domingo, 14 de septiembre de 2014

Caballo de Troya - Tomo 1 - El Diario del Mayor . 30 de Marzo , jueves ( 18 )

A partir de allí , las tiendas eran mucho más escasas  . Si no fuera porque podría equivocarme , habría jurado que en el acceso a la ciudad santa  se habían plantado más de un millar de improvisados albergues . Esto podía significar - a un promedio de seis o siete personas por tienda - unos seis mil o siete mil peregrinos .
En aquel último kilómetro no observé  , sin embargo , una disminución del intenso trafico de gentes y bestias de carga . Grupos de judíos  , con asnos y algunos camellos , seguían fluyendo en uno y otro sentido , transportando haces de leña  , pesados y puntiagudos cántaros o arreando rebaños de cabras.
La vegetación , a ambos lados del camino , se había hecho más floreciente . A mi izquierda , la ladera oriental del Olivete aparecía cerrada por los olivares , cedros y algunos sicómoros . A mi derecha , junto a palmeras e higueras ma llamó la atención una serie de cinamomos , con sus inciientes racimos de flores violetas y extraordinariamente olorosas.
El hecho de no poder llevar reloj me preocupaba . No resultaba fácil para mí averiguar en qué momento del día me encontraba . El sol se había lanzado ya hacia el oeste , pero ignoraba cuánto tiempo había transcurrido desde que abandonara la cuna . Por otra parte , deseaba acostumbrarme lo antes posible a mi nueva situación y ello me obligaba a prescindir , en la medida de lo pisible , de la conexión auditiva con Eliseo . A juzgar por el camino recorrido y los efectuados , debían ser las 13,30 horas cuando , al salir de la única curva del sendero , divisé a la izquierda un minúsculo grupo de casas . Al fondo , y a la derecha , descubrí también otra aldea , aparentemente más grande que la primera . Entusiasmado , aceleré el paso . Aquellos poblados tenían que ser Betfagé y Betania , respectivamente .
Conforme fui aproximándome al primer poblado , mi desencanto fue en aumento . Betfagé no era otra cosa que un mísero conglomerado de pequeñas casas de una planta . Las paredes habían sido levantadas con piedras  - posiblemente basálticas - y los intersticios , malamente tapados con cantos y barro . La mayoría de las techumbres de aquella media docena de viviendas - a excepción de una o dos terrazas - habían sido cubiertas con ramas de árboles , reforzadas con varias capas de juncos y paja .

Autor :J.J.benutez
Un abrazo
Antonio Martinez

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