Hubo también otro sutil factor que , francamente , me dio que pensar . En opinión de los expertos , la cabeza de mujer que adorna la cuchara de cosmética podía ser la efigie de Astarte , la diosa de la fertilidad . Sé que el argumento resulta endeble , pero durante un tiempo no pude disociar la enigmática sonrisa de la divinidad que había hallado en la pared de la sala 309 de esta otra réplica , tallada en un extremo de la cuchara de marfíl y que casualmente , acompañaba en la urna al cilindro de hueso . Pero esto , lógicamente , sólo pertenecía al reino de las sospechas o , como mucho , al de las íntimas creencias que , al fin y a la postre , no servían para materializar lo que tanto ansiaba . La verdad , fría e inalterable , es que los textos científicos no aportaban inicio alguno sobre el << ángel >> ni sobre sus alas . La consulta sirvió también para precisar las dimensiones exactas del cilindro de hueso : 18 centímetros de altura por 5,5 de diámetro . Gracias a Dios , ahí concluiría mi penosa y dilatada incursión a las bibliotecas de Israel . Y con identica amabilidad , las bibliotecarias accedieron a fotocopiar algunas de las páginas del libro de Yadin . Un volumen que , de haberlo ojeado a tiempo , me habría ahorrado más de una calamidad . pero el cielo - no me cansaré de insistir en ello - Escribederecho con renglones torcidos . Lo malo es que un servidor parece gozar de una especial habilidad para , encima , << retorcer lo torcido >>
El declive de aquel viernes me forzó a olvidar la sala 309 , al menos hasta las diez horas del día siguiente . La jornada , sin embargo , no se iría de vacío.
Digo yo que no tiene otra explicación . Desde el instante en que empecé a trabajar sobre el desarrollo del << ángel >> , descubriendo que quizá el número secreto de sus plumas era el << 6 >> , una idea venía germinando en los recovecos de mi subconsciente .
A primera hora de la tarde , mientras contemplaba el sinuoso resbalar de la lluvia en los cristales del bus 9 , decidí probar fortuna . Aunque la operación era de lo más inocua e inocente , tomé precauciones . Mi súbito interes por aquellos documentos podía inquietar a los , de momento , tranquilos servicios de Información judíos . Rehusé utilizar el teléfono del hotel y , desde una cabina pública , marqué el 282936 . Instantes despues , uno de mis amigos franciscanos del convento de la Flagelación , en la Ciudad Vieja , me proporcionaba la información necesaria .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
El declive de aquel viernes me forzó a olvidar la sala 309 , al menos hasta las diez horas del día siguiente . La jornada , sin embargo , no se iría de vacío.
Digo yo que no tiene otra explicación . Desde el instante en que empecé a trabajar sobre el desarrollo del << ángel >> , descubriendo que quizá el número secreto de sus plumas era el << 6 >> , una idea venía germinando en los recovecos de mi subconsciente .
A primera hora de la tarde , mientras contemplaba el sinuoso resbalar de la lluvia en los cristales del bus 9 , decidí probar fortuna . Aunque la operación era de lo más inocua e inocente , tomé precauciones . Mi súbito interes por aquellos documentos podía inquietar a los , de momento , tranquilos servicios de Información judíos . Rehusé utilizar el teléfono del hotel y , desde una cabina pública , marqué el 282936 . Instantes despues , uno de mis amigos franciscanos del convento de la Flagelación , en la Ciudad Vieja , me proporcionaba la información necesaria .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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