lunes, 31 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 103 )

Como seguramente habrá adivinado ya el posible lector de estos recuerdos  y apresuradas notas , ese largo paño de lino que sirvió para envolver el cuerpo sin vida  del Maestro tenía mucho que ver con una polémica  reliquia  , venerada en el siglo XX en la ciudad italiana de Turín . Yo , como he comentado , había tenido conocimiento de la misma  . Pero no supe  prestarle  la debida atención . Como tantas otras reliquias de los cristianos  , me pareció algo  poco serio , desde el ángulo de la ciencia  . ¡ Qué equivocado estaba !
Y sin poder contener mi alegría  , comuniqué a Eliseo mo << hallazgo  >> , anunciándole  que partía de inmediato hacia la << base madre >> y con la totalidad de las piezas mortuorias.
Eran las 10,45 horas . Mi ingreso en el módulo iba a producirse con un estimable retraso sobre el programa previsto por Caballo de Troya  . Un reraso que provocaría nuevas fustraciones a este pésimo explorador ...
Sin la menor contemplación , rasgué el lino bayal de mi túnica  , ocultando << mi tesoro >> en el costado izquierdo . El sol corría  dasafiante hacia el cenit y , a buen paso , tomando como referencia  la piscina de las << cinco galerías >> y el monumento al batanero , en el ángulo nordeste  de la muralla  septentrional , fui a  desembocar en la polvorienta pista que discurría  por la garganta del Cedrón y que culebreaba por la falda occidental del monte de los Olivos  . Con el auxilio de las << crótalos >> , la localización de la << cuna >> fue extremadamente sencilla  . Y a las 11,15 de esa mañana del << domingo de gloria >> , exhausto y pletórico de satisfacción volvía a abrazar a mi hermano .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 102 )

No tuve que caminar mucho . En su vertiente  orietal , la reducida mancha  mancha de árboles  aparecía cortada  bruscamente por una de las múltiples  depresiones  de las estribaciones  de las colinas  y desfiladeros  de Beza `tha . Se trataba de una  de las mil pendientes rocosas  de margocaliza senoiena  , tan frecuentes  en la atormentada superficie de Judea . Me pegué  al polvo rojizo del terreno  y , oculto entre los matorrales , distinguí al capitán  y a sus hombres , al filo del precipicio . Eleazar señaló hacia el roquedo  y el esclavo , obedeciendo la orden , arrojó  el envoltorio al fondo del acantilado   . Cumplida la misión , se alejaron de la sima por el mismo camino que habían traido .
Aguardé unos minutos  . Todo en aquel recóndito paraje se hallaba  desierto y silencioso . Verdaderamente  , el lugar elegido  para deshacerse de la mortaja  era inmejorable  . La carretera  más cercana  - la de Samaria  - quedaba mucho más al oeste  y la barranca peñascosa  , aislada de vereda o trocha alguna . ¿ Quién podía aventurarse en semejante sima ?
Adoptando toda clase de precauciones  fui aproximándome  al declive rocoso  . No tardé en divisar mi objetivo  . Había quedado medio enganchado  en los pimpollos  de un alcaparro silvestre . la verdad es que  , desde el borde del bosquecillo , no hubiera sido muy difícil localizarlo . Cualquier hipotético observador  habría avertido sin dificultad el extraño lío , salpicado por aquel sinfin de manchas  sanguinolentas , oscurecidas ya por el paso de las horas .
Tentado estuve de desanudar el envoltorio y satisfacer mi punzante curiosidad . Aquellas << manchas >> de color tostado me intrigaban sobremanera  . Pero no era el momento ni el lugar adecuados . Tiempo habría de examinar el paño ... y de sobrecogerse con su << contenido >> .
rasgué mi ya inservible manto y anudé  el jirón a una de las tiernas ramas del alcaparro . De esta forma , aunque recordaba el punto de caída de la tela con exactitud , no habría quizá demasiados problemas a la hora de restituir el hato primitivo e histórico lugar en el que fue oculto y abandonado.
Tampoco los evangelistas hablan de este asunto . Quizá no lo consideraron importante  . Quizá Juan , el único de los escritores  sagrados que << vio >> dichos lienzos  << allanados >> , no tuvo oportunidad de reparar en las misteriosas  << manchas >> . O , si lo hizo , como en otros muchos capítulos  de la vida del Hijo del Hombre  , lo pasó por alto . Sin embargo , en nuestra opinión  , como tedré  ocasión de demostrarlo más adelante  , los referidos lienzos  - en especial la sábana - tenían una decisiva  importancia a la hora de enfocar el controvertido fenómeno de la resurrección . Me estoy refiriendo , naturalmente , al lado científico del tema ; no al de la fe .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 101 )

Un error de esta índole  , confiscando la mortaja  antes de tiempo , hubiera podido cambiar sustancialmente  los hechos históricos  , tal y como hoy los conocemos . Si yo me hubiera hecho con ella  en una de mis primeras incursiones  en el interior de la tumba , lo relatado por Juan el Evangelista  , por ejemplo ,  no habría sido igual . Ni el ni Simón Pedro , despues de la famosa carrera  , habrían tenido oportunidad  de ver dichos lienzos  y su insolita disposición sobre el banco  de piedra  . Mi responsabilidad  , una vez más  , era muy grande . Había que esperar  . Era menester aguardar el momento propicio . Un momento en el que el envoltorio pasara a un segundo plano , históricamente hablando . Pero ¡ cuándo y dónde ? ¿ Y si las intenciones  del sumo sacerdote  apuntaban hacia la destrucción del mismo ? De Caifás y su gente podía esperarse cualquier cosa . Si el hato que aportaba el siervo terminaba  en algún oscuro rincón de Jerusalén o , sencillamente  , era incinerado , adiós a nuestros objetivos ..
Pero quizá estaba sobrevalorando la agudeza  de aquellos esbirros . A juzgar por lo que hicieron , no estaban convencidos - ni muchisimo menos  - de que los rumores  sobre la vuelta a la vida  del Galileo fueran ciertos .
La patrulla , congregada en torno a su jefe , dio por finalizado el << cónclave >> y , mientras  el grueso de la misma  se ponía en movimiento hacia la muralla  norte , Eleazar , el esclavo que sostenía  el envoltorio funerario y dos de los arqueros  dieron media vuelta  , alejándose  en sentido contrario al de la pequeña tropa . Y un rayo de esperanza  se abrió paso en mi abatido corazón .
¿ Qué se proponian ?
Ni siquiera  repararon en mi . Los cuatro individuos  cruzaron ante aquel desarrapado y aparentemente dormido extranjero , rodeando la cerca de la finca en dirección noreste  y a grandes zancadas . Los vi difimunarse en el interior  de un corro de espesos  algarrobos de llamativas flores rojas . Fue una excelente referencia .
Me incomporé rápido y , tras asegurarme  que el grueso de los levitas proseguían su camino  hacia la puerta  de los Peces  , salté el seto de brabántico de la propiedad de la propiedad situada  frente a la de José , procurando rodear el bosquecillo de algarrobos  por su cara este .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 100 )

La fulminante  reacción del capitán fue muy significativa . Al intuir que en aquel lienzo había << mucho más >> que coágulos  de sangre  , simulando unas súbitas  prisas , dio por concluido el protocolo , ordenando al esclavo que amarrara de nuevo el hato . Y el rabí , tras estampar su sello al pie de tan concisa << acta >> , guardó el instrumental , poniéndose en pie .
A partir de ahí , todo se desrrolló con rapidez  . Los levitas nos azuzaron  con sus armas , obligandonos a salir de la finca  , mientras el resto del pelotón , con Eleazar a la cabeza , nos seguía  a corta distancia . Traspuesta la cerca de madera  , los soldados nos dejaron en paz . Fueron a unirse a sus compañeros  , y José y David , indignados por lo que consideraban un atropello , me invitaron a ques acompañase hasta la casa de Elñias Marcos . Dudé . Aquella parte de la misión no había sido rematada  . Yo debía  hacerma con los lienzos  mortuorios  y trasladarlos a la < cuna >> . Pero ¿ cómo ? . El siervo que las custodiaba no parecía dispuesto a perderlos  o a entregéselos a nadie . Y , excusándome , les dije que nos veriamos más tarde . Sin más , mis amigos  se perdieron en dirección a la ciudad . El hortelano preguntó al jefe del Templo si podía reincorporarse a sus faenas en la plantación y , una vez autorizado , desapareció igualmente por la vereda del huerto . En cuanto a mí , como difo , las cosas volvían a ponerse difíciles . Mi única  obsesión era apoderarme de la sábana . Pero la fortuna no parecía de mi lado . ¿ Qué podía hacer ?
El parlamento de Eleazar con su gente fue brevísimo . Yo tenía que mantener los ojos  bien abiertos  y seguir la pista  del lino. No cabía  otra solución . Y simulando un inexistente cansancio , me dejé caer al pie de la empalizada , sintiendo la agradable  y tibia caricia del sol en mi rostro . Medio cerré los ojos  , lamentando no haber sido más rápido en la incautación de la mortaja . Caballo de Troya  , en el planeamiento de esta segunda misión , había sido terminante : el análisis  de aquella tela era vital en nuestro intento por esclarecer el hipotético fenómeno que los cristianos llaman << resurrección >> . En consecuencia  , debía  debía trasladarla  al módulo a cualquier precio . Pero aquel pensamiento fue rechazado de plano  . Ya no tenía remedio . Además , habría ido contra  el natural devenir de los sucesos  que , en parte  , había presenciado.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - To 2 - 9 de abril, domingo ( 99 )

En el centro de la caja había sido dispuesto un tercer orificio en el que se acompañaban los útiles  propios de la  escribanía ; los cálamos  o pequeños juncos  marítimos  que hacían las veces de plumas . Habían sido sesgados  por una de los extremos y , por el otro , machacados  , pudiendo utilizarse como pinceles .
Por último , en otro huaco practicado  en la caja , el escriba  almacenaba una serie de tablillas  de madera  - extremadamente delgadas - y cubiertas con cera  . Junto a éstas  descubrí un estilo de hueso . Una de las puntas  formaba una espátula  que debía servir  para aplastar la cera y borrar  así lo escrito , aprovechando de nuevo la tablilla  . El extremo opuesto era muy afilado y puntiagudo .
El tal Zakkai tomó una de aquellas tablillas y , con la izquierda  , se dispuso a perforar  la cobertura  de cera . Dio la señal con el estilo y el esclavo fue levantando las diferentes piezas mortuorias  , mostrándolas  a los presentes .
De derecha a izquierda , en arameo - el hebreo sólo lo utilizaban para cuestiones religiosas -, el rabí fue escribiendo sin prisas y con letras grandes :
<< Un sudario ... Dos vendas para fajado de manos y pies .... y una sábana de lino de Palmira . >>
Al izar parcialmente el largo lienzo , todos los allí congregados  , incluidos David y el de Arimatea  , pudimos observar << algo >< que , sobre todo amí - nos desconcertó . A la clara luz  de la mañana  , entre los restos sanguinolentos  , la sábana presentaba  unas insólitas << manchas >> doradas - las que había  descubierto en la cripta  - que reproducían  parte de una figura  humana  . Aunque breve , la exposición  del paño permitió distinguir las plantas de unos pies desnudos  y la mitad inferior de unas piernas . El increíble  << dibujo >> - en esos momentos no supe definirlo mejor - no paso inavertido para Eleazar y el escriba . Éste , al reparar en dichas << manchas >> , permaneció un instante  con la pluma en el aire , atónito . David Zebedeo  me miró de soslayo , interrogándome  con una casi imperceptible  elevación elevación de su cabeza . Yo me limité  a enarcar las cejas , dándole a entender que tampoco tenía una explicación.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 98 )

Enfurecido , salió al paso del jefe  de la patrulla , exigiéndole  los lienzos . Eleazar le apartó brusacamente  . Fueron segundos de especial tensión . David llevó su mano izquierda  a la empuñadura  , pero , antes de que la espada  llegara a deslizarse  en la vaina de madera  , los levitas que nos rodeaban clavaron los hierros  de sus lanzas en nuestros riñones y vientres .
Las protestas del anciano sanedrita  fueron estériles . Y , cumplida su misión  , los soldados  del sumo sacerdote  se dispusieron  a abandonar el huerto . Antes , a empellones  y bajo la continua amenaza de las jabalinas  , el hortelano , David y yo fuimos  forzados aretirarnos  hacia el sendero de salida de la plantación . Pero el de Arimatea , que no retrocedía  ante las dificultades  , volvió a encararse con el capitán . Y señalando al viejo de la túnica de lino , le recordó  que aquélla era su propiedad y que estaba obligado , cuando menos , a levantar acta de lo confiscado . Éste , conocido por el nombre  de Johanan ben Zakkai , asintió parsimoniosamente  . El jefe del Templo cedió y , a una señal suya , los levitas nos obligaron a regresar a la explanada . ibamos a servir de testigos .
El siervo que sostenía el hato de ropas lo arrojó al suelo y , al instante , tras consultar a Eleazar , se apresuró a deshacerlo . Tanto el capitán como los esbirros  retrocedieron varios pasos , como movidos por un resorte  . Y el anciano , despues de asegurarse  que su sombra  y las de los levitas  no eran proyectadas sobre el lío funerario , fue a sentarse  a la turca  frente a las prendas que estaban siendo requisadas  . Situó la caja  rectangular  sobre los muslos  y , en silencio , recreándose en lo que sin duda  constituía todo un ceremonial , procedió a abrirla . Quedé fascinado . Se trataba de una especie de módulo , chapeado en fina  madera , con dos huecos redondos  en uno de sus extremos  . En ellos se almacenaban los panes de colores solidificados . Uno negro y otro rojo . Posiblemente  se trataba de hollín y ocre , mezclados con goma  , que se diluían en agua a la hora de emplearlos . ( Algo similar a nuestra tinta china , que permitía fáciles lavados y , naturalmente  , toda suerte de falsificaciones . ) La masa rojiza se obtenía también de la sikra , un polvo que resultaba de la molienda de cochinillas y que , en muchas ocasiones , era igualmente aprovechado por las hebreas como cosmético.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

domingo, 30 de agosto de 2015

caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 97 )

<< las siguientes cosas son puras si son defectivas  - es decir  , si no alcanzan la medida  -: como media aceituna  de un cadáver , como media aceituna  de sustancia cadvérica  putrefacta  , una cucharada de podredumbre  , un cuarto de log de sangre ( un log quivalía a 500 gramos ) , un hueso del tamaño de un grano de cebada  , un miembro de un ser vivo al que le falta el hueso.
>> Si una persona  toca un muerto y luego a unos objetos  o si proyecta  su sombra sobre un cadáver y luego la proyecta unos objetos , éstos permaneceran puros . Pero si su mano tiene una extensión de un palmo cuadrado  , los objetos devienen impuros ... >>
Todas estas medidas - que en un principio  tuvieron sin duda  un carácter higiénico - sanitario - habían sido deformadas y manipuladas por los doctores de la Ley , transformandose  , con el paso de los siglos  , en una pesadilla . Y aunque  la mayoría del pueblo  hacía caso omiso de aquellos cientos de reglas y absurdas prescripciones  , no secedía lo mismo con los sacerdotes  y demás casta  , directa o indirectamente  vinculadas al Templo o a la Ley . ëste era el caso del jefe de turno de los levitas . Y ésta  era la razón  por la que se habían hecho  acompañar de dos << despreciables  esclavos  paganos >>, que no se hallaban obligados por la fuerza del ritual  sobre << impurezas >> . Como tendría ocasión de presenciar minutos más tarde , aquellos << sepulcros blanqueados >> guardaban las formas externas  hasta el extremo de negarse a tocar los lienzos  mortuorios  , obligando a Malco  y al segundo gentil a manipularlos  . Lo raro , incluso , era que Eleazar se hubiera dignado franquear la puerta de la cripta . Pero sus órdenes , al parecer , le obligaban a tal << aberración religiosa >> ... Siguiendo las costumbres de Caifás , dadas las especiales circunstancias , la Ley , en este caso , había sido acomodada a los inconfesables intereses de la jerarquia .
A los pocos minutos , en efecto , el << registro >> fue ultimado . Y vimos aparecer al capitan y a sus hombres . El de la oreja perforada  llevaba bajo el brazo un envoltorio . José reconoció al momento la sábana  de lino que el mismo había comprado  y que sirvió para el transporte  y provisional amortajamiento  del cuerpo del rabí.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 96 )

Si las circunstancias no hubieran  sido tan rígidas , seguramente habría intentado satisfacer una íntima curiosidad : examinar la oreja  y el hombro derechos  del inipotuno siervo .
Pero no tuve más remedio que dominarme . << Quizá haya una tercera ocasión >> , me dije a mi mismo . De todas formas , mientras Eleazar , el capitan de los guardias  , daba instrucciones  a los desarrapados  , pude aclarar otro interesante extremo . Aquellos individuos  no eran en realidad unos sirvientes ,  en el sentido que podemos  atribuir  hoy a tal calificativo . El descarado orificio en el lóbulo  de la oreja derecha  del segundo personaje  revelaba  a las claras que se trataba de esclavos  . En este caso , esclavos paganos . ( Procuraré  , más adelante  , adentrarme  en el tenebroso y poco conocido mundo de la esclavitud  en Israel en los tiempos  de Cristo y a la que , incomprensiblemente , Jesús no prestó una excesiva atención )
El caso es que , ante mi sorpresa y desconcierto , el jefe del Templo cedió la tea a Malco y , éste  , en compañía del segundo  esclavo y de tres de los levitas de túnicas verdes , descendieron los peldaños  , dirigiéndose a la boca del sepulcro . El Capitan ordenó que fueran recogidos los mantos  , garrotes y marmita de la patrulla que había prestado servicio frente a la tumba  , y , acto seguido , bajó al callejón  , introdiciéndose en la cripta . Por lo que pude apreciar , sólo los esclavos  y el jefe  de aquel nuevo  pelotón entraron en la cueva  . Este último , por cierto , se deslizó por la estrecha abertura  con unas precauciones  que se me antojaron tan absusdas como excesivas . Los tres levitas restantes se mantuvieron frente a la fachada  , custodiando el acceso al interior .
La explicación a la casi teatral manera de Eleazar de ingresar en el panteón  - evitando por todos los medios el rozar siquiera la piedra circular que servía para clausurarlo - me fue dada por David  quien , espontáneamente , rememoró una diatriba del Maestro :
- ¡ Sepulcros encalados !
¿ Qué habia querido decir el Zebedeo? Muy sencillo . La ley mosaica era estricta  en lo que al contacto y a la contaminación con cadáveres se refería . En la Misná , por ejemplo , capitulo Ohalot se dicta entre otros  , los siguientes preceptos  , fundamentados en el libro de Números : << La piedra circular que cierra la tumba  - reza el capítulo II - y las piedras de apoyo propagan impuerezas por contacto y bajo la tienda  , aunque no porm transporte ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 95 )

El de Arimatea devolvió el pergamino al anciano y , dando media vuelta  , se encaminó hacia  nosotros . Su rostro  , habitualmente  apacible  , se hallaba  congestionado  . Nos indicó con la mano  que nos echáramos  a un lado  , dejando libre  el acceso  al foso , y , con un escueto y seco comentario , resumió la situación .
- Orden de registro...
- Pero ¿ por qué ? .... De quién ?
José miró a David  y respondió con una cínica sonrisa .
Fue el Zebedeo quien se contestó a si mismo y acertadamente , claro :
- ¡ Caifás ! ..... ¡ Ese bastardo !
Al principio , como mis compañeros  , no comprendí  el sentido de aquel registro . El sumo sacerdote  había sido informado por la proia  patrulla judía  de la desaparición del cadáver y del no menos inquietante  fenómeno de las piedras  , rodando solas . ¿ Qué oscuras intenciones  podían ocultarse , por tanato, detras de aquella absurda orden ? No tardaría en averiguarlo .
Los levitas cercaron finalmente  el acceso a la cueva  y nosotros  , en silencio  , permanecimos  a un lado , pendientes  de la desconcertante  absurda orden ? No tardaría en averiguarlo .
Los levitas cercaron finalmente  el acceso a la cueva  y nosotros  , en silencio , permanecimos  a un lado , pendientes de la desconcertante maniobra  . El capitan reclamo entonces la presencia  de dos individuos  que no parecían formar parte  del cuerpo de vigilantes del Templo . Vestían como la mayoría  de los am-ha-arez o plebellos : túnicas raídas y de un color devorado por la inseparable mugre  . Uno de ellos  presentaba  la cabeza  fajada a la altura de las sienes . Las vendas le ocultaban la oreja derecha . Y al fijarme con mayor  detenimiento me paració reconocer al siervo del sumo sacerdote  que había provicado el altercado en las cercanías del huerto de Getsemaní . Aquel sirio o natabeo que respondia al nombre de Malco , y que yo había  buscado infrutuosamente en las postreras  haras de mi primer  salto >> , parecía muy recuperado  del terrorifico mandoble  propinado por Simón Pedro .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 94 )

Al vernos aparecer en lo alto del callejón , la policía judía  detuvo su marcha  . Varios de ellos  , los que portaban los arcos  en forma de yugo  , echaron atrás  sus manos , extrayendo sendas flechas  de unos carcaj cilíndricos  y granates . pero el situado en cabeza hizo una señal con el hacha  y las flechas volvieron a las aljabas .
David Zebedeo  , intuyendo las intencionesde aquellos ammarkelin o strategoi , como los llamó Flavio Josefo , desenvainó su gladius  y , frío como un témpano , fue a cubrir a su anciano amigo  . Pero éste  , consciente de la superioridad de los esbirros  de Caifas , obligó al discípulo a guardar su arma . Y adelantándose hacia la linde de los frutales , increpó al que parecía el cabecilla  , llamándole  por su nombre . Se trataba de un tal Eleazar , uno de los sagan o jefe del Templo. El capitan de los levitas se reunió al punto con el dueño de la plantación y , por espacio de breves minutos  , discutieron acaloradamente . Por último , tras hacer una indicación al grupo que  permanecía  atento y a corta  distancia , se abrió paso desde detras  de los policias  un hebreo  de larga túnica  blanca  , de lino , con un ceñidor  de tela del mismo color , del que colgaba  una  pequeña caja  de fina madera  . Me impresionó su porte noble  , tranquilo y mesurado  . Debía rondar  la misma edad de José : unos sesenta años . El recién llegado saludó al de Arimatea  con una leve reverencia  e introduciendo su mano en la amplia  manga derecha  le mostró un rollo de piel de borrego , cuidadosamente  sujeto con un cordoncillo rojo . José lo desplegó  , produciendo a una minuciosa lectura  . Sin poder resistir la curiosidad  , me incliné disimuladamente  sobre David , susurrándole al oído si podía alelantarme una explicación . El Zebedeo  , sin dejar de observar a los tres hombres , me hizo ver que no estaba seguro .
- Quizá pretendan la clausura de la tumba...
Pero el jefe de los heraldos  se equivocaba  . Las intenciones de aquellos individuos  o , para ser más preciso , del sumo sacerdote  Caifás  y los saduceos  que le secundaban en el << problema >> llamado Jesús , eran mucho más sibilinas ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 93 )

La previsible impugnación de José no llegó a ser formulada . Un lejano vocerío nos hizo girar las cabezas  hacia el final de las escalinatas  . David interrogó con la mirada al sanedrita  . Pero éste , encogiendose de hombros  , consultó al hortelano . Ninguno sabía  de qué se trataba .
Ascendieron los peldaños cautelosamente  y , una vez arriba  , se detuvieron . Me apresuré a seguirles  . Esparcidos  entre los árboles - juraría que desplegados en orden de combate  - se aproximaba  una veintena de hombres . Vestían de forma muy distinta  . Cinco o seis , con lagas túnicas verdes que rozaban el suelo arcilloso y << camisas >> de escamas metálicas hasta la mitad del muslo . Se tocaban con cascos bruñidos  y cupuliformes y portaban sendos arcos de doble curvatura  . Avanzaban en el centro de la formación y uno de ellos  - quizá el jefe  - lo hacía ligeramente adelantado y con una tea encendida en su mano izquierda .
Otros se cubrían con ropones amarillos  , idénticos  a los que habían quedado en tierra  . Reconocí en sus siniestras  y enre las fajas  algunos de aquellos largos  y temibles  bastones claveteados  . El resto , al menos de los que caminaban en primera línea , vestía unas curiosas prendas  - parecidas a nuestras camisetas -, de un recio paño y cortas mangas  , todas de idéntico color pardo - canela . Sobre una menguada túnica  del mismo tinte  - quizá  se tratase de una única pieza - ceñían la cintura  con una ancha  faja de cuero reluciente  , de unos treinta centímetros  , y dividida en tres bandas , con todas las caracterísicas de una coraza abdominal . Sus cabezas aparecían cubiertas con unos turbantes  de igual tono que las vestiduras  . Uno de los colgantes de aquel simulacro de casco  caía sobre la oreja derecha  , con largos flecos  que descansaban sobre la clavícula  . Una lanza de madera  de más de dos metros  y punta de hierro triangular y un espeso escudo ovalado , también de madera de sicómoro ( capaz de resistir a los gusanos ) , completaban el armamento . La estampa de aquellos guardias del Templo - porque de eso se trataba - trajo a mi memoria  el detalle de uno de los relieves  descubiertos en el palacio de Sanaquerib . en Nínive  , en el que se representaba la conquista de la ciudad judía de Lakís , en el 701 antes de Cristo.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 92 )

Tampoco los acontecimientos que estaba presenciando figuraban en los Evangelios . Ni la segunda y hasta ese momento supuesta aparición del Maestro a la magdalena , ni la es`pontánea visita de José y David a la tumba  , ni muchisimo menos  lo que ocurrió poco después . No me cansaré de repetirlo  : ¡ lástima  que los escritores  llamados << sagrados >> no se empeñaran en una narración  más minuciosa  y completa  de los sucesos que rodearon la vida  y la muerte del Hijo del Hombre  ! De haberlo hecho así , los cristianos  y no creyentes  habrían comprendido mejor  a los protagonistas de dicha época  . ¡ Qué razón lleva Juan el Evangelista  cuando en su último versículo , asegura que << hay además otras muchas cosas  que hizo Jesús .... >> ! Pero me niego a caer en nuevas disquisiciones personales .
Curiosamente  , aquellos dos hombres  sería los últimos fieles seguidores de Cristo  que tubieron acceso a la cueva  cuando todavía se hallaba << intacta >> ; es decir , con los lienzos mortuorios  tal y como habían aparecido después de la enigmática  desparición del cadáver .
El de Arimatea no tardó en volver al Exterior  . Su actitud  , en un principio , fue agria . Se llevó las manos a la espalda  y mientras daba cortos paseos  por el callejón , se limitó a mover la cabeza , como si rechazase la posibilidad de una resurrección . En cierto modo me recordó a Simón Pedro .
David Zebedeo , en cambio  , al igual que Juan , su hermano menor , apareció vivificado  . Con una elocuente felicidad en los ojos .
Antes de que el responsable  de los emisarios  formulara comentario u opinión algunos  , el euschemón  - designación utilizada también en aquel tiempo al referirse a un rico hacendado - se plantó a dos palmos de su amigo y , mirándole fijamente , le preguntó sin rodeos :
- ¿ Qué  opinas ?
La respuesta del galileo , a mi entender , fue perfecta :
- Hice bien al convocar a mis hombres para hoy ... Siento curiosidad por conocer las reacciones de los apóstoles . Iré a la casa de Elías  y les preguntaré . Jesús prometió resucitar al tercer día y lo ha cumplido . En cuanto llegue  el último de mis << correos >> daré órdenes  oportunas para que difundan la buena nueva .
- Pero ...
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

sábado, 29 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 91 )

Tanto uno como otro , al igual que la mayoría   de los seguidores de Jesús  que yo había tenido ocasión  de contemplar  hasta esos momentos  , traían en sus rostros  el agotador  cansancio de dos días y dos noches de vigilia  , la angustía  y el horror de la tragedia  y , sobre todo  en el caso de David Zebedeo , una chispa de esperanza en sus ojos .
Ambos se alegraron al verme . Y José , sabedor desde un principio de la existencia  de la férrea vigilancia del panteón  , elogió mi presencia en el lugar , comparándola  con la << mezquina y cobarde actitud >> de muchos de los íntimos del Maestro . Traté de disuadirle  , pero el anciano , cambiando de conversación , nos preguntó por lo que constituía  el verdadero motivo de la visita  de ambos a su propiedad : El sepulcro . Las mujeres que habían acompañado aquella madrugada  a la de Magdala  - nos aclararon -, después de transmitir  a los apóstoles  las noticias de la tumba vacía  , de la desparición  de las patrullas y de la supuesta presencia en el jardín , acudieron a la mansión de José , poniendo en conocimiento de la hija de éste  y de las restantes  hebreas todo lo que - según ellas - habían visto y oído . Poco despues  , la hija del de Arimatea  y las cuatro testigos en cuestión  se presentaron en la casa de Nicodemo . Allí estaban David Zebedeo y el anciano miembro del Sanedrín . Repitieron su historia  , pero , según las propias palabras de José , casi todos dudaron de la veracidad dem tales hechos . Sobre todo , del poco creible asunto de la resurrección del Nazareno . Tanto nicodemo como los discípulos  que se ocultaban en la casa se inclinaron a creer que el cadáver podía haber sido robado . Sólo David y Jose recordaban las promesas del Hijo del Hombre y , movidos por la esperanza  y la curiosidad - en el caso de José , esta última pesaba bastante más  que la primera -, tomaron la decisión de acudir a la cripta  e intentar aclarar el enigma .
David apenas abriçó la boca . Contempló la explanada con minuciosidad y , acto seguido  , temblando de impaciencia  , rogó al anciano que no perdieran más tiempo y que le precedieran en el ingreso en la tumba  . José asintió  y , a una señal suya , el hortelano encabezó la reducida comitiva  . Yo , cautelosamente  , me quedé atrás y aguardé en mitad de las escaleras . Durante los minutos  - no muchos - que duró la nueva constatación , un pensamiento , casi una obsesión , me atormentó sin piedad :
<< ¿ Y si aquella segunda aparición hubiera sido cierta ? >>
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 90 )

Era curioso  . A pesar de la vehemencia  de la hebrea  , fui incapaz de creer  en sus palabras . ¿ O es que la sensación de fustración que venía germinando en mi ánimo nublaba mi mente hasta el punto de rechazar su testimonio , buscando así mi propia justificación ? Ahora sé que la sola idea de que aquello fuera cierto  , y de que Él hubiera estado tan cerca  , habia empezado a minar mis fuerzas ...
- ¡ Era Él !...
Y Maria , sin que nadie le preguntase , repitió la misma descripción del << extranjero  de túnica  y manto " nevados " >> . La dejamos desahogarse  . ¿ Qué otra cosa podíamos hacer ?
-... Y me ha hablado - prosiguió con una creciente  emoción  -. Ha dicho : << No permanezcas en la duda . Ten valor ... Cree lo que has visto y oído  . Vuelve con los apóstoles  y diles  otra vez que he resucitado ... que apareceré  ante ellos y que , pronto , como he prometido , les precederé en Galilea .
Ella observó nuestros rostros  . El Significativo silencio que siguió a su exposición fue revelador . Pero , en esta oportunidad , la de Magdala no se alteró . No hubo reproches o lamentos  . Comprendió cuáles eran los pensamientos  de aquellos hombres y , ocultando su rostro con el filo del manto , se alejó con paso presuroso .
Eran las 09 horas y 40 minutos . Suponiendo que esta segunda manifestación del Maestro hubiera sido real , el hecho pudo registrarse tres o cuatro minutos antes ...
Pasmados , sin saber qué decir  , vimos cómo la mujer entraba  en el sendero y echar a correr . En estos instantes  , al tiempo que desaparecía en dirección a la cancela , otra dos figuras se recortaron entre el ramaje . Al cruzarse con la Magdalena  se detubieron , pero ésta , al parecer , no respondió al saludo de los dos hombres y , sin dejar de correr , se perdió vereda arriba . Los nuevos visitantes , visiblemente contrariados , dudaron durante breves segundos  . Pero al descubrir  nuestra presencia  , reanudaron la marcha . Eran José , el de Arimatea y dueño del lugar , y el eficaz David , hermano de los Zebedeos y jefe de los << correos >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 89 )

De no haber sido por la fulminante reacción del jardinero , quizá  aquella situación hubiera podido prolongarse indefinidamente  . Pero el hombre  , comprendiendo que María  se hallaba fuera de sí , terminó por echarse sobre ella  y , zarandeándola por los hombros  , la levanto casi en el aire  . Las secas y violentas sacudidas surtieron efecto . Y la Magdalena pestañeó  varias veces  , << volviendo >> a la realidad . Sus mejillas fueron recobrando el color y , bajando la cabeza , suspiró ansiosamente.
- ¿ Estás bien ? -me atreví a preguntar .
Alzó sus ojos y sus pupilas azabaches  hablaron en silencio y con una fuerzaque me recordaron la poderosa mirada del HIjo del Hombre . Me estremecí y ella , lo sé , lo percibió . Sonrió con una íntima satisfacción y , levantando su mano izquierda hacia los frutales , comentó sin titubeos :
- ¡ Le he visto !
El hortelano , instintivamente , giró la cabeza hacia el lugar señalado por la mujer .
- Sí , no lo has contado ... - repliqué en tono conciliador .
- ¡ No ! estalló temblorosa  - . ¡ Ahora ! .... ¡ Ha sido ahora !
Esa vez fui yo quien palideció . Pero , al momento  , sospechando que la Magdalena  podía ser víctima  de sus propias emociones  , me esforcé  por conservar los nervios  , siguiéndole la corriente .
- Ten calma . Sabes que yo he creído tu testimonio . Sé que le  visteis ...
- ¡ No ! - me interrumpió con violencia  . Su faz  había cambiado . La de Magdala había comprendido  que , una vez más , no era creída -. ¡ Os repito que le he visto por segunda vez  ! ... ¡ Aquí !
Y avanzando un par de pasos  fue a situarse a un metro de los árboles .
El silencioso jardinero torció el gesto . Volvimos a mirarnos  y , prudentemente  , no hicimos  comentario alguno  . Una segunda  supuesta aparición del no menos  supuesto resucitado era demasiado ... Y , sin querer , me vi arrastrado al mismo escepticismo de Pedro  y que , paradójicamente  , yo había criticado  en mi interior .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 88 )

Era difícil de explicar . Sonaban como invocaciones ... Como si alguien - una mujer sin duda _ reclamara la atención o la presencia de otra persona .
Al ganar el último escalón quedé desconcertado . De espaldas , la de Magdala  , arrodillada y con los brazos  en alto , no cesaba de reclamar , repitiendo una misma y única palabra  :
- Rabbuni !..
El término - << Maestro >> - se refería al fallecido rabí de Galilea . De eso estoy seguro . Pero ¿ por qué invocaba su nombre ? Y , sobre todo , ¿ por qué lo hacía  en aquel extraño tono ?
Tuve un presentimiento . Dirigí la mirada a mi alrededor pero no tardé en rechazar tan absurda idea . Allí no había nadie . Todo de hallaba  en calma . Además , los rextos evangélicos consultados por Caballo de Troya no hablan de una segunda aparición de Jesús a la Magdalena .
La mujer no se había movido prácticamente  de la linde de los árboles . Quizá  - pensé - ha sido víctima  de otra depresión .
El encargado de la finca se situó a mi altura y , de nuevo , nos miramos sin comprender . Y despacio , procurando no asustarla , caminamos hacia ella .
-  Rabbuní !
Aquello era una llamada .
Nos detubimos uno a cada lado y , por espacio de algunos minutos  , la contemplamos  con tanta inquietud como curiosidad . La Magdalena  presentaba una expresión diametralmente opuesta . El anterior abatimiento  se había borrado de su faz . Era muy extraño ....
Sus ojos , muy abiertos , sin pestañear , parecían atrapados en un punto invisible del espacio . Había en ellos una sombra de espanto y sorpresa . Fue entonces , al mirar sus manos  , cuando reparé en la dirección y posición de los dedos . Se encontraban rígidos , crispados y en actitud de querer tomar a agarrar algo .... - Rabbuní!
María , inmovil como una estatua  , no se percato de nuestra presencia . Sólo repetía el titulo del Nazareno . Y su tono , evidentemente  , era de clara súplica . No supe que pensar . Todos los sintomas apuntaban hacia una nueva crisis  . Y enpecé a cuestionarme si la salud y equilibrio mentales de la antigua cortesana eran correctos ..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 87 )

Cerré los ojos . ¿ Es que yo también era cictima  de una alucinación o de la histeria  colectiva  ? Pero no . Al abrirlos  , el << descubimiento >> del jardinero seguía  allí , desafiando a la lógica humana . Al igual que ocurriera  con el pañolón  que había jujetado la mandibula  inferior del rabí y que , como dije ,  se encontraba firmae y << en su lugar >> , aquella pieza de tela  - obligada en los enterramientos  judíos de la época  - no mostraba signos  de manipulación  por parte de manos humanas  . Si un hipotético  profanador  hubiera cargado con el cuerpo  , ¿ por qué  iba a entretenerse  en soltar dichas tiras para anudarlas nuevamente  y , en el colmo de lo absusrdo , situarlas delicada y estudiadamente  en el mismo punto y posición  que habían ocupado?
Allí había ocurrido << algo >> extraordinario . << Algo >> que rebasaba  mi capacidad mental . Pero ¿ qué ?
Tal y como imaginé , la << venda >>  que nicodemo había anudado a la altura de los tobillos  del Maestro se presentó ante mis  atónitos ojos  en idéntica posición . Meticulosamente  enrrollada  y con los nudos intactos ...
 Satisfecha mi curiosidad - no así mis dudas - , hice descender la referida mitad superior  del lino hasta  su posición original . Ahora más que nunca  debía hacerme  con aquella mortaja  y someter el tejido , los coágulos  y las << manchas >>  doradas a un exhaustivo análisis  médico - científico . ¡ Qué poco imaginaba  entonces las multiples sorpresa que nos depararían dichos  estudios ! Pero antes había que resolver  un << pequeño problema >> : ¿ cuándo y cómo sustraer los lienzos  ?
Creo que estábamos  a punto de abandonar la cripta cuando , de pronto , una sucesión de gritos  hizo que el hortelano y yo nos mirásemos alarmados . ¿ Qué había sucedido ?
En efecto , creo que fue una torpeza por mi parte  . Jamás debí retener al hortelano en la tumba  . Pero el destino , como se verá , tiene estas cosas ...
Fui el primero en salir  . Medio cegado por la fuerte claridad de la mañana  , a punto estuve de tropezar  con la segunda losa . Las voces procedían del lugar donde , poco antes , habámos dejado a la afligida María . No parecían  gritos de miedo o de dolor .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 86 )

Levanté la cara superor del lino y , a la luz de la tea  , entre una constelación de rastros sanguíneos  igualmente nítidos  , descubrí aquellas << manchas doradas >> . ¿ O no eran  << manchas >> ? Nervioso y confundido ante tanto destino científico , acaricié  la superficie  de la mitad inferior de la mortaja  . Las yemas  de los dedos rozaron  primero algunos grumos de sangre . Sí , no cabia duda  : aquéllo sólo era sangre  . Pero al hacer lo mismo  sobre las supuestas << manchas >> de color tostado , no percibí la rugosidad de los coágulos  . La deficiente iluminación  y la prohibición establecida por Caballo de Troya  de manipular o alterar la posición de aquellos lienzos  - al menos mientras permanecieran en la tumba - no me permitieron  llegar a conclusión alguna . Mientras duró  la corta y apresurada  exploración me vinieron a la mente varias hipótesis  . ¿ Se trataba de manchas originadas por los ungüentos  ? ¿ O quizá estaba ante posibles fluidos  de origen orgánico - consecuencia de la descomposición del cadáver - que habían empapado la tela ?
Lo asombroso era  que tales << manchas >> venían a reproducir los perfiles del cuerpo que había sido envuelto enla mencionada sábana .
- ¡ Esto es de locos !
Mi exclamación debió remover el gélido talante del jardinero . Porque , imitándome  , acercó su rostro al interior  de los lienzos . Cruzamos una mirada  de incredulidad . Sin embargo , no fueron las misteriosas << manchas >> color oro o la desconcertante  estructura  de los coágulos  lo que había sorprendido al sagaz hotelano . Supongo que estas sutilezas  escaparon a su fino instinto . No así , en cambio , otro << detalle >> que , de no haber sido por él , seguramente habría pasado inavertido para mí . Sin pronunciar una palabra  , señaló con su dedo indice  derecho hacia el centro del lino . Al ver << aquello >> , el corazón me dió un salto . Casi en la mitad del banco , descansando entre ambas partes  de la sábana  y justamente en el punto donde había reposado las muñecas del Nazareno , se encontraba la estrecha tira de tela que , una vez espolvoreada de acíbar , había servido para anudar sus destrozadas manos . Lo increíble es que la << venda >< en cuestión aparecía enrollada  , como un << anillo >> , perfectamente anudada y abrazando .... ¡ el vacío !
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

viernes, 28 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 85 )

El nauseabundo olor del sebo de vaca  que impregnaba  la tea lo llenó todo . Y la cimbreante  llama , entre esporádicos  chisporreteos  , fue arrancando rojizos reflejos  a las paredes  de la gruta  , alargando y deformando nuestras sombras  . El silencioso hortelano , con la cabeza y el torso inclinado para no tropezar con el techo , permaneció con los ojos  fijos  en el banco vacío . Parecía hipnotizado .
Durante unos segundos  me dediqué  a observarle  , esperando algún comentario o reacción de sorpresa . Me equivoqué  . Frío  como el hielo  , se limitó a pasear el hacha  por encima  de la plataforma rocosa , verificando , como yo , que el lienzo presentaba una poción anormal.
Transcurridos unos minutos  , hizo ademán de retirarse del lúgrube  recinto . Pero - ¡ torpe de mí ! - le hice una señal y el seco aunque complaciente  servidor de José  accedió a mi ruego , aproximando la antorcha al lino . Obviamente  , debido a la oscuridad , en las anteriores oportunidades  no había tenido ocasión  de reparar en un << detalle >> que , ahora , a la luz de la flama , me dejó atónito . Un << detalle >< del que había tenido conocimiento  << en mi tiempo >> pero que , honradamente  , nunca valoré como << serio >> y << científico >> . me estoy refiriendo a unas asombrosas manchas  , de un tinte acaramelado  , que aparecían en ambas caras  interiores del paño de lino . Pero vayamos por orden.
Recuerdo que , en una primera exploración de la mitad superior de la sábana  , me llamó la atención una serie de cuágulos  y reguerillos de sangre . Pegué casi la nariz sobre tales manchas , observando con no poca perplejidad que aparecían intactas . << Limpias >> . Perfectamente  definidas . Aquello era incomprensible . Después de treinta y cuatro horas - tiempo aproximado de permanencia  del cadáver en la sepultura -, la mayoría  de las heridas y grumos sanguinolentos  debería de haber quedado encolada en la tela . Si el cuerpo fue robado  o trasladado  , lo lógico hubiera sido que , en el trasiego , al despegarse , dichas cuagulaciones  habrían chafarrinado o emborronado la sábana  . Los calcos de sangre , en cambio , se conservaban intactos .
¡ Dios mio ! ¿ qué había sucedido en aquel negro aposento en la madugada del domingo ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 84 )

De rodillas frente a ella , pendiente de su amargura , tuve de pronto la sensación de que alguien nos observaba  . Fue un escalofrío en la nuca  . Y al volverme  , en efecto , tropecé  con la fornida figura de un hombre  . Se hallaba descalzo . Quizá por ello no le había oído llegar  . Levanté la vista  y respiré con alivio al reconocer al hortelano de José  . Vestía un tosco Chaluk de lana cenicienta  y descolorida  , tocándose  con un no menos gastado sombrero de hoja de palma . En su mano izquierda  portaba  una antorcha  . El am-ha-arez - así denominaban  a los sufridos obreros  del campo y a la masa del pueblo - me sonrió , dejando al descubierto las dos o tres únicas piezas que seguían en pie en sus inflamadas y negras encias .
Creo recordar que aquella fue una de las pocas ocasiones en que le oí hablar . El hombre  , fiel seguidor  de las enseñanzas de Jesús de Nazaret  , había escuchado rumores  que ya circulaban por la ciudad  sobre la desaparición  del cadáver del Maestro y , en un casi indescifrable arameo galilaico , me preguntó si sabía  algo al respecto .
Me puse  en pie  y , señalando hacia María , improvisé  , explicándole que sí , que algo había oído , pero que no estaba seguro ...
El jardinero cayó entonces en su habitual mutismo  . Miró a la mujer e , hierático  como un poste  , se alejó en dirección al foso . Comprendí que estaba dispuesto a comprobarlo  por sí mismo y ,  tras unos segundos de vacilación  , decidí unirme a él . La presencia de lam tea era importante  . Hasta ese momento  , mis sucesivas  incursiones  a la cripta  se habían desarrollado siempre  en precarias condiciones  de visibilidad . Y sin más , olvidándome  por completo de la de Magdala , me apresuré  a seguir los decididos pasos del hortelano .
En mala hora ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 83 )

Al reconocerme , Juan secó sus lagrimas y , ante el gesto contrariado de Simón , acidió a mi , haciéndome  partícipe - entre gimoteos  y convulsivas  sonrisas - de lo que ya sabía . Durante algunos instantes no supe qué  hacer ni que decir . Era plenamente consciente  que no podía  influir  , en ningun sentido  , en los ánimos  o decisiones de aquellos hombres  . Mi papel era el de  mero espectador  . Sin embargo , en situaciones como aquélla  , la fría y necesaria  imparcialidad resultaba extremadamente difícil ... Y me limité  a escucharle  , acariciando sus revueltos y sedosos cabellos .
Fue Pedro quien , más sereno , vino a sacarme de tan comprometida situación  : Dejándose llevar de su lógica y sentido común , ignorando a María  , dio un corto paseo entre los bastones y la marmita de los policías del templo , exponiendolo que , en principio , me pareció una excelente sugerencia :
- Debemos anunciar el robo a José  y a los demás ...
Al oír la palabra << robo >> , la de Magdala  arreció en su llanto , presa de un nuevo ataque de desesperación . Pero el tozudo galileo ni la miró . Y haciendo presa en la muñeca de Juan  , lo arrastró vereda arriba  , desapareciendo de nuestra vista .
Por un lado me alegré  . La intransigencia  del pescador había empezado a crisparme los nervios .
La misión me obligaba  a permanecer en el huerto  , atento a la suerte de los lienzos mortuorios . Ése era mi inminente y delicado objetivo  : hacerme con ellos  y , durante unas horas , someterlos a un exhaustivo análisis  científico en el interior del módulo  . Una vez depositados en la cuna  , daría comienzo la segunda fase de aquella  , por el momento , accidentada aventura  . Pero sigamos el orden cronológico  de los hechos ...
Conmovido , me aproximé a maría  . Se había arrodillado y , abatida , ocultaba  su cara entre las manos . La dejé llorar y deshagorse  . Cuando comprobé  que sus sollozós  y suspiros  empezaban a espaciarse , fui retirando delicadamente sus largas manos  , rogándole que tuviera paciencia  . Pero la Magdalena  , con los ojos hinchados  y enrojecidos  , movió la cabeza , transmitiendome su impotencia  y profunda angustia  . Era triste  y desesperadamente para mi no poder ayudar mejor a aquella hermosa hebrea  de veinte o veintidos años  . Hubiera deseado anticiparle algo de lo que conocía  . pero el estricto código moral que regía nuestro trabajo se impuso una vez más .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 82 )

En el fondo , como pasaré a relatarn , la imprevista  irrupción de aquella mujer en la fica  contribuyó - y no poco - a multiplicar mi desolación  . Esto fue lo que presencié :
Pedro , como decía ,  subió los peldaños  y , gesticulando  y farfullando incongruencias  , se dirigió  hacia el sendero . Parecía  dispuesto a dejar plantado a su amigo . Pero , súbitamente  , unos apresurados pasos  le obligaron a detenerse . Yo , que me había alzado  y me disponía a salir al encuentro de los apóstoles  , hice otro tanto . Aquello no estaba  previsto ni figura en los textos  evangélicos .
Al fondo de la vereda  , entre el ramaje de los árboles  , se aproximaba rauda una silueta  . Juan terminó  por asomar a la pequeña explanada  abierta frente a la roca  y , despacio  , fue a situarse junto a su expectante  compañero  . No hablaron  . Pedro llevó su mano izquierda  a la empuñadura de su espada  y , temiendo quizá  un desagradable encuentro , esperaron .
La alta y espigada  figura llegó a la bifurcación del caminillo . Y al descubrir la presencia de los galileos  detuvo su nervioso caminar . Era una mujer . Llevaba el rostro embozado en un holgado manto verde hierba  . Creí reconocer el talle  y aquellas delicadas  vestiduras . Y fue  Juan quien confirmaría  mis suposiciones .
- ¡ María ! - exclamó el Zebedeo . Y abriendo sus brazos  se precipito hacia la hebrea  -, ¡ María ! ¡ Perdoname  ! ... ¡ Es cierto , es cierto !
La de Magdala descubrió su cara , acogiendo al feliz  discípulo . Simón  retiró sus dedos del gladius  y , repirando aliviado , permaneció inmóvil . Juan y la Magdalena  habían roto a llorar . Y así siguieron durante algunos minutos , fuertemente abrazados . Pero Simón , cuya paciencia  no era precisamente  generosa , trató de cortar aquella emotiva escena  , recriminándoles  su << infantil credulidad >> e instando a Juan a salir cuanto antes  de aquel << peligroso lugar  >> . Fue  entonces , al lanzar una inquieta mirada a su alrededor  , cuando descubrió mi presencia entre los frutales . El pescador , sobresaltado , desenvainó la espada . Pero , saliendo de mi escondrijo , me di a conocer , invitándole a no perder la calma .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 81 )

El discípulo que parecía convencido de la misteriosa resurrección invicó incluso la promesa del rabí  , de volver a la vida  al tercer día  . Fue inútil . Su alegría  y arrollador  entusiasmo se estrellaban una y otra vez contra el escéptico Pedro .
En en desesperado y postrero intento por hacerle entender que aquel sepulcro vacío no podía ser obra de ladrones , Juan tiró de él , invitándole  a que entrara de nuevo . El Galileo accedió a regañadientes  . Y ambos se perdieron por segunda vez en la oscuridad de la tumba .
Ignoro lo que hablaron , pero casi estpy seguro que los dos tantearon la superficie  de la plataforma rocosa , encontrando , como yo , la blanda sábana  de lino y el pañolón , misteriosa e inexplicablemente  << deshinchados >>  y vacíos .
Al rato regresaron a la luz . Pedro , sin cambios aparentes  : confuso y atornillado a la explicación de los profanadores  . Juan , en cambio , exultante . Reafirmando en la creencia  de que el Maestro había resucitado . Le vi saltar de júbilo . Golpear la fachada del panteón con hambas manos  y repetir  a voz en grito .
- ¡ Lo hizo ! ... ¡ Lo cumplió  !.... ¡ Las mujeres tenían razón!
Simón , malhumorado y temeroso , intentó hacerle callar . Sus recelos  hacia los sanedritas  no habían desaparecido. El miedo a ser igualmente capturado seguía  dominando y dirigiendo su débil voluntad  . Y como viera  que su joven  e impulsivo amigo  no cedía  , dio media vuelta , retirándose del callejón.
La verdad es que , al rememorar es te pasaje  , no supe qué pensar . Juan el Evangelista  no refleja en ningún momento la dura y arisca  postura de de Simón Pedro . A leer dicho texto , el escritor  deja claro que él sí << vio y creyó >>. Pero ¿ por qué no hace mención de la incredulidad y cerrazón mental de su compañero  ? ¿ Fue por compasión  ? ¿ Quizá por benevolencia  ?  ¿ O , como ya vimos en la << última cena >> , porque no convenía  empañar la imagen del que despues sería cabeza visible de la Iglesia ?
Las escenas de la famosa carrera y de la entrada en el sepulcro habían concluido . Pero no así las sorpresas de aquella agitada mañana del domingo , 9 de abril del año 30 ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 80 )

Juan , nervoso e impaciente  , le increpó desde la boca del sepulcro. Entoncer comprendí  que el Zebedeo no había tenido ocasión de distinguir  con claridad la superficie del banco donde descansó el cuerpo del Maestro  . Era lógico . Aunque el sol  había remontado ya el perfil  del monte de los Olivos  , iluminando las tierras con una dulce y meridiana  claridad , la luz que irrumpía en la cámara mortuoria  era escasa . Y supongo que el decidido Pedro , como la Magdalena  y como yo mismo , se había contentado con palpar el vacío ...
- ¿ Qué ... ?
Simón Pedro no pestañeó  siquiera . Y con un vago ademán de su mano izquierda  le invitó a que entrara .
Juan torció el gesto y , contrariado por el mutismo de su hermano , se situó en cuclillas  . Agachó la cabeza  y se perdió en las tinieblas del sepulcro .
Su estancia en el interior  fue algo más prolongada  que la de su predecesor . Cuando retornó , a diferencia de Pedro , su cara aparecía radiante , transfigurada  ...
Durante un par de minutos  no dijo nada  . Se dejó caer  de espaldas contra el frontis  de la cripta  y , entornando los ojos  , le vi llorar . Fueron unas lágrimas silenciosas , apacibles , que decían más que todas las palabras del mundo.
Pedro terminó por volver a la realidad  y , con un amargo rictus en sus labios , exclamó :
- ¡ Hijos de mala madre  ! ... ¡ Han profanado su tumba  !
La reacción del pescador debió encender a Juan . Y abriendo sus ojos fue a sentarse a su lado . Visiblemente alterado , señalando a la boca de la cueva  , el más joven de los Zebedeos  trató de convencerle de algo en lo que , al parecer , no había reparado su amigo : la extraña  disposición de la mortaja . ¿ Cómo explicarlo ? ¿ Por qué  los supuestos  profanadores  no se habían llevado la sábana y el sudario ? ...
Los argumentos  - tan agudos como razonables - no comovieron a Pedro . Mientras Juan discutía , refunfuñaba  y le llamaba << terco ) y << Necio >> , Simón , inalterable  , se limitaba a negar con la cabeza , repitiendo como un papagayo :
- ¡ Lo han robado ! .... ¡ Lo han robado !
Autor : J.J.benitez Un abrazo Antonio Martinez

jueves, 27 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 79 )

No pude evitarlo . Sentí pena por el agotado pescador  . Juan se precipitó escalones arriba  y , al verle  , Simón Pedro se quedó quieto  , interrogándole con la mirada  . Pero su esfuerzo había sido excesivo y tuvo que reclinarse  en uno de los frutales  , llenando el silencio del lugar con interminables  y anhelosas respiraciones  . Su recortada barba  cana goteaba  un copioso sudor , mientras su túnica  aparecía empapada  y pegada a las carnes .
Pero su curiosidad e inquietud eran más fuertes que el cansancio , Y con un gesto de sus manos  - incapaz de articular palabra - , interrogó de nuevo a su compañero . Juan , desde el filo de los escalones , negó con la cabeza  . Pero no supe que quiso decir . E imagino que Pedro tampoco interpretó correctamente aquel gesto negativo . ¿ Se refería el discípulo a la ausencia del cadáver o trataba de explicarle  que no había tenido ni tiempo ni oportunidad de penetrar en la gruta ?
Pesadamente  , sin dejar de jadear  , con un mal disimulado disgusto que hacía  más pronunciadas  las arrugas de su rostro , Simón  se fue hacia su amigo  y , sin mediar pregunta  o comentario por ninguna de las dos partes , se lanzó peldaños abajo . A mitad de camino  , al descubrir  el negro orificio  de entrada  , titubeó . Fue una décima de segundo . Y , como un meteoro  , se puso de rodillas , entrando en tromba  en el sepulcro . Juan , perplejo y admirado ante el indudable valor de su compañero , no se movió .
No había transcurrido ni un minuto  cuando vi aparecer la calva del galileo . Esta vez , su salida de la cueva fue  lenta y cansina .  Tanto Juan como yo estábamos  pendientes  de su faz  y de su posible reacción  . Se incorporo  con dificultad  y , con pasos  tambaleantes  , sin despegar los labios  , fue a buscar acomodo en la roca  que servía  de protección  a la boca del pozo  y que , como dije , se hallaba tumbada  frente a la fachada  de piedra del panteón  . Sus ojos  claros  estaban fijos en ninguna parte  . Parecía hipnotizado . Pálido y ajeno a cuanto le circundaba .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 78 )

Aquellos minutos me ayudaron  a recobrar el resuello . Confirmé a Eliseo mi posición y este  , prudentemente  , re recordó que eran las 09 horasy que tenía  90 munutos  para retornar a la << cuna >> . No lo había olvidado . Pero antes debía ingeniármelas para sustraer temporalmente  una de las piezas vitales en todo aquel enredo y , por supuesto , en nuestra nueva << exploración >> .
No tuve que esperar mucho . A los pocos segundos de cerrar la connexión auditiva  , Juan se presentó en la bifurcación del sendero que nacía  en la cancela de entrada de la finca . Venía sudoroso , muy agitado , respirando escandalosamente por la boca u con sus negros y grandes ojos desorbitados  . En su rostro había una mezcla de miedo y esperanza .
Antes de elegir el ramal que conducía  al sepulcro  dedicó unos instantes a inspeccionar los alrededores . El joven discípulo sabía lo de la guardia  y , aunque la de Magdala había repetido que el lugar estaba  desierto , optó por cercionarse . Convencido de que la zona se hallaba en calma  , dio unos cuantos y cautelosos pasos  , deteniendose al descubrir los esparcidos mantos de los levitas . Aquello le sorprendió . Se agachó y , tomando uno de los bastones , masculló con rabia :
- ¡ Bastardos !
Soltó el arma con asco y , secándose el sudor de la frente con la amplia manga  izquierda  de su túnica  color hueso , miró al frente , directamente  a los peldaños  que descendían al foso o antesala de la cueva funeraria . Dudó . Y al bajar el primer escalón quedó inmóvil . Volvió la cabeza  en dirección a la vereda  por la que había llegado  y , con una mueca de impaciencia  ante la tardanza de su amigo , se encogió de hombros  . Lo vi salvar las breves  escaleras y detenerse  de nuevo en el estrecho callejón . Al hallarse de espaldas no pude saber cuál fue su reacción  ante la visión de las rocas removidas . Seguía indeciso  . Se situó frente a la boca de la cueva  y , tras lanzar una segunda  ojeada  a sus espaldas  , se inclinó , intentando  escrutar el oscuro interior  de la cripta  . Así permaneció , en cuclillas  y con la mano izquierda  apoyada en el filo superior de la losa circular que medio taponaba  la entrada  , hasta que unos resoplidos  y dramáticos jadeos le alertaron  y obligaron a girar  por tercera vez . Era Pedro.
Aunque , en efecto , yo le había  visto salir el primero de la mansión de los Marcos  , su mayor edad y la nada despreciable  grasa que se acumulaba en su vientre  y lomos lo habían dejado rezagado .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 77 )

En total , unos treinta  jinetes con sus relucientes corazas  de hierro trenzado  y sus característicos pantalones  rojos y ajustados  . Seguramente regresaban  a la fortaleza  Antonia  . Y aunque  sus caballos  tordos  cabalgaban al pasoy se hallaban aún a cosa  de doscientos metros  , evité un nuevo encuentro  con las largas y afiladas  jabalinas de los soldados  . Salté sobre el pronunciado  talud  , ocultándome  entre los corros  de acebuches y el monte bajo . Esta vez la fortuna  estuvo de mi lado . Al poco , cuando sentí alejarse a la patrulla  , reanude la marcha , dejando entre los cardos  y ortigas el ya diezmado manto .
No tardé en divisar la cerca de madera  encalada  . Salté  y , procurando hacer el menor ruido  posible  , tras consultar la posición del sol  , me encaminé  hacia el sureste  . Aquella zona occidental de la plantación  se hallaba  cubierta de hotalizas  . Fui esquivando como pude  las hileras de << escalonias >> - la cotizada variedad de cebolla  egipcia -, así como los << ajos de caballo >> o pueros  , las hermosas y cuidadas escarolas  y berenjenas  y , de inmediato , a mi derecha  , entre las primeras filas de frutales , reconocí las inmaculadas paredes de la casa del ortelano . El silencio seguía reinando en la finca .
Frente amí se abrían las altas vides  - las << datileras >> de Beirut >>-, que el anciano propietario había importado  de la costa  fenicia  y que mimaba  con gran esmero  . Al otro lado del viñedo se levantaba el palomar  , de angustioso recuerdo para mí .
¿ Que hacía  ? ¿ Me ocultaba  de nuevo en el gran cajón  ? Rechacé la idea . Lo primero que debía averuguar  era si los discípulos  habían llegado . Elegí  la mancha  de frutales y , sigilosamente , como en ocasiones precedentes  , fui avanzando entre ellos  . Era muy extraño  que los perros no dieran señales de vida  . Pero lo atribuí a la prolongada presencia de los policías y legionarios . Rodeé  la casita  por su parte posterior  y , dejando  el brocal  del pozo a mi derecha , terminé por  agazaparme  entre los menudos  troncos de los árboles  que empezaban  a sombrear el suave  promontorio rocoso . Todo frente  a las escalinatas que llevaban al panteón continuaba inalterable  : los mantos , mazas , y la marmita  seguían allí , olvidados  . No había señal alguna de Pedro o de Juan . Y , acertadamente , supuse que su tránsito por las congestionadas callejuelas de Jerusalén no había resultado tan rápido como el mío .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez


Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 76 )

Al salir de la casa  establecí una fugaz conexión con el m´dulo , anunciando a Eliseo  que me disponía  a cubrir otro de los  objetivos del plan . Eran las 08 horas y 45 minutos .
El bullicio había ido en aumento en las calles de la ciudad  y , siguiendo la inteligente recomendación de mi hermano , decidí  evitar las aglomeraciones . había perdido de vista a los discípulos , pero imaginaba  cúal podía ser su derrotero  . Con toda probabilidad , recorrerían - a la inversa - el mismo camino que yo había seguido para llegar a la mansión de Elías Marcos  . Si actuaba con diligencia  , quizá llegase al mismo tiempo que ellos ..
Ascendí rápidamente por la rampa que desembocaba  en la fachada sur del palacio herodiano , abandonando el recinto amurallado por la puerta de los Jardines o del Ángulo . Y desde allí , corriendo siempre en paralelo a los sectores oeste y norte  de la muralla  , no tardé  en avistar la doble joroba rocosa del Golgota .Mi espíritu se estremeció  al reconocer las stipes verticales , negras y desnudas , recortándose  sobre el fondo azul del cielo . Pruré no mirar  y seguí mi frenética  carrera  , entre las atónitas miradas de los peregrinos  que habían montado sus tiendas al socaire de los muros  y que , sentados sobre sus esteras , se afanaban en la molienda del grano  , peinaban sus barbas y cabelleras con anchos peines de madera  o remivían los grandes comunitarios  . Dejé  atrás el concurrido camino que partía de la puerta  de Efraim  en direcció a Jaffa , no sin antes  escuchar las maldiciones de un indignado aguador  con el que había topado y cuyo odre , inevitablemente  , rodó por tierra  . No estoy muy seguro , pero creo que mi descenso desde el cerro del Gareb hacia el valle del Tiropeón se vio acompañado de alguna  que otra piedra  , furiosamente arrojadas por el atropellado y por los arreadores de ovejas cuyos rebaños quedaron medio descontrolados a mi paso .
Jadeante , crucé la senda de Cesarea , corriendo pendiente abajo , al encuentro de la ruta  que conducía al norte .  Al pisar el camino de Samaria  me detuve unos segundos  . Necesitaba  oxígeno . Me asomé a la vertiente oriental de la calzada , tratando de reconocer la propiedad de José . Un destello me hizo  volverel rostro hacia la izquiera . Y con no poca inquietud distinguí al fondo del polvoriento camino una turmae romana  : una pequeña unidad de caballería  .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 75 )

Lo comprendí al momento  . Aquellos hombres  , con sus burlas y reproches , ni siquiera les habían dejado  explicarse  y narrar lo sucedido en su integridad  . Y algo que yacía dormido en el corazón de Pedro  despertó , obligándole  a reaccionar . Se echó el manto por los hombros  y , en otro de sus característicos  arranques , salió de la estancia a la carrera .
Un segundo después , como movido por otro resorte  , Juan Zebedeo le imitaba  . Saltó del banco y corrió tras él .
Ninguno de los restantes  discípulos  movió un solo dedo . La incredulidad continuaba  pintada en sus rostros .
No lo pensé dos veces  . Tomé el cayado  y , sin cruzar palabra  alguna con los presentes  ,  salvé la distancia  que me separaba  de la puerta , desapareciendo .
En mi mente  se acumulaban aún muchas preguntas . El relato de la Magdalena  no había hecho sino estimular mi curiosidad . Pero debía  cumplir lo planeado por Caballo de Troya  . Era inprescindible  que estuviera cerca de Pedro  y de Juan en el momento que descubrieran la demoledora realidad de la tumba vacía  . ¿ Cómo reaccionarían ? ¿ Ocurririan los hechos  como cuentan algunos de los escritores  sagrados ?
En este aspecto , por lo que llevaba visto y oído , ni siquiera  el fiable Juan había respetado el orden conológico  de aquellos  primeros sucesos  . Es más : esa parte de su evangelio aparece trastocada  . En el capítulo 20 , como es fácil comprobar , la famosa carrera hacia el sepulcro es intercalada antes de la aparición del rabí a María Magdalena . Leyendo al evangelista  en cuestión , uno tiene la impresión que la de Magdala acudió a la tumba en solitario , sin las mujeres  . Y que , nada más descubrir el sepulcro vacío , corrió a la ciudad , lo anunció a los discípulos  y Pedro y Juan se precipitaron hacia la finca de José . Incomprensible.
Como ya he referido más de una vez  , y como seguiré demostrando , la pulcritud de los evangelistas como historiadores  y notarios de los hechos  y dichos de Jesús de Nazaret deja mucho que desear...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 74 )

No hice más contarios  . El detalle de la << transpariencia  >> me tenía trastornado . Por un lado dudaba  , pero , por otro , la seguridad de la testigo parecía tan sólida ...
- Por supuesto , no me atreví a desobedecerle  . Y me quedé  allí , de rodillas , ensimismada ...
- ¡ Visiones ! Eso es todo ..
Pedro volvió a las andadas, removiéndose inquieto en su diván y mascullando su teoría .
- ¿ Por qué crees que te dijo que no era el que tú habías conocido en la carne ?
En esta ocasión , María replicó con una lógica aplastante :
- Porque , aunque tenía forma humana , no parecía de carne y hueso.
- ¿ Dijo algo más ?
- Sí . Despues de ordenarme que no lo tocara , añadió :
<<... Bajo esta forma permaneceré  entre vosotros  antes de ir cerca del Padre . >>
<< ¿ bajo esta forma  ? >> ¿ A qué podía referirse la mujer  ? ¿ Qué clase de << cuerpo >> era el que aseguraban haber visto ? ¿ Qué nuevo misterio tenía ante mí ?
La de Magdala  se levanto y , con los ojos fijos  en el tozudo Pedro  , Gritó :
-  ¡ Y dijo algo más !
Rodeó los divanes y , aproximándose al pescador , estalló :
- << Ahora id todas y decid a mis apóstoles  , ¡ y a Pedro ! . que  he resucitado y que me habéis hablado . >>
La reacción del tosco galileo nos desconcertó a todos . Al oír su nombre se alzó  y , lívido , sin desviar los ojos de la Magdalena  , tartamudeó :
- ¿ Di...jo mi nom...bre ?
- Todas lo escuchamos  - respondieron las mujeres al unísono .
- ¿ Estáis ...se ... guras ?
- << Ahora id todas y decid a mis apóstoles , y a Pedro , que he resucitado y que me habéis hablado . >>
María repitió las palabras de Jesús  , poniendo especial énfasis  en la alusión al incrédulo galileo.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

miércoles, 26 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 dxe abril , domingo ( 73 )

María , apretando los dientes  , ahogada en sus sentimientos , sólo pudo contestar con varios y consecutivos  movimientos de cabeza . Al final , sus lagrimas corrieron por las blancas mejillas . Varias de las mujeres  se apresuraron a consolarla  , mientras el silencio se hacía violento , pastoso.
- Todas nos conmovimos  - prosiguió Salomé -, Todas comprendimos  ... Pero no supimos  reaccionar . Al poco , volvió a hablar . Su voz , dulce y afectuosa , pronunció un nombre :
<< - " ¡ María ! "
esperé a que la magdalena  recuperara la calma  . Secó su llanto y , al comprobar que mis ojos seguían fijos en ella  , se disculpó , pidiéndome  que no tuviera en cuenta su flaqueza . Algo debió de notar en mi mirada porque , maldibujando una sonrisa , exclamó :
- ¡ Gracias , Jasón !.... Tú eres distinto a todos éstos  . No sé la razón , pero me inspiras confianza  . Es como si te conociera  de antiguo .... También tu voz , tu mirada , tus extrañas preguntas me recuerdan a alguien .
El brillo de mis ojos  fue la mejor respuesta . Y la valiente hebrea continuó así :
- Entonces , al escuchar mi nombre , ya no dudé . ¡ Era el Maestro ! Pero , ¡ estaba tan cambiado !,..
>< Y presa de una mezcla  de alegría  , sorpresa  y miedo , enterré mi rostro en el polvo de la finca , murmurando : " ¡ Mi Señor !.... ¡ Mi maestro ! "
>< Mis hermanas me imitaron y cayeron igualmente de rodillas , atónitas . Sé que puede parecer una niñería  , pero ardiendo en deseos de abrazarle , de besarle  , de estrujarle entre mis brazos , fui acercándome a Él . Y cuando me disponís a hacerlo , retrocedió , diciendo :
>> - " ¡ No me toques , María ! No soy el que tú as conocido en la carne ... "
La interrumpí de nuevo . Y mi pregunta  - lo sé - debió parecerle absurda . Pero tenía que hacercela .
- ¿ Llegastes a verle los pies  ?
María , desconcertada , sin terminar de captar mis intenciones , frunció el ceño .
- No sé .... Creo que sí .
- ¿ Cómo eran ? - intervine  sin darle tiempo a recapacitar .
Bueno ...ahora mismo no recuerdo . Espera , sí ... ¡ eran como el vidrio  ! ¡ Sí , Dios mío  !  ¡ Podía ver la tierra  a través de ellos .
Autor ; J. J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 72 )

Aunque ahora , en nuestra época  , el gesto de María  nos parezca normal , saliendo al paso de un hombre  e interrogándole  , en aquel tiempo  no era así . Todo lo contrario . La sociedad malmiraba  a la mujer que tenía la osadía  de dirigir la palabra  a los hombres  o de detenerse en la calle  a conversar con un extraño .
El caso es que la de Magdala  , al límite  de su resistenciay al no obtener respuesta por parte  del misterioso personaje  , rompió a llorar , derrumbándose  sobre el suelo arcilloso de la finca .
- En mitad de mi desesperación - añadió María  con renovados brios  -, aquel << extranjero  >> , al fin , levantó su rostro y nos habló .
- ¿ recuerdas sus palabras ... exactamente ?
- Una por una  . Parece que le estoy viendo y oyendo ...
María llevó el lirio a sus labios  . Y las aletas de su nariz  temblaron levemente .
- << ¿ Qué buscais  ? ... >>
>> Quedé desconcertada  . Aquella voz  ... Me sequé las lágrimas  como pude y , mirándole  , acerté  a responder :
<< - Buscamos a Jesús  ... enterrado en la tumba de José  ... Pero ya no está  . ¿ sabes tú  dónde le han llevado ?
La impaciencia me consumía  . Y sin dejar que terminara  , abordé  su comentario sobre la voz del << extranjero >> , pidiéndole más detalles .
La magdalena  , con los ojos humedecidos  , movió la cabeza  afirmativamente  . Creo que le faltaban las palabras  . Finalmente , en un tono más calido , casi confidencial , remontó su emoción :
- Era Él ... Entonces lo supe  . Su voz .... , su voz ...
Ocultó el rostro entre las manos  y , por un instante  , creí que estaba a punto de acharse a llorar . Todos los allí reunidos  , conmovidos  , no se atrevieron a respirar .
- Su voz . Sí , yo la conozco . ¡ Era Él !- Pero ¿ qué respondió ?
-<< Este Jesús , ¿ no os ha dicho , hasta en la misma Galilea  , que moriría , pero que resucitaría ? >>
- ¿ Estás segura de que ésas fueron las palabras del << extranjero >> ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 71 )

Al pronunciar aquellas palabras , el silencio en la cámara se hizo más denso . Aunque algunos trataban de desimularlo , la verdad  es que casi la totalidad  de los apóstoles seguían el relato con especial curiosidad.
-... Su rostro , no te rias , Jasón , era como el cristal .
Por supuesto que no moví ni un sólo músculo . Y la mujer agradeció mi prodente actitud .
- ¡ Es tan difícil de explicar ! ...
- ¿ Quieres decir  que su cara era luminosa ?
- No , ninguna  recuerda que aquel hombre emitiera luz . Era otra cosa . Aunque siempre nos mantuvimos  a una cierta distancia , pudimos apreciar sus rasgos y sus cabellos . No eran como los de un ser humano . ¡ Parecían transparentes  !
Un inevitable  cuchicheo de desaprobación  se difundió por la sala .
-  ¡ Os digo lo que éstas y yo hemos visto ! ... ¡ Qué Dios me fulmine si miento !
<< ¿ Transparentes  ? >> Aquello era nuevo para mi . Y debo ser sincero . Al oírlo , dudé  . Estaba alboreando . La luz era todavía  difusa  . La visión de las cosas , muy parcial y limitada . Las mujeres se hallaban sometidas a un intenso shock .. La imaginación  y los deseos de volver a ver a su Maestro  bien pudieron jugarles  una mala pasada  . Era preciso  que yo pudiera presenciar alguna de aquellas supuestas apariciones  . Así que , luchando por no traslucir mis serias dudas , obvié el asunto de las descripcones , preguntándoles sin rodeos :
- ¿ Y qué ocurrió ?
- Mis hermanas no se atrevieron a dar un solo paso . Pero yo , pensando que aquel hombre sabía algo sobre la desaparición  del cadáver  , me fui hacia él . Y cuandoestaba a dos o tres metros  llamé su atención , preguntándole  : << ¿ Dónde has llevado al Maestro ? ¿ Donde reposa ? Di , para que vayamos a recogerlo . >>
El extranjero no contestó . Ni siquiera me miró . Siguió allí, con los largos brazos  desmayados a lo largo de la túnica y la cabeza baja , mirando hacia  el suelo .
¿ Extranjero  ? - intervine  -. ¿ Por qué le has llamado << extranjero >> ?
- Porque no le conocía . Además , sus ropas ....
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 70 )

Haciendo un esfuerzo - y respondiendo directamente a Pedro -, la Magdalena continuó :
- Su túnica  y manto eran los de un hombre  . Algo diferentes  , sí , pero los de un hombre ....
- ¿ Por que  ? - pregunté intrigado .
- No sabría explicartelo .
Paseó la mirada entre sus compañeras , como buscando apoyo .
- Eran de lino y lana  . De eso casi estamos seguras. Pero sus colores  .... Las ropas parecían nevadas .
Pedro soltó otra inoportuna y sonora carcajada  . Pero , esta vez , María hizo como si no la hubiera oído .
- ¿ Brillantes , quieres decir  ? - le animé .
La cabeza de la Magdalena  osciló a derecha e izquierda  , en señal de duda.
- No exactamente  . Su brillo era mate . En un primer momento tuve la impresión de que sus vestidos  se hallaban cubiertos de miles de pequeñisimos copos de nieve . Pero sé que eso es imposible ....
- Está bien . Continúa , por favor .
- Nos quedamos quietas . En silencio . Observaándole . Estaba a cierta distancia ...
- ¿ A cuanto ?
- No sé .... bajo los frutales .
eso quería decir a unos cuatro o cinco metros del filo de los escalones .
- Parecçía absorto en algo que había en el suelo . Creo recordar que eran unos mantos  amarillos y unos bastones claveteados .
- ¿ Unos bastones ? - pregunté simulando extrañeza .
Pero las mujeres  se encogieron de hombros  . Evidentemente  no conocían el por que de la presencia de aquellos objetos  en las proximidades  del sepulcro . Y guardé  un prudencial silencio .
- Una de mis compañeras nos susurró algo sobre el jardinero de José . Pero no estábamos seguras . Era tan alto y fuerte como el hortelano , eso sí , pero pero vestía de forma muy diferente . Además , su rostro ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 69 )

Fuimos a sentarnos  en la segunda piedra , la que se hallaba tirada en el centro del Callejón , y empezamos a discutir  entre nosotras . Ni José ni Nicodemo nos habían insinuado  que el cuerpo debiera ser trasladado . Llegamos a enfadarnos  , incluso , molestas por lo que estimábamos  una falta de delicadeza . Pero , casi al momento  , rechazamos esta posibilidad  . El hurto tenía que ser obra de otras personas . Seguramente  , comentamos , los responsables han sido Caifás y sus ratas ... Además , había  otro detalle  inexplicable  . Cuando empezó a clarear , con algo más de luz  y serenidad , entramos de nuevo en la tumba , confirmando el extraño orden de los lienzos .
Aquello me interesaba  sobremanera . Y simulando no haber entendido  , les rogué  que repitieran sus explicaciones . Efectivamente , las mujeres  - más perpiscaces  que los hombres para estas cuestiones - también habían reparado en la singular disposición de la sábana  y del pañolón .
- Era muy raro - insistieron -. Si alguien roba un cadáver , ¿ por qué ve a entretenerse en dejar la sábana  tan bien dispuesta ?
En aquellos momentos  de confusión , a pesar de la evidencia  de la mortaja , la Magdalena y sus compañeras siguieron empeñadas en que todo aquello era obra humana  . Tuvo que suceder << algo >> muy especial para que empezaran a entender ....
- El primer toque  de las trompetas del Templo - avanzó la de Magdala  - nos sacó de tan enmarañada discusión . Y nos disponíamos  regresar para comunicar estos sucesos  cuando , de improviso , al subir las escaleras  del panteón , vimos a un hombre  bajo los árboles .
- ¿ Y cómo supisteis que era un hombre ?
La súbita pregunta  de Simón Pedro llevaba una irritante  carga de ironía . Y la mayoría de los discípulos  rió la ocurrencia  .
El rostro de la Magdalena  volvió a endurecerse  . En ese momento reparé en el jarrón  de barro situado  sobre la mesa . Allí continuaban los manojos de espliego y los lirios blancos  y morados  que yo había arrancado  en los alrrededores de Getsemaní y que habían adornado la << U >> durante la última cena . Consevaban aún buena parte  de su fragancia  y lozanía  . Y en un desesperado intento  por aliviar la tensión  y demostrar mi fe en las palabras de la hebrea  , alargué el brazo  , tomando una  de las delicadas flores  . Me incorporé , abrí las palmas  de sus manos  y , con una dulce sonrisa  , le supliqué  que la aceptara  . María , consternada  , pasó del dolor  y la rabia a la gratitud . Regrsé a mi diván y , ante el estupor de los mordaces discípulos  y la mirada de aprobaciónde Juan Marcos , le hice ver que ardía en deseos de conocer el resto .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 - ( 68 )

La de Magdala disculpó a sus amigas con una sonrisa . Y añadió :
- Cuando las vi aparecer me lancé a su encuentro  , gritándoles  : ¡ Ya no está ! ¡ Se lo han llevado !
Estas primeras expresiones de la Magdalena  , desde mi punto de vista  , eran especialmente  importantes  . Venían a reflejar sus auténticas  creencias y pensamientos  en tan críticos momentos .No gritó << ha resucitado >> . Sencillamente  , su lógica  materializó lo que resultaba evidente : << que se lo habían llevado >> . Pero , deseoso de escucharlo de sus propios labios  , cargué las tintas en dicho grito .
- ¿ Se lo han llevado ? ¿ Eso fue lo primero que pensastes  ?
Humildemente , sin el menor deseo de arrogarse una falsa fe en la promesa de Jesús  , replicó con un rotundo << sí >>.
Guardé silencio , emocionado por su sinceridad .
- Entonces , casi a rastras , las conduje hasta la boca  del sepulcro , obligándoles a que entraran y certificaran lo que les decía .
- Así lo hicimos - confirmaron todas.
- ¿ Y cual fue vuestro primer pensamiento ?
- El de María  : que alguien había robado o trasladado el cuerpo a otro lugar.
Poco me faltó para insinuarles si habían visto << algo >< más . Por ejemplo , lo << angeles de vestiduras luminosas >> que citan los evangelistas o si , incluso , escucharon o sintieron el << terremoto >> de que habla Mateo . Pero opté por esperar y tantear el asunto algo más adelante  - cuando ellas hubieran concluido su versión  - y con la suficiente delicadeza  como para no levantar suspicacias . De todas formas  , ya era muy sintomático que ninguna  de las mujeres  hubiera hecho referencia  alguna a un acontecimiento tan fuera de lo común como la posible aparición de un << ángel del Señor >> . De haberse producido tal suceso , ninguna lo habría ignorado...
- ¿ Y qué hicisteis después ?
- Estábamos tan confusas que , durante un buen rato , nadie dijo nada .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

martes, 25 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 66 )

Mis sospechas , por tanto , tennían fundamento . José de Arimatea- ignoro las razones - no les había informado  sobre las patrullas  . Las mujeres , en consecuencia  , partieron de la casa  del anciano  absolutamente ignorantes del cerco policial que rodeaba la tumba  . Quizá fue lo mejor  . De haber estado al tanto  , lo más probable  es que los hechos  se hubieran desarrollado de otra forma . Quizá  habrían cuestionado el acceso al sepulcro e , incluso , podrían haber desistido de sus propósitos  . En verdad , los caminos de la Providencia  son misteriosos ...
La Magdalena  , como siempre , fue rotunda  . A juzgar por sus palabras , ni ella ni sus amigas contemplaron siquiera  la posibilidad de que el rabí hubiera resucitado . No me cansaré  de insistir en este punto . Salvo David Zevedeo , el resto de los discípulos  y simpatizantes del Cristo no creyeron , en absoluto  , en la promesa del Galileo  . De haber sido así , aquellas mujeres no se hubieran molestado en preparar los ungüentos  y demás enseres destinados al embalsamiento .
-... Así que , muertas de miedo - añadió -, cruzamos los huertos  , adentrándonos  finalmente enn la propiedad de José .
- ¿ Había amanecido ?
La Magdalena , cada vez más confusa con mis aparentemente superficiales preguntas , miró a sus compañeras , tratando de recordar .
- No ...
Sus amigas asintieron .
- Pero no faltaba mucho . Creo que estábamos al final de la última vigilia de la noche  .
Por algunos de los detalles que fui obteniendo a lo largo de aquella instructiva  charla  , y por las informaciónes que pude recoger  al día sigiente  , en mi entrevista  con los legionarios  de Antonia , casi estoy en condiciones  de afirmar que el encuentro de las mujeres con los soldados  romanos ( los levitas habían huido  mucho antes ) pudo producirse alrededor de las 05 o 05,15 de esa madrugada . Es decir , faltando 45 o 30 minutos para el orto solar . Juan , el Evangelista , en consecuencia , era el que más sem aproximaba a la verdad : << Cuando todavía estaba oscuro .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domindo - año 30 ( 65 )

Con la mente confusa por tantas y tan excitantes emociones , la hebrea  - como sospechaba - había olvidado algo . Fue Salomé  quien se encargó de recordarlo :
- Cuando llegamos a la puerta de los Peces nos cruzamos con una patrulla de Antonia  . Eran unos diez legionarios  . Y parecían  tener mucha prisa  . Gritaban entre ellos  y no cesaban de mirar hacia atrás . Como si alguien les persiguiera ....
>> Extrañadas , intentamos  averiguar lo que sucedía  . Esa zona , tú lo sabes  , está desierta a esas horas y temimos que hubiera algún peligro ...
- ¿ Como cuál ?
- No se .... quizá bandidos o animales salvajes . Pero los soldados  , desencajados  y sudorosos  , nos ignoraron y siguieron su precipitada marcha  hacia la fortaleza .
Era extraño . Aquellos  infantes romanos estaban más que acostumbrados  a bregar con los salteadores  de caminos  y con las bestias . Las mujeres  deberían haber tenido  en cuenta esta  indiscutible  circunstancia . Si parecían huir , la causa tenía que ser de otra naturaleza . Yo la conocía  pero , durante algunos minutos  , me intrigó por qué las cinco israelíes  no se habían planteado el dilema .
- Un momento - intervine nuevamente  -, entonces , ¿ nadie os advirtió de la custodia designada por Poncio ?
- No , en esos instantes ignorábamos que el sepulcro estuviera guardado por una patrulla .
La magdalena , intuyendo quizá algo anormal en mis cuestiones  , me miró directamente a los ojos .
- Y tú , ¿ cómo sabias lo de los guardias ?
Juan Zebedeo , que no perdía detalle  , me ahorró la explicación:
- Él estaba conmigo cuando , enj la mañana del sábado , José nos dió la noticia  de la sicuia maniobra del Sanedrín .
La mujer quedó satisfecha  y , retomando el hilo del relato , continuó en los siguientes términos .
Alomé lleva razón . La huidiza actitud de los legionarios nos intranquilizó . Pero no la asociamos  con la sepultura  del Maestro . Como te hemos indicado , ni siquiera estábamos al corriente de que hubiera vibilantes.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo - 2 - 9 de abril , Domingo - año 30 ( 64 )

Sólo el curtido rostro de Salimé  me era familiar  . La verdad es que eran tan numerosas las mujeres  que habían seguido habitualmente a Jesús  y al grupo apostólico  que resultaba problemático  retener sus nombres o fisonomías . pero algún día tendré  que hablar de estas esforzadas , imprescindibles y olvidadas discípulas del rabí de Galilea .... Sí , quizá más adelante , suponiendo que Dios me siga iluminando y sosteniendo .
- Caminamos presurosas . No tardaría  en amanecer y deseábamos  concluir lo antes posible el doloroso trance del lavado y de la preparación del cuerpo de nuestro Señor . Llegamos  a la tumba y , al ver la losa ..
María Magdalena  iba demasiado veloz en su narración . Yo necesitaba  más detalles  . Por ejemplo , ¿ qué sabían de las patruyas de vigilancia  apostadas en el sepulcro ? ¿ Cómo pensaban  ingeniárselas para que les permitieran el acceso a la cripta ?
-... ¡ Estaba removida  ! ¿ Comprendes Jasón ?
De nuevo me enfrentaba  a una delicada situación . Debía moverme con un tacto exquisito. Extremo . Por nada  del mundo podía sugerir  , anticipar o revelar lo que ya sabía . Ello hubiera ido contra el rígido código moral  de la operación  . Así que , sopesando mis pensamientos  y palabras , fui conduciendo a la vehemente  Magdalena  hacia  donde me interesaba .
-.... Por el camino - prosiguió la mujer  -, mis hermanas y yo habíamos  mostrado cierta inquietud  por el asunto de la roca . Tú la has visto y sabes que hacen falta cuatro o cinco hombres para moverla  . Pero , como te decía , al asomarnos a los escalones  , la vimos desplazada .
Levanté mis manos  , indicándole  que deseaba intervenir  . La de Magdala , intrigada  , me dejó hacer.
- Pero ¿ y la guardia ?
Mi pregunta  despertó interes  entre algunos de los apagados discípulos .
- ¡ Ah , sí ! ¡ Esos bastardos ... !
- ¿ estaban allí ? - presioné .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 63 )

La de Magdala  me observó con desconfianza  . Al parecer , era el único hombre entre  los allí reunidos  que mostraba  interés  por sus palabras . María  , la señora de la mansión , contribuyó a distender la desabradable  atmósfera  , colmando las restantes escudillas y ofreciendo - solícita y conciliadora - las ya frías hogazas de trigo . Todos aceptaron gustosos , incluido Pedro , quien , con la misma espontaneidad , pidió perdón a la esposa de Marcos .
Y la de Magdala , con aire cansino , sin conceder demasiado crédito a mi buena fe  , recogió los pliegues de su túnica  verde-hierba  , sentándose  a horcajadas en el diván de honor  . Al descubrir parte de sus piernas  , un finísimo destello hizo que me fijara en uno de sus tobillos . A la trémula luz de las lucernas , vi brillar  un aljófar - una pequeña perla  -, engarzando en una cadenilla que rodeaba dicho tobillo .
Le sonreí , animándola a que diera comienzo . Y tras cubrirse  con el manto , suspiró con gran sentimiento . Clavó sus ojos en mí , y al fin ,  una sonrisa de gratitud  dejó al descubierto una joven e impecable dentadura  . Estaba a punto de conocer lo que - según aquellas mujeres  - constituía  el primero de una larga cadena de misteriosos e inquietantes sucesos ...
- Éstas que ves aquí - señaló la de Magdala a las cuatro mujeres  que habían ido a sentarse asus pies  -, y otras diez o quince creyentes en el reino de nuestro Maestro , pasamos la fiesta del shabbat recluidas en la casa de José , el de Arimatea  . Nuestra tristeza era tan grande y tan profunda nuestra desolación que muchas creímos morir .
>> Y antes de que apuntara el primer día  de la semana , de acuerdo con lo prometido a José y Nicodemo , cargamos con los aceites y aromas .
- Entonces - le interrumpí tratando de atar cabos -, ¿ érais cinco ?
- Sí.
Y maría fue señalando e identificando a cada una de ellas .
Juana , esposa de Chuza ... María la madre de los gemelos Alfeo ... Salomé  , de Juan y Santiago de Zebedeo y Susana  , la más  joven , hija de Ezra , el de Alejandría .
Autor . J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez