Y con la templanza que le caracterizaba fue a liquidar la enojosa escena .
- ¡ Ya basta !
El albañil , más confundido aún , me señaló con la mano derecha , balbuceando la palabra traición.
Negué como pude .
Pero Santiago , empujando al livido sacerdote , no prestó atención a ninguna de las partes en litigio . Sus pensamientos rodaban en otra dirección . Y así lo expresó sin rodeos :
- Nuestro objetivo está satisfecho . Regresemos .
No alcancé a comprender . ¿ A que objetivo se refería ?
Jacobo retiró el gladius y se hizo a un lado . Y ante este desconcertado explorador tuvo lugar un desfile que aclararía las dudas y que nunca olvidaré
Inmediatamente detrás del oportuno Santiago vi aparecer a un Juan Zebedeo encogido y tambaleante , ayudado en su enestable acaminar por una de los hijos de Nathan , el alfarero . El fino rostro , demacrado , presentaba un tinte lechoso . Me estremecí . Los negros ojos , antaño vivos y penetrantes , aparecían extraviados .
Le miré de arriga abajo , estupefacto . Y al reparar en sus pies me ví asaltado por unas viejas y dolorosas imágenes ,
¡ Le faltaba una sandalia !
Y la dramática escena en el silo , a punto de caeren las aguas de la cisterna , con aquel bulto gruñendo y agitándose , cobró sentido . Y comprendí también el porqué de las canastas repletas de piedras y la sandalia abandonada entre los sacos de cereal.
¡ Dios , cuánta torpeza !
Y unas fatídicas frases , pronunciadas por Ismael en la mañana del miércoles , a lo largo de mi entrevista con el ponzoñoso personaje , retumbaron en la memoria , clarificando definitivamente el suceso:
-<<... en cuanto a ese Zebedeo ..., quizá tu " minucia " haya sido ya satisfecha . >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- ¡ Ya basta !
El albañil , más confundido aún , me señaló con la mano derecha , balbuceando la palabra traición.
Negué como pude .
Pero Santiago , empujando al livido sacerdote , no prestó atención a ninguna de las partes en litigio . Sus pensamientos rodaban en otra dirección . Y así lo expresó sin rodeos :
- Nuestro objetivo está satisfecho . Regresemos .
No alcancé a comprender . ¿ A que objetivo se refería ?
Jacobo retiró el gladius y se hizo a un lado . Y ante este desconcertado explorador tuvo lugar un desfile que aclararía las dudas y que nunca olvidaré
Inmediatamente detrás del oportuno Santiago vi aparecer a un Juan Zebedeo encogido y tambaleante , ayudado en su enestable acaminar por una de los hijos de Nathan , el alfarero . El fino rostro , demacrado , presentaba un tinte lechoso . Me estremecí . Los negros ojos , antaño vivos y penetrantes , aparecían extraviados .
Le miré de arriga abajo , estupefacto . Y al reparar en sus pies me ví asaltado por unas viejas y dolorosas imágenes ,
¡ Le faltaba una sandalia !
Y la dramática escena en el silo , a punto de caeren las aguas de la cisterna , con aquel bulto gruñendo y agitándose , cobró sentido . Y comprendí también el porqué de las canastas repletas de piedras y la sandalia abandonada entre los sacos de cereal.
¡ Dios , cuánta torpeza !
Y unas fatídicas frases , pronunciadas por Ismael en la mañana del miércoles , a lo largo de mi entrevista con el ponzoñoso personaje , retumbaron en la memoria , clarificando definitivamente el suceso:
-<<... en cuanto a ese Zebedeo ..., quizá tu " minucia " haya sido ya satisfecha . >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto