jueves, 4 de septiembre de 2014

Caballo de Troya - Tomo 1 - El Diario del Mayor - 30 de Marzo , Jueves ( 2 )

Al este - sureste de nuestro módulo se apreciaban igualmente otros dos grupos de luces mortecinas , infinitamente más pequeño que el primero y situados ptácticamente en la falda del monte sobre el que nos encontrabamos estacionados  y que presumiamos como el Olivete . Los equipos de ondas de 740 milímetros de longitud  remitieron unas primeras y confusas imágenes  de estos núcleos humanos , no siendo posible confirmar si - como sospechabamos - se trataba de las aldeas de Betania y Betfagé .
Tras aquel primer rastreo de nuestros inmediatos alrededores , mi hermano de exploración  y yo ejecutamos la segunda fase del plan : una nueva inversión de masa , con el fin de polarizar los ejes de los swivels hasta la hora límite , que nos serviría de auténtico punto de partida para un posterior descenso sobre la cumbre del Olivete . A las 23 horas y 33 minutos , el módulo retrocedió en el tiempo siendo anclado en las nuevas coordenadasy apareciendo 15 horas antes . Aunque el caudal del generador atomico nos hubiera permitido el mantenimiento de la nave en estacionario hasta el amanecer del día siguiente , 31 de marzo , los objetivos de la exploración recomendaban esta segunda inclinación  de los ángulos del tiempo de los swivels  hasta alcanzar las 8 horas y 33 minutos  del 30 de marzo del año 30 . Anque no deseo adelantar  acontecimientos , nuestras fuentes informativas previas apuntaban al viernes 31 de marzo , como la fecha  en que el Maestro de Galilea  entró en Betania  , procedente de la vecina ciudad de Jericó , situada a unos  34 kilómetros  de la citada población de Betania , donde residía  la familia de Lázaro . Si todo discurria  con normalidad , yo debería estar allí con una antelación aproximada de veinticuatro horas.
¿ Cómo poder describir aquel amanecer del 30 de marzo sobre la vertical del monte de los Olivos ?
El sol naciente  había apagado las antorchas de Jerusalén  , ofreciendo a nuestros atónitos  ojos un inmenso racimo de casitas blancas y ocres , apretadas las unas contra las otras  y rotas en mil direcciones por quebradas callejuelas .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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