En mitad del desbarajuste llegué a captar la palabra << Juan >> y << ajusticionamiento >> . Sin perder los nervios , la dueña les invitó a proseguir la destartalada conversación en el interior de la casa . Tuvo que arrastrarlas . Y durante algunos minutos interminables la estancia se tambaleó como sacudida por un temblor . Jacobo , en un rincón , circundado por una chiquillería muda y estupefacta , saltó de los aullidos a una verraquera que , como era de prever , terminó contagiando a los más pequeños . Miriam y Ruth se pisaban los gritos , cada vez más enfurecidas por la lógica incomprensión de Esta . Las cabras , tan histéricas como los supuestamente racionales humanos , completaron el coro de despropósitos , balando y corneando lo visible e invisible . En cuanto a Rebeca , hecha un mar de lágrimas , había corrido a refugiarse junto a la Señora . Y fue María quien , tirando por la calle de enmedio , acabó con el manicomio . Levántandose con dificultad tomó una cántara de barro , estrellándola con estrépito contra el suelo de la plataforma . Las únicas que no comprendieron el expeditivo << lenguaje >> fueron las cabras . Y al fin , en un razonable silencio apenas invadido por los gimoteos del albañil , Esta y yo pudimos averiguar la razón de semejante trifulca . Mientras inspeccionábamos los subterraneos , el sirviente del saduceo y amigo de la familia se había personado en la casa , anunciándoles la llegada de Juan . Procedía de Séforis y , según reveló el << espía >>, traían orden de ejecutarlo esa misma mañana .
Concluida la exposición , el parloteo de las mujeres volvió a enredarse . << ¿ Qué podemos hacer ? >> , preguntaban unas . << Hay que encontrar a Santiago >>, replicaban otras ...
La Señora y yo nos miramos . Compartíamos el mismo pensamiento : aquello era muy extraño . Y reclamando la atención general les hizo saber lo siguiente :
En primer lugar , era imposible que un tribunal de justicia - que tenía por costumbre reunirse los lunes y jueves - hubiera podido celebrar asamblea . Y embarcada en una frialdad envidiable les recordó que el Zebedeo había llegado a la aldea el martes . Y buena conocedora de las leyes pasó al segundo punto :
- Incluso , admitiendo que el Sanedrín de Séforis haya violado sus propias normas , cosa que dudo , sabéis de sobra que para condenar a muerte a un acusado se necesitan varias votaciones y un tiempo de reflexión por parte de los jueces.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Concluida la exposición , el parloteo de las mujeres volvió a enredarse . << ¿ Qué podemos hacer ? >> , preguntaban unas . << Hay que encontrar a Santiago >>, replicaban otras ...
La Señora y yo nos miramos . Compartíamos el mismo pensamiento : aquello era muy extraño . Y reclamando la atención general les hizo saber lo siguiente :
En primer lugar , era imposible que un tribunal de justicia - que tenía por costumbre reunirse los lunes y jueves - hubiera podido celebrar asamblea . Y embarcada en una frialdad envidiable les recordó que el Zebedeo había llegado a la aldea el martes . Y buena conocedora de las leyes pasó al segundo punto :
- Incluso , admitiendo que el Sanedrín de Séforis haya violado sus propias normas , cosa que dudo , sabéis de sobra que para condenar a muerte a un acusado se necesitan varias votaciones y un tiempo de reflexión por parte de los jueces.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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