domingo, 1 de enero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 19 de octubre , viernes ( 12 )

Cuendo la embarcación había sido rematada , entraba en acción la cuadrilla de calafateado y pintura . Era el último proceso o hanar ( tapado de rendijas ) . Primero carbonizaban la madera ( interior y exteriormente ) con la ayuda de antorchas . Era un quemado rápido en el que el fuego lamía y besaba . Sólo eso . Así neutralizaban las posibles invasiones de hongos . El roble lo agradecía más que ningún otro árbol .
Al << besado del fuego >> , como lo llamaban , seguía el calafateado , otra operación para la que se precisaba maestría . Un oficial veterano era siempre el responsable . Los ayudantes preparaban la estopa ( generalmente , fibras de cáñamo ) y la sumergían en alquitrán , diferentes tipos de liga , resinas , brea o , sencillamente , aceite . El experto abría las rendijas mediante el auxilio de unas llaves de hierro y , tras enrollar la estopa sobre el muslo , la introducía en las junturas de la madera con un martilleo especial . Más que martilleo , un sonsonete , con un doble golpe . Y la estopa penetraba hasta el fondo . El calafate , así , impedía que el agua entrara en el barco , lo que aliviaba , además , el futuro esfuerzo de los maderos .
Después se << maquillaba >> la nave : una capa de masilla , elaborada con cal en polvo y aceite de pescado y , finalmente , pintura y brea . Estas protecciones , como dije , eran vitales en las aguas del yan , conquistadas permanentemente por los << barrenillos >> o carcomas y por algunas algas que terminaban por adherirse al casco , lo que mermaba la velocidad de la embarcación y amenazaba su integridad . Yu había propuesto un remedio extra : revestir parte del casco con planchas de plomo , tal y como hacían los cargueros en el << gran mar >> . El Zebedeo , sin embargo , lo desestimó . El coste encarecía sensiblemente el precio final . Un barco de ocho metros , por ejemplo , destinado a la pesca , con dos remos  - timones laterales , podía costar enre ochocientos y mil doscientos denarios de plata , sependiendo del material utilizado . En cinco o seis meses quedaba terminado.
En la botadura , el propietario estaba obligado a pagar una comida a la totalidad de las cuadrillas que habían participado en la construcción del barco . Nadie faltaba . Generalmente terminaba en una borrachera colectiva .
 Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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