Una vez inmovilizado con gruesas cuerdas , el oficial se dirigió a sus hombres , ordenando que prendiesen también a aquel << grupo de fanáticos >> , según sus propias palabras . Pero la patrulla no reaccionó a tiempo y Pedro y sus compañeros huyeron del lugar , arrojando las antorchas contra los romanos . Este nuevo lapsus de la escolta fue más que suficiente como para que la veintena de seguidores del Maestro se desperdigaran ladera arriba , entre los olivares . La casi totalidad de los infantes salió en su persecución . Sin embargo , los díscipulos - mejores conocedores del terreno y con un pánico lo suficiente grande como para volar , más que correr - no tardaron en desaparecer .
La prueva es que , a los cinco o diez minutos , la tropa regresó al camino , iniciando el retorno a Jerusalén . El Maestro , fuertemente escoltado , no tardó en desaparecer con el grupo en uno de los recodos del sendero .
Eran las menos diez de la madrugada .
El vocerío fue didipándose . Y allí quedé yo , con el corazón encogido y sumido en un silencio de muerte . Pero debía seguir mi misión . Así que , procurando no hacer excesivo ruido , descendçí de la copa del olivom . Mis ideas - lo reconozco - no se hallaban muy claras . Durante varios segundos , y todavía al pie del árbol , dudé . ¿ Qué camino debía tomar ? Tratar de volver al campamento e incorporarme a lo que quedase del grupo de griegos y discípulos no me pareció lo mejor . Además , ¿ quién sabe dónde podían haber ido a parar ? Era mucho más lógico seguir las huellas del pelotón de soldados y policías del Templo . Pero , ¿ cómo llegar hasta ellos sin levantar sospechas y , lo que era peor , sin que me detubiesen ?
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La prueva es que , a los cinco o diez minutos , la tropa regresó al camino , iniciando el retorno a Jerusalén . El Maestro , fuertemente escoltado , no tardó en desaparecer con el grupo en uno de los recodos del sendero .
Eran las menos diez de la madrugada .
El vocerío fue didipándose . Y allí quedé yo , con el corazón encogido y sumido en un silencio de muerte . Pero debía seguir mi misión . Así que , procurando no hacer excesivo ruido , descendçí de la copa del olivom . Mis ideas - lo reconozco - no se hallaban muy claras . Durante varios segundos , y todavía al pie del árbol , dudé . ¿ Qué camino debía tomar ? Tratar de volver al campamento e incorporarme a lo que quedase del grupo de griegos y discípulos no me pareció lo mejor . Además , ¿ quién sabe dónde podían haber ido a parar ? Era mucho más lógico seguir las huellas del pelotón de soldados y policías del Templo . Pero , ¿ cómo llegar hasta ellos sin levantar sospechas y , lo que era peor , sin que me detubiesen ?
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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