Era elemental . Quizá Dayagi , el curator o conservador de los periodos judíos y persa , pudiera alisar mi labor . Como primera medida resultaba obligado ponerlo en antecedentes y localizar la moneda . pero como digo , el Destino tenía otros planes . Michal no se hallaba en su despacho . Y nadie supo informarme sobre su posible vuelta al museo . Mostré la tarjeta postal a una de las empleadas del servicio de información y relaciones públicas , pero , tan ignorante como yo sobre el particular , me aconsejó que consultara en la biblioteca del centro . La sugerencia me disgustó . Aquello significaba - casi con toda seguridad - una nueva e irreparable pérdida de tiempo y de energías . También cabía la posibilidad de lanzarse a una ciega búsqueda del stater por entre las decenas de salas y los cientos de vitrinas . Es curioso . Lo razonable hubiera sido obedecer los sensatos consejos de mi informante y del sentido común , acudiendo a los bibliotecarios o a otros arqueólogos y especialistas en antiguedades . Inexplicablemente , desoyendo los argumentos de mi conciencia , elegí lo más difícil ... y atractivo : emprender la búsqueda por mis propios medios . esta peligrosa y supongo que genética tendencia mía me ha costado serios reveses . Pero encajé el desafío . La operación podía ser un rotundo fracaso . Lo sabía . Sin embargo , este método - como todo lo imprevisto y misterioso - ejerce sobre mí una influencia dominadora . No he hallado jamás nada más excitante que la aventura de lo desconocido . Y con un entusiasmo desbordante descendí las escaleras que conducen a los sótanos del pabellón de arqueología . No puedo explicarlo con claridad , pero << algo >> parecía llamarme desde las entrañas del museo . ¡ Bendita intición ! ¿ O no fue la intuición la que guió mis pasos ? Nunca lo sabré..
Consulté el reloj . Las diez horas . El museo cerraba las puertas a las diecisiete . Disponía , por tanto , de un generoso margen , más que sobrado , para explorar las repletas salas correspondientes a las nueve o diez centurias anteriores a Cristo .
<< Hazor es su nombre ... >>
Las imágenes de la moneda y el tell de Hazor eran mis únicas pistas . Lenta y reposadamente abrí la investigación , con los cinco sentidos puestos en cualquier pieza , mapa , escultura o referencia que llevara por nombre Hazor o Tiro.
<< ... y sus alas te llevarán al guía . A>>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Consulté el reloj . Las diez horas . El museo cerraba las puertas a las diecisiete . Disponía , por tanto , de un generoso margen , más que sobrado , para explorar las repletas salas correspondientes a las nueve o diez centurias anteriores a Cristo .
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Las imágenes de la moneda y el tell de Hazor eran mis únicas pistas . Lenta y reposadamente abrí la investigación , con los cinco sentidos puestos en cualquier pieza , mapa , escultura o referencia que llevara por nombre Hazor o Tiro.
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Un abrazo
Antonio Martinez
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