Tal y como empezaba a suponer , los vapores del vino y la comilona no tardaron en hacer efecto . Y Poncio , que intentaba sostener su cabeza sobre la palma de la mano derecha , comenzó a dar súbitas cabezadas .
En un tono algo más bajo conté el que sería el último suceso :
- Hubo veces en que este humorismo disfrazaba una terriblñe crueldad . Éste fue el sao de un acontecimiento ocurrido al poco de ser nombrado Emperador . Como sabéis - proseguí sin perder de vista los cabeceos del gobernador -, cuando Augusto murió dejó en su testamento un importante legado económico , que Tiberio fue repartiendo poco a poco . Pues bien , cierto día acertó a pasar un entierro por delante del Capitolio . Y uno de los presentes se acercó al cadáver , simulando que le hablaba al oído . Tiberio se extrañó y le preguntó por quéhabía hecho aquello . El bromista le dijo que le había pedido al muerto que le transmitiera a Augusto que él no había cobrado todavía . Tiberio enrojeció de ira y dio orden de que lo matasen , << para que fuera él mismo quien llevase el recado al fallecido emperador Augusto >>
Al concluir mi exposición , Poncio Pilato yacía ya - boca arriba - sumido en un profundo sueño .
Y sigilosamente , por consejo del centurión , abandonamos el comedor , mientras uno de los sirvientes - siguiendo , al parecer , otra rutinaria obligación - iniciaba una más que penosa tarea : urgar con una pluma en las fauces de su señor , a fin de provocarle el vómito ... y pudiera disfrutar de las delicias de la siguiente comoda .
Ya en el vestíbulo , y cuando nos disponiamos a despedirnos de Civilis , otro centurión nos salió al paso . En latín y casi al oído le comunicó algo . El jefe de los centuriones no respondió a las palabras de su compañerom . Dudó un instante y , por fin , volviéndose hacía nosotros , trató de excusarse , informándonos que el tribuno de la legión - destacado tambiém con él y sus hombres desde Cesarea - le aguardaba para proceder a la ejecución de una sentencia .
Autor: J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
En un tono algo más bajo conté el que sería el último suceso :
- Hubo veces en que este humorismo disfrazaba una terriblñe crueldad . Éste fue el sao de un acontecimiento ocurrido al poco de ser nombrado Emperador . Como sabéis - proseguí sin perder de vista los cabeceos del gobernador -, cuando Augusto murió dejó en su testamento un importante legado económico , que Tiberio fue repartiendo poco a poco . Pues bien , cierto día acertó a pasar un entierro por delante del Capitolio . Y uno de los presentes se acercó al cadáver , simulando que le hablaba al oído . Tiberio se extrañó y le preguntó por quéhabía hecho aquello . El bromista le dijo que le había pedido al muerto que le transmitiera a Augusto que él no había cobrado todavía . Tiberio enrojeció de ira y dio orden de que lo matasen , << para que fuera él mismo quien llevase el recado al fallecido emperador Augusto >>
Al concluir mi exposición , Poncio Pilato yacía ya - boca arriba - sumido en un profundo sueño .
Y sigilosamente , por consejo del centurión , abandonamos el comedor , mientras uno de los sirvientes - siguiendo , al parecer , otra rutinaria obligación - iniciaba una más que penosa tarea : urgar con una pluma en las fauces de su señor , a fin de provocarle el vómito ... y pudiera disfrutar de las delicias de la siguiente comoda .
Ya en el vestíbulo , y cuando nos disponiamos a despedirnos de Civilis , otro centurión nos salió al paso . En latín y casi al oído le comunicó algo . El jefe de los centuriones no respondió a las palabras de su compañerom . Dudó un instante y , por fin , volviéndose hacía nosotros , trató de excusarse , informándonos que el tribuno de la legión - destacado tambiém con él y sus hombres desde Cesarea - le aguardaba para proceder a la ejecución de una sentencia .
Autor: J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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