El tiempo apremiaba . Y , casi a la carrera , me planté en la dirección exacta : la confluencia de las calles Jaffa y Shlomzion Hamalka . En dicha esquina - tal y como me había especificado el buen monje -, frente por frente a un comercio de flores , en el segundo piso , encontraría lo que buscaba . Tuve suerte . Aunque la oficina estaba a punto de cerrar , uno de los funcionarios , de origen sefardí , se mostró encantado de poder servirme y , de paso , de refrescar su arcaico castellano .
La verdad es que no tenía muy claro cuál de aquellos mapas militares de Israel podía ser idóneo . Así que , curándome en salud , arramblé con media docena , seleccionando diferentes áreas del norte , centro y sur del territorio . Hasta ahí todo fue de perlas . Pero un funestopresagio me conmovió de pies a cabeza cuando , al abonar las cartas topográficas , el empleado del Gobierno reclamó mi pasaporte , tomando buena nota de mi filiación . El imprevisto contratiempo - insalvable por otro lado - traería cola ...
Los mapas - a escala 1: 100 000 - eran minuciosos . Perfectos . Y entusiasmado por la adquisición y , en especial , ante la atractiva idea de poder verificar la hipótesis acerca de las alas , apresuré la marcha , enclaustrándome de nuevo en el hotel .
<< ... y sus alas te llevarán ... >>
Busqué una guía de carreteras entre mis papeles . Al desplegarla , los dedos temblaron . No sé explicarlo . Yo sabía que algo estaba a punto de suceder .
Elegí la ciudad de Jerusalén como centro de << ensayo >> . Allí , despues de todo , se encuentra el museo de Israel y el << ángel >> . A continuación dibujé dos líneas rectas sobre el mapa . Una vertical o eje de ordenadas , siguiendo la dirección norte - sur , y la segunda , horizontal o eje de abscisa , de este a oeste . La Ciudad Santa , repito , ocupaba la intersección de dichos ejes .
Examiné de nuevo la fotocopia del libro de Yadin , reafirmándome en lo que ya sabía : si tomaba la silueta de la criatura alada como imaginario eje vertical , cada una de las alas venía a ocupar un cuarante .
El viejo presentimiento tomaba cuerpo ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La verdad es que no tenía muy claro cuál de aquellos mapas militares de Israel podía ser idóneo . Así que , curándome en salud , arramblé con media docena , seleccionando diferentes áreas del norte , centro y sur del territorio . Hasta ahí todo fue de perlas . Pero un funestopresagio me conmovió de pies a cabeza cuando , al abonar las cartas topográficas , el empleado del Gobierno reclamó mi pasaporte , tomando buena nota de mi filiación . El imprevisto contratiempo - insalvable por otro lado - traería cola ...
Los mapas - a escala 1: 100 000 - eran minuciosos . Perfectos . Y entusiasmado por la adquisición y , en especial , ante la atractiva idea de poder verificar la hipótesis acerca de las alas , apresuré la marcha , enclaustrándome de nuevo en el hotel .
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Busqué una guía de carreteras entre mis papeles . Al desplegarla , los dedos temblaron . No sé explicarlo . Yo sabía que algo estaba a punto de suceder .
Elegí la ciudad de Jerusalén como centro de << ensayo >> . Allí , despues de todo , se encuentra el museo de Israel y el << ángel >> . A continuación dibujé dos líneas rectas sobre el mapa . Una vertical o eje de ordenadas , siguiendo la dirección norte - sur , y la segunda , horizontal o eje de abscisa , de este a oeste . La Ciudad Santa , repito , ocupaba la intersección de dichos ejes .
Examiné de nuevo la fotocopia del libro de Yadin , reafirmándome en lo que ya sabía : si tomaba la silueta de la criatura alada como imaginario eje vertical , cada una de las alas venía a ocupar un cuarante .
El viejo presentimiento tomaba cuerpo ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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