No pude ser preciso a la hora de evaluar el tipo y la profundidad de las quemaduras . El cuerpo , como dije , era un amasijo de ampollas y carne carbonizada . Había quemaduras de segundo grado y , sobre todo , de tercero y cuarto . Supuse que , al margen del intenso dolor inicial , Ajasdarpan no había sufrido demasiado . Las quemaduras de tercer y cuarto grado habían destruido las terminaciones nerviosas y eso , aunque no significaba un consuelo , al menos me hizo sospechar que el dolor había desaparecido . Otra cuestión era el shock y las posibles infecciones que podían derivarse de las terribles quemaduras . Lo más probable es que el niño dlos huesos de << cristal >> hubiera experimentado ya un shock hipovolémico , como consecuencia de la enorme pérdida de fluidos corporales . Yo no podía medirlo en esos momentos , pero deduje que el aporte sanguíneo había descendido bruscamente . Aquello hacía más comprometida su situación . Para compensar el shock hubiera tenido que administrarle entre 100 y 200 mililitros / hora de un ringer lactato . Pero eso , obviamente , era imposible . Examiné nuevamente las quemaduras y comprendí que , si seguía vivo , las infecciones no tardarían en asaltarlo . Al destruir la epidermis , la invasión bacteriana se presentaría de inmediato . Primero los estreptocopos y los estafilicocos ; después , a los pocos días , las bacterias gramnegativas y una extensa flora mixta .
Me sentí desolado . Había empezado a experimentar afecto por aquel infeliz ...
En cuanto a las fracturas , sinceramente , me negué a explorar . El pequeño , como ya relaté , padecía una enfermedad extraña , una osteogénesis imperfecta , como resultado de un defecto genético . Los huesos presentaban una extrema fragilidad , como el cristal , con deformaciones esqueléticas , articulaciones sin fuerza , musculatura débil y una piel frágil , con cicatrices hiperplásicas , siempre llena de moratones . Los golpes , con seguridad , habían pulverizado los huesos , provocando toda clase de fracturas ; algunas , supuse , de especial gravedad . Pero me negué a una palpación inicial . No deseaba añadir dolor al dolor ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Me sentí desolado . Había empezado a experimentar afecto por aquel infeliz ...
En cuanto a las fracturas , sinceramente , me negué a explorar . El pequeño , como ya relaté , padecía una enfermedad extraña , una osteogénesis imperfecta , como resultado de un defecto genético . Los huesos presentaban una extrema fragilidad , como el cristal , con deformaciones esqueléticas , articulaciones sin fuerza , musculatura débil y una piel frágil , con cicatrices hiperplásicas , siempre llena de moratones . Los golpes , con seguridad , habían pulverizado los huesos , provocando toda clase de fracturas ; algunas , supuse , de especial gravedad . Pero me negué a una palpación inicial . No deseaba añadir dolor al dolor ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
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