No hubo más comentarios , consejos ni aclaraciones . Tal como habían llegado , así desaparecieron . A partir de entonces , mi estancia en Israel se convertiría en un sin vivir .
Atemorizado ante el cariz de los acontecimientos , no lo dudé . Cumpliría mi promesa . Las pesquisas alredecor del enigma podían esperar . Tampoco era cuestión de contrariar a los peligrosos servicios de Inteligencia . Y esa misma tarde preparé la gran marcha . Siguiendo las prudentes recomendaciones del doctor Liba - dada la alta conflitividady teórica peligrosidad de uno de los tramos del viaje : la franja fronteriza entre Israel y Jordania -, telefoneé a varios de mis colegas y corresponsales de prensa en Jerusalén y Tel Aviv , con el fin de anunciarles mi objetivo . De esta forma , si la noticia saltaba a los medios de comunicación judíos , mi aventura podría verse respaldada ; en especial , de cara a los a los puestos de control milatar que jalonaban la margen derecha del río Jordán . No tuve mucha suerte . La noticia , que yo sepa , jamás se publico en Jerusalén . No me desanimé . Lo intentaría a << tumba abierta >> . Despues de todo , así resultaba más excitante . Al alba , un autocar me trasladó a Nazaret . Y a eso de de las nueve y media , con una flagelante mochila roja a la espalda y el espíritu encendido ante semejante reto , inicié la andadura . Tras una lacónica plegaria ataqué el descenso hacia las llanuras de Jezreel , rumbo a Bet She´an , la anigua Scythópolis, final de la primera caminata . Mi plan contemplaba cuatro etapas - de algo más de 40 km cada una -, descendiendo en paralelo al Jordán, con un segundo descanso al pie del monte Sartaba . La tercera jornada , en pleno desierto de Judá , concluiría en el oasis de Jericó y , desde allí , por último , remontando las duras pendientes que caen desde la Ciudad Santa , cubrir , en esa cuarta y postrera etapa , la distancia que separa Jerusalén de Belén . En total , unos 170 km.
Pero , como ya señalé , no es éste el momento ni el lugar paran dar fe de tan memorable y accidentada << escursión >> . Modestamente , eso sí , creo haber contribuido a demostrar que la ruta más lógica para un viaje como el que emprendieron María y José , no es la de Samaria - por el centro de Israel -, sino la del río Jordán . Un español , en fin , y me enorgullezco de ello , ha sido el primer << loco >> en reconstruir el decisivo peregrinar de los padres terrenales de Jesús , desde la Galilea a la ciudad de David .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Atemorizado ante el cariz de los acontecimientos , no lo dudé . Cumpliría mi promesa . Las pesquisas alredecor del enigma podían esperar . Tampoco era cuestión de contrariar a los peligrosos servicios de Inteligencia . Y esa misma tarde preparé la gran marcha . Siguiendo las prudentes recomendaciones del doctor Liba - dada la alta conflitividady teórica peligrosidad de uno de los tramos del viaje : la franja fronteriza entre Israel y Jordania -, telefoneé a varios de mis colegas y corresponsales de prensa en Jerusalén y Tel Aviv , con el fin de anunciarles mi objetivo . De esta forma , si la noticia saltaba a los medios de comunicación judíos , mi aventura podría verse respaldada ; en especial , de cara a los a los puestos de control milatar que jalonaban la margen derecha del río Jordán . No tuve mucha suerte . La noticia , que yo sepa , jamás se publico en Jerusalén . No me desanimé . Lo intentaría a << tumba abierta >> . Despues de todo , así resultaba más excitante . Al alba , un autocar me trasladó a Nazaret . Y a eso de de las nueve y media , con una flagelante mochila roja a la espalda y el espíritu encendido ante semejante reto , inicié la andadura . Tras una lacónica plegaria ataqué el descenso hacia las llanuras de Jezreel , rumbo a Bet She´an , la anigua Scythópolis, final de la primera caminata . Mi plan contemplaba cuatro etapas - de algo más de 40 km cada una -, descendiendo en paralelo al Jordán, con un segundo descanso al pie del monte Sartaba . La tercera jornada , en pleno desierto de Judá , concluiría en el oasis de Jericó y , desde allí , por último , remontando las duras pendientes que caen desde la Ciudad Santa , cubrir , en esa cuarta y postrera etapa , la distancia que separa Jerusalén de Belén . En total , unos 170 km.
Pero , como ya señalé , no es éste el momento ni el lugar paran dar fe de tan memorable y accidentada << escursión >> . Modestamente , eso sí , creo haber contribuido a demostrar que la ruta más lógica para un viaje como el que emprendieron María y José , no es la de Samaria - por el centro de Israel -, sino la del río Jordán . Un español , en fin , y me enorgullezco de ello , ha sido el primer << loco >> en reconstruir el decisivo peregrinar de los padres terrenales de Jesús , desde la Galilea a la ciudad de David .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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