David , alertado , se aproximó a la boca de la galería , iluminándola y buscando la razón de tan descompuesta entrada . Sólo acerté a sonreír como un perfecto estúpido . Y sin resuello lancé una breve ojeada al recinto , interrogando al criado con la mirada .
- Esto es todo - resumió con desaliento .
Tomé como referencia la boca del pasadizo . Frente a ella , como venía diciendo , se abría lo que , en realidad , constituía el corazón de aquel subterráneo : una gran cavidad , en buena medida de origen natural . A pesar de sus numerosos e irregulares salientes y espolones guardaba cierta forma cuadrangular . Calculé unos diez metros de lado . La bóveda a cosa de dos metros , se hallaba al alcance de la mano . El pavimento , rebajado a martillo , había sido cuidadosamente enlucido con un yeso de notable blancura . Y otro tanto podía decirse de las inclinadas paredes . En el suelo , casi en el centro geométrico de la sala , sobresalía una cresta calcárea de unos cincuenta centímetros de altura , redondeada , dominando con sus deis metros de diámetro buena parte del lugar.
- Esto es todo - repitió el anciano con la voz rota ante la cruda realidad .
La gruta , en efecto , en aquel primer y superficial examen , no ofrecía muchas alternativas . ¡ Qué digo muchas ! para ser honesto , ninguna . Y sintiendo el lejano pero firme taconeo del miedo , traté de acallarlo con lo único que podía hacer : mantenerme ocupado , investigar , explorar cada minuto y confiar .
Y sin saber muy bien por dónde empezar , luchando por sacudir los incipientes temblores en piernas y manos , expliqué a mi amigo que necesitaba estudiar cada palmo de la caverna . Calificó de inútil la sugerencia , aunque admirado por tan inusual optimosmo , me cedió la antorcha , jurando por su vida que , si le arrancaba de aquel trance , me serviría hasta la muerte .
Sonreí con desgana , agradeciendo el generoso gesto . Pero de improviso , golpeándose la frente con la palma de la mano , se excusó . Tomó de nuevo la tea y de dirigió hacia la pared de la derecha . Pareció . Parecía haber olvidado algo . Es increíble . No me cansaré de repetirlo . En semejantes circunstancias , cualquier movimiento , palabra o signo que pueda mover al éxito se convierte en un revulsivo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Esto es todo - resumió con desaliento .
Tomé como referencia la boca del pasadizo . Frente a ella , como venía diciendo , se abría lo que , en realidad , constituía el corazón de aquel subterráneo : una gran cavidad , en buena medida de origen natural . A pesar de sus numerosos e irregulares salientes y espolones guardaba cierta forma cuadrangular . Calculé unos diez metros de lado . La bóveda a cosa de dos metros , se hallaba al alcance de la mano . El pavimento , rebajado a martillo , había sido cuidadosamente enlucido con un yeso de notable blancura . Y otro tanto podía decirse de las inclinadas paredes . En el suelo , casi en el centro geométrico de la sala , sobresalía una cresta calcárea de unos cincuenta centímetros de altura , redondeada , dominando con sus deis metros de diámetro buena parte del lugar.
- Esto es todo - repitió el anciano con la voz rota ante la cruda realidad .
La gruta , en efecto , en aquel primer y superficial examen , no ofrecía muchas alternativas . ¡ Qué digo muchas ! para ser honesto , ninguna . Y sintiendo el lejano pero firme taconeo del miedo , traté de acallarlo con lo único que podía hacer : mantenerme ocupado , investigar , explorar cada minuto y confiar .
Y sin saber muy bien por dónde empezar , luchando por sacudir los incipientes temblores en piernas y manos , expliqué a mi amigo que necesitaba estudiar cada palmo de la caverna . Calificó de inútil la sugerencia , aunque admirado por tan inusual optimosmo , me cedió la antorcha , jurando por su vida que , si le arrancaba de aquel trance , me serviría hasta la muerte .
Sonreí con desgana , agradeciendo el generoso gesto . Pero de improviso , golpeándose la frente con la palma de la mano , se excusó . Tomó de nuevo la tea y de dirigió hacia la pared de la derecha . Pareció . Parecía haber olvidado algo . Es increíble . No me cansaré de repetirlo . En semejantes circunstancias , cualquier movimiento , palabra o signo que pueda mover al éxito se convierte en un revulsivo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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