¿ Desilusión?
Sí , en parte ...
A la mañana siguiente , al despertar , el Maestro no se hallaba en el mahaneh . Frente a la tienda había situado una de las escudillas de madera . En el interior , garrapateado con un tizón , se leía :
<< Estoy con el " Barbas " . Regresaré al atardecer . >>
Pronto nos acostumbraríamos . Mejor dicho , nos resignaríamos . La verdad es que , una vez conocido , era difícil vivir sin su compañía . Pero , como digo , no tuvimos opción . Debíamos respetarlo y respetar sus ausencias . Y así ocurrió a lo largo de aquellas cuatro inolvidables semanas en el Hermón . La mayor parte de las veces desaparecía del campamento con el amanecer . Desayunaba algo y , feliz , tomaba el senderillo que atravesaba los bosques de cedros , rumbo a los ventisqueros . Poco antes del ocaso le veíamos retornar y , siempre , siempre aparecía alegre , renovado , casi transfigurado ... ¿ Explicación ? : Ab - ba . Según Él , ese tiempo en íntima comunión con el Padre era esencial . En varias oportunidades , obedeciendo sus deseos , tuvimos ocasión de acompañarlo . Y , como iré relatando , descubrimos algunas nuevas facetas de aquel increíble Hombre...
El prolongado descanso - a que negarlo - fue providencial . No sólo nos llenó de fuerza y optimismo - vitales para los intensos días que aguardaban - sino que, por encima de todo , nos permitió profundizar en el pensamiento y en los objetivos del Hijo del Hombre . Y , por añadidura , nuestros ojos se abrieron , disipando dudas y oscuridades .
Hoy , en la distancia , agradecido y maravillado , doy gracias . Aquella aventura modificó nuestras vidas , dándole sentido . ¡ Cuánto aprendimos !
No puedo pensar otra cosa : todo estuvo delicada y magistralmente << programado >>.
En cuanto al día a día de estos pletóricos exploradores , fue simple y espartano .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Sí , en parte ...
A la mañana siguiente , al despertar , el Maestro no se hallaba en el mahaneh . Frente a la tienda había situado una de las escudillas de madera . En el interior , garrapateado con un tizón , se leía :
<< Estoy con el " Barbas " . Regresaré al atardecer . >>
Pronto nos acostumbraríamos . Mejor dicho , nos resignaríamos . La verdad es que , una vez conocido , era difícil vivir sin su compañía . Pero , como digo , no tuvimos opción . Debíamos respetarlo y respetar sus ausencias . Y así ocurrió a lo largo de aquellas cuatro inolvidables semanas en el Hermón . La mayor parte de las veces desaparecía del campamento con el amanecer . Desayunaba algo y , feliz , tomaba el senderillo que atravesaba los bosques de cedros , rumbo a los ventisqueros . Poco antes del ocaso le veíamos retornar y , siempre , siempre aparecía alegre , renovado , casi transfigurado ... ¿ Explicación ? : Ab - ba . Según Él , ese tiempo en íntima comunión con el Padre era esencial . En varias oportunidades , obedeciendo sus deseos , tuvimos ocasión de acompañarlo . Y , como iré relatando , descubrimos algunas nuevas facetas de aquel increíble Hombre...
El prolongado descanso - a que negarlo - fue providencial . No sólo nos llenó de fuerza y optimismo - vitales para los intensos días que aguardaban - sino que, por encima de todo , nos permitió profundizar en el pensamiento y en los objetivos del Hijo del Hombre . Y , por añadidura , nuestros ojos se abrieron , disipando dudas y oscuridades .
Hoy , en la distancia , agradecido y maravillado , doy gracias . Aquella aventura modificó nuestras vidas , dándole sentido . ¡ Cuánto aprendimos !
No puedo pensar otra cosa : todo estuvo delicada y magistralmente << programado >>.
En cuanto al día a día de estos pletóricos exploradores , fue simple y espartano .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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