De pronto , el entrechocar de las aguas fue difuminado por uan rápida secuencia de golpes . Parecía el ajuste de una madera o de algo similar contra el túnel . Lo interpreté como el cierre de la trampilla . Y respiré aliviado . Debo de ser sincero . Aquel lugar no me inspiraba confianza . Carecía de motivos , lo sé , pero el instinto raras veces se equivoca ...
Me retiré del apestoso pasadizo y di por hecho que nuestro amigo no tardaría en aparecer . Me equivoqué .
Esta empezó a impacientarse . Es difícil contabilizar los minutos en esas circunstancias . Puede que transcurrieran diez o quince . No más . Era un tiempo má que sobrado para que el albañil hubiera asomado la nariz o los pies. A decir verdad , ignoraba si en el corredor existía espacio suficiente para dar la vuelta .
Y la mujer , intranquila , se arrodilló junto al boquete , llamando a su cuñado . Silencio , Insistió y con fuerza . Nuevo y escalofriante silencio . Nos miramos sin comprender . La tercera llamada - teñida de angustia - rodó hasta el fondo de la caverna . El << Jacobo >> quedó desmembrado por un eco puntual .
- ¡ Dios santísimo !
No pensé en una segunda alternativa . Y apartando a la compugida mujer me colé en el Túnel , dispuesto a todo . Con el cayado en la derecha y la modesta luz de aceite en la izquierda fui reptando a gran velocidad , imaginando lo peor . ¿ Se había precipitado al tanque de agua ? ¿ Permanecía inconsciente a causa de algún golpe ?
Cuando llevaba recorridos unos seis u ocho metros la lucerna me advirtió del inminente recodo . La galería . en efecto , giraba a la derecha . Traté de devolver el convulso corazón a su lugar . Y durante algunos segundos me mantuve en un expectante silencio . La cascada llegaba como un rumor . Eso significaba que Jacobo había conseguido cerrar la cisterna . Pero , ¿ Dónde estaba ? Un resbaladizo y chorreante musgo , tapizando el suelo y las paredes del corredor , me anunció la relativa proximidad del agua .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Me retiré del apestoso pasadizo y di por hecho que nuestro amigo no tardaría en aparecer . Me equivoqué .
Esta empezó a impacientarse . Es difícil contabilizar los minutos en esas circunstancias . Puede que transcurrieran diez o quince . No más . Era un tiempo má que sobrado para que el albañil hubiera asomado la nariz o los pies. A decir verdad , ignoraba si en el corredor existía espacio suficiente para dar la vuelta .
Y la mujer , intranquila , se arrodilló junto al boquete , llamando a su cuñado . Silencio , Insistió y con fuerza . Nuevo y escalofriante silencio . Nos miramos sin comprender . La tercera llamada - teñida de angustia - rodó hasta el fondo de la caverna . El << Jacobo >> quedó desmembrado por un eco puntual .
- ¡ Dios santísimo !
No pensé en una segunda alternativa . Y apartando a la compugida mujer me colé en el Túnel , dispuesto a todo . Con el cayado en la derecha y la modesta luz de aceite en la izquierda fui reptando a gran velocidad , imaginando lo peor . ¿ Se había precipitado al tanque de agua ? ¿ Permanecía inconsciente a causa de algún golpe ?
Cuando llevaba recorridos unos seis u ocho metros la lucerna me advirtió del inminente recodo . La galería . en efecto , giraba a la derecha . Traté de devolver el convulso corazón a su lugar . Y durante algunos segundos me mantuve en un expectante silencio . La cascada llegaba como un rumor . Eso significaba que Jacobo había conseguido cerrar la cisterna . Pero , ¿ Dónde estaba ? Un resbaladizo y chorreante musgo , tapizando el suelo y las paredes del corredor , me anunció la relativa proximidad del agua .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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