En cuanto al calzado , habían sido diseñados dos pares de sandalias , con suela de esparto , trezado en las montañas turcas de Ankara . Cada ejemplar fue perfirado manualmente , incrustando en los bordes de las suelas sendas parejas de finas tiras de cuero de vaca , convenientemante empecinadas . Cada cordón - de cincuenta centímetros - permitía sujetar el rústico calzado , con holgura suficiente como para poder enrrollarlo en cuatro vueltas a la canilla de las piernas .
Un mes antes del lanzamiento - con el fin de simplificar mi aseo durante el gran viaje - dejé crecer mi barba de forma desordenada .
Aquel ropaje y mi crecida barba desencadenaron el buen humor de Eliseo , viéndome sometido durante aquellos últimos minutos en el módulo a todo tipo de bromas y chanzas . Aquellos momentos de diversión reaultaron altamente relajantes , haciéndonos olvidar momentáneamente dónde estábamos y lo que me reservaba el destino .
Siguiendo una de las costumbres populater en la Palestina de aquellos tiempos , impregné mis cabellos con unas gotas de aceite comín . De esta forma quedaron más suaves y sedosos .
Por último , colgué del cinturón una pequeña bolsa de hule impermeabilizado en la que Caballo de Troya había depositado una libra romana en pepitas de oro . ( La libra romana equivale a unos 326 gramos , aproximadamente , nota del traductor ) La evidente dificultad de conseguir monedas de curso legal , de las manejadas en Jerusalén en el año 30 , había sido suplida por aquellos gramos de oro , extraídos especialmente de los antiquísimos filones de Tharsis , en las estribaciones de la sierra ibérica de Las Camorras . Según nuestros datos , no tendría por qué ser defícil cambiarlos por denarios de plata y monedas fraccionarias como el as , óbolo o sextercios .
Eliseo verificó por enésima vez los sistemas de transmisión , ampliando la banda inicial de recepción desde los 10500 pies a 15000 . Antes de la toma de tierra , los equipos electrónicos habían medido la distancia existente entre Betania y la ciudad santa - siguiendo el curso del camino que rodea la cara este del Olivete - arrojando un resultado de 8325 pies.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
Un mes antes del lanzamiento - con el fin de simplificar mi aseo durante el gran viaje - dejé crecer mi barba de forma desordenada .
Aquel ropaje y mi crecida barba desencadenaron el buen humor de Eliseo , viéndome sometido durante aquellos últimos minutos en el módulo a todo tipo de bromas y chanzas . Aquellos momentos de diversión reaultaron altamente relajantes , haciéndonos olvidar momentáneamente dónde estábamos y lo que me reservaba el destino .
Siguiendo una de las costumbres populater en la Palestina de aquellos tiempos , impregné mis cabellos con unas gotas de aceite comín . De esta forma quedaron más suaves y sedosos .
Por último , colgué del cinturón una pequeña bolsa de hule impermeabilizado en la que Caballo de Troya había depositado una libra romana en pepitas de oro . ( La libra romana equivale a unos 326 gramos , aproximadamente , nota del traductor ) La evidente dificultad de conseguir monedas de curso legal , de las manejadas en Jerusalén en el año 30 , había sido suplida por aquellos gramos de oro , extraídos especialmente de los antiquísimos filones de Tharsis , en las estribaciones de la sierra ibérica de Las Camorras . Según nuestros datos , no tendría por qué ser defícil cambiarlos por denarios de plata y monedas fraccionarias como el as , óbolo o sextercios .
Eliseo verificó por enésima vez los sistemas de transmisión , ampliando la banda inicial de recepción desde los 10500 pies a 15000 . Antes de la toma de tierra , los equipos electrónicos habían medido la distancia existente entre Betania y la ciudad santa - siguiendo el curso del camino que rodea la cara este del Olivete - arrojando un resultado de 8325 pies.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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