jueves, 3 de marzo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 36 )

Uno de los epitafios  me sorprendió . Hacía referencia a un tal samuel , imagino que de corta talla y decía textualmente .
<< Se debe llorar por él . Se debe uno apenar por él . Cuando los reyes mueren dejan su corona asus hijos . Cuando los ricos mueren dejan sus riquezas a sus hijos . Samuel , el Pequeño , tomó los tesoros del mundo y siguió su camino . >>
En el centro del cementerio de habría el kokhim , una fosa de cuatro metros  de lado , a medio llenar con los huesos  y calaveras de los que habían sido exhumados . Transcurrido un tiempo prudencial , los restos depositados en la tierra eran removidos y arrojados al lóculo u osario común . El terreno de la Galilea , unido a las intensas lluvias y al alto grado de humedad no hacían recomendables los enterramientos en sarcófagos de madera . Cuando se trataba  de gentes humildes , sin recursos  para adquirir una cripta , los cadáveres eran depositados  directamente en fosas poco profundas y rodeados de piedras . Luego se cubrían de tierra , elevando la correspondiente estela a la cabecera de la tumba .
El cielo  tuvo piedad de este ansioso explorador . Allí estaba mi ogjetivo . Y las manos , no sé si por el baño de sol o por la emoción , empezaron a sudar . En la hilera número once , cerca del final del camposanto , aproximadamente en el centro de la fila de tumbas , reposaban los restos del malogrado contratista de obras y de su hijo .
<< José y su hijo Amós . >>
Así rezaba la leyenda . Y debajo , un expresivo epitafio :
<< No desaparece lo que muere . Sólo lo que se olvida . >>
Dado el tiempo transcurrido desde el fallecimiento del padre terrenal de Jesús , casi veintidós años , supuse que sus restos , así como los de Amós  , habrían ido a parar al fondo del kokhim. La provervial discreción de aquel hombre bueno se hizo extensible , incluso , más allá de la muerte . Hoy , suponiendo que un equipo  de arqueólogos excavara la ladera norte Nebi y acertara a descubrir el osario , los huesos de José - posiblemente desintegrados - seguirian en el anonomato y en ese segundo plano que siempre ostentó . ¡ Bendito sea su nombre !
Y empujado por un inexplicable impulso , quien esto escribe - a pesar de sumanifienta y declarada falta de religiosidad - bajó la cabeza , recitando sin palabras la oración que había creado el Hijo de la Promesa . Y posiblemente  por primera y única vez , un Padrenuestro se elevó hacía el azul del cielo , en memoria  , honor y gratitud  hacia el desaparecido , que no olvidado , José .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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