jueves, 3 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 35 )

Más o menos a mitad de la ladera , Santiago , siempre en cabeza , torció a la derecha , despreciando el camino . Minutos después , respetuoso , el olivar se quedó quieto , cediendo parate de sus dominios  al lugar santo del Nebí  . Y ante los atónitos ojos de este explorador  se abrió un cuadrilátero de unos cincuenta metros de lado . << amurallado >> en su totalidad por las paredes , ora verdes , ora plateadas , de los olivos . En un suave declive , hipotecando el terruño e intencionadamente  orientadas al sol naciente , se alzaba  alrededor de ochenta estelas de piedra de una radiante blancura . Casualmente había ido a para al cementerio de Nazaret  . Un recinto deliciosamente abierto y , al mismo tiempo , escondido con celo . Los asaltos a las tumbas se hallaban a la orden del día  . Enclaustrados en el seno del olivar , el camposanto quedaba a salvo de las posibles codiciosas miradas de los caminantes .
El tenaz encalado de las lápidas obedecía a una razón eminentemente preventiva y religiosa . El estallido de luz constituía un sutil aviso . para los judíos  , al menos  para los ortodoxos , el contacto con cadáveres  era causa de grave impureza ritual . Pero mis compañeros  , galileos a fin de cuentas , prescindieron de tales rigorismos  , adentrándose entre las tumbas y en dirección a una cabaña  de paja y adobe que se levantaba en el extremo opuesto , fuera del cuadrilátero.
Intenté seguirles pero , excitado ante la quizá irrepetible oportunidad , caí en la tentación y , nervioso , fui revisando  los monumentos funerarios  . Allí debían reposar los restos de José  . Las estelas , de cuarenta  a sesenta centímetros de altura  , aparecían  escrupulosamente grabadas . Se adivinaba  la mano de un experto cantero . En la parte superior  presentaban el dibujo de una , dos o tres rosetas , cerradas en un círculo o en un cuadrado . Y debajo , en caracteres hebreos  - el griego era menos frecuente - , el nombre o nombres de los sepultados  , el origen de la familia  y , en algunos casos  , breves apuntes  de la vida del difunto . A juzgar por las coincidencias , muchos de los enterrados  parecían parientes . Uno de los nombres más repetidos  era Yojoeser . Otros - caso de Miriam , Simón , Judá , o Nathan - resultaban igualmente comunes . Las inscripciones , sencillas en su mayoría  reproducían frases como éstas:
<< Yejoeser hijo de Yejoeser. >> << Teodoro , liberto . >> << Yejoeser hijo de Eleazar . >>  << Miriam hija de Nathan . >> << Salomé esposa de Yejoeser . >> << Jose y su hijo Ismael y su hijo Yejoeser.
Autor J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez 

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