La catatonía y los síntomas expresados en las repeticiones de las palabras ( ecolalia ) y de las últimas sílabas o vocablos ( logo clonías ) me hicieron sospechar que el pobre Hoy padecía alguna esquizofrenia o una demencia precoz ( quizá lo que hoy se conoce como enfermedad de Alzeheimer .) Desafortunadamente , en aquel tiempo , los trastornos mentales , incluyendo retrasos de grado menor y simples problemas de dicción , llevaban emparejado el fulminante destierro del enfermo La mayoría de estos hombres , mujeres , ancianos y niños quedaba << etiquetada >> bajo el epígrafe de la << locura >> y , en consecuencia , calificados de << impuros >> , << posesos >> , << peligrosos >> e << indignos de vivir al amparo de la ley >>. Éste era el caso del koy , el << loco o << tonto >> oficial del pueblo: un individuo sin familia , posiblemente bastardo , de edad imposible de precisar , que jamás había abandonado aquella gruta o sus inmediaciones , de piel correosa como el hule y que sobrevivía a base de raíces , miel silvestre y de la caridad de algunas buenas gentes de Nazaret. En otras palabras : un milagro de la Naturaleza.
- ... ¿ Has visto un cadáver ?
- Cadáver .
Jacobo , impacientándose , llevó el dedo índice a las sienes , aclarando lo que resultaba evidente : que no se hallaba en sus cabales . Y tirando del manto de su amigo le pidió que olvidara la grotesca conversación . Pero Santiago , empecinado , insistió
- Koy , ¿ podemos ver la cueva ?
- Cueva ...
- ¡ Déjame entrar !
- Entrar .
- Este loco .
- Loco .
Y Santiago , harto de lo que para él sólo representaba una burla , avanzó hacia el viejo , decidido a inspeccionar la gruta .
- ¡ Loco ! gritó Koy , inccorporándose sin demasiado acierto y entre crujidos de huesos .
Autor: J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- ... ¿ Has visto un cadáver ?
- Cadáver .
Jacobo , impacientándose , llevó el dedo índice a las sienes , aclarando lo que resultaba evidente : que no se hallaba en sus cabales . Y tirando del manto de su amigo le pidió que olvidara la grotesca conversación . Pero Santiago , empecinado , insistió
- Koy , ¿ podemos ver la cueva ?
- Cueva ...
- ¡ Déjame entrar !
- Entrar .
- Este loco .
- Loco .
Y Santiago , harto de lo que para él sólo representaba una burla , avanzó hacia el viejo , decidido a inspeccionar la gruta .
- ¡ Loco ! gritó Koy , inccorporándose sin demasiado acierto y entre crujidos de huesos .
Autor: J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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