A la nítida y rotunda influencia babilónica se sumó igualmente la casi gemela creencia de los egipcios . Muchos de los conjuros , amuletos y actos mágicos que rodeaban las << sanaciones >> (?) de los judiós procedían de Egipto . Los exorcistas hebreos - a quienes tendríamos portunidad de conocer a lo largo de aquella nueva y apasionante aventura - Bebieron , sin duda , en las no menos antiguas tradiciones del Nilo . Recuerdo , por ejemplo , las << recomendaciones >> de uno de estos expulsadores de demonios >> a la familia de un pobre epiléptico . Para que el << poseido >> recobrara la salud , amén de reconocer sus pecados , padre y madre debían raparse las cabezas . El peso de los cabellos se convertía entonces en oro . Sólo así - predicaba el astuto exorcista - podía ahuyentarse al espíritu inmundo . Pero la entrega de los dineros , claro está , no provocaba otra cosa que la ruina de los progenitores ...
La << terapia >>, como otras muchas m procedían e Egipto.
También Roma dejaría su sello en las creencias judías sobre la enfermedad y , más concretamente , sobre la locura . A pesar del visceral odio hacia los invasores , los auxiliadores >> hebreos - así lo constatamos , por ejemplo , con Assi , el esenio - terminarían aceptando las ideas y << remedios >> de los kittim.
Uno de los que más influyó , sin duda ,fue Celso , médico y enciclopedista , nacido en el 25 a, de C . u que ejerció entre el 14 y el 37 de nuestra era . Para él , como para el resto de la ciudadanía romana , enfermedades y desgracias eran lógicos castigos por desobedecera los dioses o , simplemente , por no saber interpretar su voluntad. Personajes tan ilustrados como plutarco o Cicerón lo manifiestan claramente en sus obras . Tanto en Numa como en Leyes y sobre la naturaleza de los dioses , ambos expresan su convencimiento de que las fuerzas de la Naturaleza son removidas por el poder divino . La enfermedad , naturalmente , formaba parte de las caprichosas voluntades de los 30 000 dioses que los gobernaban . La filosofía , en el fondo , a pesar del monoteísmo de Israel , era la misma . El pobre mortal se equivocaba y los dioses o Yavé respondía puntual y fulminantemente , castigándolo con la enfermedad.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La << terapia >>, como otras muchas m procedían e Egipto.
También Roma dejaría su sello en las creencias judías sobre la enfermedad y , más concretamente , sobre la locura . A pesar del visceral odio hacia los invasores , los auxiliadores >> hebreos - así lo constatamos , por ejemplo , con Assi , el esenio - terminarían aceptando las ideas y << remedios >> de los kittim.
Uno de los que más influyó , sin duda ,fue Celso , médico y enciclopedista , nacido en el 25 a, de C . u que ejerció entre el 14 y el 37 de nuestra era . Para él , como para el resto de la ciudadanía romana , enfermedades y desgracias eran lógicos castigos por desobedecera los dioses o , simplemente , por no saber interpretar su voluntad. Personajes tan ilustrados como plutarco o Cicerón lo manifiestan claramente en sus obras . Tanto en Numa como en Leyes y sobre la naturaleza de los dioses , ambos expresan su convencimiento de que las fuerzas de la Naturaleza son removidas por el poder divino . La enfermedad , naturalmente , formaba parte de las caprichosas voluntades de los 30 000 dioses que los gobernaban . La filosofía , en el fondo , a pesar del monoteísmo de Israel , era la misma . El pobre mortal se equivocaba y los dioses o Yavé respondía puntual y fulminantemente , castigándolo con la enfermedad.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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