jueves, 6 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - Tercera semana en el Hermón ( 9 )

En esos críticos instantes , por detras del vigilante plantígrado , entró en escena un segundo personaje : un osezno de unos seis meses , de pelaje igualmente espeso y rojizo , juguetón , inquieto y , sobre todo , curioso .
Al verlo , la verdad , me alegré de no haber salido al paso de la osa . En esas circunstancias , con una cría bajo su custodia , la reacción de la madre podría haber sido mucho más violenta y temible .
Finalmente , convencida de que el lugar se hallaba despejado , avanzó lenta y vacilante , con el típico paso portante . El osezno , confiado , la rebasó y , a la carrera tomó la dirección en la que se hallaba el Maestro. Pero un súbito y oportuno gruñido de la osa lo frenó en seco . Miró a la madre y , saltando y revolcándose sobre la nieve , la esperó .
Mi corazón , casi despeñado , avisó . Si el oso sirio no cambiaba de rumbo iría a pasar junto a la laja en la que continuaba Jesús .
Pero , ¿ cómo era posible ?
El Galileo seguía ajeno a todo . ¿ Cómo no escuchaba los gruñidos ?
De pronto , helándonos la poca sangre que aún circulaba , la osa se detuvo de nuevo . Lavantando el hocico y olfateó , Y el viento revolvió el largo pelaje del cuello y del vientre .
¿ Qué había detectado ?
El paraje no respiraba . Sólo el maarabit silbaba entre los farallones , tan aterrado cono estos exploradores . El olor corporal de Jesús no llegaba hasta la osa . El viento , providencialmente , lo impedía . Entonces ...
Eliseo , desarmado , pegó un tirón , tratando de entrar en escena . Aguanté como pude y , autoritario , clamé en voz baja :
- ¡ Quieto ! ... ¡ No debemos intervenir ! ... ¡ Es una orden !
Le vi apretar los puños y morderse los labios con rabia . Pero obedeció.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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