Si el FBI y el Departamento de Estado - que sabían muy bien del fallecimiento de los dos veteranos de la USAF -, seguían creyendo que yo sólo trataba de localizar al amigo del mayor , quizá mi salida del pais fuera más fácil de lo previsto. Ésta en sintesis , fue la resolución más importante que terminé por adoptar en aquel mediodía del jueves 5 de noviembre de 1981 : volver a España de inmediato ... y con mi tesoro , por supuesto .
Salté de la cama y me dispuse a poner en practica la última fase de mi plan : la visita al Cementerio Nacional de Arlington . Aunque , repito , la confirmación de la muerte del compañero y hermano de mi amigo no revestía ya una especial importancia , en mi fuero interno necesitaba cerrar aquel misterioso círculo que constituía la clave .
Preparé las cámaras y consulté mi reloj . Eran las dos de la tarde . Aún me restaban otras tres horas para que el camposanto cerrara sus puertas al publico.
Pero , cuando me disponía a abandonar la habitación un elemental sentido de la prudencia me obligó a asomarme a la ventana . Por un momento no reaccioné . Aparcado junto a la acera de la fachada del hotel , en el mismo lugar en que yo lo había visto a eso de las 13,30 horas , seguía el turismo de color azul metalizado de los agentes que me habían visitado . Instintivamente me eché atrás y cerré la ventana . NO podía tratarse de una casualidad . Aquél era el vehiculo del FBI . Estaba claro que había subestimado a los agentes ...
<< Si me arriesgo a salir ahora - reflexioné , buscando una solución -, ¿ qué puede ocurrir ? >>
Cabía la nada fantastica posibilidad de que fuera discretamente seguido , o lo que podía ser mucho peor , que aprovecharan mi ausencia para registrar la habitación . Esta última idea me llenó de espanto . ¿ Qué podía hacer ?.
Tampoco me resignaba a permanecer enclaustrado entre aquellas cuatro paredes .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Salté de la cama y me dispuse a poner en practica la última fase de mi plan : la visita al Cementerio Nacional de Arlington . Aunque , repito , la confirmación de la muerte del compañero y hermano de mi amigo no revestía ya una especial importancia , en mi fuero interno necesitaba cerrar aquel misterioso círculo que constituía la clave .
Preparé las cámaras y consulté mi reloj . Eran las dos de la tarde . Aún me restaban otras tres horas para que el camposanto cerrara sus puertas al publico.
Pero , cuando me disponía a abandonar la habitación un elemental sentido de la prudencia me obligó a asomarme a la ventana . Por un momento no reaccioné . Aparcado junto a la acera de la fachada del hotel , en el mismo lugar en que yo lo había visto a eso de las 13,30 horas , seguía el turismo de color azul metalizado de los agentes que me habían visitado . Instintivamente me eché atrás y cerré la ventana . NO podía tratarse de una casualidad . Aquél era el vehiculo del FBI . Estaba claro que había subestimado a los agentes ...
<< Si me arriesgo a salir ahora - reflexioné , buscando una solución -, ¿ qué puede ocurrir ? >>
Cabía la nada fantastica posibilidad de que fuera discretamente seguido , o lo que podía ser mucho peor , que aprovecharan mi ausencia para registrar la habitación . Esta última idea me llenó de espanto . ¿ Qué podía hacer ?.
Tampoco me resignaba a permanecer enclaustrado entre aquellas cuatro paredes .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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