorrio ( Laví ) , único asentamiento visible en dicha cuarta etapa . Y aquí y allá  , rompiendo el relajante  ondear del trigo y de los corros de cebada , chozas de paja y adobe  , destinadas al deposito de aperos  y , con seguridad , ocasionales refugios de hombres y animales . Cuadrillas de felah se repartían a uno y otro lado del camino , encorvadas sobre las manchas de cebada  . Era el tiempo de la siega del<< pan de los pobres >>  . La recogida del trigo duro llegaría algunas semanas después . Armados de pequeñas hoces  de hierro , ligeramente curvas  y en ocasiones con las hojas dentadas , los campesinos  apresaban los manojos  con la mano derecha , guillotinándolos  de un certero tajo . Aunque menos abundante  que el trigo , aquella cebada era de excelente calidad . Pertenecía  a la especie hexastichum ( de seis hileras ) , cuyas espigas , a diferencia de suhermana distichum ( de doble hilera ), producen un generoso grano .
Los haces , una vez atados en gavillas , pasaban a monos de las mujeres  y de los muchachos  , que los transportaban hasta las eras : unos espacios abiertos en los trigales - generalmente formados por un afloramiento rocoso - en los que se propiciaba la trilla y posterior aventado del grano .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

lunes, 28 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 27 )

Allí trabajaba  , se divertía  o hacía un alto en el camino  toda suerte de razas - tirios , Helenos , sidonios , egipcios , negros africanos , romanos , babilonios , judíos  y una convulsa legión de nómadas del este  -, con sus respectivos  dioses , supersticiones , lenguas y hábitos . Al reconstruir  las sucesivas etapas  - infancia  , juventud y madurez - de la existencia del rabí de Galilea  fuimos comprendiendo la decisiva influencia de este hambiente cosmopolita  y abierto en su educación y , sobre todo , en su forma de enjuiciar los pensamientos  y el comportamiento de los seres humanos .¡ Cuán flaco servicio de los avangelistas al no mostrar al mundo la diaria realidad en la que creció el Hijo del Hombre  ! Los cristianos  caen en la tentación de imaginar a un Jesús  niño o adolescente  , prácticamente enclausrado y retirado del mundo, sumergido en los estrechos  y remotos límites de una aldea llamada Nazaret . Nada más distante de la realidad ...
Pero esta promiscuidad entre israelitas y extranjeros provocaría también un rabioso y general rechazo entre los judíos del sur ( la Judea ) . Rabinos y hombres de estricta observancia de la Ley mosaica vivían en un permanente escándalo respecto a las costumbres y a la tolerancia de los galileos . Aquéllos se vanagloriaban de su puritarismo , calificando a sus vecinos del norte de << impuros , incultos y provincianos  , incapaces incluso , de hablar correctamente >> . La soberbia de los judíos meridionales era tal que , entre los miembros del Gras Sanedrín , se repetiá con frecuencia : << De Galilea nunca se ha levantado profeta . >> Estas tensas relaciones fueron , en definitiva , el terreno abonado para el odio en el que tuvo que moverse el Nazareno y , por supuesto , su grupo .
Aquel asunto fue un providencial aviso . Lo acaecido en la plantación de pimpinelas no debía repetirse . Así que , al menos hasta el ingreso en Nazaret , me hice el firme propósito de extremar la prudencia . Me limitaría a observar , sobre la marcha . A fin de cuentas , ése era mi trabajo . Y tenía que ejecutarlo , evitando toda intromisión en aquel << ahora histórico >> que no era el nuestro . Complejo objetivo , a fe mía . Los incidentes en los que me ví envuelto  colocarían a esta rígida norma de la operación frente a un espinoso dilema . Pero proseguiré con el relato del accidentado caminar hacia la aldea del Hijo del Hombre .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 26 )

Estas circunstancias-como escribe Josefo - <<atraían , incluso , a los menos amantes del trabajo >> . Las cifras hablan por sí solas . En Vida del maestro , aquella comarca de 111 kilómetros ( de norte a sur ) por 55 ( de este a oesre ) agrupaba un total de quince ciudades fortificadas y doscientas cuatro aldeas , con una población total que se aproximaba a los ochocientos mil individuos . La bondad de la propia tierra  ( pesada , de grano fino y con excelente capacidad de absorción del agua ) y el ingenio de los campesinos hacía el resto . Éste , en difinitiva  , fue el escenario en el que creció y desarrolló su actividad el Hijo del Hombre : una galilea dorada , con resguardados valles y dilaadas planicies el los que el olivar se emparetaba con el trigo , la cebada , la escanda y el sorgo . Una Galilea verde, donde el cultivo intensivo , los jardines y los árboles frutales hicieron exclamar a Jacob : << Aser , su pan es sabroso : hará las delicias de los reyes . >> La dulzura de sus frutos  era tal que llegaron a estar prohibidos  en Jerusalén durante las tres grandes  peregrinaciones  anuales . Y , por último , una Galilea azul , a orillas del yam ...
La envidiable riqueza de la Galilea y su estratégica ubicación geográfica , nudo << gordiano >> de los caminos que iban o venían de Mesopotamia a Egipto y de Filadelfia al Mediterráneo, traerían consigo dos realidades incuestionables que no puedo ni debo pasar por alto . Dos circunstanciasn que , en mi modesta  opinión , incidieron ¡ y cómo !  en la personalidad humana  y en el estilo de Jesús de Nazaret . Me refiero ,en primer lugar, al intenso trasiego de pueblos  , culturas y costumbres del que , a todas luces , se benefició la Galilea . En segundo término , casi como una prolongación de lo anterior , a la liberalidad que este río de gentes  hizo germinar en los corazones de los galileos  . Insisto : estos factores  marcaron hondamente  el pensamientom << terrenal >> de un Hombre  que convivió durante casi veintiocho años  con caravanas procedentes  de los  cuatro puntos cardinales  . Este incesante  tránsito , el correr del dinero y el carácter hospitalario y receptivo de los autóctonos  , que no dudaban en mezclarse con los << impuros paganos >> , le valdría a la Galilea  el despreciativo sobrenombre de << círculo de los gentiles >>.
Autor : J.J.benitez
Yn abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 25 )

El intenso tráfico de hombres y caravanas la habían descarnado . El piso , de tierra prensada , presentaba un interminable tinte negruzco , fruto de los orines y evacuaciones de las caballerías . Era una lástima  que los hábiles constructores romanos hubieran despreciado aquella importante arteria . Una << carretera >> - procuré no olvidarlo - por la que había caminado el Maestro en multitud de ocasiones .
No me cansaré de cantarlas excelencias de aquella región . La Galilea de hoyn es un demacrado reflejo de la que nos tocó recorrer en aquel tiempo . Incluso el cántico del exagerado Flavio Josefo sobre dicha tierra  se queda corto y empobrecido . Daba igual la dirección que eligiera . Los campos , valles o laderas  se hallaban mimosas  y exhaustivamente cultivados . Al dejar atrás el inmenso olivar surgieron ante mi , a la derecha  e izquierda  de la carretera  , perdiéndose en la distancia  , apretados  campos de trigo y de cebada , a punto de sazón el primero y dispuesta para la siega la segunda . Y más allá  de los ondulantes trigales , coronando colinas , nuevos olivares , perfectamente  alineados  , que difuminaban el rojo arcilloso del terreno  . Y en el horizonte  , por encima del nivel de los rescientos metros  , las benéficas masas verdiazuladas de los bosques de robles  , algarrobos  , terebintos  y pinos de Alepo. .Ésta era de las claves de la magninificiencia  de la alta y de la baja Galilea  : los innumerables y espesos bosques  , entre los que sobredalían  tres especies de robles ( dos pertenecientes al común siempreverde y el gigantesco , anciano y venerado roble del Tabor ) . El régimen conbinado de lluvias ( más abundantes entre octubre - noviembre  y marzo - abril ) y la fiely artesana química de las masas forestales propiciaba toda suerte de manantiales y corrientes subterráneas que los naturales supieron hacer suyos . Las nieves acumuladas en la cadena montañosa del Hermón ( actual Líbano ) , emplazada a 53 kilómetros de la primera de las desembocaduras del Jordán , en el lago de Tiberíades , constituían un tesoro seguro e impagable del que se beneficiaba toda la región  . A diferencia  de la Judea , cuya << piel era el desierto >> , Galilea difícilmente supo de la sequía  y del hambre .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 24 )

La Señora , experta tejedora , me sorprendería con sus habilidades a la hora de manipular esta hieba anual de cincuenta centímetros y deliciosas flores azules .
Rematado , el intercambio de información , cada grupo prosiguió su camino . El nuestro , con los ánomos más sosegados , se dispuso a dejar atrás la milla escasa que nos separaba de la ruta principal . El terreno sobre el prosperaba el olivar fue ascendienco paulatinamente  , hasta alcanzar la cota  << 200 >> . Fue allí donde , donde , por primera vez , tuve la oportunidad de divisar en lotananza - como a unos dos kilómetros  - los célebres Cuernos de Hittim , unas mesetas , mas que picos , de 534 metros de altitud . Algunos autores  y escrituristas modernos han asociado estos cráteres extintos con dos pasajes  de la vida de Jesús . << Aquí - dicen - pudo tener lugar el famoso sermón de la Montaña , así como el milagro de los panes y los peces .>>  En la actualidad , los guías muestran a los viajeros y turistas la llamada << roca del cristianismo >> , que se supone sirvió de mesa a tan memorable acontecimiento . Y aunque el sentido común me dictaba que tales tradiciones  no podían gozar de mucho fundamento , abordé al Zebedeo , interesándome sobre el particular . Juan me escuchó atónito . Y replicó con un argumento aplastante : << Ese paraje está malditon . A partir de la primavera , el aire se torna  insoportablemente caliente , las fuentes se secan y la tierra se cuartea . Allí - concluyó -, sólo anidan las serpientes  ... >> Estaba claro . Los referidos episodios de la vida pública del Maestro habían sido << removidos >> de los anténticos  enclaves  geográficos  donde tuvieron lugar . Estos exploradores  fueron testigos de excepción de ambos sucesos  y estamos en condiciones de afirmar que todo ello aconteció a orillas del yam . El segundo de estos hechos - la multiplicación de los panes y los peces-, registrado al sur de la ciudad de Betsaida Julias  , nos estremeció ... Pero , ¿ tendré fuerzas y luz suficientes para narrar tan prodigioso suceso ?
 Minutos después de la hora tercia  ( las nueve de la mañana ) arribamos al fin a la carretera principal : la que enlaza Tiberíades con el oeste de Israel  , comunicando el mar del Kennereth con Magiddó y la llanura de Esdrelón . A pesar de su desahogada anchura ( unos cinco metros ) , la vía en cuestión no era mejor que las veredas precedentes .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 23 )

Juan se detuvo , cambiando algunas palabras con los tres individuos  que arreaban y guardaban los animales . El encuentro fue providencial . Bartolomé  , olvidando el enojoso asunto de la red , se incorporó a la conversación y María prudentemente  , se mantuvo s un lado . Eran vecinos de Séforis  , la capital oficial y administrativa  de la Galilea . Como burreros  - una de las profesiones  más comunes  en aquel pais montañoso  y accidentado - cumplían el encargo de transportar una sustanciosa carga de lino recién << cavado >> a la localidad de Arbel . Los caminos estrechos y pedregosos  de la mayor parte de Israel habían convertido al burro en el medio ideal de transporte . Muchos campesinos  y pequeños o medianos artesanos , ante la imposibilidad de trasladar sus respectivos géneros a los mercados  , alquilaban los servicios de estos  burreros  que , frecuentemente  , se unían entre sí , constituyendo florecientes empresas . El desarrollo de este comercio fue tal que , a fin de evitar los lógicos abusos  , los rabinos  se vieron en la necesidad de lesgislar hasta los más pequeños  detalles . El costo del transporte  cariaba según el tipo de terreno , las distancias o la naturaleza de la carga . Por supuesto , la peligrosidad del oficio les obligaba  a viajar armados  . Éste era el caso de los tres galileos conn los que habíamos  topado . Cada uno portaba en la faja  una espada corta - un gladius - y sendos puñales de unos treinta centímetros , con empuñaduras de hueso y labradas al estilo egipcio .
Durante el breve parlamento , discípulos y burreros se interrogaron mutuamente . Ambas partesdeseaban saber si el camino recorrido por unos y otros hasta esos momentos se hallaban libre de contratiempos .Al parecer, la ruta hacia Caná y Nazaret no había ofrecido problemas a los de Séforis . El único y desagradable << tropiezo >> - advirtieron los burreros - lo constituyó una patrulla romana a caballo ( una turma ) . Y los cinco galileos , siguiendo un viejo ritual , escupieron simultáneamente . Debíamos estar prevenidos .
Procurando no perder detalle de la conversación fui aproxímandome  a una de las caballerías , con el fin de examinar los apretados paquetes de plantas . Se trataba , efectivamente  ,de una de las doscientas  especies del género linum , muy difundida  en la baja Galilea y , como tendría ocasión de verificar en su momento , fuente destacada  de riqueza para Séforis  y su comarca . Su fibra . no tanto la semilla , muy rica en aceite  - era aprovechada para la confección de tejidos y cuerdas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 22 )

Arbel ,  en efecto , con sus escasos mil habitantes , había adquirido una notable popularidad , merced a su próspera industris de cordelería  y a la fabricación de toda suerte  de redes , incluyendo los necesarios complementos para las faenas de pesca de sus vecinos del yam: pesas de piedra y arcilla , boyas de madera y corteza de árbol y agujas de hueso , sicomoro y metal con las que remendar las artes . En este sentido , Nazaret me reservaba una curiosa e impensable sorpresa .
Durante buena parte de aquella , para mí , tercera etapa del viaje , Natanael no dejó de refunfuñar . La media hora aparentemente perdida en el Arbel , por un motivo tal fútil , le había exasperado . Hoy , los cristianos tienen una imagen muy distorsionada de los llamados apóstoles de Cristo . A decir verdad , esas - que elevan a estos hombres a absurdas cotas de santidad , comprensión y benevolencia - están cimentadas en tradiciones tal posteriores como falsas . La realidad cotidiana era otra  . En aquel tiempo , con las excepciones de los hermanos Zebedeo , que conocían y estimaban a la familia de Jesús  desde antaño , el resto de los doce  valoraba y enjuiciaba  a las mujeres con el mismo rasero que la generalidad de la sociedad judía . Creo haberlo explicado  : la mujer era una criatura de segundo orden , mentirosa por naturaleza y sujeta siempre a la autoridad del varón . Y María , a pesar de su condición de madre terrenal del Maestro , no se veía libre  de tan lamentable servidumbre . Tanbién es cierto que , dado su fortísimo temperamento , los << íntimos >> procuraban no contradecirla  . Sin embargo , en el caso que nos ocupa  , el talane inransigente  de Bartolomé fue más fuerte  , originando una agria y estéril disputa . La Señora , que raramente asumía una recriminación - en especial si la estimaba injusta o fuera de tono -, trató de razonar. Pero el << oso de Caná >> , con su habitual falta de tacto , continuó empecinado en sus argumentos  , tachando a María de frívola  y desconsiderada . Para el Zebedeo , como digo , estas discusiones carecían de importancia . Y ajeno a la pelea , con un más acusado sentido práctido que su compañero , aceleró la marcha  , tirando del grupo y tratando de ganar el tiempo perdido . Por fortuna  , a medio camino , vimos aproximarse entre los añojos olivos una cansina reata  de asnos  , cargada con unos abultados fardos que tropezaban a cada momento con el ramaje .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

domingo, 27 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 21 )

Y decidido a ultimar la misión , acaricié  el extremo superior de la << vara de Moisés >> , al encuentro con el dispositivo que accionaba los ultrasonidos . Debía confiar . Mi protección , al menos en teoría  , se hallaba perfectamente calculada  . Inspeccioné  las << crótalos >> , me puse en pie  y , cargando los pulmones con el fresco perfume  de las diminutas flores blancas  que alegraban el azul verdosa del olivar , lancé una cautelosa  mirada al sendero que me aguardaba  . No había tiempo que perder ... Además , la intuición me decía que , tarde o temprano , me reuniria con mis amigos . ¿ Tarde o temprano ? En ese preciso instante  , a punto de partir  hacia lo desconocido  , la Providencia  tuvo piedad de mí . Y una mano se desplomó con fuerza sobre mi hombro izquierdo . La respuesta fue una encendida descarga de adrenalina . Giré la cabeza con lentitud , preparando los músculos para una posible contingencia . Pero el supuesto << agresor >> me recibió con una familiar sonrisa . Y sus negros ojos se iluminaron . Era Juan de Zebedeo ...
Le contemplé perplejo . A un centenar de pasos distinguí la frágil silueta de María y el bamboleante paso del << oso >> . Procedían de Arbel .
- ¿ Que ha sucedido ? - tartamudeé  , tan atónito como complacido .
Mi joven amigo señaló hacia la Señora y , en un tono displicente , replicó :
- Cosas de mujeres . Ninguna pasa por la aldea de las redes sin adquirir un << tul>> .... estábamos preocupados . ¿ Dónde te has metido ?
El incidente quedó despejado cuando María , radiante , obedeciendo a los requerimientos  del Zebedeo , pasó a mostrarme un paquete alargado , de unos treinta y cinco centímetros  de longitud . En su interior descibrí una red meticulosamente plegada , confeccionada a base de lino . Los hilos tenían la suave tonalidad castaño - amarillenta del lino viejo . La red en cuestión se hallaba ligada con una cuerda trenzada con filamentosde palmera , de unos seis milímetros de espesor . El trabajo era escelente . Tanto las mallas , de unos cuarenta milímetros entre nudos  , como el entrelazado de los hilos ( tres principales muy enrollados ) denotaban una paciente  y experta labor . Este << tul de mujeres >> , en el lenguaje popular , era muy aprecido por las hebreas  , que lo destinaban principalmente a la sujeción del cabello .
Autor : J.J.Benitez
Antonio Martinez
Un abrazo

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 20 )

Al alcanzar el límite de la aldea , otro contratiempo vino a empeorar la situación . La vereda que nos había guiado a traves de la plantación  de pimpinela  espinosa se presentó nítida  , zizagueando , en efecto , hacia el sur . Pero , allí mismo , corriendo en la mencionada dirección sur y también hacia el lago , arrancaba una nutrida  colonia de centenarios olivos que entorpecía la observación . Escruté el polvoriento camino hasta donde fue posible , con la esperanza de localizar a mis desaparecidos acompañantes . Tuve que desistir .
Al pie de uno de aquellos soberbios y ramificados olivos , de casi cinco metros de altura , un anciano y varias mujeres  trabajaban sobre un espeso y fétido colchón de estiércol . Me aventuré a interrogarles . El viejo , en cuclillas , con los pies enterrados  en la apestosa masa , procedía  a llenar una serie de anchas y poco profundas escudillas de barro . Mezclaba previamente  la materia orgánico con paja , comprimiéndola después en los recipientes . A renglón seguido , las mujeres apilaban los platos , a la espera de su total desecación . En cuestión de días , si la climatología  acompañaba , el estiercol se transformaria en una << torta >> rígida y compacta , muy útil como combustable .
El galileo negó con la cabeza . Ni él ni las hebreas habían sido testigos del paso de aquellos tres caminantes  . La circunstancias de que se hallaran al filo de la vereda  , prácticamente desde el amanecer , me sumió en una confusión total . Tanto si hubiera cruzado por el interior de Arbel como por el extraradio , aquellas gentes deberían de haber observado su presencia . Y confuso y desalenado traté de ordenar mis pensamientos . ¿ Qué podía hacer ?
<< Analicemos la situación - me dije a mi mismo - . La Señora y los discípulos se han esfumado . Con un poco de suerte , la treintena de kilómetros que me separaban de Nazaret puede estar resuelta en cuatro o cinco horas ..>>
Recostado sobre un rugoso brazo de uno de los olivos  , con Arbel a mis espaldas y la inquietante  incógnita  al frente  , vacilé peligrosamente  . ¿ Volvia al lago , junto a Eliseo ?¿ Dejaba pasar aquella oportunidad ?Mi hermano hubiera aprobado  la prudente decisión . Curtiss no era partidario de las largas marchas en solitario . Pero no...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 19 )

Aunque mi hermano y yo habíamos prestado una especial atención al estudio de la rua  que debía conducirnos a Nazaret , en ningún momento sospechabamos  que tubiera que hacerla en solitario . Naturalmente  , a pesar de los peligros  que ello implicaba  , estaba dispuestoa intentarlo . Lo más prudente , sin embargo , era viajar en compañía de los discípulos  . Tenía que darles alcance  . Y supuse que , dada su refractaria actitud a cualquier tipo de roce  con los habitantes de la región , lo verosimil es que hubieran elegido  aquella misma dirección o la opuesta ; es decir  , la que bordeaba  Arbel por el flanco oeste , distanciándose así de todo compromiso . Según los mapas y los datos espigados  por los especialistas de Caballo de Troya , el camino habitual , desde el wâdi Hamâm , descendía hacia el sur , hasta fundirse con la ruta principal  ; la que enlazaba  Tiberíades  con las regiones más  occidentales del país . En total , incluyendo la llanura de la pinpinela  , alrededor  de tres kilómetros y medio . En principio - me consolé  - no era lógico que el <<oso >> nuestro guía , hubiera elegido otro derrotero .
Forcé el paso , distanciándome de las míseras chozas que cerraban la aldea por el este . A diferencia  de las sólidas construcciones de Nahum y Saidan , lo poco que llevaba visto de Arbelresultó deprimente . Era un milagro que aquellas casas de enrojecido adobe  , con terrados de paja y tierra apisonada  , pudieran hacer frente  a la estación de las lluvias o a los embates de los poderosos vientos  vientos estivales . Las finas columnas de humo negro que se alzaban por doquier  era humilladas por el puntual Maarabit , precipitándose sobre  patios y callejones , atufando a las gruesas matronas que trasteaban a las puertas de las lóbregas viviendas . A las afueras  , por el terreno que pisaba - baldío , pedregoso y erizado de cardos - una chiquillería andrajosa , de cabezas afeitadas y conquistadas por los piojos  y pústulas , correteaba  y zahería con palos y pinchos  a una pareja de onagros  : unos asnos de cuello curvo , largas y tiesas orejas y llamativas crines marrones que flotaban y se prolongaban hasta la cola . Con los remos delanteros trabados por sendas cuerdas , estos vigorosos cuadrúpedos pugnaban por distanciarse de los pequeños y chillones diablillos , coceando cada vez que uno de ellos mortificaba sus cuartos raseros con los cardos o las irritantes ortigas .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 18 )

Al llegar a la altura de la media docena de hombres  respondieron entre dientes  a los saludos de rigor  . Y recelosos  y huidizos  , sin girar las cabezas , pusieron tierra de por medio , alejándose hacia la aldea . Yo , como digo , caí en una nueva torpeza . Curioso , me entretuve frenta a la cuadrilla , observando su trajín . Con las túnicas arrolladas a la cintura - ciñendo los lomos >> - y las cabezas cubiertas por sendos pañuelos grisáceos  , doblados en triángulo y sujetos por cuerdas de lana  y pelo de cabra  , los parlanchines felah se introducían entre los arbustos  con increíble habilidad , arrancándolos - raices incluidas - , con dos o tres certeros golpes de azadón . Las plantas , de la especie pinpinela  espinosa  , eran arrojadas al camino y cargadas en unos enormes cestos de hoja de palma  , de casi metro y medio de diámetro , firmemente sujeto a los costados de tres cenicientos asnos de Licaonia , rebeldes i obstinados , pero los más fuertes y apropiados para las grandes distancias . A mis preguntas , el capataz se deshizo en explicaciones . Aquel espino , que había tenido oportunidad de contemplar en algunas de las casas  y jardines de los alrededores de la Ciudad Santa , era muy codiciado por los hebreos . Resultaba excelente para cercar una propiedad o como combustible . Sus hojas , incluso , divididas en varios pares de foliolos dentados , aportaban  un exquito sabor a las comidas . Aquélla , según entendí , constituía una de las fuentes de riqueza de Arbel . La pimpinela era << exportada >> a toda Galilea , la Decápolis y , por supuesto a Jerusalén . Y deseoso de complacer a tan interesado extranjero , el jefe de los felah puso en mis manos  un puñado de verdes y olorosas hojas , replicando a mi gratitud con un << la paz te acompañe en tu caminar >>. Pero mi contento dudaría poco . Cuando dirigí la vista hacia el camino , el corazón me dio un vuelco . El último centenar de metros aparecía desierto . Mis compañeros de viaje habían desaparecido .
Corrí hacia la aldea . ¿ Cómo era posible  ? ... Apenas me había entretenido ...
A unos metros de las primeras casas frené la incómoda carrera . El ropón y el maldito odre de agua no hacía otra cosa que embarullar mi ya penosa situación . Dusé . ¿ Atajaba por el interior de la población ? Caminé un par de minutos . Al poco retrocedía  desmoralizado . El dédalo e casuchas y callejones resultó tan enrevesado que , en previsión de peores males , me incliné por el camino más seguro . Rodearía Arbel .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 17 )

De acuerdo con la información suministradas por las sandalia << electrónica ) , la salida del desfiladero de las Palomes tuvo lugar hacia las 08 horas y 10 minutos . Es decir , los dos kilómetros y medio de esta segunda etapa fueron cubiertos en cuarenta minutos . El ligero retraso obedeció a lo abrupto y al breve y accidentado descanso .
Al dejar atrás  las alturas de Arbel , Bartolomé  cesó en sus monocordes rezos  . Guardó la filacteria  que le oprimía las sienes y , descargando su corazón con un aparatoso suspiro , aproximó a los labios  un saquito de cuero que colgaba  permanentemente del cuello . Lo besó y , conjurado el peligro de los bandoleros  y espíritus maléficos  , aminoró el paso . Cuando la confianza fue más  estrecha , el íntimo de Jesús  me mostraría complacido su pequeño tesoro . Aquel amuleto consistía  en una porción desecada  de huevos de langosta  . Como era obligado , yo le hice partícipe  del mio , el que me obsequiara Juan Marcos en Jerusalén . Aquel día  , al compartir  los supersticiosos temores del << oso >> , terminé por ganarme su amistad .
A nuestros pies se abrió entonces una singular planicie , en forma de punta de flecha  y de unos quinientos metros de longitud . Toda ella , a izquierda y derecha del rectilíneo camino que la seccionaba  , aparecía cubierta  por un monte bajo : unos arbustos de cincuenta centímetros de altura , muy ramificados  e íntimamente entrelazados . Y al fondo , en la base de aquel triángulo verde y espinoso  , la aldea de Arbel .
Natanael intercambió unas frases con el Zebedeo  . Pero , dada mi posición , algo retrasada respecto a los discípulos  y a la SEñora , no logré captar su significado  . A cosa de cuatrocientos metros  , casi al término de la senda , se divisaba un grupo de individuos  y caballerías . Y deduje que los comentarios  podían guardar relación con los personajes que teníamos a la vista . Allí , torpe de  mí , volvería a equivocarme .
Al aproximarnos descubrí una partida de felah , el típico campesino palestino , afanada en la extracción y almacenamiento de los arbustos enanos  que dominaban la planicie . Mis compañeros avivaron la marcha .
Autor : j:j:Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 16 )

Juan , intrigado  por cuchicheo de Bartolomé , se situó a mi lado . Le expuse lo acurrido y , sonriendo con benevolencia , me aclaró el porqué de la enojosa situación  . La sola mención de aquellas grutas , infestadas de atalef ( murciélagos ) y , lo que era peor , de bandidos , podía atraer a estos seres inmundos , acarreando a los caminantes toda clase de infortunios . Comprendí entonces la irritación de Natanael y , simulando una total desolación , le rogué  disculpara a tan ignorante  y torpe compañero de viaje . El de Caná  aceptó mis excusas pero , recalcitrante , continuó con sus rezos  , forzando la marcha  . ¿ Bandidos ? Aquello si era interesante  . Y el Zebedeo me puso al corriente  . A pesar de las severas  medidas adoptadas en su tiempo por el rey Herodes el Grande , y posteriormente por el gobierno de Roma contra los salteadores de caminos  , lo accidentado de aquel wâdi y la proliferación de cuevas en las despudas paredes rocosas  del desfiladero hacían extremadamente  difícil la erradicación de dichos bandidos . Algunas de estas bandas de sangrientos nómadas o seminómadas , integradas en la mayoría  de los casos por esclavos huidos , desheredados de la fortuna y << sicarios >> procedentes de las partidas que se levantaban regularmete contra el poder establecido , había fijado su << cuartel general >> en las profundidades de aquellas cavernas , accediendo a ellas o abandonándolas - según conviniera -, con el concurso de las maromas que se precipitaban desde la cima  y que las conectaban entre sí. Este latente peligro , como es de suponer , nos obligaría a olvidar la cumbre del har Arbel , así como el resto de los picachos  que daban forma al desfiladero .La futura << base madre >> debería ser plantada  en un paraje más seguro . El problema era dónde . La orilla oriental del lago , aunque menos poblada , nos apartaba en demasía de los núcleos  humanos en los que había actuado el Maestro . En la reserva figuraba una segunda alternativa : un har de 138 metros sobre el nivel del Kennereth - el Ravid -, a unos tres kilómetros al noroeste del wâdi Hamân y a poco más de ocho , en línea recta , del promontorio donde descansaba el módulo . Pero dejaré este asunto para más adelante ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

sábado, 26 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 15 )

Al efectuar los primeros estudios  , el monte Arbel , con sus 181metros sobre el nivel del lago , se destacó como uno de los firmes candidatos  para el referidom asentamiento del Módulo . En teoría , sobre los mapas , parecia  ofrecernos  unas muy buenas perspectivas : paredes  escarpadas en la casi totalidad de su perímetrom ; apenas kilómetro y medio desde la cumbre  a las orillas del yam ; una aceptable  equidistancia  con las ciudades  de Tiberíades y Nahum y , en apariencia  , una cima despoblada , pedregosa e inculta . Pero , conforme fui avanzando hacia el pie de la enorma mole  , << algo >> que , obviamente  , no figuraba  en nuestra cartografía  me hizo dudar . Aquella pared , orientada al norte , amén de una veintena de grutas , presentaba otras tantas y largas cuerdas , que caían desde la cumbre  , muriendo justa y sospechosamente  en la oscuridad de las mencionadas cuevas . Alguien , por supuesto , las utilizaba , o había hecho uso de ellas , para ingresar en dichas oquedades . Aquello no me gustó , Y dispuesto a no desaprovechar la oportunudad emparejé mi paso con el de Bartolomé , interrogándole acerca de la sorprendente cordería , mecida ahora por la brisa del oeste . El discípulo , como si hubiera mentado a alguno de los espíritus maléficosque , según ellos , acechan al caminante en las ruinas  o a la sombra  de ciertos árboles  , torció el gesto , mascullando un << maldita sea tu madre >>. Y extrayendo de la bolsa  , que colgaba del ceñidor  , uno de los << tefilin >> ( un pequeño estuche de cuero negro , en forma de dado , de apenas tres centímetros de lado o << filacteria >> , que se anudaba en el brazo izquierdo  o en la frente  durante la oración , procedió a amarrarlo alrededor de su cabeza  . Quedé en suspenso , ciertamente dolido por el desaire del galileo . Poco a poco iría  acostumbrándome a esta manera de ser  para con los paganos  . En el fondo , mía era la culpa  . El grado de suspertición  de aquel pueblo  era tal que uno se veía  obligado a medir hasta el más liviano de los comentarios . Y Natanael , fiel a la tradición religiosa de su pueblo, entonó uno de los versículos  encerrados en el << tefilin >> ( el quinto del  salmo 91 ) : << No tendrás que temer los espantos nocturnos  , ni las que vuelan de día >> Una tradidición , dicho sea de paso , que aún perdura entre los católicos , aunque lógicamente , con una intencionalidad diferente . Si mi agotada memoria no me traiciona , este mismo salmo se reza hoy en << completas >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - el Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 14 )

Un jugo lechoso brotó al instante  , cubriendo los restos del excremento  . Concluida la operación de limpieza , el ropón fue devuelto a su propietario . Y la expedición atacó el último tramo del desfiladero . No pude evitarlo . Movido por la curiosidad examiné los restos de la planta  utilizada por la SEñora . Se trataba  del salicor blanco , una especie silvestre cuyas cenizas , adecuadamente tratadas con aceite de oliva  , proporcionaban el << borit >> o << bor >> : un sucedáneo del jabón , mencionado en Jeremías con el nombre de << nitro >>.
Aquel último avance por el wâdi resultaría de alto interés para este explorador y , en definitiva  , para los futuros planes de la misión . Como ya dije , mi hermano y yo habíamos decidido forzar la suerte , embarcándonos  en un tercer y extraoficial << salto >> en el tiempo , a fin de acompañar al Maestro a lo largo de sus años de predicación . Pues bien , entre los preparativos  para tan ambiciosa  y arriesgada odisea figuraba  uno de vital importancia : la elección de un paraje sobre el que descender y ocultar el módulo . La escasez de combustible nos obligaba a un vuelo corto que , en principio de acuerdo con los estudios desplegados en las inmediaciones del yam , debería tener como escenario la garganta por la que ahora caminábamos  . Naturalmente  , la nueva  << base madre >>  debería ser previamente explorada . En su momento ascenderíamos  a la cumbre elegida  , comprobando in situ las características del lugar . Una de nuestras obsesiones  era localizar un punto de asentamiento en el que el paso o la presencia de seres humanos  y animales fueran prácticamente nulos . Disponíamos  de la invisibilidad , merced a las radiaciones infrarrojas . Sin embargo , a raiz de la embarazosa  experiencia vivida en el monte de las Aceitunas , con el joven Juan Marcos , todas las cautelas eran pocas . Por otro lado , lo dilatado de la exploración nos forzaba  a un drástico ahorro del gasto menergético de la nave . Ello significaba  , entre otras servidumbres , la desconexión de los diferentes escudos  protectores , al menos durante nuestras largas ausencias . En síntesis  : la seguridad de la << cuna >> , la de sus delicados equipos y , en especial , la de sus pilotos  exigía que la << base madre >> fuera inexpugnable . Si fallábamos , si el módulo resultaba atacado y destruido , el retorno a << nuestro tiempo >> habría sido inviable . Hubiéramos permanecido - trágicamente anclados - en una época que no era la nuestra .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 13 )

El rostro , más ancho que alto , semejaba un escudo . De él colgaba una barba  de una cuarta , cana , rizada y abierta  en abanico . Una extrema sensualidad aleteaba en sus labios  , carnosos  y permanentemente humedecidos . Los ojos me llamaron la atención  desde el principio . Interminablemente  negros y profundos  , venían a equilibrar sus mal llevados treinta años  . La nariz , en cambio  , era el remate  a su escaso atractivo físico  . Mal formada y redonda  como una pelota de golf , presentaba unas llamativas << telangiectasias >> o dilataciones localizadas de los vasos capilares de reducido calibre  . Las iniciales sospechas  quedaría  confirmadas en la tercera y apasionante aventura : aquel aniestático angioma  simple guardaba una estrecha relación con la desmedida veneración de Bartolomé por el vino ...
En contraposición a la abundante y extendida vellosidad , una prematura calvicie  ganaba terrenoen la parte superior del cráneo , dibujando una escandalosa coronilla . El <<oso >> de Caná cubría habitualmente su cuerpo con una túnica blanca  de lana , siempre inmaculada  , y un ropón castaño , con anchas franjas verticales  , igualmente blancas . Durante el tiempo que permanecí a su lado  , la pierna izquierda  apareció siempre fajada  . Unas bandas de cuero de vaca  , seboso y descolorido por el uso , trataban de aliviar un antiguo problema vascular : unas venas varicosas ( varices ) , tan frecuente entonces como en la actualidad . ( Según nuestros cálculos  , al menos un diez o un quince por ciento de la población adulta se veía afectada por esta dolencia . )
María , servicial y conocedora  de la pulcritud de Natanael , puso punto final a las risas y al pequeño incidente de la coballa . Como la mayoría  de las hebreas se hallaban familiarizadas con las propiedades de muchas de las plantas que crecían en aquellas tierras . Se puso en pie y , tras un rápido examen de la floresta  , se dirigió a una mata de arbustos de unos ochenta centímetros de altura , de tallos lampiños y abundantes nudos verdes y carnosos . Arracó un manojo y , tomando una piedra , se situó frente a la roca que le había servido de asiento . A una escueta orden suya , Bartolomé se desembarazó del manto , extrendiéndolo sobre la mencionada roca . Sirviéndose de algunas hojas de adelfa , María procedió primero a una meticulosa limpieza de las heces . Troceó los tallos y , depositándolos sobre la mancha  , agarró la piedra con su mano izquierda  , golpeándolos  sistemática y contundentemente , procurando no lastimar el chaluk.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 12 )

Cuando , finalmente , comprendió lo inútil de su comportamiento , la gruesa y pentagonal cara se dirigió al mancillado chaluk . Y los negros y expresivos ojos se cerraron , al tiempo que presionaba las mandíbulas y arrugaba el ceño , en una muca de repulsión . Las tupidas y largas pestañas oscilaron nerviosamente  . Por fin , su atención descendió hasta nosotros . Atónito , observó primero las atropelladas carcajadas de Juan . Acto seguido paseó la mirada por aquel poco caritativo << griego >> que , a decir verdad  , hacía ímprobos esfuerzos para disimular . Por último , lanzando una inquisidora ojeada a las lágrimas que humedecían los prominentes altos pómulos dem la Señora  - consecuencia del intenso acceso de risa -, el bueno de Bartolomé cedió . Y obedeciendo a sus más íntimos  impulsos se unió al regocijo general , soltando una carcajada  que atronó el desfiladero , descolocando de nuevo a sus alados huéspedes . Francamente , me sentí aliviado . Así era Natanael , uno de los once : franco , indeciso , falto de tacto , indulgente y , por encima de todo , amigo de sus amigos . En los modernos esquemas de la tipología  de Ernest Kretschmer , seguramente hubiera encajado en el denominado tipo ( pícnico ) , con alta dosis de un temperamento  << ciclotímico >> ( Ciclotímico : Son personas de buen humor que toman la vida tal y como es , naturales , abiertas , espontánesas , de amistades rápidas y fáciles , tiernas . Tienen variaciones acusadas en el plano de la diatesia ( humor ) , oscilando con facilidad de la alegría a la tristeza . Por su buena capacidad de sintonización afectiva y de irradiación afectiva se contagian con facilidad de la alegría  o tristeza de los demás , y a su vez infunden la propia , pero independientemente de estos cambios de humor  reactivos , por su constitución , tienden a tenerlos inmotivados . Nota del Autor ). Con Tomás era el más bajo de estatura : alrededor de 1,58 metros . Sufría una clara propensión a la acumulación de grasa . Su vientre avanzado , como el de Simón Pedro , era la viva manifestación de dicha tendencia . Como buen << pícnico ) , destacaba por la suavidad de sus lineas , por un esqueleto frágil , unas expremidades cortas y un hirsutismo ( cuerpo muy velloso ) que le había valido el sobrenombre de << oso >>.
Con el paso del tiempo detectaría  en su organismo una notable hipertensión arterial y una hiperfunción suprarenal .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

viernes, 25 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 11 )

Alcé los ojos . El cielo , plomizo , navegaba  con prisas hacia el este . Y de nuevo , muy a mi pesar , fui asaltado por aquel familiar sentimiento , mezcla de añoranza y sutil melancolía  . ¿ Cómo explicar tan paradójica  situación ? Éramos exploradores . Unos << obsevadores >> de << oro tiempo >> , con una fría y calculada misión : reunir las piezas de la historia humana de un hombre llamado Jesucristo . En su código , Caballo de Troya  prohibía  hasta la más nimia debilidad de sus << navegantes >>  . Se nos exigía valor , astucia  , una notable  reserva de conocimientos de toda índole y , en especial , un corazón de hielo . ¡ Cuán vana  resulta a veces la inteligencia  ! ¿ O es que cabe  encarcelar  los sentimientos ? Allí estaba la prueba . Por más que luchase , por muy espesa que fuera mi capacidad de olvido , El magnetimos  de aquel Hombre  estaba derribando todos los códigos  . Al igual que aquellos galileos  , yo también le echaba de menos ... Y por un momento la imaginé avanzando por el wâdi , con sus largas e inconfundibles zancadas .
De pronto << algo >> vino a quebrar el cristal de tan apacible descanso . Fue tan inesperado como grotesco . Pero me ayudo a profundizar en el temperamento del prácticamente desconocido Bartolomé .
En uno de los relampagueantes vuelos sobre las cabezas de aquellos confiados caminantes , una de las especies rocosas - la collalba rubia - acertó a evacuar sus blancos excrementos sobre el adormilado Natanael . El fulminante  impacto , en pleno hombro izquierda  m arruinó el implecable manto de lana . En segundos , el grupo pasó de la estupefacción a una inocente y contagiosa risa . Juan  fue el primero en estallar , arrastrando en su algazara  a la Señora  y a quien esto escribe  . Bartolomé , congestionado por la ira  , se despegó de la roca  sobre la que se había recostado y , alzándose , recorrió con la vista las paredes del desfiladero , a la búsqueda de la atrevida collalba . Por un momento , el general e incontenible  regocijo me hizo temerlo peor . Pero el discípulo , aparentemente ajeno a la hilaridad de sus compañeros  , continuó blandiendo  el puño izquierdo , descalificanto a toda criatura que pudiera volar , con una irreproducible sarta de juramentos y maldiciones .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 10 )

Y en una deliciosa locura alada  , los inquilinas de la garganta  - pesados  y negros cuervos , fulminantes vencejos  de afiladas colas  , azulasdos y asustadizos  roqueros solitarios  , bisbitas de las montañas , gorriones chillones  y emigrantes escribanos  cenicientos - planeaban de cornisa en cornisa o de gruta en gruta  , alzándose sin esfuerzo hacia la cima  del picacho que gobernaba  el quebrado paraje : el har o monte Arbel , de 389 metros de altitud .
A los veinte minutos de marcha de esta segunda etapa , en uno de los más pronunciados repechos ( con un desnivel superior a los cuarenta grados ) , María , sudorosa y jadeante  , lanzó un pequeño grito , llamando la atención del hombre de cabeza . Necesitaba descansar y recuperar el aliento . Bartolomé  se detuvo entre protestas . Pero el Zebedeo , comprensivo , se deshizo del petate , acudiendo solícito en ayuda de la Señora . Ésta , acomodándose en una de las rocas que menudeaban a lo largo de la senda , agradeció el pañolón que acababa de ofrecerle Juan , enjugando el sudor del rostro y cuello . Y adelantándome  a sus deseos  , extraje el tapón de madera que cerraba el mugriento y embreado odre , colmando la escudilla que colgaba del pellejo . Al aproximarle el agua  , María dulcificó su mirada , esbozando  una de sus cálidas sonrisas . ¡ Dios ! La reconocí al punto . Aquélla era la sonrisa de su Hijo . Limpia . Acojedora . Irresistible .... Y un escalofrío me dejó sin habla .
Los rudos modales de Natanael , reclamando su ración de agua  , abortaron tan entrañables recuerdos , devolviendome a la realidad . A pesar de su falta de tacto , aquel discípulo poseía un corazón noble y confiado . Poco a poco iría descubriéndolo .
Ni el Zebedeo  ni yo probamos el agua . El primero , supongo , por que no la necesitaba . En cuanto a mí , como ya expliqué  , por estrictas razones de seguridad .
En el fondo , aunque ninguno lo reconociera abiertamente , todos agradecimos la pausa . Y durante algunos minutos , cada cual se hundió en sus personales preocupaciones . Una ligera y fresca brisa , preludio del primaveral Maarabit , el viento que viaja a diario desde el Mediterráneo hasta el lago , hacía oscilar los hisopos sirios y las altas espadañas , provocando el cabeceo de los bosquecillos de laurel y perfumando el desfiladero con el aceite volátil de sus verdes y correosas hojas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 9 )

Santa Claus , días más tarde , ajustaría las mediciones . No obstante , si no erraba en los cálculos  , aquella primera etapa ( desde la playa a las puertas del wâdi ) había sido apurada en cosa de quince minutos . No estaba mal para una milla  . Aquél , naturalmente , no era el camino habitual entre Nahum y Nazaret o viceversa . Al utilizar la vía marítima  , y desembarcar al sur de Migdal , habíamos evitado los pcho kilómetros que separaban la citada Nahum ( Cafarnaum ) de la ciudad de la Magdalena .Pues bien , al irrumpir el el wadî Hamân , el caminar se relentizó , lógica consecuencia  de la progresiva  elevación del Terreno . Debemos considerar que el nivel del lago de Tiberíades  , en aquel tiempo , se hallaba  en la cota << menos 280 >> y que, en breve , nos situariamos  en el del mar Mediterráneo , rebasándolo  en más de 40 metros en las cercanías de la aldea de Arbel . Y todo ello en cuestión de dos kilómetros y medio .
El escenario que se habrió entonces ante este emocionado explorador  fue , sencillamente  , sobrecojedor  . Las referencias obtenidas desde el aire no hacían justicia  a tales quebradas . En un centenar de pasos  , a partir de la bifurcación , el paisaje  sufrió una dramática metamorfosis  . El vergel que nos recibiera  al pisar tierra  firme  había claudicado .en beneficio de unos riscos  afilados  y altivos  , de paredes verticales  y desnudas , ora violetas , ora doradas , que emergían como centinelas . Y a sus pies , hasta donde la Naturaleza había sido capaz de trepar , unos apretados  y verdinegros  bosques de terebindos  y robles del Tabor . Y en el fondo de semejante desfiladero , sirviéndonos  de milagroso guía  , aquel torturado camino de polvo y tierra  , hecho costra con el correr de los años  . Una senda que debía ser abierta  y despejada regularmente  , ante el imparable  y enmarañado avance de la naturaleza  , regada con generosidad por susurrantes hilos de agua , huidos todos de las alturas . De vez en vez , en los recodos  del camino , bandadas de palomas remontaban el vuelo precipitada y ruidosamente  , zarandeando los cañaverales y los mazizos  de venenosas adelfas . Y perezosamente  , con desgana  , las charcas en las que habían sido sorprendida iban recobrando su transpariencia . El tableteo de las palomas bravías alertaba a otras colonias de aves que , a su vez , en blancos  quiebros , despertaban un eco interminable .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 8 )

Quizá lo que presencié  en esos momentos no revista mayor importancia  , pero me resisto a olvidarlo . En ocasiones  , un simple gesto ,como aquel , encierra más fuerza  que todo un discurso ... Era curioso . A pesar de su dilatada asociación con Jesús  y de las excelsas enseñanzas recibidas , la mayor parte de los discípulos  seguía alimentando un casi genético desprecio por los romanos . Y no era extraño que lo manifestasen a la menor oportunidad .
La cuestión es que , al llegar la mencionada bifurcación , Bartolomé , siempre en cabeza , aflojó el paso . El Zebedeo y la Señora le imitaron y , tras una rápida inspección de los alrededores , convencidos  de que nadie  espiaba sus movimientos  , el primero de los discípulos  giró el rostro hacia los mojones , lanzando un súbito y certero salibazo contra la piedra . En un primer momento , un tanto perplejo , asocié aquel poco edificante gesto con alguno de los habitos  del guía  . Más , al ser testigo de un segundo salivazo , propinado esta vez por el Zebedeo , mi desagrado se transformó en curiosidad . Y , sin más , reanudaron la marcha .
No necesité explicaciones complementarias , Al pasar ante los mojones entendí la razón de semejante comportamiento . Cada una de aquellas piedras volcánicas , de un metro de altura  , orientaba al caminante  en una muy concreta dirección . En uno , vaciado en la dura roca  , había sido esculpido el nombre de Tiberíades y los estadios  que restaban hasta la ciudad : 21 ( unos 4,5 kilómetros ) . El segundo mojón , marcando el ramal que serpenteaba  hacia el noreste , advertía  de la proximidad de Migdal , situada a cinco estadios ( al rededor de un kilómetro ) . Pues bien , aunque los mojones  y las pertinentes señalizaciones  podían haber sido trabajados unos setenta años  antes - seguramente en la época en la que el rey Herodes el Grande , conquistó aquella zona -, debajo de los respectivos << letreros >> , una mano diestra y , casi con seguridad , romana , había grabado la efigie del césar Tiberio , dueño y señor de la levantisca provincia por la que caminaba .
Sonreí para mis adentros  y , acomodando a mi espalda el cada vez más molesto pellejo de agua , apresuré el paso , reintegrándome al grupo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡  FELIZ NAVIDAD !