Cuando entramos en el campamenton , David Zebedeo tenía lista la comida . Le noté nervioso y malhumorado . En un primer momento , lo atribuí a nuestro retraso . Normalmente aquel almuerzo - a mitad de jornada - solía celebrarse alrededor de las doce . >> El disguston del Zebedeo - pensé - está más que justificado ...>> Pero , una vez más , me equivocaba . La desazón del jefe de los emisarios no se debía a la demora del grupo ...
Nos fuimos acomodando en torno al fuego y las mujeres comenzaron a servir : guiso a base de lentejas , aromatizadas con sendos pellizcos de comino negro y cilantro , espigas frescas pasadas ligeramente por la lumbre o grano tostado ( proporcionado por Juan Marcos ) y una pequeña ración de requesón , elaborado por las mujeresb con leche de cabra . Y como complemento , amén del vino , unas tortas de harina , amasadas esa misma mañana a base de agua y sal . El procedimiento utilizado por las mujeres del campamento en la cocción de aquellas tortas de unos 12 centímetros de diámetro era muy singular . Al menos para mi . Empleaban un horno - si es que se puede llamar así - consistente en un gran jarro , perfectamente recubierto de barro en su exterior . Se aseguraba en el suelo y en su interior se encendía un fuego . Una vez que la candela había calentado suficientemente las paredes del jarro , las mujeres procedían a apagar las llamas , pegando entonces las tortas a la superficie interior del << horno >> . En general , se comian calientes . Pero , cuando Jesús y los restantes discípulos llegaron al huerto , las tortas hacía tiempo que de habían enfriado . Alogunos de los comensales subsanaron , sin embargo , aquel contratiempo rociándolas con miel.
Jesús apenas probó el guisado de lentejas , dedicando su atención al requesón y a su obligada ración de pasas sin grano...
A mitad del almurzo , Judas apareció en el campamento . Nadie se sorprendió . Sólo Jesús , David Zebedeo y yo le seguimos con la mirada . El Iscariote , con la vista baja , tomó una de las escudillas de madera , sirviendose una generosa ración de lentejas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
Nos fuimos acomodando en torno al fuego y las mujeres comenzaron a servir : guiso a base de lentejas , aromatizadas con sendos pellizcos de comino negro y cilantro , espigas frescas pasadas ligeramente por la lumbre o grano tostado ( proporcionado por Juan Marcos ) y una pequeña ración de requesón , elaborado por las mujeresb con leche de cabra . Y como complemento , amén del vino , unas tortas de harina , amasadas esa misma mañana a base de agua y sal . El procedimiento utilizado por las mujeres del campamento en la cocción de aquellas tortas de unos 12 centímetros de diámetro era muy singular . Al menos para mi . Empleaban un horno - si es que se puede llamar así - consistente en un gran jarro , perfectamente recubierto de barro en su exterior . Se aseguraba en el suelo y en su interior se encendía un fuego . Una vez que la candela había calentado suficientemente las paredes del jarro , las mujeres procedían a apagar las llamas , pegando entonces las tortas a la superficie interior del << horno >> . En general , se comian calientes . Pero , cuando Jesús y los restantes discípulos llegaron al huerto , las tortas hacía tiempo que de habían enfriado . Alogunos de los comensales subsanaron , sin embargo , aquel contratiempo rociándolas con miel.
Jesús apenas probó el guisado de lentejas , dedicando su atención al requesón y a su obligada ración de pasas sin grano...
A mitad del almurzo , Judas apareció en el campamento . Nadie se sorprendió . Sólo Jesús , David Zebedeo y yo le seguimos con la mirada . El Iscariote , con la vista baja , tomó una de las escudillas de madera , sirviendose una generosa ración de lentejas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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