viernes, 12 de septiembre de 2014

Caballo de Troya - Tomo 1 - El Diario del Mayor - 30 de Marzo , jueves ( 11 )

Gracias a Dios , el punto de contacto se hallaba en una de las cotas máximas del Olivete . Esta circunstancia , unida a la presencia del reducido calvero pedregoso , hacía relativamente  cómoda la ubicación del asentamiento de nuestro vehículo , tanto si se ascendía por la ladera oriental ( que muere en Betania ) o por la occidental , que desenboca en la barranca del Cedrón.
Revisé fugazmente mi atuendo y con paso cauteloso me adentré en el olivar . A mi derecha , entre las epilépticas ramas de añosos olivos , se distinguía la dorada cúpula del Templo y buena parte de las murallas de Jerusalén . Pero , a pesar de mis intensos deseos de aproximarme hasta el filo occidental de la montaña de las aceitunas ( como también llamaban los israelitas al Olivete ) y disfrutar de aquel espectáculo inigualable que era la ciudad santa , me ceñí al plan previsto e inicié  el descenso por la vertiente sur , a la búsqueda del camino que habíamos divisado desde el aire y que me conduciría hasta Betania .
De pronto , al inclinarme para esquivar una de las frondosas ramas , advertí con cierto sobresalto lo llamativo de mi calzado , sospechosamente pulcro como para pertenecer a un andariego e inquieto comenciante extranjero . Sin dudarlo , me senté en una de las raices de un vetusto olivo y , después de echar una mirada a mi alrededor , agarré varios puñados de aquella tierra ocre y esponjosa , restregámdola contra el esparto y las ligaduras.
El inesperado alto en el camino fue registrado en el módulo y Eliseo  se interesó por mi seguridad.
- ¿ Algún problema , Jasón ?
A partir de mi salida de la cuna , aquél iba a ser mi indicativo de guerra . El nombre de Jasón había sido tomado del héroe de los tasalios y beocios , jefe de la famosa expedición de los Argonautas , cantada por el poeta griego Apolonio de Rodas y por el vate épico latino Valerio Flaco .Yo había aceptado tal denominación , aunque era consciente de que jamás había tenido madera de héroe y que mi misión en Caballo de Troya no era precisamente la búsqueda del vellocino de oro , en el que tanto esfuerzo había puesto el bueno de Jasón .

Autor : J.J.Benitaz
Un abrazo
Antonio martinez

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