Y desplomándose sobre sus posaderas aulló de nuevo la palabra << loco >> , al tiempo que echaba mano de algunas piedras . Y saltando de los gritos a una risa sardónica retrocedió hasta el umbral de la cueva , levantando los brazos amenazadoramente . El hermano de Jesús se detuvo . Y cuando estaba a punto de desistir , su cuñado , perdiendo los nervios , emergió entre las retamas , desiquilibrando con sus improperios el escaso juicio del demente . La visión del segundo << intruso >> desencadeno el miedo de Koy y mis compañeros y este agazapado explorador recibieron una - supongo - justificada lluvia de piedras . Asustados como conejos emprendimos una veloz y más que comprometida carrera de obstáculos . A un centenar de metros , sudoroso y desencajado , con alguna que otra pedrada en costillas y piernas , el acobardado trío puso fin a los brincos y caídas , que no al miedo , tratando de recomponer el resuello y la vergüenza . Ninguno comentó el desafortunado lance . Koy , desatado , seguía arrojando piedras y aullando lastimeramente .
Y Santiago , con lógicas prisas , mirando hacia atrás cada diez o quince pasos , puso tierra de por medio . Y de esta guisa , en un embarazoso silencio , maltrechos los cuerpos , los ropajes y lo que era peor , los ánimos , terminamos de rodear el flanco oeste del monte , desembarcando en la cima con el sol en el cenit . La cumbre del del Nebi , estrecha , aceptablemente plana y estirada cual << portaaviones >> . El terreno era un convulso amasijo de lajas clacáreas , redondeadas y desintegradas por la erosión , entre las que se abría paso el mismo y espinoso monte bajo las laderas que acabábamos de sufrir . El único respiro en aquel pedregal corría a cargo de un indómito bosque de durillo, expulsado por el blanco roqueo al extremo norte del << portaaviones >> . Los pequeños árboles , de flores plateadas y negras y azuladas bayas , mecían su belleza al compás de una ligera brisa del norte , haciendo honor a la descripción judía de este ornamental especimen , conocido entonces como la << gloria del Carmelo >>.
La búsqueda en las alturas del Nebi Sa´in fue breve . Mientral los galileos merodeaban por la plataforma , quien esto escribe , simulando colaborar en el examen del terreno , trepó a una de las moles pétreas que erizaban el centro de la cima , solazándome con la expléndida panorámica .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Y Santiago , con lógicas prisas , mirando hacia atrás cada diez o quince pasos , puso tierra de por medio . Y de esta guisa , en un embarazoso silencio , maltrechos los cuerpos , los ropajes y lo que era peor , los ánimos , terminamos de rodear el flanco oeste del monte , desembarcando en la cima con el sol en el cenit . La cumbre del del Nebi , estrecha , aceptablemente plana y estirada cual << portaaviones >> . El terreno era un convulso amasijo de lajas clacáreas , redondeadas y desintegradas por la erosión , entre las que se abría paso el mismo y espinoso monte bajo las laderas que acabábamos de sufrir . El único respiro en aquel pedregal corría a cargo de un indómito bosque de durillo, expulsado por el blanco roqueo al extremo norte del << portaaviones >> . Los pequeños árboles , de flores plateadas y negras y azuladas bayas , mecían su belleza al compás de una ligera brisa del norte , haciendo honor a la descripción judía de este ornamental especimen , conocido entonces como la << gloria del Carmelo >>.
La búsqueda en las alturas del Nebi Sa´in fue breve . Mientral los galileos merodeaban por la plataforma , quien esto escribe , simulando colaborar en el examen del terreno , trepó a una de las moles pétreas que erizaban el centro de la cima , solazándome con la expléndida panorámica .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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