Rode , la sirvienta , no me reconoció .
Y al momento , a la luz de las antorchas , distinguí la menuda y nerviosa figura del benjamín de la familia .
Y corrió a mi encuentro.
Se coló entre la mujer y la puerta y , abriendo los negros ojos , gritó mi nombre . Y acto seguido , de un salto , se colgó de quien esto escribe
Poseidón , asustado , agitó la cabeza .
Y al descubrir al caballo , el interes del niño por este explorador se esfumó . Y de mi cuello pasó a acariciar el de la montura .
- ¿ Es tuyo ? ... ¿ Cómo se llama ?
María Marcos , la madre , aproximándose , le reprendió al tiempo que me invitaba a traspasar el portalón.
Me resistí , indicando que no venía solo . Y María , reclamando a la servidumbre , tiró de mi mano sin contemplaciones . Y griego y corcel penetramos en el patio a cielo abierto del hogar de los Marcos , en Jerusalén.
Pero el entusiasmado Juan Marcos no permitió que los criados se hicieran cargo de Poseidón . Y tirando de las riendas , lo condujo al fondo del jardín .
En un primer momento me extrañó . Después comprendí . Las sucias y viejas ropas , los rostros sin afeitar y los cabellos en desorden guardaban un profundo sentido religioso .
Y recordando el reciente fallecimiento de Elías Marcos , el cabeza de familia , me apresuré a expresar mis condolencias a la gentil anfitriona . Maria asintió en silencio y , tomándome las manos , me obligó a sentarme junto al fuego que presidía aquel patio interior . Y fiel a la constumbre intenté levantarme y saludar las siete veces que estipula la ley . Pero la mujer , sonriendo no lo permitió.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Y al momento , a la luz de las antorchas , distinguí la menuda y nerviosa figura del benjamín de la familia .
Y corrió a mi encuentro.
Se coló entre la mujer y la puerta y , abriendo los negros ojos , gritó mi nombre . Y acto seguido , de un salto , se colgó de quien esto escribe
Poseidón , asustado , agitó la cabeza .
Y al descubrir al caballo , el interes del niño por este explorador se esfumó . Y de mi cuello pasó a acariciar el de la montura .
- ¿ Es tuyo ? ... ¿ Cómo se llama ?
María Marcos , la madre , aproximándose , le reprendió al tiempo que me invitaba a traspasar el portalón.
Me resistí , indicando que no venía solo . Y María , reclamando a la servidumbre , tiró de mi mano sin contemplaciones . Y griego y corcel penetramos en el patio a cielo abierto del hogar de los Marcos , en Jerusalén.
Pero el entusiasmado Juan Marcos no permitió que los criados se hicieran cargo de Poseidón . Y tirando de las riendas , lo condujo al fondo del jardín .
En un primer momento me extrañó . Después comprendí . Las sucias y viejas ropas , los rostros sin afeitar y los cabellos en desorden guardaban un profundo sentido religioso .
Y recordando el reciente fallecimiento de Elías Marcos , el cabeza de familia , me apresuré a expresar mis condolencias a la gentil anfitriona . Maria asintió en silencio y , tomándome las manos , me obligó a sentarme junto al fuego que presidía aquel patio interior . Y fiel a la constumbre intenté levantarme y saludar las siete veces que estipula la ley . Pero la mujer , sonriendo no lo permitió.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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