Fue tan súbito e inesperado que permanecí con la boca abierta , incapaz de reaccionar . Y Camar , admitiendo el silencio como una lógica negativa - divertido ante lo que presumía como una forzosa ceremonia de regateo - elevó la suma .
- Cuarenta i cinco y que mis ancestros me perdonen ...
- Pero ...
Rápido y astuto , adoptó una postura tan falsa como obligada en aquella suerte de negocios entre los badu.
- ¿ Crees que te engaño ?
- Es que ...
No me permitió terminar . Y abordó la siguiente y teatral puesta en escena , golpeándose el pecho e invocando al supuesto fundador de su tribu.
- ¡ Oh , padre Sahel ! ... ¡ Protégeme de este munayyil !
No me inmuté . A pesar de la crudeza del insulto ( munayyil , entre los a´rab , es sinónimo de cobarde y hombre sin honor ) , yo sabía que lamentos e improperios formaban parte del ritual .
- ¿ Qué pretendes ? - elevó el tono , desconcertado ante la aparente resistencia de aquel extranjero -. ¿ Quieres mi ruina ? ... ¿ Tratas de ensuciar mi cara ?... ¿ Es que no ves que estoy jurando por lo más santo ? ... ¡ Juro por mí y por mis cinco ! ... ¿ Me tomas por un perro sararat ?
La comedia , en efecto , llegaba a su final . Al jurar por si mismo y por sus cinco generaciones , Camar defendía su honor en el límite de lo permitido por los escrupulosos badu . En cuanto a la despectiva alusión de los sararat , el viejo no hacía otra cosa que ayudarse con una muletilla , una expresión común y corriente en aquel tiempo . Los sararat , nómadas entre los nómadas , habían caido en desgracia , siendo calificados por los judíos , gentiles y a´rab como ladrones , asesinos y << perros del desierto >> No por casualidad , a lo largo de su vida de predicación , Jesús de Nazaret se referiría en diferentes oportunidades a estos infelices , tan injustamente marginados y despreciados .
Francamente , no sé que ocurrió . Supongo que el Destino , atento , me salió al encuentro...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Cuarenta i cinco y que mis ancestros me perdonen ...
- Pero ...
Rápido y astuto , adoptó una postura tan falsa como obligada en aquella suerte de negocios entre los badu.
- ¿ Crees que te engaño ?
- Es que ...
No me permitió terminar . Y abordó la siguiente y teatral puesta en escena , golpeándose el pecho e invocando al supuesto fundador de su tribu.
- ¡ Oh , padre Sahel ! ... ¡ Protégeme de este munayyil !
No me inmuté . A pesar de la crudeza del insulto ( munayyil , entre los a´rab , es sinónimo de cobarde y hombre sin honor ) , yo sabía que lamentos e improperios formaban parte del ritual .
- ¿ Qué pretendes ? - elevó el tono , desconcertado ante la aparente resistencia de aquel extranjero -. ¿ Quieres mi ruina ? ... ¿ Tratas de ensuciar mi cara ?... ¿ Es que no ves que estoy jurando por lo más santo ? ... ¡ Juro por mí y por mis cinco ! ... ¿ Me tomas por un perro sararat ?
La comedia , en efecto , llegaba a su final . Al jurar por si mismo y por sus cinco generaciones , Camar defendía su honor en el límite de lo permitido por los escrupulosos badu . En cuanto a la despectiva alusión de los sararat , el viejo no hacía otra cosa que ayudarse con una muletilla , una expresión común y corriente en aquel tiempo . Los sararat , nómadas entre los nómadas , habían caido en desgracia , siendo calificados por los judíos , gentiles y a´rab como ladrones , asesinos y << perros del desierto >> No por casualidad , a lo largo de su vida de predicación , Jesús de Nazaret se referiría en diferentes oportunidades a estos infelices , tan injustamente marginados y despreciados .
Francamente , no sé que ocurrió . Supongo que el Destino , atento , me salió al encuentro...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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