Durante esta nueva conducción de Jesús , la posibilidad de que nos dirigieramos a la tradicional sede del Sanedrín , en el interior del Santuario me hizo temblar . De haber sido así , ni el mercenario romano que custodiaba al Maestro ni yo hubiéramos podido tener acceso al mismo . Afortunadamente - tal y como había sabido por los textos del historiador Flavio Josefo -, pocos meses antes de iniciarse el año 30 , las castas sacerdotales habían << descongestionado >> la célebre sala de las << piedras talladas >> ( emplazadaen uno de los ángulos suroccidentales del atrio de los Sacerdotes ), trasladando el lugar de reunión del Sanedrín a este edificio de gruesas piedras grises y apenas desbastadas . El juicio que Caifás había planeado - como iremos viendo - no era muy ortodoxo y , aunque el Consejo Supremo israelita seguía reuniendose en ocasiones en el Santuario , en esta ocasión - y con gran contento por mi parte -, el sumo sacerdote y sus correligionarios habían preferido liquidar el asunto en la nueva sede , mucho más discreta que la cámara de las << piedras talladas >>
Los levitas atravesaron un angosto y oscuro pasillo , desembocando en el reducido patio central del bouleyterión o << cuartel general >> del Sanedrín . Desde allí , y sin pérdida de tiempo , penetramos en una sala cuadrada , bastante espaciosa y de alto techo , situada - a juzgar por el camino que habíamos recorrido - en el ala más occidental del edificio . La escasa claridad que entraba por las troneras obligaba a mantener encendidas las lucernas de aceite
Tal y como me temía , nada más pisar la estancia donde debía celebrarse el << juicio >> contra el Galileo , uno de los criados del sumo sacerdote se interpuso en mi camino , exigiendo que me identificara . Fueron segundos de gran tensión . En mi condición de simple mercader griego , yo no tenía por qué asistir a dicha asamblea . De cara a aquellos hebreos , mi presencia no era justificable desde ningún punto de vista .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Los levitas atravesaron un angosto y oscuro pasillo , desembocando en el reducido patio central del bouleyterión o << cuartel general >> del Sanedrín . Desde allí , y sin pérdida de tiempo , penetramos en una sala cuadrada , bastante espaciosa y de alto techo , situada - a juzgar por el camino que habíamos recorrido - en el ala más occidental del edificio . La escasa claridad que entraba por las troneras obligaba a mantener encendidas las lucernas de aceite
Tal y como me temía , nada más pisar la estancia donde debía celebrarse el << juicio >> contra el Galileo , uno de los criados del sumo sacerdote se interpuso en mi camino , exigiendo que me identificara . Fueron segundos de gran tensión . En mi condición de simple mercader griego , yo no tenía por qué asistir a dicha asamblea . De cara a aquellos hebreos , mi presencia no era justificable desde ningún punto de vista .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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