Esa decisión - supusimos - no era de nuestra competencia . Tanto mi hermano como yo , lo sé , deseábamos en esos instantes que permanecieran en el mahaneh. Pero , respetuosos con el Maestro , doblegamos el impulso . Sólo Él podía ...
Curioso . Muy curioso . Esa misma noche , Eliseo me lo confesó . Al verlos alejarse - fiel a los consejos del rabí - , pidió al Padre que << hiciera algo >> , que los detuviera ...
Y ocurrió .
De pronto , cuando marchaban cerca del dolmen , alguien gritó desde los cedros , reclamándolos .
¡ El Galileo !
El ingeniero , entusiasmado , reconocería que lo revelado por Jesús de Nazaret << funcionaba >>. La mágica y arrolladora << fuerza >> de la que habló el Maestro hizo realidad nuestros deseos . Los Tiglat se detuvieron , dieron media vuelta y pernoctaron con nosotros . Yo , aunque desconcertado , me aferré a lo único que explicaba la súbita y providencial aparición de Jesús : la casualidad ...
¡ Pobre necio !
Jesús no consintió que los Tiglat colaborasen en la cena . Eran sus invitados . Tomó las truchas recién descargadas - regalo de los fenicios - y las cocinó al estilo del yam. Una receta que provocó encendidos elogios entre los comensales . Tras limpiar media docena de << arco iris >> , empujó las columnas vertebrales con los dedos medio y pulgar , desprendiendo la carne . De la marinada . siguiendo las indicaciones del < cocinero - jefe >> - se responbilizó el << pinche >> : aceite , sal , miel de dátiles , pimienta negra bien molida y vinagre . Concluida la fritura , Jesús puso el toque personal : almendras calientes y una cucharada de mantequilla sobre cada pescado . Y escoltando el apetitoso condumio una ensalada - postre , troceada por Él mismo , a base del dulce mikshak , el melón del Hule , salpicado con otra de sus debilidades : las pasas de Corinto.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Curioso . Muy curioso . Esa misma noche , Eliseo me lo confesó . Al verlos alejarse - fiel a los consejos del rabí - , pidió al Padre que << hiciera algo >> , que los detuviera ...
Y ocurrió .
De pronto , cuando marchaban cerca del dolmen , alguien gritó desde los cedros , reclamándolos .
¡ El Galileo !
El ingeniero , entusiasmado , reconocería que lo revelado por Jesús de Nazaret << funcionaba >>. La mágica y arrolladora << fuerza >> de la que habló el Maestro hizo realidad nuestros deseos . Los Tiglat se detuvieron , dieron media vuelta y pernoctaron con nosotros . Yo , aunque desconcertado , me aferré a lo único que explicaba la súbita y providencial aparición de Jesús : la casualidad ...
¡ Pobre necio !
Jesús no consintió que los Tiglat colaborasen en la cena . Eran sus invitados . Tomó las truchas recién descargadas - regalo de los fenicios - y las cocinó al estilo del yam. Una receta que provocó encendidos elogios entre los comensales . Tras limpiar media docena de << arco iris >> , empujó las columnas vertebrales con los dedos medio y pulgar , desprendiendo la carne . De la marinada . siguiendo las indicaciones del < cocinero - jefe >> - se responbilizó el << pinche >> : aceite , sal , miel de dátiles , pimienta negra bien molida y vinagre . Concluida la fritura , Jesús puso el toque personal : almendras calientes y una cucharada de mantequilla sobre cada pescado . Y escoltando el apetitoso condumio una ensalada - postre , troceada por Él mismo , a base del dulce mikshak , el melón del Hule , salpicado con otra de sus debilidades : las pasas de Corinto.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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