Instintivamente , el Nazareno comenzó a inspirar profundamente . Poco a poco fue recuperándose , aunque su rostro no guardaba semejanza alguna con aquel semblante majestuoso y sereno que presentaba al entrar en la sede del Sanedrín .
La sangre había empezado a gotear desde su barba , manchando el manto y parte de la túnica .
Los secuaces de Caifás , algo más apaciguados , se aislaron en uno de los ángulos de la estancia , iniciando otro cambio de impresiones . Y al poco , el que se había desembarazado de su ropón , lo recogió del suelo , lanzándolo sobre la cabeza del rabí . Una vez cubierto , otro de los levitas se aproximó a Jesús , gritándole entre fuertes risotadas :
- ¡ Profetiza , liberador ...! Dinos , ¿ quién te ha pegado ?
Y blandiendo un bastón de unos cuatro centímetros de diámetro con la mano izquierda descargó un porrazo seco y aterrador sobre el rostro del silencioso Maestro . Éste retrocedió unos pasos como consecuencia del golpe , pero , antes de que pudiera desplomarse , otro de los criados lo abrazó por la espalda , sosteniéndole .
Las carcajadas se contagiaron rápidamente y , uno tras otro , aquella chusma fue participando en aquel juego despiadado .
Las bofetadas y bastonazos se sucedieron durante los últimos diez minutos . Y a cada golpe , el agresor entonaba la misma y cínica pregunta :
- ¡ Profetiza ....! ¿ Quién te ha pegado ....? ¡ Proferiza , bastardo !
Hacia las siete de la mañana , cuando el Nazareno , encorvado y apoyado contra uno de los muros , parecía a punto de desfallecer , entraron en la estancia varios levitas , ordenando a sus colegas que trasladasen al detenido ante el Consejo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La sangre había empezado a gotear desde su barba , manchando el manto y parte de la túnica .
Los secuaces de Caifás , algo más apaciguados , se aislaron en uno de los ángulos de la estancia , iniciando otro cambio de impresiones . Y al poco , el que se había desembarazado de su ropón , lo recogió del suelo , lanzándolo sobre la cabeza del rabí . Una vez cubierto , otro de los levitas se aproximó a Jesús , gritándole entre fuertes risotadas :
- ¡ Profetiza , liberador ...! Dinos , ¿ quién te ha pegado ?
Y blandiendo un bastón de unos cuatro centímetros de diámetro con la mano izquierda descargó un porrazo seco y aterrador sobre el rostro del silencioso Maestro . Éste retrocedió unos pasos como consecuencia del golpe , pero , antes de que pudiera desplomarse , otro de los criados lo abrazó por la espalda , sosteniéndole .
Las carcajadas se contagiaron rápidamente y , uno tras otro , aquella chusma fue participando en aquel juego despiadado .
Las bofetadas y bastonazos se sucedieron durante los últimos diez minutos . Y a cada golpe , el agresor entonaba la misma y cínica pregunta :
- ¡ Profetiza ....! ¿ Quién te ha pegado ....? ¡ Proferiza , bastardo !
Hacia las siete de la mañana , cuando el Nazareno , encorvado y apoyado contra uno de los muros , parecía a punto de desfallecer , entraron en la estancia varios levitas , ordenando a sus colegas que trasladasen al detenido ante el Consejo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto