En esta ocasión , la fiesta pascual caía en sábado , por lo que era doblemente solemne , como creo que ya comenté . Si la tradicional cena religiosa debía efectuarse al día siguiente , viernes , 7 de abril y una vez oscurecido , era lógico que los discipulos se hicieran preguntas sobre el misterioso banquete organizado por el Galileo para esa noche del jueves . Sólo unos pocos - Juan , Judas Iscariote , por supuesto , y David Zebedeo - intuían que aquella cena iba a ser un acto muy especial , previo a la inmediata y fulminante captura del Maestro .
Para mí , aquellas prisas de Jesús por abandonar el huerto fueron la señal que me impulsó a retirarme , adelantándome al grupo .
Dadas las especialísimas características de la << última cena >> a la que , insisto , sólo podían asistir Jesús y sus doce apóstoles -, Cabalo de Troya había estimado que mi presencia en la misma hubiera podido quebrar el carácter íntimo que el Maestro pretendía . Era poco ético , por tanto , que yo me hubiera sentado junto a losm trece . Pero la misión no podía pasar por alto un hecho tan trascendental y significativo como aquél . Yo debería recoger un máximo de información sobre lo verdaderamente ocurrido en el piso superior de la casa de los Marcos . Y para ello , el general Curtiss había dispuesto una solución intermedia : además de mis indagaciones cerca de los protagonistas , la totalidad de las palabras de Jesús y de los doce serían recogidas mediante un sensible y diminuto micrófona , que yo debería ocultar en un lugar estratégicos del cenáculo . ( Dificilmente podía suponer entonces que aquella minúscula maravilla de la electrónica - construida con gran mimo por los especialistas de la ATT ( American Telephone and Telegraph ) , empresa norteamericana de explotación telefónica , para nuestro proyecto - iba a constituir una de las razones que aconsejaron a Caballo de Troya un segundo << gran viaje >> a la época de Cristo...)
Autor J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Para mí , aquellas prisas de Jesús por abandonar el huerto fueron la señal que me impulsó a retirarme , adelantándome al grupo .
Dadas las especialísimas características de la << última cena >> a la que , insisto , sólo podían asistir Jesús y sus doce apóstoles -, Cabalo de Troya había estimado que mi presencia en la misma hubiera podido quebrar el carácter íntimo que el Maestro pretendía . Era poco ético , por tanto , que yo me hubiera sentado junto a losm trece . Pero la misión no podía pasar por alto un hecho tan trascendental y significativo como aquél . Yo debería recoger un máximo de información sobre lo verdaderamente ocurrido en el piso superior de la casa de los Marcos . Y para ello , el general Curtiss había dispuesto una solución intermedia : además de mis indagaciones cerca de los protagonistas , la totalidad de las palabras de Jesús y de los doce serían recogidas mediante un sensible y diminuto micrófona , que yo debería ocultar en un lugar estratégicos del cenáculo . ( Dificilmente podía suponer entonces que aquella minúscula maravilla de la electrónica - construida con gran mimo por los especialistas de la ATT ( American Telephone and Telegraph ) , empresa norteamericana de explotación telefónica , para nuestro proyecto - iba a constituir una de las razones que aconsejaron a Caballo de Troya un segundo << gran viaje >> a la época de Cristo...)
Autor J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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