lunes, 29 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 24 )

Al comprobar que se dirigían . Y compadecido , sin mediar palabra  , la tomé en brazos  , sonriéndole . Me dejó hacer . Y enconmendandome  a los cielos hacia la explanada  de la sinagoga  me heché a temblar . Si María acertaba a pasar  por delante  de la casa del jefe del consejo , aquello podía convertirse en un terremoto  . Me equivoqué . Los << guías >> , imaginando lo mismo que yo , evitaron el lugar . E introduciéndose  en el cinturón de huertos esquivaron el paraje y la tentación . En repetidas oportunidades  se detuvieron a conversar con varios de los lejah. Las preguntas , siempre las mismas  , giraban en torno a la suerte de Juan . Pero ninguno - ignoro si con verdad - supo darles razón . Y adentrandose en uno de los senderillos  que parcelaban las pequeñas fincas fueron descendiendo por la falda occidental del Nebí , en un claro intento de reunirse con la torrentera  . La señora  , aturdida  y desmadejada como pocas veces la había visto , tropezó en dos ocasiones  . En la última , al caer de rodillas , se lastimó . Y el saco rodó por la pendiente  . Me apresuré a auxiliarla  , recogiendo la liviana carga  . Me negué a entregarle las palomas . Y brindandole mi brazo le recomendé  que se apoyara en él , simplificando así el áspero  y pedregoso terraplén . No dijo nada . pero la intensa  presión de sus dedos  sobre la << piel de serpiente >> fue el más rotundo signo de su angustia .
Al borde de la rumorosa , veloz y más que mediana  avenida de agua , Santiago y su compañero dedicaron unos minutos a la inspección de los juncos y cañizos que vigilaban el estrecho cauce . Desalentados prosiguieron corriente arriba hasta dar alcance a un rústico y nada seguro puentecillo de troncos , ensamblados a base de una cordelería tan deshilachada que , sólo con mirarla , podía rendirse . Decididos salvaron los tres << voluntariosos >> metros de puente - casi << milagroso >> , didía yo - encaminándose hacia la pareja de casas que había observado desde la explanada de la sinagoga .
La Señora cojeando y con el rostro crispado por el dolor , se detuvo frente a los troncos . Parecía  como si las fuerzas le fallasen . Y compadecido , sin mediar palabra  , la tomé en brazos , sonriéndole . Me dejó hacer . Y encomendandome a los cielos fui tanteando  la base del húmedo y podrido armazón.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 23 )

En aquellos momentos  debíamos rondar la << tercia >> ( las 09 horas ) . Y ordenando a su madre y hermana que fueran a reunirse con Esta  dio media vuelta  , dispuesto a iniciar la búsqueda  . Pero , con los dedos en el pasador del cerrojo , una voz  le retuvo desde la mesa de piedra  . La Señora  , despegando al fin de su melancolía  , cruzó la sala  como un meteoro , arrebatando el saco de arpillera  de manos de su yerno .
- Esto es cosa mía - exclamó sin mirar a nadie .
Jacobo se encongió de hombros . Y Santiago , conociendo la la tozudez  de la mujer , dio por buena la iniciativa 
- Después de todo - manifestó resignado - son sus palomas .
Miriam accedió a quedarse . Recogería  a sus hijos  y , a no tardar , emprenderia el camino de la casa de su cuñada .
Ya en la calle , el hijo advirtió a María  sobre dos cuestiones puntuales . Primera : nada de escándalos  ni provocaciones . Segunda : las aves serían enterradas en la colina , en el momento oportuno . Y en un tono que no admitía  << peros >> ni << sin embargos >> , le aconsejó que cumpliera sus ordenes . La señora no respiró . Y a cuestas con sus palomas y su tristeza emprendió la marcha  detrás de sus hijos  . Este explorador , por no perder la costumbre , cerró el insólito duelo .
A decir verdad , la búsqueda  del cadáver del Zebedeo se me antojó un empeño estéril . Pero , con los labios sellados  , ¿ qué podía hacer ? << Despues de todo - me consolé  - quizá la " excursión " resulte instructiva >> Sabia reflexión la mía ...
Los galileos , a buen paso , sabiendo sin dida hacia dónde se dirgían , tomaron dirección oeste . Pues bien , a pesar de las claras recomendaciones de Santiago , la Señora , haciendo oídos sordos a los llamamientos y al enfado de su hijo , no tuvo el menor reparo en detenerse media docena de veces  , mostrando el contenido del saco a cuantas vecinas - curiosas y parlanchinas - le salieron al encuentro , interrogándole  acerca de la matanza . Y todas ellas , con una bravura lindante en la inconsciencia , les gritó el nombre del << asesino >> : Ismael , el saduceo . El suplicio se prolongó hasta el límite del poblado . Y no por falta de ganas en la impetuosa Señora , sino de vecinos .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 22 )

Miriam protestó . Hasta los niños sabían de la mortífera acción de esa planta . ¿ Quién podía confundirla  y mezclarla con el grano ?
Santiago , a pesar de la sensata exposición de su hermana  , le hizo ver que la crueldad del jefe del consejo terminaría  revolviéndose  contra tales argumentos , empeorando la ya delicada posición de la familia . Era menester que los sihuientes pasos  fueran y estuvieran minuciosa y cuidadosamente  estudiados . Y después de varias e infructuosas discusiones - desestimada una vez más la sugerencia de Jacobo de abandonar la aldea -, el grupo tuvo que resignarse a lo acordado en la jornada precedente : esperar el desenlace  de la sesión del tribunal de Séforis , prevista para la mañana del día siguiente .
- En estos momentos  - añadió Santiago cancelando la reunión - conviene conservar la calma y esforzarnos  para encontrar ... - Dudó unos instantes . Y mirándome de reojo modificó su pensamiento . De haber hablado del << cadáver >> de Juan sólo habría añadido leña seca al ya voraz fuego que consumía a los presentes -.... A nuestro amigo . El Zebedeo - comentó sin poder apagar del todo su preocupación - tiene que estar en alguna parte .
La Señora  , al escuchar el nombre del discípulo , trazó una amarga sonrisa . Pero tampoco dijo nada . Y quien esto escribe  creyó leer sus pensamientos . ¿ Qué podía esperarse de un individuo sin entrañas , capaz de acabar con la vida de unas inocentes palomas ?
Y cargando el saco , Jacobo se dispuso a seguir a su cuñado . Y este explorador , aunque no había sido invitado , decidió acompañar a los dos hombres . Al observar mi disposición , Santiago me miró fijamente , planteándome una sola cuestión.
- ¿ Estás seguro de querer unirte a nosotros ? Los ojos del saduceo están en todas partes ...
Y aproximándome le susurré al oído :
- No olvides que soy su cómplice .
Sonrió con desgana .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 21 )

Las palomas fueron introducidas en un saco , juntamente con la totalidad del pienso wxistente en los comederos . Al parecer , el palomar del corral ya había sido revisado por Miriam y su marido , no encontrando nada  anormal . Y maría  , secándose las lágrimas , fue invitada  a abandonar la terraza . En compa´´ia  de Santiago fui el último en descender al patio . Al aproximarme al murete de piedra  de medio metro de altura  que cercaba  y protegía  el terrado reparé en dos cajas de madera de pino . Sin querer me entretuve unos segundos  . No había duda  . E inclinándome  las inspeccioné  con tanta curiosidad como emoción . El cabeza de familia , con un pie en la escalera  , observó la maniobra  y , en silencio , aguardó mi reacción . Estaba seguro . Aquellas cajas rectangulares  , de sesenta por cuarenta  centímetros , ennegrecidas por la humedad y cargadas de una arena sucia  y salpicada de excrementos  de paloma , tenía que ser las utilizadas por Jesús en sus juegos .La Señora , amorosa como siempre , las había conservado . Tomé un puñado de arena y se la mostré a Santiago . La luz que debió percibir en mi semblante  le hizo olvidar por un momento el disgusto del envenenamiento . Y sonriendo agradecido confirmó mi intuición. En aquel terrado , con aquellas cajas  , la fantasía y la imaginación del Jesús niño se habían desbordado durante largas y felices jornadas .
Dos minutos después , el risueño rostro de mi amigo , sepultado en la arena de los recuerdos  de la lejana infancia , adquirió la inevitable aridez  del momento . La familia , con la ausencia de Ruth , trató en vano de serenarse y analizar la situación co el escaso hielo que restaba en sus encendidos ánimos . Miriam , justamente acalorada , propuso convocar al consejo del pueblo y dar cuenta a los vecinos de la maldad del saduceo . Santiago rechazó la idea , argumentando con sobrada razón que << no era preciso demostrar algo que todos conocían de antiguo >> . Por otra parte , la noticia del envenenamiento - amén de haberse propagado ya por Nazaret - no era motivo suficiente para reunir a Ismael y al resto de los ancianos . ¿ A quién denunciaban ? ¿ Cómo demostrar que se trataba  de una acción premeditada ? No había pruebas ni testigos . Las raíces del acónito podían haber llegado a los comederos de mil formas.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

domingo, 28 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 20 )

En el terrado yacían quince palomas , muertas . María , al descubrir esa mañana el macabro hallazgo , se había apresurado a avisar a los  suyos . Curiosa y sospechosamente , el autor o autores de la mortandad no actuaron sobre el palomar existente  en el patio posterior . Era menos comprometido ascender por las escaleras experiores  , adosadas al muro y eliminar a los inonfesivos  ejemplares  que se guarecían en un anexo del referido palomar , dispuesto al fondo de la azotea y armando en pequeñas jaulas , al socaire del contrapecho . Por fortuna  , la veintena de aves que anidaban habitualmente  en el corral segían zureando y alegrando la casa con sus vuelos  blancos , negros y verdiazulados  .
Al examinar los animales muertos observé  restos de vómitos sobre la arcilla apisonada  . Jacobo mostró a su cuñado uno de los tazones de madera que servía de comedero . Junto al grano que constituía el alimento habitual se apreciaban restos de una raiz , minuciosamente troceada . Santiago tomó algunos de aquellos minúsculos y negruzcos trocitos , olfateándolos .
- No hay duda - comentó en voz baja -. Envenenadas .
Le pedí que me mostrara el extraño elemento . Pero fui incapaz de identificarlo . Y al rogarle que me aclarara el misterio , lo hizo con una sola palabra :
- Acónito .
Me estremecí . En efecto . yo había observado esta planta  entre la maleza que crecía  en las colinas . Sus  raices contienen una alta concentración de alcaloides . Y entre esos principios  activos : la << aconitina >> , uno de los venenos  más rápidos que se conocen . Ni siquiera en la actualidad se ha descubierto  un antídoto específico . La raiz , el << napelo >> , es confundida en ocasiones con los rábanos picantes . Eran suficientes cuatro o cinco miligramos para provocar un fatal desenlace  en un ser humano . En el caso de las palomas , la dosis letal , por supuesto , podía ser notablemente inferior.
- ¡ Hijo de mil rameras !
Jacobo se mordió los puños . Todos , sin necesidad de mayores explicaciones  , nos mostramos de acuerdo sobre la identidad del miserable   que había maquinado tan repugnante  acto . Pero nadie pronunció su nombre . Tampoco hacía falta  ser muy despierto para entender que aquel doloroso envenenamiento era una advertencia  . Y por segunda vez en la luminosa mañana  del miércoles , 26 de abril , quien esto escribe se arrepintió de haber pactado con el saduceo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 19 )

El silencio fue la más elocuente respuesta . Y guiado de su sentido de la prudencia me pidió que aquella conversación no trascendiera .
- En especial - añadió con una rabia mal contenida - después de lo ocurrido esta noche ...
Supuse que hacía a la alusión tramado por Heqet . El siguiente y espontáneo comentario de Santiago fue a sacarme del error.
- ... ¡ Hijo de mala madre ! No respeta ni a los animales ...
- ¿ De qué hablas ?
- Ven y lo veras ..
Y conduciéndome al corral se dirigió al ángulo derecho . Allí , tomando la delantera , ascendió hasta la terraza , sirviéndose de una escalera de mano . Una vez arriba  , percatándose  de ni vacilante actitud  , me apremió a que le siguiese . Al poner los pies en el terrado quedé estupefacto . Mirian , al fondo de la azotea - justamente en la zona situada sobre la cocina -, parecía consolar a su madre . La Señora , sentada sobre el pavimento , tenia la cabeza entre las rodillas . A la izquierda  de las mujeres  , Jacobo , en cuclillas , examinaba  algo con gran atención . Santiago se incorporó al grupo . Y quien esto escribe , intrigado , se fue tras él . Al descubrir en el suelo el motivo de la minuciosa observación de Jacobo comprendí el porqué de la desconsolada  actitud de María y algo más .... Y en el cielo de mi memoria surgió la estampa del saduceo , con aquella nerviosa risita  y la frase que - ¡ torpe de mí !  había interpretado erróneamente : << A partir de hoy , muy pocas palomas disfrutarán de esa libertad . >>
- ¿ Por qué ? ... ¿ por que ?
La señora , arrasada en llanto , formulaba la pregunta una y otra vez . Ninguno de sus hijos supo responderle . Y mis ojos fueron a cruzarse con los de Santiago.
- Amigo Jasón - manifestó con una justa amargura -, tú no conoces a ese hombre ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 18 )

Leyendo en su faz la lógica sorpresa me adelanté a sus pensamientos , refiriéndole parte de mi encuentro con el jefe del consejo , así como la pactada segunda  reunión , prevista para el atardecer del día siguiente . Creo que entendió y admitió mis razonamientos . Por supuesto tuve especial cuidado en silenciar las tenebrosas intenciones del saduceo repecto a su familia  . Aunque , a decir verdad , tampoco constituían novedad alguna .
Durante breves instantes se distrajo acariciando la barba con los dedos  . Por último , moviendo la cabeza negativamente , no ocultó su disgusto .
- No me gusta . - Y retrocediendo a una de las claves de mi exposición comentó a la sombra de la incertidumbre - : Mi madre tiene razón . Es posible que tu << supuesta venganza >> haya sido ya satisfecha .
-  ¿ Qué insinuas ?
Me miró compadecido .
Amigo Jasón : tú no conoces a ese hombre .... Si Juan ha cometido el error de desafiarle ...
Eligió el silencio . Para él , la dramática culminación de aquel pensamiento era algo vivo y factible . Para mí , que conocía << el futuro >> , un fin trágico para el Zebedeo en el año 30 no tenía fundamento . Sin embargo , aunque ardía en deseos de tranquilizarle , contuve mi lengua .
- ¿ Cuáles son tus planes ?
Sonrió lastimeramente .
- Buscar un cadáver ...
- Pero ...
No admitió la protesta .
- Aquí , Jasón , las noticias vuelan . ¿ Crees que no estamos informados  de lo ocurrido esta madrugada  en el albergue  ? Toma buena nota : ése es el estilo de Ismael y sus lacayos  . ¿ Imaginas que Juan ha podido correr mejor suerte ? - Ni podía ni me dejó intervenir -... No , Jasón . Prefiero afrontar los hechos  . La visita al jefe del consejo y su desaparición parecen una misma cosa .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 17 )

- Mañana , astuto griego , daré respiro a tu curiosidad . Tendras preparado el informe y , ademas del arpa y una suculenta cena , compartirás conmigo otras sorpresas ...
La prudencia me obligó a desistir . Aquel indoiduo era más escurridizo y peligroso de lo que había supuesto . Tendría que tensar mis movimientos  .  Y al abandonar su guarida - no sé cómo explicarlo -, el instinto se agitó , advirtiéndome  de algo terrorífico . Quizá me había precipitado al acudir a la casa del saduceom . Y la intuición , tronando en mi alma , me puso sobre aviso : no debía volver...
Los pies , ajenos a mis pensamientos , terminaron llevándome al hogar de la Señora . ¿ Por qué había experimentado aquel desasosiego al despedirme del viejo rufián ? ¿ Era por mí opor el Zebedeo ?
La puerta abierta me devolvió a la realidad . Era extraño . ¿ A qué obedecía el cambio en las rigurosas precauciones de la familia ? Al asomarme comprobé que la estancia se hallaba desierta . Y alzando la voz traté de advertirles de mi presencia . Nadie respondió . Repetí el saludo con idéntico fruto . Y temeroso de abusar de la hospitalidad de mis amigos  rechacé el inicial impulso de adentrarme en la vivienda . Retrocedí algunos pasos , inspeccionando  la solitaria calle  . La ausencia  de vecinos  en las inmediaciones  se me antojó igualmente  anormal . ¿ Qué había sucedido ? Y sobrecogido aún por las enigmáticas y nada tranquilizadoras palabras  de la víbora  me ví asaltado por  un torbellino de cábalas . Pero , cuando me disponía  a llamar  a la puerta  contigua  , domicilio de Jacobo  ,  una voz me reclamó  desde la terraza . Respiré aliviado . Era Santiago  . Y haciéndome  una señal me indicó que esperase . Al poco aparecia  por el hueco del taller  . Me invitó a pasar y , cerrando la puerta , se dedicó a dar cortos paseos  por la habitación . En un primer momento lo atribuí a la lógica falta de sueño  . Las ojeras y los ojos enrojecidos no podían tener otra explicación . Era corecto , en parte .
- ¿ Qué ocurre ?
Y el galileo , advirtiendo mi ansiedad , fue directamente al problema  que amordazaba su ánimo .
- Juan...
- Ha aparecido - me atreví a insinuar , demostrando mi alegría .
- Ése es el asunto - replicó casi sin voz -, que sigue sin dar señales de vida . Esta mañana , uno de los burreros  que transportaba el lino desde Séforis me ha comunicado que nadie le ha visto en la ciudad .
- Entonces ...
- Anoche , al regresar junto a mi familia - completó la explicación -, uno de los criados del saduceo , fiel a las enseñanzas de mi Hermano , se presentó de nuevo en la casa , confirmando su primera información : El Zebedeo había solicitado una entrevista con esa víbora  . Ismael cambió algunas palabras con él . Ahí desparece su rastro . Jasón : ese inconsciente de Juan tiene que estar aún en la casa ...
- No lo creo . Mejor dicho - me apresuré a rectificar ante la atónita  mirada de mi interlocutor -, creo que no es posible ...
- ¿ Por qué ?
- Acabo de salir de la madriguera de ese reptil y , según he apreciado , el Zebedeo no está en la mansión.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

sábado, 27 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 16 )

Desconfiado y astuto me dejó terminar .
-... Es mi intención acabar con él , antes de que acierte  a enredarme en un enojoso pleito .
- ¿ Y la segunda << minucia >> ?
- tengo entendido ( corrígeme  si me equivoco ) que hace años , el propio Jesús  te vendió una arpa de su propiedad ...
Sin adivinar hacia dónde me dirigía  frunció el ceño , luchando por recordar ...
- ... Pues bien , si fue así y si aún la conservas , quisiera examinarla  y entregársela a Procla  , la esposa de Poncio .
La cadena de imprvisadas mentiras le dejó fuera de combate .
- ¡ El arpa ! ... Sí , claro que lo recuerdo . Pero , no entiendo ...
Más asombrado que el saduceo ante mi capacidad  para la invención proseguí en los siguientes términos :
- Se trata de un sueño . la víspera de la crucifixión , la mujer del procurador tuvo una visión . En ella aparecía  el profeta y el arpa ... Lo siento , no puedo decirte nada más .
Permaneció en silencio y confuso . Parecía obsesionado , buscando clandestinas intenciones a mis propuestas . La segunda , aparentemente de menor rango , quedó en suspenso .
- ¡ El arpa ! Dame tiempo . Tendré que buscar ...
Acepté comprensivo .
- Mañana recibiras una respuesta  . En cuanto a ese Zebedeo ...- Me observó ladinamente . Y enroscado en su maldad sentenció con irritante parquedad - : Quizá tu << minucia >> haya sido ya satisfecha ...
Un cruel prensentimiento me atenazó la garganta . Y poco faltó para que sus negras garras me delataran . ¿ Qué había querido decir ? ¿ Cuál era la relación entre aquel miserable  y la inexplicable ausencia del discípulo ? ¿ Por qué mi falso deseo de venganza se hallaba cumplido ? Y con aire distraido le presioné .
- Ahora soy yo el que no entiende .
No mordió el anzuelo . Y tirando del lodo de su corazón y del rugiente abdomen bregó por ponerse en pie . La entrevista tocaba a su fin.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 15 )

La codicia y ambición asomaron traidores por el congestionado rostro . Y apurando la última gota de la jarra , babeando de placer , me rogó que ampliara detalles . Y tal y como suponía  , el malévolo plan de este explorador  cayó en terreno abonado ..
- Podría hacer llegar tu informe a la máxima autoridad del imperio . A cambio , sólo deseo de tu probada magnanimidad un par de munucias ....
- ¿ Minucias ? ¿ Informe ? ¿ A qué te refieres ?
Con estudiada frialdad fui explicándole mis pretensiones . ¿ Quién mejor que él para redactar un informe sobre la figura de Jesús y las << blasfemas y revolucionarias actividades >> que empezaban a detectarse en Nazaret ? Mi exposición , adornada con un incesante canto a su honorabilidad , terminó de vaciarle . Y respirando vanidad aceptó , aunque insinuó con desconfianza :
- Te concederé lo que pidas , salvo una cosa : el perdón para esos miserables .
Haciéndome cómplice de su odio le aseguré que no era ésa mi intención .
- Tu palabra ha abierto mis ojos . No deseo modificar el rumbo del destino . Como te decía , sólo pretendo un par de << minucias >>...
- Habla , pues .
Y midiendo cada sílaba  le hice ver que , << por razones estrictamente personales deseaba  vengarme de uno de los discípulos del profeta >> . Pero , incomprensiblemente  y sospechosamente  , habia desaparecido . Y sin descender del cinismo al que me había encaramado le expresé mi fingido temor .
- Cabe la posibilidad - manifesté humillando la voz  - que ese engreido y venenoso Juan de Zebedeo haya huido a Séforis  y trate de perjudicarme  , denunciándome a los funcionarios de Antipas . En el camino hacia Caná me negué a curar a uno de sus compañeros  y ha jurado perderme .
El dato , infiltrado con absoluta predeterminación , no podía haber llegado a oídos del saduceo . Y admitiendo que pudiera verificarlo , el << rasgo de honradez , a a no dudar , jugaría a mi favor .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 14 )

Al pronunciar la palabra << volar >> fue arrastrado por una risita nerviosa y preñada de funestos augurios . Y quien esto escribe  equivocó el sentido de la siguiente  y enigmática frase del saduceo :
-  A partir de hoy , muy pocas palomas disfrutaran de esa libertad .
- Está bien  - proclamé  deseando terminar la corosiva entrevista -. Pero exijo algo más .... Sus ojos se abrieron como los de un búho al acecho -... Te ofreceré  la más exhaustiva información , siempre y cuando , además de mi seguridad , me garantices la devolución de lo robado en la posada y ...
No me permitió concluir .
- ¡ Hecho ! Tu prudencia es propia de los hombres sabios . Hemos hablado de tu error  y creo que también deberíamos hablar del mio .- El tono , condescendiente  e impropio de un reptil , me puso en guardia -... Debes comprender a este viejo y celoso guardián de la ley . Vivo por y para Yavé , bendito sea ,bendito sea , y para estas sencillas e infelices criaturas a mi cargo ...
<< Repugnante hipócrita >> , grité en mi fuero interno .
-... Por ello , y te ruego que me disculpes , di las órdenes oportunas  para que registraran tu habitación . Otro , en mi lugar , hubiera hecho lo mismo . La pureza de la doctrina es lo primero . Y tú , no puedes negarlo , has irrumpido en la aldea como amigo y partidario de ese peligroso revolucionario , afortunadamente muerto . De haber sabido que eras un hombre sensato y , por añadidura  , amigo de Poncio , esta conversación habría tenido lugar mucho antes . Cuando te entrevistes con el procurador ( porque sé que lo harás ) , háblale de Ismael y de su celo ... - Empecé a palpar las segundas intenciones de aquel más que supuesto reconocimiento de su culpabilidad -. Mañana , si me haces el honor , podrás apreciar el refinamiento de mi cocina . Y estaré encantado de restituirte lo que es tuyo , siempre y cuando - matizó congelando las palabras en el aire  - el honorable griego cumpla lo acordado ...
- Hay algo más .
Consumado actor  e inpenitente embustero fingió sorpresa . Y tratando de sacar partido de la idea que acababa  de deslizar le mostré algo que ya conocía : el salvoconducto de Poncio.
-.... La agudeza de tu inteligencia - tercié con idéntica teatralidad - podría perderse en un lugar tan remoto como éste . Es cierto que el procurador  me aguarda en Cesárea . Y no es menos cierto que podría hablar de tu celo y mejor hacer, no sólo a Poncio , sino a los grandes rabinos del Sanedrín de Jerusalén y , en breve , al mismisimo Tiberio...         
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez                                                                         

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 13 )

Tratando de pensar a su misma velocidad y de conocer sus turbios manejos simulé no haberle comprendido .
- ¿ Mi error ?
- Tu ingenuidad de conmueve . Precisamente tu condición de prosélito viene a colocarte en una delicada situación .... - En esta ocasión , ciertamente , no alcancé a entender el significado de sus amenazas -. Supongo que estás enterado de una de las acusaciones que le llevaron a la ejecución . Ese renegado se declaró << rey de los judíos >> ... Pues bien , pues sus partidarios son igualmente enemigos del César . ¿ Te conviene convertirte en sospechoso de conspiración contra Roma ?
Despejada la duda sobre << mi error >> , enpecé a valorar la << oferta >> . Quizá resultase altamente veneficioso que me << rindiera a sus propósitos ...
Me dejó reflexionar .
- Mi trato . redondeó con astucia - puede salvarte de la ignominia  y de algo peor ...
Mientras permaneciera en la aldea - y mi retorno al yam estaba previsto para la mañana del viernes 28 - el único riesgo calculado que en verdad corría  este explorador  ya había sido apuntado por el saduceo y ensayado por el egipcio . En este sentido debía obrar con pies de plomo . Era menester ganar tiempon y aplacar las iras del jefe del consejo , en la medida de lo posible . La operación no podía verse comprometida  a causa de las intrigas de aquel indeseable . Si obtenía una << tregua >> - a ser posible hasta el mencionado viernes -, mi labor en Nazaret resultaría beneficiada . Por supuesto , no se trataba de traicionar a nis amigos . Ni el estricto código de Caballo de Troya  lo permitía  , ni yo lo hubiera consentido . Si el viejo buscaba información acerca  de los planes de la familia de Jesús , yo se la daría ..., a mi manera . Establecer una secreta << relación >> y estar al tanto de sus movimientos podía ser positivo para mis propósitos .
- ¿ Y quçé obtendré a cambio ? - repliqué , fingiendo no haber captado sus  amenazas .
El alcoholle otorgó una momentánea lucidez . Y convencido de que tenía delante a un estúpido de solemnidad se aventuró a desvelar:
- El Sanedrín de Séforis decidirá mañana la suerte de Santiago , de su familia  y de cuantos proclaman la resurrección del carpintero . Aquí , todo pasa por mis manos . Si aceptas , no habrá cargos contra ti y podrás volar en libertad .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

viernes, 26 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 12 )

La carcajada de aquel malnacido quebró el blanco pincel del incienso .
-  ¡ Caná ! ... ¡ Agua en vino ! - Y mostrándome la copa  escupío en su interior  -. Si en esta comarca hay alguíen que entienda de vinos , ése soy yo .... - No lo puse en duda  -... ¿ Quién presenció el prodigio ?
- Tengo entendido que su madre y ...
- ¡ Tú lo has dicho ! - vociferó arrojando los restos del vino sobre el piso -. ¡ Su madre ! ... ¡ Y nadie más ! Jesús solo hacía maravillas delante de los suyos ...
- No comprendo .
- Estimado griego - descendió a un tono paternalista -, otros , menos inteligentes , se han dejado embaucar por supuestas resurrecciones , falsas curaciones y multiplicaciónes de panes y peces . Me alegra que tú , mucho más sensato , pregunte también a sus << enemigos >>. Escucha esto : en cierta ocasión , ese desagradecido se dejó caer por este , su pueblo . Yo mismo le interpelé  , dasafiándole a que hiciera brotar vino añejo de mi pozo -. Movió la cabeza , descalificando al Maestro -...
Acobardado huyó de Nahum . A otros es posible ; a los que le vimos crecer no podía engañarnos .
- Nunca hubo profeta en su tierra .
- Los profetas - replicó autoritario - jamás se proclamaron hijos de Dios .- Y colmando el torturado espíritu con una tercera copa  dejó el asunto visto para sentencia -.  En fin , ya ves cómo ha terminado . De haber seguido mis consejos  quizá hubiera sido un hombre útil y honorable . Mañana , nadie le recordará ... En cuanto a su familia , yo me encargaré de liquidarla  y de limpiar la aldea de tanta inmundicia .
Poco más podía esperar de aquella ciénaga . Y aprovechando la insinuación me arriesgué a interrogarle acerca de sus intenciones inmediatas . El reptil no cayó en la trampa  . Y en un inequívoco tono de advertencia me recomendó que , por mi seguridad , << cambiase de aires >>
O mejor aún - rectificó en un sibilino intento de utilizarme -. Estaría dispuesto a enjugar tu error , siempre y cuando me tuvieras al corriente de los proyectos de esos indeseables ..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 11 )

Un cavernoso eructo relajó la ansiedad de Ismael - que no la sed - quien , vaciada la dosis  , alargó la temblorosa mano , exigiendo el inmediato llenado del vaso  . El sirviente , con la jarra de bronce de corintio dispuesta  , parecía esperar la orden . Escanció el espumoso y ligero néctar y , como un autómata  , depositó el recipiente en el suelo , al alcance de su mano . El saduceo percibió mis recelos . Y desbordado en una risa de hiena  , incapaz de articular palabra  , hizo señas al joven para que probara  la leche . La fría y dócil sumisión del individuo - que cumplió el cometido de inmediato - me dejó perplejo . Aquél parecía  otro triste hábito de la infernal vivienda  .
- ¡ Griego insolente ! - clamó cuando el criado se hubo retirado -, ¿ Me crees capaz de envenenar a un amigo del procurador ? Te diré algo : admiro tu valor ...
La mano del egipcio seguía flotando en aquel desapacible encuentro .
- ... Sabes defender a tus  amigos . Y eso no es moneda común en estos tiempos . Pero dimi : ¿ por que te interesa un profeta muerto ?
Rió su propia gracia .
- Quizá - improvisé - porque supo enfrentarse a los corruptos .
- En eso reconozco una cierta verdad - replicó con cinismo -. El carpintero tenía la audacia  de los ignorantes . Desde niño demostró una enfermiza inclinación al desafío y a la polémica . El consejo , y yo mismo , tuvimos que amonestar a su familia en numerosas ocasiones  . Introvertido , ególatra y blasfemo se empeñaba  en hablar con el Único ( bendito sea ) como si fuera su padre . Estaba poseído . Violaba el sábado y su palabra era fuente de continuas querellas entre la juventud . Siendo un despreciable crío llegó a ponerme en ridículo. Se atrevió a dibujar el honorable rostro de su maestro en las losas de la escuela ....
Con toda la frialdad de que fui capaz seguí tirando del engaño .
- Dicen que obró prodigios  . En Caná...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 10 )

La víbora abrió las fauces . Y la ponzoña  me hirió en lo más profundo . Pero haciendo de tripas corazón , soporté la embestida .
- Un afeminado sobresaliente . - Presa de la ansiedad del alcohólico chasqueó la lengua  . Y añadió roído por el resentimiento - : Más le hubiera  valido casarse con Rebeca  y olvidar sus sueños de grandeza . . Despues de todo , ¿ quién fue su padre ? ¿ Quién era él ? ¡ Carpinteros ignorantes que no tenían donde caerse muertos !..
- ¿ Afeminado ? - tercié descendiendo a su nivel -.
Tú tampoco te has casado ...
La ojerosa mitada  se nubló en rojo . Y midiendo las fuerzas de su contrincante  meditó la respuesta . Pero el odio hacia Jesús  era como un océano . Ni mil vidas lo hubieran secado . En cada palabra , gesto o silencio batía ronco y destructor .
- Yo he consagrado mi vida al Todopoderoso , bendito sea . Y no voy a consentir que me insultes . Y menos en mi propia casa ...
- Ni yo que insultes a mis amigos .
La tensión fue sofocada  por la entrada de unos de los sirvientes . No fui capaz de reconocerle  . Yo sabía  que , al menos uno entre los servidores del saduceo , había demostrado su lealtad a la familia  de Santiago , advirtiéndoles en secreto de la marcha de un mensajero al tribunal de Séforis . El individuo , joven y enjuto , me miró con una descarada curiosidad . ¿ Podía ser aquél el << contacto >> con los familiares del Maestro?
 El viejo recibió el vino con desasosiego . Y atrapando el vaso múrrino antes de que la bandeja llegara a la mesa lo apuró convulso , con la sed sin fondo de los alcohólicos  . Obsevé con desconfianza la ración de leche , igualmente servida en una de aquellas espléndidas copas múrrinas - una especie de ágata -, puestas demoda entre las clases adineradas a ráiz de su introducción en Roma por Ponpeyo después del triunfo sobre Mitrídates.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 9 )

E indicando los mullidos almohadones de seda persa que rodeaban la mesa me suplicó que tomara asiento . Y el saduceo se dirigió al hall , intercambiando algunas frases con uno de los sirvientes  . Pero , ignorando mis gustos  , se volvió desde la puerta  preguntando si deseaba  vino . Decliné la invitación . Sin embargo , ante la empalagosa insistencia  , no tuve  más remedio que sugerir una ración de leche caliente . Sonrió despreciativamente y , transmitida la oportuna orden  , fue a desplomarse entre jadeos y una punzante y justiciera artritis sobre los voluptuosos cojines  .
- Y bien ...
El malicioso Ismael descansó las sanguinolentas manos  en el abultado abdomen , esperando mis razones . Sin saber qué decirle ni por dónde empezar me limité a pasear la mirada  por la millonaria estancia .
- No debe asombrarte - medió corrosivo -. Estas pequeñeces se hallan  inspiradas en la gloria de Grecia . Porque tengo entendido que eres de Tesalónica ...
Asentí , comprobando que Heqet se había dado una especialísima prisa en informarle .
- ¿ Y qué hace un rico comerciante tan lejos de su patria ?
Reptante , de acuerdo a su condición , fue llevándome  hacia donde deseaba  . Lo que no sabía es que yo también le arrastraba  hacia uno de mis objetivos .
- He sabido de un profeta llamado Jesús - dejé caer con maldad - y busco información ....
Al escuchar el nombre de su antiguo discípulo se mordió los labios . E incontenible y agrio balbuceó .
- ¿ Un profeta ? ... ¿ ese loco presuntuoso ?
Acababa de tragar el cebo . Ya sólo era cuestión de ir recogiendo el sedal .
- ... Yo fui su maestro .
- Eso tengo entendido - le interrumpí fingiendo una ardiente curiosidad -, Y sé que tus labios  hablarán con verdad . Dime : ¿ es cierto que fue un alumno sobresaliente ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

jueves, 25 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 8 )

Al traspasar el umbral , el rústico exterior de la vivienda desapareció . Cruzamos un pequeño hall, todo él revestido  en piedra travertina y , falsamente  reverencioso , el miserable jefe del consejo me franqueó el paso a una segunda sala  , sin ventanas ,  en la que se respiraba  un penetrante perfume  a incienso . Atento a mis movimientos  se mostró satisfecho ante el asombro que pintaba mi rostro . La decoración daba cumplida cuenta  de su desmedido amor por el lujom . Resultaba poco menos  que inconcebible  que en una aldea  de tan modestas gentes y pretensiones pudiera alzarse una vivienda  que , a no dudar , habría sido la envidia  del mismísimo procurador . Las paredes  , del suelo a la techumbre  , aparecían forradas en bronce . Y en el centro geométrico de cada una de ellas , incrustados  en las planchas , brillaban sendos candelabros  sagrados  de medio metro de altura , trabajados en una especial piedra de Capadocia  ( algo similar al cristal de cuarzo ) . La transpariencia  de los siete brazos  de cada memorah era tal que , incluso sin ventanas , destellaban como diamantes  . Dos enormes lucernas  en forma de media luna  y en un delicado y repujado en hierro colgaban de las vigas de la techumbre , cubriendo la estancia  de una luz dorada  . Suspendidas aproximadamente a la altura de mi cabeza  ( algo menos de 1,80 m) , las lámparas quemaban las mechas por sendos << cuernos >> , dejando escapar los hilos de incienso por el centro . El piso , deliciosamente fresco  bajo mis pies  descalzos , se hallaba armado con losas de << brecia >> egipcia - el codiciado alabastro de color miel - , transportaba desde el Dshébel Urakan. Y en mitad de la << sala de estar >> , otra joya cuyo exorbitante precio sólo podía estar al alcance  de aquel corrompido representante de la ley : una mesa de casi metro y medio de diámetro y poco más de cuarenta centímetros de altura , fabricada con láminas circulares de limonero .( Entre los romanos estos muebles alcanzaban cotizaciones millonarias . Se cuenta , por ejemplo , que Cicerón poseía una de estas mesas  , valorada en quinientol mil sestercios ) Las patas , de marfil , había sido guarnecidas con aplicaciones de concha y pequeñas lágrimas de oro y plata .
Y replicando a mis pensamientos , comentó devorado por la soberbia :
- Dios , bendito sea , otorga poder y gloria a quien lo busca .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 7 )

Alertados por el escándalo  no tardaron en aparecer otros dos hombres . Y detrás , castigando sus prominentes mamas  con el balanceo de las prisas  , el saduceo , insomne y visiblemente irritado por el alboroto . Dios hizo que me quedase quieto . Y de esta guisa , sin mover un músculo , tratando de iluminar mi inteligencia  con alguna brillante y oportuna  idea , esperé el desenlace  de la escena . El sacerdote , embutido en una túnica  cuya blancura  lastimaba los ojos , penetró como un carro de guerra en mitad del confuso trio . Escuchó la sofocada y lastimera versión del acólito y , sin quitarme ojo , les ordenó que se retiraran . Aquello me sorprendió . Pero , sin perder la serenidad , continué en mi papel de estatua . Sólo podían ocurrir dos cosas . O que el viejo cirrótico aprovechara  la soledad del lugar y me lanzara a sus esbirros o bien que diera media vuelta  y me dejara plantado . Pues bien , sucedió lo que menos podía imaginar : Ismael , astuto como un zorro , pensaba  con el fulgor y la rapidez de una chispa eléctrica . Y en segundos , desconcertado quizá ante  mi supuesta audacia , le dio la vuelta  al colérico semblante  , tensando los << nevos >> en araña  delas mejillas con una artificial sonrisa . Y abriendo sus brazós en señal de paz caminó hacia quien esto escribe  . Como es de suponer , aquel cambio emanaba un inconfundible tufo a traición . Pero , dispuesto  a conquistar los objetivos que me había  trazado , decidí ponerme a su altura .
- El Único , bendito sea , favorece a los valientes -
el saludo , arrojándome el podrido aliento , confirmó mis impresiones .
- Sé bien venido a la casa de Ismael . Supongo que me buscas ....- Y con una desfachatez difícil de igualar me tomó por el brazo , invitándome a caminar a su lado -... Presiento - añadió mirándome de soslayo - que nuestro encuentro estaba escrito en los cielos .
<< No puedes imaginar hasta qué extremo >>, pensé para mis adentros .
-.... Es muy posible que ambos hayamos cometido errores  . Sin embargo , no hay nada que no pueda resolver la palabra y una oportuna medida de vino . Te ruego aceptes la hospitalidad de este anciano .
Creí estar al tanto de su error . Pero , ¿ cuál era el mío ? E instantáneamente  me vino a la memoría la crítica escena de la << blasfemia >> de Santiago . Yo estaba allí.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 6 )

No supe qué hacer , ¿ Rodeaba  el edificio a la búsqueda  de los sirvientes ? Estremecido recordé que los esbirros  contratados por el posadero para mi eliminación  eran justamente  servidores  o lacayos del viejo sacerdote  . Quizá  la situación , a plena luz y en los dominios de la víbora , no fuera tan dramática . La reflexión no era de buena factura  . Así que , con mil precauciones  , caminé  hacia el oeste de la fachada  . En dicha esquina  el paso aparecía cprtado por un abrupto desnivel - casi un precipicio - que moría en la torrentera , a unos veinte metros  de donde me hallaba . El muro occidental  de la vivienda  quedaba convertido así en un lugar de difícil acceso . De hecho, como si el saduceo hubiera deseado convertir aquel flanco en un bastión , la pared carecía de puertas . En cuanto a la media docena de ventanas practicadas en el blanco enlucido , la más próxima  a tierra quedaba separada  por tres dilatados metros . Un poco más al norte  , siguiendo el curso del arroyo , se alzaban un par de casitas , recostadas una en la otra . A las puertas de una de ellas  , besando las rápidas aguas , se distinguían varios hombres , afanados en lo que me pareció un trabajo de alfarería  . Sin saberlo estaba  descubriendo el entrañable taller de los descendientes de Nathan . Súbitamente  , el roce  de unas sandalias contra la tierra apisonada  fue a sacarme  de mis observaciones . La baja y fuerte complexión del individuo que se acercaba me resultó familiar . Si la memoria  no fallaba  , era el mismo , o muy semejante  , al que había salido del albergue y que terminó dándose a la fuga por los huertos  próximos al puente de piedra . Aquel elemento , en compañía del segundo - al que perseguiera Santiago -, podía ser uno de los artífices del robo . Y la mano derecha  de este cada vez más desconfiado explorador fue al encuentro del mecanismo activador de los ultrasonidos . No fueron necesarios  . Al reconocerme  soltó la horca de tres púas que portaba en su mano izquierda  y , descompuesto , berreando como un becerro , dio media vuelta , precipitandose hacia el cortinaje rojo . Atónito ante lo incomprensible y desmedida reacción del esbirro no acerté a entender . << A no ser ... >> Sonreí sin ganas . Y el estómago me dio un vuelco . << A no ser que aquel desalmado hubiera participado en el apuñalamiento del " dormido griego ".. >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 5 )

De acuerdo con la tradición aparecía aislada del resto de las construcciones . Y  con la amable sencillez  que caracteriza alas gentes humildes , dos de las matronas , que seguían poco más o menos el mismo camino , se brindaron a conducirme  hasta el lugar . El barrio de los artesanos  y la << calle sur >> - itinerario seguido hacia la esquina  noroeste de la aldea - fueron iluminandose con la promesa de un día tan radiante  y caluroso como el anterior . A las puertas de las casas , en los patios  y callejones  , dueñas y jovencitas ponían a punto las hornadas , canturreando al ritmo de la molienda  , barriendo y baldeando el empedrado y alimentando las blancas columnas de humo de los fogones y hornos de pan que , sin querer  , venian a trazar en el celeste del cielo una Nazaret vertical , ondulada  y optimista  . Una Nazaret ajena a las miserias de hombres como Heqet y sus secuaces . Era increible  . A juzgar por los alegres y limpios saludos de los vecinos , nadie parecía al tanto de los turbulentos sucesos de la noche que acababa de retirarse .
En el cinturón de huertos que hacía de frontera  entre la colina  y las últimas casas , las risueñas mujeres  , con las ánforas sobre las cabezas , me dejaron prácticamente  encaminado en la dirección de la sinagoga  . El edificio de piedra , sentaba sus reales en una mediana explanada , abierta a cosa de medio centenar de pasos  de la aldea  . En principio , excepción hecha de los bloques de roca - cenicientos y desgastados por la erosión -, la construcción no sobresalía  del resto de las viviendas . Un casi imaginario senderillo rodeaba la casa por el flanco oriental , llevando directamente  a las dos puertas que se habrían en la cara norte . Ambas se hallaban cerradas . Imaginé que se trataba de las entradas a las sinagogas propiamente dicha . En esa misma fachada  norte , de unos quince metros de longitud  , ocupando la esquina occidental , aparecía  una construcción de menor envergadura  y claramente diferenciada  por el encalado de los muros . Presentaba también un portalón , semiclausurado por una cortina de lana escarlata . Y frente . Y frente a la que supuse vivienda del saduceo  , a cuatro metros de la entrada  , un pozo provisto de un trípode matálico del que colgaba  un húmedo y balanceante cubo de madera  . Amarrada al brocal me observaba indiferente una pareja de asnos de pelaje negro y ensortijado..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

miércoles, 24 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 4 )

El << ala del pájaro >>, como llamaban popularmente a las fuentes  , se hallaba lógicamente  desierto . Haciendo justicia a esta plástica descripción ( en los pozos y manantiales  de uso público se congregaba a diario la población  intercambiando las novedades  y comadreos  ) , el lugar no tardaría  en llenarse de madrugadoras matronas y de campesinos  perezosos  que aprovecharían el paso por el estanque  para abrevar sus jumentos  y llenar las calabazas  y pellejos . Actué con celeridad . Me desnudé  y situándome  frente a la fría vena  de agua  disfruté de la improvisada  << ducha >> . El Baño - otra de las servidumbres difíciles de paliar en nuestras circunstancias  - fue una bendición . Y relajado y fresco como una rosa , tras secarme con el ropón  , me dispuse a atacar aquella segunda jornada  en Nazaret . El contacto con el líquido elemento debió aclarar también mis emborronadas ideas . Aguardaría  la claridad para ponerme en marcha  . Mi primera << visita >>  , por supuesto , sería al saduceo . Entendí que me sobraban motivos  para intercambiar algunas palabras con el peligroso sacerdote  y jefe del consejo . A ser posible  , aunque no tenía  claro cómo , intentaría recuperar los fármacos  . Por otra parte  , en honor a la objetividad y dada su condición de viejo profesor  de Jesús  , no estaba de más que le formulara  varias cuestiones al respecto . Y hambriento rebussqué  en al exhausto saco de viaje  . Los ladrones habían despreciado los frutos secos  , sabia y providencialmente  incluidos por mi hermano en el modesto << ajuar >> . La partida de higos prensados  , pasas y nueces - de alto poder calórico - redondeó mi ánimo . Y extrañamente  tranquilo asistí complacido a mi primer amanecer en la aldea del Maestro . Y al unísono , como si se tratase de un mismo fenómeno , el orto naranja del sol y el ronquido de la molienda  del grano fueron empujando oscuridades y silencios , devolviendo la luz y la vida al poblado . Puntual y matemáticamente  hicieron acto de presencia  las mujeres , cargando vasijas sobre las cabezas o abrazándolas contra las caderas . Y con ellas , los primeros felah, descargando el malhumor del madrugón con los pacientes asnos  . No tuve dificultades para obtener la información que precisaba . La casa de Ismael , pareja a la sinagoga  , se lentaba al norte de la aldea , en la orilla  izquierda  de la torrentera  que jugaba a río en la falda  sur del Nebi . No tenía pérdida .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles - ( 3 )

Débora se abalanzó sobre la puerta  , tratando de controlar el oscuro lugar . Al punto , girando sobre los talones , nos informó de la presencia de los cinco individuos en el extremo opuesto del pasillo . Y agitando las manos me instó a que saltase . Pero , inexplicablemente  , movido quizá por el deseo de identificar a los agresores , aparté a la moabita y abrí la hoja  , lo suficiente para ver cómo derribaban la puerta de mi habitación . De no haber sido por las súplicas de la prostituta  es casi seguro que , llevado de la indignación y de la inconsciencia  , me hubiera aventurado a hacerles frente . La mujer tenía toda la razón . Si el enano y su gente  me localizaban en el cuarto de las meretrices , o saliendo de él , la vida de mis salvadoras podía correr grave peligro .
Y cerrando la puerta me dirigí a la ventana . La distancia al suelo , de unos cinco metros  , no me preocupaba  tanto como la suerte de aquellas esforzadas e infelices rameras . Y a punto de saltar , tras agradecer su gesto , eché mano de la bolsa de hule  y , rescatando uno de los saquetes con pepitas de oro  , lo lancé a las manos de la nerviosa Débora . Una sonrisa y un << Melqart te bendiga >> fue lo último que vi y escuché . Y arrojando la << vara >> en la oscuridad traté de interpretar el tipo de tierra  que me esperaba  . Un golpe seco y amortiguado me anunció , posiblemente  en zona de labranza . Décimas de segundo despuésme precipitaba al vacío , cayendo , en efecto , sobre la arcillosa  base de la plantación de olivos que circundaba  buena parte del edificio . A decir verdad , salvo algunas contusiones de escasa trascendencia , tuve suerte . De haber caido tres o cuatro metros más a la izquierda  , las ramas y los retorcidos brazos  de una de aquellos olivos  podrían haberme destrozado . Minitos después , a la carrera  , salvaba el puentecillo de piedra , dirigiéndome  hacia la fuente  . La aldea  , próximo el amanecer  , no tardaría  en despertar . Y tras comprobar  que no era seguido me detuve al pie del rumoroso caño de agua . ¿ Hacia dónde dirigía mis pasos ? ¿ Intentaba refugiarme en el hogar de la Señora  ? ¿ Me ocultaba en alguno de los rincones  del poblado ? ¿ Esperaba allí mismo las luces del alba  ? ¿ Qué podía hacer con el saduceo ? Y abrumado por la situación ,  reparando de pronto en el cristalino salto de agua , me decidí por la más sensata  de las alternativas . Como decía el Maestro , << los problemas de uno en uno >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 2 )

Cruzamos el corredor como dos sombras , deteniéndonos al otro extremo , frente a la habitación que se habría al norte  . Alguien aguardaba con la puerta entreabierta . Y en silencio se hizo a un lado . Débora me precedió . Durante unos instantes , temeroso , no supe qué partido tomar . ¿ Y si me hallaba ante una encerrona  ? La << burrita >> , en cambio , no lo pensó dos veces  . Y atrapandome por el manto , me arrastró al interior , al tiempo que maldecía sus suerte  . El cuartucho , poco más o menos  como el mío , se diferenciaba  tan sólo por una ventana  desnuda y bastante más desahogada  que las troneras . Al pie del hueco se distinguía un jergón y en su cabecera , junto a una vasija  y un jarro de bronce  , la lanza amarilla y afilada  de una llama , incomodada por la bríasa  de la noche . La mujer que nos había franqueado el paso - la segunda meretriz  que acompañaba  a la moabita en la taberna - fue a sentarse sobre el lecho . Y Débora , entretanto , volvió a la puerta  , espiando la desierta galería  a través  de una de los vaciados nudos  del entablado . Aturdido traté de asomarme  al ventanuco . La compañera de la moabita me lo impidió . ¿ Qué demonios ocurría ? Y Débora  , confiando en el momentáneo silencio de la posada  , me explicó con un hilo de voz  que Heqet y los esbirros del saduceo  tramaban lo peor . ¿ Qué significaba todo aquello ? Impaciente  ante mi torpeza me hizo ver que su jefe , por alguna razón que ignoraba  , había salido precipitadamente  del albergue  , regresando con cuatro de los incondicionales  y viciosos sirvientes  de Ismael . Reunidos en la taberna  , ella y su amiga habían tenido que servirles  , descubriendo así los regpunantes planes del egipcio . Las órdenes del posadero eran tajantes : << acuchillar al griego y hacer desaparecer el cadáver >>. No había tiempo que perder . Y señalandome la ventana me invito a huir .
 Conmovido ante la generosidad y valentía de las << burritas >> no supe que responder . Y Débora , apremiandome , resumió y justificó su actitud con una frase :
- Pocos hombres hubieran hecho por mí lo que tú en la taberna .
- pero , ¿ qué será de vosotras ?
No hubo respuesta . El crujido del entarimado de la galería  la dejó en suspenso . Y la mujer , llevando su dedo indice izquierdo a los castigados labios aconsejó silencio . Alguien había irrumpido en el corredor .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 1 )

Fui un inconsciente . Ahora , al recordar aquel amanecer , comprendo lo cerca que estuve del fin .
Próxima  la vigilia del canto del gallo , faltando unas dos horas para el alba , un breve y temeroso repiqueteo en la puerta me puso en pie . Necesité  unos segundos  para hacerme con la situación . Los sentidos no me habían engañado . Los tímidos golpes , como si alguien evitara llamar la atención  del resto de los huéspedes  , se repitieron de nuevo . Casi sin tocar el suelo me acerqué ala madera , tratando de averiguar quién se hallaba al otro lado . Y una voz de mujer reemplazó esta vez la apagada señal . Sólo capté dos palabras : << griego >> y << despierta >> . Y con idéntico sigilo me apoderé del callado , acariciando el clavo del láser de gas . Si era una trampa debería actuar con diligencia  . El instinto - supongo que con razón - dibujó el rostro y la daga  de Heqet en la penumbra  de la galería  . ¡ Estúpido de mi . Tenía que haberlo imaginado . ¿ O sí lo hice ? Para el caso era lo mismo . Las circunstancias eran aquellas y no otras . Y despacio , midiendo cada paso , fui a situar la << vara >> entre la puerta y mi cuerpo . Y con nerviosa lentitud entreabrí la hoja . El personaje que asomó por la rendija no supo nunca lo cerca que estuvo de recibir una descarga .
- ¡ Griego de los infiernos ! ... El vino ha cegado tus oídos .
No repliqué . Débora , la moabita , con los labios inchados y el rostro tatuado por los hematomas , me conminó a que saliera de la habitación . Desconfiado me limité a franquear la puerta  , inspeccionando el solitario corredor . La << burrita >> , a primera vista  , no parecía  acompañada . La galería  respiraba silencio . Sin embargo , dada la escasa iluminación , no era difícil que alguien se hallara agazapado detrás de las esteras  y edredones que colgaban de la barandilla . Y con evidentes prisas me susurró que tomara mis cosas y la siguiera . El tono - sincero - me animó a obedecer sus órdenes . Y ante mi sorpresa la vi recoger del suelo un abultado fardo y unas mantas . Y cargando con el lío fue a depositarlo en una de las esquinas de la habitación . La seguí intrigado , comprobando que el enorme saco no era otra cosa  que un tenso y bien repleto pellejo de vino . Lo cubrió con las mantas y , apagando la lámpara  que me había alumbrado durante el descanso , tiró de mí , cerrando la hoja con especial cuidado . Estaba claro . Por razones que empezaba  a intuir , la audaz prostituta había reemplazado al << dormido griego >> por un << dormido odre >>  . Un escalofrío terminó por despabilarme .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

martes, 23 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes. Y ( 177 )

Me di por satisfecho , a pesar de la sutileza de la palabra << registro >> . Y tras la firma del documento di por zanjado el enojoso lance .
Pero el esipcio , inquieto ante una confesión que no le favorecía  desde ningún punto de vista  , se arriesgó a preguntar sobre mis inmediatas intenciones  . Le aseguré que se trataba de un asunto personal y que , para su descanso , nadie sabría de aquel escrito . Una vez más , el ingenuo fui yo . Razonar con un indiseable es como parlamentar con una serpiente venenosa . Lo ideal es mantenerla a distancia . Y en un gesto de buena voluntad , mostrándole  la casi imperceptible  grafía  , añadí que , en breve ,en cuanto la leche se secase , la escritura desaparecería . Lo que no le dije  , aunque supuse que no era tan necio como para no contemplarlo , es que , en caso de necesidad , bastaba un poco de ceniza  o polvo de carbón para que la  << invisible tinta >> apareciera en relieve .
A juzgar por la cínica  sonrisa que me regaló , las explicaciones le tranquilizaron ..., a medias . Debía permanecer alerta . El posadero era capaz  de todo . Más aún : a la vista del crudo desenlace  de la jornada lo prudente hubiera sido abandonar el albergue en aquel mismo momento . Una noche en aquel tétrico cuartucho , con un posadero sin escrúpulos y rezumando odio , me parecía la mejor de las alternativas . Pero el agotamiento y un pueril exceso de confianza en mí mismo sofocaron la siempre sabia  intuición . Y con el alma encogida  por la incertidumbre  me alejé de la solitaria taberna . Necesitaba dormir y reponer fuerzas . Y atrancando la puerta con la << vara de Moisés >> fui a sentarme entre las torneras , en compañía de una modesta lucerna y de una lujosa soledad . Y el cielo me bendijo con un profundo sueño . Pero el descanso sería breve .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 176 )

Los huéspedes , concluido el << espectáculo >> , optaron por retirarse . Y quien esto escribe esperó a que el egipcio se recuperara  . Una vez en pie , incapaz de precisar quién le había asaltado por la espalda , paseó la vidriosa mirada  por la taberna  , en un intento de localizar al agresor . Y puñal en mano , babeando de ira , terminó por fijar su atención en el único cliente que permanecía en pie en la sala . El << correo >> , roncando como un bendito , yacía  en el piso  , entre el enano y este explorador  . Y adivinando sus menguadas intenciones  deslicé los dedos hacia los dispositivos de defensa . A saltos , balanceándose de un lado al otro , fue a situar la daga a un metro de mi vientre . Y con la lengua prisionera del vino y de la rabia me exigió la identidad del << malnacido que le había atacado  >>. Por toda respuesta me limité a mostrarle el papiro . No fue precisa ni una sola aclaración . Arrebatándomeló lo observó detenidamente  . Después , desviando los incendiarios pjillos hacia el saco de cuero , se trasformó en un cordero . Guardó el arma  y tratando de pensar a gran velocidad me invitó a << nagociar >> . Acepté de buen grado . Él sabía  que mi << descubrimiento >>, si llegaba a oídos de la población , podía acarrearle una cadena de gravísimas dificultades , amén de tener que satisfacer las muchas tarifas abonadas por los confiados vecinos .
A cada propuesta fui negando con la cabeza .
- Entonces - clamó fuera de sí - , ¿ qué pides a cambio ? No quiero dinero , tampoco mujeres ni alojamiento gratis ...
Lacónico y rotundo exclamé :
- Una información.
Y recuperando el papiro le exigí que escribiera el nombre del individuo que había maquinado el robo . Su mueca de consternación fue borrándose ante el hierro de mi mirada  . Pero , en poster intento , arrojó la pluma sobre la mesa  , negándose . No insistí , ni alteré la gravedad de mi semblante  . Con toda naturalidad eztraje de la bolsa de hule  el salvoconducto firmado por Poncio y di lectura a su breve contenido . Ante la velada amenaza de ponr el asunto en conocimiento del sanguinario procurador , Heqet  se apresuró a recoger el calamus . Y tembloroso lo hundió en el cuenco de leche , garrapareando la siguiente leyenda :
Ismael , jefe del consejo , ordeno el registro en la habitación y propiedades del griego llegado de Tesalónica .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 , El Diario , 25 de abril , martes ( 175 )

Prometí reflexionar sobre la tentadora oferta  . ¿ Qué otra cosa podía decirle  ? Y cuando me disponía a retirarme  , tan agotado como harto de esperar la oportunidad de interrogar al posadero acerca del robo . un inesperado y triste incidente vino a precipitar los acontecimientos .
En uno de los múltiples ir y venir de la solícita << burrita >> , que no concedía  cuartel a la jarra del << correo >>, éste , al filo de la inconsciencia , terminó por desplomarse pesadamente sobre Heqet quien , desprevenido , perdió a su vez el equilibrio . Y el posadero y escribano , cómica y confusamente trabados , fueron a rodar por el piso , arrastrando en el cataclismo el banco de madera en el que asentaban sus vacilantes posaderas . Con tan mala fortuna  que , en la caída , sorprendieron los andares de Débora  , la meretriz  , que fue a estrellarse y , lo que fue peor , a estrellar los dos litros devino de la jarra que portaba  contra su << jefe >> . La clientela  estalló divertida  , mofándose del enano . Y el egipcio , rojo de ira  y negro de vino , se escurrió como un reptil de entre los pesados remos  del inconsciente  socio , emprendiéndola  a puntapiés  con el igualmente caido cuerpo de la moabita . Y los huéspedes  , a cual más borracho  , comenzaron a batir palmas  , coreando cada patada  . No pude evitarlo . Y en un arranque  , apartando con el pie el petate  de cuero que contenía los papiros , hice presa en las correas que sujetaban  a la espalda  el mandil del odioso << rana >> y levantándolo en el aire lo arrojé  contra el pavimento . Mi acción fue igualmente vitoreada  por la parroquia  que , a decir verdad , no distinguía  muy bien quién era quién . La mujer , con los labios  rotos y ensangretados  , se apresuró a desaparecer de la estancia  . Y en su carrera  , como un << milagro >> , pisoteó y terminó de esparcir  por el suelo las enrolladas cartas . Uno de los papiros , medio abierto , vino a resolver el comprometido problema  al que acababa  de engacharme . Estaba visto y comprobado que este impulsivo explorador  , tenía mucho que aprender ... Heqet , conmocionado , necesitó varios minutos para reponerse . El margen fue suficiente  para que la Providencia  me hiciera reparar en el << invisible >> contenido del papiro . Al haceme con él confirmé  mis sospechas . Y una sibilina idea acudió en mi auxilio .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 174 )

En determinadas ciudades  ( Migdal y Nahum entre otras ) eran controlados por los inspectores o supervisores . Pero , según sus propias palabras , éstos eran tan corruptos  como los propios mensajeros  . Sólo así podía entenderse el irregular trabajo << extra >> de mi interlocutor .
Al rato , secas la segunda y la tercera jarra , entró en escena la << burrita >> . Y con toda  clase de reverencias fue a depositar ante los nublados ojos del << correo >> una bandeja  de madera , con la << especialidad >>  de la casa : una suculenta carne de cordero  , intencionadamente aderezada  a base de pimienta molida  , semilla de ortiga , cebollas , col silvestre y huevos . La copa de vino recibió , además , el complemento de una prudencial dosis de resina  de granado . La cena , con semejante mortífera carga de afrodisíacos , se hallaba meticulosamente  estudiada para << estos casos >> . Lo más probable  es que , una vez devorada por el huésped y con la decisiva  ayuda de los vapores etílicos , la prostituta y el << rana >> no tubieran excesivas dificultades para << desplumar >> al ingenuo cliente .
La << amistad eterna >> que , en su embriaguez , llegó a jurarme el << correo >> fue derivando hacia una agobiemte pesadez , muy propia de los borrachos  . Por fortuna  , uno de los viajeros  que alborotaba en la mesa contigua - alertado sin duda por Heqet sobre mis supuestas riquezas - vino a rescatarme temporalmente  de los efusivos  abrazos del escribano . El fenicio , de cabellos teñidos en un rubio casi albino  y modales afeminados  , se presentó como el << más grande inventor de Tiro >>. . Por un momento no supe cuál de aquellos compañeros  de taberna  y albergue  era más temible . Y arm,andome  de paciencia  escuché su discurso , encaminado a la venta de un curioso artilugio que , con grandes misterios  , se dignó depositar ante mis narices . No puedo negar que el << invento >> , aceptando que fuera de su creación ,me desconcertó . La pequeña caja de madera de pino contenía en su interior  un total de cinco pequeñas ruedas metálicas dentadas , sabiamente engarzadas entre si por siete  ejes igualmente de hierro  . Según explicó , una vez acoplada a los radios  de la rueda de un carro , permitía  medir la distancia recorridas por el transporte  . Unos  sencillos cálculos  matemáticos  bastaban  para que , a cada milla , de la caja principal se desprendiera  un diminuto guijarro que iba a parar a un segundo recipiente  . De sta forma , concluido el viaje , el conductor  sólo tenía que contabilizar las piedras almacenadas en la segunda caja  , estableciendo el costo del servicio . Algo así como un primitivo pero ingenioso << taxímetro >>.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

lunes, 22 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 173 )

Concluida la carta , el escribano procedía  a una rápida lectura en voz alta y , si el << cliente >> se mostraba conforme  , era enrollada  y depositada  en un amplio saco de cuero  .El calzado y la vestimenta  me hicieron sospechar que me hallaba  ante un << correo >> . Posiblemente , un funcionario al servicio de Eoma . Lo que ya no resultaba tan ortodoxo es que el joven dedicara parte de su tiempo a la redacción de documentos  o misivas << privados >> que , presumiblemente  , debería entregar a los correspondientes destinatarios  . Y digo << presumiblemente >> porque la la corrupta sombra del posadero  planeaba incluso sobre la << tinta >> utilizada por el romano . Aquel doble << tintero >> me llamó la atención desde el principio . Uno de los cuencos  de barro contenía leche . El segundo , una estudiada  mezcla de jugo de limón y cebolla . La escritura , aunque débil , era perfectamente legible . Lo que no sabian los incautos vecinos  es que , al poco , se hacía << invisible >> .El truco de la llamada tinta << simpatica >> - que hubiera precisado de la proximidad del calor al papiro para hacer visible  la escritura - hacía de la operación un negocio redondo . Era evidente que , una vez abandonada la aldea , el << correo >> se desentendía de las misivas , aprovechando el material para nuevas y fraudulentas maniobras .
Cuando el último de los << clientes >> se hubo retirado el egipcio contó las ganancias por enesima vez . Y satisfecho las partio en dos . El << correo >> recibió lo acordado y el negocio fue celebrado con una generosa jarra de vino . La << burrita >> que me había recibido cumplió con prontitud la orden de su jefe. Y escanciando el licor , deslumbrada por los denarios  que rodaban en las manos  del escribano , se dejó caer sobre sus hombros y apretándose contra su espalda le preguntó si << deseaba algo más >> . Heqet , que parecía dispuesto a contentarse con la mitad de aquellos dineros  , se adelantó a los deseos del << correo >> . Y Ordenó a la mujer que - << para empezar >> - surtiera a su amigo con la cena especial de la casa . Sonriente , la meretriz me hizo un guiño , desapareciendo de la taberna . Y sin proponérselo , con la inestimable colaboración de los vapores del vino , el romano fue tomándome simpatía  , respondiendo a mis preguntas con el calor  del que se siente alagado por su trabajo . De esta forma averigüé que , en efecto , pertenecía al cursus publicus o << servicio de correos >> de imperio y que tenía asignada la ruta de Tiberíades , con prolongación hasta Cesarea .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril, martes ( 172 )

El individuo en cuestión , provistode pluma , tinta , y hojas de papiro de unas ocho o diez pulgadas y de un gramo y colorido bastante más groseros que los habitualmente utilizados entre los escribas ( probablenete  se tratase en un papiro siciliano ), sin prisas  y sin inmutarse ante las emocionadas frases de los humildes  y analfabetos  vecinos  , iba redactando , en arameo , los pequeños secretos , las peticiones o los sabrosos comentarios de sus << clientes >> . En pleno trasiego , el escribano alzó los ojos  y confundiéndome  con un nuevo solicitante de sus servicios  me indicó que guardara turno . El << rana >> , al identificarme  , palideció . Y simulando gran contento puso al socio al corriente de << mi alta cuna y mejores riquezas >>. La cal aparecida  en su semblante  y el anormal titubeo fueron suficientes  . Heqet estaba al tanto del robo . Dado el volumen de clientes que llenaban la posada  , sólo una información precisa podía haber conducido a los esbirros  de Ismael a la habitación exacta . Lejos de alterarme  opté por seguirle la corriente  , como si ignorase lo sucedido con el saco de viaje . Y aceptando la invitación del enano fui a sentarme en el extremo de la mesa  , asistiendo a la redacción de las últimas cartas . La mayoría  iba destinada  a parientes  que residian  al norte  , en las orillas del lago y en la alta Galilea . Uno de los ancianos  se dirigía a su hijo , enrolado en los barcos de guerra  de Roma  y en respuesta  a una misiva del joven le hacía saber su satisfacción  por haber cubierto con bien su primera singladura , así como por las tres  piezas de oro  recibidas del emperador  en concepto de paga . El buen hombre  le rogaba en secreto que acudiera a los pintores de puerto y que le hiciera llegar un retrato . El desaprensivo posadero  , al oír la petición , detuvo la mano del escribiente  e hizo saber al sumiso padre de familia  que << aquello estaba prohibido por la ley >> y que , de incluirlo , le costaría dos leptas más . El anciano , sabiendo que la ley mosaica rechazaba todo tipo de representaciones pictóricas  , no tuvo más remedio que aflojar la bolsa , depositando en  las miserables manos  de heqet la cantidad extra requerida  . Ello subió la tarifa  a un denario y dos leptas .
Otro de los vecinos trataba de convencer a su hermano , residente en Nahum , de que no tubiera contemplaciones con su sobrino ( el hijo de aquél ) y de que si los tirones de orejas no le hacian entrar en razon , que hiciera uso de la vara .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 171 )

Al verme junto a la puerta  , una de las << burritas >> cuchicheó al oído de su compañera . Y despegandose de las ánforas se aproximó con un provocativo contoneo de caderas . Lucia en las sienes una estrecha cinta de seda  blanca  , que realzaba  el negro de sus cabellos . A ambos lados del estrecho  y pintarrajeado rostro caían sendos cordones con un total de veinte leptas , groseramente perforadas. ( Perder algunas de estas monedas era señal de mala suerte . Parece ser que la moneda perdida  en la célebre parábola de Jesús  podía tratarse de una de estas leptas .) Cejas ( mericulosamente depiladas ) , pestañas y párpados  aparecían emborronados  en una tonalidad verdeazulada  , probablemente a base de sulfuro de plomo o carbonato de cobre . Y los labios y uñas de las manos y de los pies , rojos rabiosos , merced al licor extraído de las hojas trituradas de alheña . Al llegar a mi altura , un mareante perfume - quizá de cilantro o de casia - estuvo a punto de hacerme estornudar . Y levantando sus bien cumplidos treinta años hacia mis hombros trató de abrazarme , al tiempo que susuraba un << bien venido a la casa de Heqet >>. La detuve a tiempo y , poco acostumbrada a los desplantes , me inspeccionó de abajo arriba . Y cambiando de táctica  sonrió , terminando de estropear su indudable  atractivo físico : la infeliz padecía una piorrea alveolar , con la consiguiente  inflamación purulenta  del periostio de los alveolos dentarios , una fea necrosis  y un casi redondo desprendimiento de los dientes  . Correspondí a la sonrisa y antes de que prosiguiera  con sus zalamerias  zanjé el incómodo encuentro , interesándome  por el posadero . La mujer , rindiéndose , señaló con desgana la mesa en la que , por supuesto , ya sabía que se acomodaba el atareado << rana >>
Al descubrirle embarcado en su afición favorita - contar monedas - poco faltó para que diera media vuelta  y desistiera de mi mis propósitos . Pero la curiosidad me sujetó a la mesa . La escena  era nueva para mí . Por riguroso turno , cada uno de los vecinos de la aldea iba dictando al joven situado junto a Heqet lo que parecía una carta .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 170 )

El << rana >>, sentado en la tercera mesa  , parecia absorto y sumamente ocupado  . A su lado distinguí a un joven con una túnica corta  y un calzado típicamente romano : el solea ( una especie de sandalia  con suela  y sujeta a base de correas de cuero que enlazaban el dedo pulgar con el empeine ). En un extremo del tablero descansaba  una amplia prenda  - parecida a un capote  - de gruesa lana  y que , en un primer momento  , identifiqué con la toga romana  . ( Una de las vestimentas que , precisamente , distinguía  a todo ciudadano romano y cuyo uso estaba  prohibido a los extranjeros  . ) Al otro lado  de la mesa , frente al posadero y formando una hilera  , aguardaba media docena  de hombres , ancianos en su mayoría  y vecinos de la aldea . Uno de ellos , casualmente  , había sido victima de mis ultrasonidos . Detras de las tinajas que hacían de mostrador parloteaban dos mujeres que , a la vista de su indumentarian , o debería decir de su << falta de indumentaria >> , identifiqué con las burritas o prostitutas de turno . Una de ellas  cubría la parte superior de su cuerpo con una especie de chal . La otra , en cambio , aparecía  con el pecho desnudo y coloreado en amarillo . Ambas de exhibian con el más absoluto descaro , << cubriéndose >> de cintura para abajo con una túnica o gasa transparente  . Y a cada solicitud de vino , las meretrices  acudían a las mesas  , colmando las jarras . Entre la clientela  distinguí a varios  buhoneros  o vendedores ambulantes  con unas gruesas y enorme  perchas de madera  repletas de ropa y amontonadas en desorden sobre el piso de la sala . El resto parecía  pertenecer a la próspera  profesión  de los rokel ( comerciantes que caminan en todas direcciones ) y de los sitônes ( compradores de grano al por mayor y , muy frecuentemente  , de << cosechas verdes >> ) .  Estos individuos , al igual que los llamados  monopôles , que << monopolizaban >> toda clase de productos  - agrícolas o manufacturados -, revendiendolos  después a los minoristas ,  era muy frecuentes en la Galilea y en especial en las aldeas o ciudades  que , como Nazaret , disfrutaban de una rica variedad agrícola  . Adquirían las cosechas a precios abusivos  , reteniéndolas en sus almacenes  hasta que los precios  se disparaban . Eran odiados por los sufridos campesinos o artesanos  que , lamentablemente , tenían que dar salida a sus productos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez                                      

domingo, 21 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 169 )

Un rápido vistazo al lugar puso de manifiesto que el ladrón o ladrones se habían apoderado igualmente de los doce  fármacos  de << campaña >>, meticulosamente camuflados  en otras tantas ampolletas de arcilla  . Por más que inspeccioné  el piso , amén de cucarachas de atlética corpulencia  , no logré  detectar rastro alguno de los medicamentos  . El hecho de hallarse  perfectamente sellados  hacía muy difícil su derramamiento  . Todos ellos  habían sido dispuestos  en estado de polvo , bien en procesos de desecación o de liofilización . La pérdida  del << botiquin >> - de  especial importancia en un medio tan agresivo - me dejó preocupado . De haber podido retornar al módulo , el incidente hubiera carecido casi de importancia . Pero , en la situación en que me encontraba  y con la ineludible  circunstancia  del viaje de vuelta  hasta el yam , el problema  representaba  un grave trastorno . Por otra parte  , el posible uso de los mismos  era una preocupación añadida . Aunque la mayoría  tenían  un caracter prácticamente inocuo , otros , en cambio , podían intoxicar y acarrear complicaciones al hipotético consumidor . Llevado del sentido común rechacé esta última posibilidad . ¿ Quién podía ser tan insensato como para degustar las extrañas sustancias ? Aun así , la semilla  de la inquietud se perdió en los surcos  de mi ánimo . Tenía  que recuperar las ampolletas . Lo más probable  es que estuvieran ya en manos del saduceo , suponiendo que no hubieran corrido la misma suerte  que las sandalias . Traté de consolarme  . La pérdida del calzado había sido un accidente  , consecuencia de la brusca fuga . estaba decidido . A la mañana siguiente , con la excusa de los fármacos me presentaría  en la casa de víbora  ... En cuanto a denunciar el robo , ¿ que sentido tenía  ? En principio , salvo complicaciones , me limitaría  a observar . Mi paso por Nazaret , de acuerdo con lo programado por Caballo de Troya , debía ser lo más discreto posible . Y con estas santas intenciones me encaminé  a la taberna . Mi deseo , como digo , era elemental y simple en extremo : tratar de averiguar si el << rana >> o alguno de los huéspedes sabían algo.
La estancia aparecía más concurrida de lo que habçía sospechado . Dos de las tres largas mesas que presidían la taberna -comedor se hallaban abarrotadas de individuos que , a juzgar por sus ropajes , parecían griegos y fenicios . Discutían , bebían sin frontera  , reían con estrépito y , a cada desfallecimiento de una jarra protestaban a Heqet.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez 

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 168 )

Y con la firme promesa  de acudir al hogar de su madre en las primeras horas del día siguiente  , reanudando así nuestras conversaciones , le vi alejarse acia el cruce de caminos que arrancaba a las << puertas >> de la aldea  . Y una incómoda inquietud me acompañó hacia la posada . ¿ Regresaría con bien  a su domicilio ? En ese sentido , poco podía hacer . En cuanto al robo , aunque no había tenido oportunidad de inspeccionar mi cuarto , di gracias al cielo por la providencial recuperación de las sandalias y del instrumental que contenían . De haber terminado en poder del saduceo , quién hubiera aventurado su reacción . E inquieto me adentré en el tunel de entrada .
El patio a cielo abierto permanecía solitario . Cuatro antorchas , suspendidas a metro y medio del suelo en cada una de las esquinas , crepitaban olvidadas  , caracoleando con la barandilla  superior y apestando de brea y resina el lugar . Nuevas caballerías denunciaban un incremento de la clientela  . Unos huéspedes que , a juzgar por las risotadas que escapaban de la taberna  , no se habían retirado a descansar .
Como primera medida  me dirigí al piso superior . Antes de establecer reclamación alguna era preciso asegurarse . Y cautelosamente  , tratando en vano de esquivar las chirriantes y traidoras maderas  de la galería  , fui a situarme  frente a la puerta  de mi habitación . Fue absurdo que recuperara  la llave  que colgaba  del ceñidor : la hoja se hallaba  abierta  de par en par . Me apoderé de una de las lucernas  que se esforzaba  en alumbrar el corredor  , y con toda clase de precauciones  , valiendome del cayado  , empujé la mugrienta  y destartalada  madera . Y antes de que hiciera tope en el muro  , un agudo chillido y una sombra  - no sé quién precedío a quién - se deslizaron entre mis sandalias . El contacto con aquel pelaje  áspero me erizó los cabellos .ñ E irritado ante la repugnante presencia  de la rata  le arrojé el candil de barro que , naturalmente  , rodó sobre el entarimado , cayendo con estrépito en el pavimento del patio central . Repuesto del susto permanecí unos segundos junto a la barandilla  , observando  cómo se consumía la parca ración de aceite de la malograda lucerna  . Y en vista  de que el golpe  había pasado inavertido a los animados clientes de Heqet me hice con una segunda lámpara , penetrando en el cuartucho . No me equivocaba . El saco de viaje abierto y vacío , vino a confirmar lo que ya suponía .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 167 )

Santiago, convencido de lo inutil de su persecución , no tardó en reunirse conmigo . Y al verme  en cuclillas frente al ato , revisando el contenido , se situó a mi lado , examinándolo con identica curiosidad . Al comprobar la naturaleza del mismo me miró sin comprender  . Y antes de proporcionarle  una explicación le formulé  una única pregunta
- ¿ Esbirros del saduceo ?
Perplejo vino a reconocer que << era más que probable >>.
- ¿ Cómo lo has adivinado ?
Y mostrándole las sandalias  que se escondían en el hato le indiqué que el calzado en cuestión era de mi propiedad y que , a todas luces , lo habían sustraido de la habitación de la posada  . Indignado hizo mención de entrar en el albergue  y denunciar al << rana >> . Prudentemente le aconsejé  que frenara sus impulsos  . Aunque la verdad es que alguien - presumiblemente  los dos individuos dados a la fuga  - se había deslizado deslizado hasta mi saco de viaje , tomando las delicadas sandalias << electrónicas >> , en esos momentos  ignorábamos  la identidad de los ladrones y , lo que era más importante , si el enano  era o no cómplice  del hurto . Santiago aceptó a regañadientes  mis sensatas recomendaciones y vino a formular la pregunta clave :
- ¿ Por qué a ti ? ¿ Qué tienes tú que ver con las amenazas que flotan sobre mi familia ?
No supe responderle . De todas formas , meditando con lógica  , el problema no era tan hermético . Ismael , el sacerdote , sabía de mi existencia  . Me había visto junto a Jacobo y Santiago . Y dado su retorcido y venenoso proceder , no tenía nada de particular que deseara averiguar quién era aquel extranjero y a santo de qué  se había  presentado en el pueblo , al lado de la odiada familia del Galileo . Pero estas reflexiones  quedaron en mi corazón . Y agradeciendo muy sinceramente  el favor prestado por el galileo le animé a retornar a su casa .
- Una vez en el albergue  - manifesté sin demasiada  convicción -, mi seguridad no corre peligro ..
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 166 )

Todo aquello parecí formar parte del estilom del peligroso saduceo . Lo que terminaba de comprender  era el porqué del seguimiento . Pero no pregunté  . Muy pronto lo averiguaría y experimentaria  << en propia carne >>...
La proximidad de la posada nos tranquilizó relativamente . La noche , sin embargo , no había concluido . Y cuando cruzábamos  sobre el puente de piedra  , con las luces del albergue a la vista  , Santiago , haciendo presa en mi antebrazo izquierdo , me obligó a detener la marcha . Y señalando el camino que se abría ante nosotros  reclamó mi atención . En la oscuridad distinguí un par de sombras que  , a la carrera , se dirían a nuestro encuentro o , al menos , llevaban la clara intención de atravesar el puentecillo . Rápido de reflejos empuñó de nuevo la espada  , situándola  disimuladamente  a su espalda  . Los desdibujados personajes  - uno de ellos de baja y fuerte complexión - siguieron en su precipitado alejamiento del albergue  . No cabía duda  de que habían salido de los dominios de Heqet . Pero , ¿ a qué tanta prisa ?
Mi amigo , prudentemente , se hizo a un lado del sendero . Y de pronto fue a descubrir la lucerna  que protegía  bajo el amplio ropón , de forma que pudiera ser vista por los ya cercanos individuos . La aparición de le débil luz surtió el efecto imaginado por ambos . La pareja frenó a la carrera , sorprendida por la súbita presencia de los dos altos << aparecidos >>. Avanzaron un par de pasos  y , deteniéndose  de nuevo , cambiaron algunas palabras . Su actitud , desde luego , era sospechosa  . Ignoro si nos reconocieron  . Lo cierto es que ,siguiendo lo acordadoen aquel breve parlamento , se separaron a gran velocidad . El más alto se adentró en la plantación de los olivos  que rodeaba la posada  . El otro tomó la dirección opuesta , saltando hacia los huertos que se extendían a nuestra izquierda  . Santiago , presumiendo la torcida intencionalidad de los individuos  , dejó la lucerna en tierra , saliendo en persecución del primero . En el violento despegue de la pareja me pareció ver cómo soltaban o perdían algo . Y recogiendo el candil me apresuré a inspeccionar aquella parte del camino . En efecto , sobre el polvo había quedado abandonado un pequeño hato .  Al descubrirlo quedé estupefacto.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

sábado, 20 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - 25 de abril , martes ( 165 )

Instintivamente relacioné  aquellos susurros  con el atropellado caminar que había captado desde el corral de la casa de María . Pero no tuve tiempo de advertir  a mi compañero . Decidido se adentró en el corredor , dispuesto a despejar la incognita . Y este confuso explorador , tres unos segundos de vacilación , se fue tras él . El lugar , cargado de inmundicias  y tan apestoso como otros rincones  de la aldea , no parecía conducir a ninguna parte  . Se trataba , sencillamente  , del hueco natural entre dos viviendas . A los tres o cuatro pasos Santiago se detuvo . Y reclamando el candil lo alargó hacia las tinieblas . El cruce de voces se hizo más nervioso y agitado . Y al fondo , precariamente desvelada por la llama de la lucerna  , distinguimos la precipitada huida de dos individuos  . Al parecer intentaban trepar por el muro que clausuraba el callejón .
- ¡ Malnacidos !
Y devolviéndome la lámpara , Santiago , que empezaba  a comprender las razones de la intespectiva  presencia de aquellos personajes  , se arrojo sobre las sombras . Uno consiguió saltar al otro lado del muro . El segundo , en cambio , fue atrapado por un pie , justo en el momento en que disponía a desaparecer . Si la situación era comprometida  para el que trataba de huir , la mía no era menos . ¿  Qué debía hacer ?  El destino - a Dios gracias - fue inmisericorde . Al verse sujeto , el individuo , lejos de achicarse , reaccionó veloz y contundente  . Y soltando un furioso puntapié  sobre el pecho de mi acompañante  fue a derribarle  , escapando como un felino  . Santiago se incorporó al punto . Y lanzando un mandoble  contra la pared gritó de forma que pudieran oírle desde el otro lado :
- ¡ Te he reconocido , maldito esbirro !
Y más dolido en su orgullo que en su integridad física  se hizo de nuevo con la luz , abandonando el callejón . Al llegar a las proximidades de la fuente rompió su mutismo , confesándome algo que ya sospechaba :
- Esa víbora , Jasón , está sedienta de venganza ... Extrema la prudencia .
Y en justa correspondencia  le puse al tanto de la extraña presencia detectada por su cuñado y por mí mismo en los alrededores de la casa . La noticia no le alarmó.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 164 )

La noche con su geroglifico de estrellas , nos recibió tibia y amiga . Y la aldea , sin una sola antorcha en los muros , se presentó ante mí como un pequeño - gran conflicto . La distancia que me separaba de la posada no era excesiva . Aun así , aquel laberinto negro y sin referencia se atravesó en mi ánimocomo una espina .
Cerrada y apuntalada la puerta , cuando me disponía a despedirme , Santiago me interrogó sobre mi hospedaje . Al hablarle del alberguur del << rana >> torció el gesto , mostrando su desagrado . Y durante un par de minutos  , supongo que con razón , me acuso de << mal amigo >> y de << falta de confianza para con él y su familia >> Agradecí la hospitalidad y buenas intenciones pero , tratando de molestar lo menos posible  , argumenté que mi habitación  ya había sido pagada por adelantado . Dudó . Y respetuoso con mi decisión no insistió . En compesación , eso sí , se brindó a escoltarme , recomendándome que , en lo sucesivo  , procurara caminar en la noche provisto de una tea o de una lámpara .
Y en silencio fuimos descendiendo por la << calle norte >> , al encuentro  de las << puertas >> del poblado . Nazaret dormida  y sin luna , era campo de batalla de los inmundos  y fantasmales murciélagos  de cola corta que caían sobre el lugar como una puntual cuadrilla de basureros , animando en negro los callejones  y abriendo las eléctricas pupilas de decenas de gatos . A traves de los escasos ventanucos  se adivinaba  el oscilante amarillear de los obligados candiles nocturnos . ( Ninguna familia judía dormia a oscuras . )
De pronto , al salvar una de las rampas de tierra , un rabioso maullido cruzó entre nuestras piernas . El susto nos inmovilizó . Y desde un tenebroso pasadizo situado a nuestra derecha  , por el que había volado el inesperado gato , percibimos  un lejano cuchicheo .  Al aguzar los oídos creímos escuchar voces humanas , apagadas por la distancia y por un sospechoso e intencionado deseo de pasar inavertidas . El callejón , muy angosto , apenas permitía el paso de un solo hombre . Y Santiago , entregándome la lámpara , desenvainó el gladius .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 163 )

Llegada la vigilia  de medianoche el cansancio hizo estragos entre mis anfitriones  . Ruth cayó dormida sobre el regazo de su madre y Jacobo , a pesar de sus esfuerzos , cabeceaba lastimosamente  . Así que , de forma tácita , dimos por cerrada la tertulia . Y Santiago , alzándose , invitó a los suyos  a entonar la oración de la noche : el Schema . Y los cinco , vueltos hacia el sur  - en dirección a Jerusalén -, en este caso  frente  a la puerta principal , levantaron los brazos y recitaron al unísono la plegaria extraída del Deuteronomio: - Escucha , israel : Yavé nuestro Dios es el único yavé . Amaras a Yavé tu Dios  con todo tu corazón , con toda tu alma  y con toda tu fuerza . Queden en tu corazón  estas palabras que yo te dicto hoy . Y si vosotros  obedeceis puntualmente  a los mandamientos  que yo os prescribo hoy , amando a Yavé vuestro Dios  y sirviéndole  con toda vuestro corazón  y con toda vuestra alma  , yo daré a vuestro país  la lluvia a su tiempo , llevia de otoño y lluvia de de primavera  , y tu podras cosechar tu trigo , tu mosto y tu aceite ; yo daré a tu campo hierba para tu ganado , y comeras hasta artarte  . Cuidad bien que no se pervierta vuestro corazón  y os descarréis a dar culto a otros dioses  , y a postraros  ante ellos ; pues la ira de Yavé se encendería  contra vosotros  y cerraría los cielos , no habría  más lluvia , el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais  bien pronto en esa tierra buena  que yavé os da . Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma  , atadlas a vuestra mano como una señal , y sean como una insignia  entre vuestros ojos . Enseñádsela  a vuestros hijos , hablando de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje  , así acostado como levantado . Las escribirás en las jambas de tu casa  y en tus puertas , para que vuestros días y los días de vuestros hijos en la tierra que Yavé  juró dar a vuestros padres sean tan numerosos como los días del cielo sobre la tierra .
Y quien esto escribe se mantuvo a un lado . Me resultó extraño ver y escuchar a estas personas , tan próximas a Jesús , recitando una plegaria  b´blica que , en definitiva  , imploraba los favores de un Dios justiciero , tan alejado de las ideas del Maestro . Ciertamente , ninguno de los varones hizo uso de las filacterias . Ni tampoco cubrieron sus cabezas con el taled . Pero , muy a su pesar , la tradición judia les pesaba como un ancla .
Y Santiago , deseando la paz a los que quedaban , tomó la lucerna , desatrancando la puerta ..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez