Me sentía cansado . Muy cansado . Quizá por ello , conscientemente , me abandoné sin resistencia . Y no puedo asegurar en qué << ahora >> , en qué momento histórico , se hallaba mi mente . Fue un desconcertante estado dulce y amargo a la vez . No pensaba o quizá lo hacía a niveles remotísimos .
Pero el golpeteo del agua entre los pies desnudos vino a socorrer a la extraviada memoria .
Y la escena de un rabioso río sobterráneo , arrastrandome , me devolvió al ojo del huracán.
¡ La caverna !
Intenté incorporarme . Un agudo dolor en la frente me detuvo . Palpé y un aparatoso hematoma abrió definitivamente el portalón de los recuerdos .
Caí de nuevo de espaldas , más desfondado ante la película de la reciente y traumática experiencia que por el pertinaz martilleo de la cabeza ,
¡ Dios Santo !
Vi el desplome de la última plataforma de madera y la caída en las aguas de la cisterna . Vi las tinieblas y la desesperada lucha con la turbulenta corriente . ¿ Y despues ? ¿ Cómo había llegado hasta allí ?
Temblé como un niño . Y fuy a refugiarme en los negros torreones nubosos . Los << CB >> procedentes del Mediterráneo , rumbo al sur , seguían cubriendo Nazaret . Había dejado de llover.
¿ Nazaret ? ¿ Me hallaba en verdad en la aldea ?
Y una atropellada legión de interrogantes me pisoteó literalmente , dejándome sin aliento .
¿ Qué día era ? ... ¿ Seguía en aquel fatídico jueves , 27 de abril del año 30 ? .. ¿ Cuánto había transcurrido desde el brutal encontronazo con la roca ? ... ¿ Dónde estaba David , mi fiel compañero ? ... ¿ Y mis ropas ? ... ¿ Y la << vara de Moisés >> ?
Angustiado acerté al fin a sentarme . Y algunas de las lagunas se despejaron .
Comprobé aliviado que me hallaba en la margen derecha de la torrentera que descendía del Nebi. Enfrente , al otro lado del crecido y rugiente cauce , se alzaba el talud de veinte metros que ponía punto final al costado occidental de la población.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pero el golpeteo del agua entre los pies desnudos vino a socorrer a la extraviada memoria .
Y la escena de un rabioso río sobterráneo , arrastrandome , me devolvió al ojo del huracán.
¡ La caverna !
Intenté incorporarme . Un agudo dolor en la frente me detuvo . Palpé y un aparatoso hematoma abrió definitivamente el portalón de los recuerdos .
Caí de nuevo de espaldas , más desfondado ante la película de la reciente y traumática experiencia que por el pertinaz martilleo de la cabeza ,
¡ Dios Santo !
Vi el desplome de la última plataforma de madera y la caída en las aguas de la cisterna . Vi las tinieblas y la desesperada lucha con la turbulenta corriente . ¿ Y despues ? ¿ Cómo había llegado hasta allí ?
Temblé como un niño . Y fuy a refugiarme en los negros torreones nubosos . Los << CB >> procedentes del Mediterráneo , rumbo al sur , seguían cubriendo Nazaret . Había dejado de llover.
¿ Nazaret ? ¿ Me hallaba en verdad en la aldea ?
Y una atropellada legión de interrogantes me pisoteó literalmente , dejándome sin aliento .
¿ Qué día era ? ... ¿ Seguía en aquel fatídico jueves , 27 de abril del año 30 ? .. ¿ Cuánto había transcurrido desde el brutal encontronazo con la roca ? ... ¿ Dónde estaba David , mi fiel compañero ? ... ¿ Y mis ropas ? ... ¿ Y la << vara de Moisés >> ?
Angustiado acerté al fin a sentarme . Y algunas de las lagunas se despejaron .
Comprobé aliviado que me hallaba en la margen derecha de la torrentera que descendía del Nebi. Enfrente , al otro lado del crecido y rugiente cauce , se alzaba el talud de veinte metros que ponía punto final al costado occidental de la población.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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