viernes, 2 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 25 de setiembre , martes ( 12 )

La gente , alertada , guardaba silencio . Algunos se pusieron en pie y otros , los menos , caminaron hacia el punto en el que permanecia el del sofar . Yo seguí inmóvil , muy cerca de las parihuelas .
A diez metros de la orilla , junto a la referida pilastra ( el primero de los pilones del antiguo puente ) , los hombres que se cobijaban en la sófora se detubieron . Rodearon la base de piedra y , con la corriente por las ingles , dieron la cara a la gente que observaba desde la << playa >> . Los conté . Con el del cuerno de carnero y el hombrecito , dieciocho . Y permanecieron firmes y silenciosos.
Acto seguido , ante la expectación general , el hombre de los piojos dio un salto y se encaramó sobre la pilastra . Uno de los acompañantes le tendió algo . Era un trozo de vasija . Yo diría que uno de los <<ostracones >> que se balanceaban bajo la copa del árbol.
El hombrecito contemplo el arameo escrito sobre la arcilla y , tras aclararse la voz , alzó los brazos , dispuesto a dirigirse a los acampados .
Una extraña sensación - incómoda , diría yo - cayó sobre quien esto escribe , y me enturbió el pensamiento .
¿ Me encontraba ante el Bautista ? ¿ Era ése el hombre << salvaje >> del que habla Flavio Josefo ?
A decir verdad , las descripciones físicas que acerté a consultar durante nuestro entrenamiento - esencialmente , las proporcionadas por los evangelistas  y el citado historiador judío - romanizado - no decían gran cosa . La única pista fiable (?) era la vestimenta : << ... pieles de animales cubriéndole el cuerpo . >> Aquel hombre no vestía con pieles . Lucía un faldellín de tela ...
Naturalmente , a la vista de los numerosos y graves errores cometidos por los mal llamados << escritores sagrados >> , también la información ofrecida sobre el Anunciador podía estar equivocada . Hasta esos momentos , muy poco de lo obserbado en torno a la vida y al pensamiento de Jesús y su gente se ajustaba a lo escrito en los Evangelios . ¿ De qué me extrañaba ?
Y el sentimiento de decepción ante la fracasada búsqueda del Maestro se vio temporalmente aclipsado . Si aquél era Yehohanan , el esfuerzo por el Jordán no había sido en vano ...
- ¡ Yavé es mi roca y mi valuarte ! ... ¡ Yavé es mi liberador y la peña en la que me amparo , mi escudo y la fuerza de mi salvación!.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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