domingo, 14 de septiembre de 2014

Caballo de Troya - Tomo 1 - El Diario del Mayor - 30 de Marzo , jueves ( 19 )

Los alrrededores aparecían repletos de higueras y pequeños huertos en los que deanbulaban un sin fin de gallinas . Las últimas e intensas lluvias de enero y febrero habían convertido las calles en un barrizal .
Decepcionado , salí nuevamente al camino , informando a Eliseo de mipaso por la mísera Betfagé y de mi inminente llegada a Betania . La distancia entre ambas aldeas no era superior a los setecientos u ochocientos metros .
El lugar de residencia de Lázaro y su familia presentaba , en cambio , un aspecto mucho más sólido y esmerado . Las casas , aunque modestas , disponían de terrazas , y sus paredes - casi todas encaladas - habían sido construidas con piedras  labradas .
Al penetrar en la alcea me sorprendió ver algunas de las calles pavimentadas a base de guijarros . Otras , sin embargo , seguían siendo estrechas torrenteras , ahora embarradas y malolientes .
El núcleo principal de Betania de extendía a la derecha del camino que lleva de Jerusalén a Jericó . Al otro lado del sendero , un grupo más reducido de casas se apoyaba en la ladera del Monte de los Olivos . Algunas de estas viviendas se hallaban practicamente empotradas en la falda de la montaña .
La animación enla aldea era considerable . Numerosos grupos de judíos yban y venian por entre sus casas , formando tertulias a las puertas de las viviendas o a la sombra de los entramados de cañas y ramas por las que trepaba la hiedra o descansaban desnudas e interminables parras.
No tardé en averiguar que aquella agitación venía siendo habitual en Betania desde que el Maestro de Galilea realizase el prodigio de resucitar de entre los muertos a su amigo Lázaro. La noticia había corrido como reguero de polvora por todo el reino , llegando incluso , a la vecina Siria y a las costas de Fenicia . Desde entonces , una corriente interminable de simpatizantes , seguidores de Jesús o amigos de Lázaro acudían hasta la casa del resucitado , con el único afán de sastifacer su curiosidad . Este torrente de curiosos se había visto seriamente incrementado en aquellos días , con motivo de la próxima celebración de la Pascua . El camino entre Jerusalén y Betania podía cubrirse , a buen paso , en algo más de una hora y ello justificaba aquel agotador trajín por las calles de la hasta ese momento apacible localidad.

Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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