Simulé una cierta contrariedad.
- Pero , ¿ no pueden decirme algo más ?
Los individuos se pusieron en pie y , tras desearme suerte , se alejaron hacia la puerta de salida . Sin quererlo , aquellos dos gorilas me habían brindado la mejor de las excusas para salir de Washington a toda prisa .
Antes de regresar a mi habitación tuve el acierto de asomarme desimuladamente oir la puerta giratoria del hotel y ver como los agentes se introducian en un coche azul metalizado , aparcado a veinte o treinta metros de donde me encontraba . Me interné de inmediato en el hall , dirigiendome hacia el ascensor y notando sobre mí el peso de la curiosa mirada del recepcionista.
Antes de cerrar la puerta de mi habitación volví a colgar el anuncio de No molesten y eché la cadena de seguridad. Las rodillas empezaron entonces a temblarme y tuve que dejarme caer sobre la cama . Supongo que mi pertubación se debía en parte a aquella - digamos - delicada visita y sobre todo , a lo que contenía aquel primer cilindro .
No sé el tiempo que permanecí tumbado en la cama , con la vista perdida en la penumbra de mi habitación . Una cosa sí estaba clara en todo aquel embrollo : ahora más que nunca tendría que actuar con pies de plomo . Si el FBI había tomado cartas en el negocio era porque, lógicamente , estaba al corriente del << gran viaje >> que habían realizado el mayor y su hermano . No hacía falta ser un águila para percibir que los servicios de Inteligencia norteamericanos no estaban dispuestos a que aquella información secreta se filtrara a la prensa ..
De momento , la exquisita prudencia del mayor me había proporcionado una cierta ventaja y estaba dispuesto a utilizarla , naturalmente .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
- Pero , ¿ no pueden decirme algo más ?
Los individuos se pusieron en pie y , tras desearme suerte , se alejaron hacia la puerta de salida . Sin quererlo , aquellos dos gorilas me habían brindado la mejor de las excusas para salir de Washington a toda prisa .
Antes de regresar a mi habitación tuve el acierto de asomarme desimuladamente oir la puerta giratoria del hotel y ver como los agentes se introducian en un coche azul metalizado , aparcado a veinte o treinta metros de donde me encontraba . Me interné de inmediato en el hall , dirigiendome hacia el ascensor y notando sobre mí el peso de la curiosa mirada del recepcionista.
Antes de cerrar la puerta de mi habitación volví a colgar el anuncio de No molesten y eché la cadena de seguridad. Las rodillas empezaron entonces a temblarme y tuve que dejarme caer sobre la cama . Supongo que mi pertubación se debía en parte a aquella - digamos - delicada visita y sobre todo , a lo que contenía aquel primer cilindro .
No sé el tiempo que permanecí tumbado en la cama , con la vista perdida en la penumbra de mi habitación . Una cosa sí estaba clara en todo aquel embrollo : ahora más que nunca tendría que actuar con pies de plomo . Si el FBI había tomado cartas en el negocio era porque, lógicamente , estaba al corriente del << gran viaje >> que habían realizado el mayor y su hermano . No hacía falta ser un águila para percibir que los servicios de Inteligencia norteamericanos no estaban dispuestos a que aquella información secreta se filtrara a la prensa ..
De momento , la exquisita prudencia del mayor me había proporcionado una cierta ventaja y estaba dispuesto a utilizarla , naturalmente .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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