Imagino que el hipotético lector habrá comprendido por dónde voy . En los tiempos de Jesús de Nazaret , un ger , un prosélito , era un ser despreciado , sin padre legítimo y con escasos derechos ante la Ley de Moisés . Ésta al menos , era la corriente generalizada en los círculos más ortodoxos . Pero no eran éstos los únicos horrores que soportaban . Quizá más adelante - al narrar la vida de predicación del Maestro - tenga la oportunidad de volver sobre esta dramática situación .
Está claro . Cuando los íntimos - judíos a fin de cuentas - recibieron las noticias sobre las diferentes apariciones del rabí a gentiles y prosélitos de Filadelfia , Alejandría , Tiro y el yam - por no hablar de los odiados samaritanos -, más de uno torció el gesto , desaprobándolas .
¿ Qué era aquello ?
¡ El Resucitado departiendo con griegos , a´rab , tirios , fenicios y los << impuros samaritanos >>!
Hoy , lo sé , estos hechos pueden resultar incomprensibles . ¿ Es que los discípulos no habían aprendido nada ?
¿ No recordaban las enseñanzas del Galileo ?
Naturalmente que lo sabían . Pero estaban donde estaban . La Ley era la Ley y ellos , como digo , nunca se apartaron de la férrea normativa judía . No conviene olvidarlo...
Estos testigos también era creyentes , pero su condición de ger casi los invalidaba . En varias ocasiones los vi discutir sobre el particular . Pero , francamente , en esos momentos , no fui consciente de la trascendencia de tales polémicas .
¿ Cómo equiparar a estos hombres y mujeres con los testigos judíos ? Y lo que más los preocupaba : ¿ cómo decirle al pueblo que eran hermanos en la fe ? ¿ Cómo valorar los testimonios de gente << sin padre legítimo >> , << sospechosos de prostitución e idolatría >> y claramente condenados por Yavé?
No, aquello era demasiado . La referencia a estos sucesos en las predicaciones sólo habría conducido a críticas , burlas y , en suma , a una depreciación de la religión que estaban levantando . Una religión , insisto , en torno a la imagen y la resurrección del << Señor Jesús >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Está claro . Cuando los íntimos - judíos a fin de cuentas - recibieron las noticias sobre las diferentes apariciones del rabí a gentiles y prosélitos de Filadelfia , Alejandría , Tiro y el yam - por no hablar de los odiados samaritanos -, más de uno torció el gesto , desaprobándolas .
¿ Qué era aquello ?
¡ El Resucitado departiendo con griegos , a´rab , tirios , fenicios y los << impuros samaritanos >>!
Hoy , lo sé , estos hechos pueden resultar incomprensibles . ¿ Es que los discípulos no habían aprendido nada ?
¿ No recordaban las enseñanzas del Galileo ?
Naturalmente que lo sabían . Pero estaban donde estaban . La Ley era la Ley y ellos , como digo , nunca se apartaron de la férrea normativa judía . No conviene olvidarlo...
Estos testigos también era creyentes , pero su condición de ger casi los invalidaba . En varias ocasiones los vi discutir sobre el particular . Pero , francamente , en esos momentos , no fui consciente de la trascendencia de tales polémicas .
¿ Cómo equiparar a estos hombres y mujeres con los testigos judíos ? Y lo que más los preocupaba : ¿ cómo decirle al pueblo que eran hermanos en la fe ? ¿ Cómo valorar los testimonios de gente << sin padre legítimo >> , << sospechosos de prostitución e idolatría >> y claramente condenados por Yavé?
No, aquello era demasiado . La referencia a estos sucesos en las predicaciones sólo habría conducido a críticas , burlas y , en suma , a una depreciación de la religión que estaban levantando . Una religión , insisto , en torno a la imagen y la resurrección del << Señor Jesús >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto