De pronto , el renegrido y arrugado rostro se convulsionó . Y cejas , párpados , nariz , mejillas y boca se enzarzaron en un espectacular baile de tics .
Desconcertado , incapaz de precisar el alcance y la intencionalidad de las violentas muecas , solté al fin mis manos , echándome atrás .
La mujerrepitió la señal , colocando el dedo en la sien .
También acertó .
Sin control , dominado por los tics motores , el pobre infeliz inició entonces una nerviosa y compulsiva sarta de blasfemias , juramentos y obscenidades de todo tipo .
El ataque se endureció y , junto a las aparatosas muecas y tics musculares , surgió incontrolable serie de movimientos espasmódico en la mitad superior del cuerpo . La mujer , golpeada sin querer por manos , brazos , y tórax , se retiró atemorizada .
¡ Dios ! Aquello era demasiado ...
La coprolalia ( repetición de frases obscenas ) se centró en el otro desgraciado - el oligofrénico -, sacando a relucir , a voz en grito , todas y cada una de las miserias del deficiente mental .
Y a cada mención a los excrementos , el enfermo acompañaba su locura con toses , salivazos y cavernosos ruidos bucales .
Eliseo , harto , me enganchó por la espalda , obligándome a desaparecer de aquel << infierno >>
No creo equivocarme . El último sujeto era victima de un trastorno mental llamado << síndrome De la Turette>> , una enfermedad de muy mal pronóstico...
¡ Dios bendito ! ¿ Dónde estábamos ? ¿ A qué clase de kan habíamos ido a parar ?
<< Aquello >> nada tenía que ver con lo que conocía .<< Aquello >> no era el típico albergue de paso ...
y , desmoralizado , siguiendo de cerca los presurosos pasos de mi compañero por el pasillo de cañas , me pregunté qué otras calamidades y despojos humanos escondía el resto de las chozas .
¡ Dios de los cielos ! Sólo nos asomamos a dos ...
¿ Qué encerraban las otras cinco ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Desconcertado , incapaz de precisar el alcance y la intencionalidad de las violentas muecas , solté al fin mis manos , echándome atrás .
La mujerrepitió la señal , colocando el dedo en la sien .
También acertó .
Sin control , dominado por los tics motores , el pobre infeliz inició entonces una nerviosa y compulsiva sarta de blasfemias , juramentos y obscenidades de todo tipo .
El ataque se endureció y , junto a las aparatosas muecas y tics musculares , surgió incontrolable serie de movimientos espasmódico en la mitad superior del cuerpo . La mujer , golpeada sin querer por manos , brazos , y tórax , se retiró atemorizada .
¡ Dios ! Aquello era demasiado ...
La coprolalia ( repetición de frases obscenas ) se centró en el otro desgraciado - el oligofrénico -, sacando a relucir , a voz en grito , todas y cada una de las miserias del deficiente mental .
Y a cada mención a los excrementos , el enfermo acompañaba su locura con toses , salivazos y cavernosos ruidos bucales .
Eliseo , harto , me enganchó por la espalda , obligándome a desaparecer de aquel << infierno >>
No creo equivocarme . El último sujeto era victima de un trastorno mental llamado << síndrome De la Turette>> , una enfermedad de muy mal pronóstico...
¡ Dios bendito ! ¿ Dónde estábamos ? ¿ A qué clase de kan habíamos ido a parar ?
<< Aquello >> nada tenía que ver con lo que conocía .<< Aquello >> no era el típico albergue de paso ...
y , desmoralizado , siguiendo de cerca los presurosos pasos de mi compañero por el pasillo de cañas , me pregunté qué otras calamidades y despojos humanos escondía el resto de las chozas .
¡ Dios de los cielos ! Sólo nos asomamos a dos ...
¿ Qué encerraban las otras cinco ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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