El suceso , dada la naturaleza del lugary previo acuerdo con los responsables de la custodia de los santos Lugares , fue ocultado a los medios informativos .
Tal y como habían previsto los israelitas de Dayan , la explosión apenas si provocó daños en las paredes exteriores de la mezquita . Sin embargo , en una rutinaria pero obligada inspección del resto del octógono , agentes del Mossad - haciéndose pasar por arquitectos de la División de Zapadores del Ejercito - << descubrieron >> y enseñaron a los custodios del lugar unas placas o radigrafías de los cimientos de la cara este de la mezquita , seriamente afectados por el atentado . Aquello dejó confundidos a los mulsumanes . Pero el Mossad lo tenía todo previsto . En un gesto de << buena voluntad >> - y ante el desconcierto de los arabes - el vicepresidente judío , Ygal Allon , conovocó a los responsables de la mezquita , informándoles que el Gobierno había tomado la decisión de reparar los daños , como muestra de buena fe . La inminente proximidad de la Pascua judía y de la Semana Santa cristiana justificó a las mil maravillas las inusitadas prisas del Gobierno de Golda Meir por acometer la reparación del monumento . Nadie podía sospechar que , bajo aquella oportuna y aparente maniobra política de los judíos , se amparaba una doble intención .
La comedia resultó sencillamente perfecta . Aunque los cimientos de la mezquita se hallaban intactos , nadie se atrevió a poner en duda los informes de los supuestos arquitectos .
A las cuarenta y ocho horas de la explosión , una división especial , integrada por arqueólogos y expertos de la Universidad de Jerusalén , de la Escuela Bíblica y Arqueológica francesa de la Ciudad Santa y del Museo de Antiguedades de Amman , inició los trabajos de excavación en torno al perimetro de la pequeña mezquita , ante el beneplacito de los árabes . Sibceramente , nunca supimos cómo el Servicio Secreto israelí se las ingenió para << embarcar >> a dicho grupo en semejante labor de restauración . En algunos momentos , incluso , llegamos a sospechar que aquellos discretos y diligentes arqueólogos no eran otra cosa que hombres del Mossad.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Tal y como habían previsto los israelitas de Dayan , la explosión apenas si provocó daños en las paredes exteriores de la mezquita . Sin embargo , en una rutinaria pero obligada inspección del resto del octógono , agentes del Mossad - haciéndose pasar por arquitectos de la División de Zapadores del Ejercito - << descubrieron >> y enseñaron a los custodios del lugar unas placas o radigrafías de los cimientos de la cara este de la mezquita , seriamente afectados por el atentado . Aquello dejó confundidos a los mulsumanes . Pero el Mossad lo tenía todo previsto . En un gesto de << buena voluntad >> - y ante el desconcierto de los arabes - el vicepresidente judío , Ygal Allon , conovocó a los responsables de la mezquita , informándoles que el Gobierno había tomado la decisión de reparar los daños , como muestra de buena fe . La inminente proximidad de la Pascua judía y de la Semana Santa cristiana justificó a las mil maravillas las inusitadas prisas del Gobierno de Golda Meir por acometer la reparación del monumento . Nadie podía sospechar que , bajo aquella oportuna y aparente maniobra política de los judíos , se amparaba una doble intención .
La comedia resultó sencillamente perfecta . Aunque los cimientos de la mezquita se hallaban intactos , nadie se atrevió a poner en duda los informes de los supuestos arquitectos .
A las cuarenta y ocho horas de la explosión , una división especial , integrada por arqueólogos y expertos de la Universidad de Jerusalén , de la Escuela Bíblica y Arqueológica francesa de la Ciudad Santa y del Museo de Antiguedades de Amman , inició los trabajos de excavación en torno al perimetro de la pequeña mezquita , ante el beneplacito de los árabes . Sibceramente , nunca supimos cómo el Servicio Secreto israelí se las ingenió para << embarcar >> a dicho grupo en semejante labor de restauración . En algunos momentos , incluso , llegamos a sospechar que aquellos discretos y diligentes arqueólogos no eran otra cosa que hombres del Mossad.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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