Siempre me ha encantado disfrutar de situaciones límite . Estados que pueden desembocar , o no , en sorpresas o en logros altamente provechosos . Así que , midiendo cada paso , fui acercándone al negro pedestal - probablemente metálico - sobre el que descansaba una urna cúbica .A su derecha , desde mi posición , a un nivel inferior al del arca de cristal , un pie igualmente de metal se abría en un atril.
A mitad de camino me detuve . Estaba seguro , pero quería cercionarme . Giré y busqué los ojos de la diosa . En efecto , sostenían la trayectoria que conducía a la columna . Una punzante mezcla de ansiedad y zozobra me retuvo unos segundos . Mi vista relampagueçó por la cara del pedestal , sin descubrir el obligado rótulo explicativo . Seguramente se hallaba en el interior de la urna . La tensión se desencadenó y , de un salto , me arrojé sobre el arca . El instinto me gritaba que allí , entre las parades de vidrio , tenía que estar lo que perseguía : la milenaria moneda de Hazor , con el b´ho real.
Fue un mazazo . Mi orgullo , fantasía y locas esperanzas se volatilizaron . No pude despegarme de la urna . En si interior no aparecía el apreciado stater . Tan sólo tres objetos , en hueso o marfil , pertenecientes a un ajuar femenino . La decepción me hirió tan profundamente que ni siquiera reparé en las reducidas etiquetas mecanografiadas que aclaraban la naturaleza y origen de los utensilios a la vista . Estaba hipnotizado por el desencanto , con las manos aferradas a las aristas de aquella maldita urna de 45 centímetros de lado . Y allí mismo maldije a la diosa y , obviamente , mi necia precipitación .
Me revolví con rabia y , clabando los ojos en los de Astarte , me interrogué a mi mismo . ¿ Cómo podía ser tan ingenuo y estúpido a un tiempo ? No tenía solución....
En esos momentos , mientras fulminaba la pétrea y burlona sonrisa de la divinidad desenterrada en Hazor , el subconsciente , de manera subliminal , resucitó la imagen de una de las piezas depositadas en la urna .
<< ¡ Dios ! ¿ Qué era lo que acababa de contemplar a mis espaldas ? >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
A mitad de camino me detuve . Estaba seguro , pero quería cercionarme . Giré y busqué los ojos de la diosa . En efecto , sostenían la trayectoria que conducía a la columna . Una punzante mezcla de ansiedad y zozobra me retuvo unos segundos . Mi vista relampagueçó por la cara del pedestal , sin descubrir el obligado rótulo explicativo . Seguramente se hallaba en el interior de la urna . La tensión se desencadenó y , de un salto , me arrojé sobre el arca . El instinto me gritaba que allí , entre las parades de vidrio , tenía que estar lo que perseguía : la milenaria moneda de Hazor , con el b´ho real.
Fue un mazazo . Mi orgullo , fantasía y locas esperanzas se volatilizaron . No pude despegarme de la urna . En si interior no aparecía el apreciado stater . Tan sólo tres objetos , en hueso o marfil , pertenecientes a un ajuar femenino . La decepción me hirió tan profundamente que ni siquiera reparé en las reducidas etiquetas mecanografiadas que aclaraban la naturaleza y origen de los utensilios a la vista . Estaba hipnotizado por el desencanto , con las manos aferradas a las aristas de aquella maldita urna de 45 centímetros de lado . Y allí mismo maldije a la diosa y , obviamente , mi necia precipitación .
Me revolví con rabia y , clabando los ojos en los de Astarte , me interrogué a mi mismo . ¿ Cómo podía ser tan ingenuo y estúpido a un tiempo ? No tenía solución....
En esos momentos , mientras fulminaba la pétrea y burlona sonrisa de la divinidad desenterrada en Hazor , el subconsciente , de manera subliminal , resucitó la imagen de una de las piezas depositadas en la urna .
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Antonio Martinez
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