Me encontraba en la noche del lunes 8 de mayo . Desde la ejecución de Jesús de Nazaret habían transcurrido treinte días . Un plazo más que sobrado para que poncio hubiera redactado y enviado dicho informe al emperador . Pero , como aseguraba mi anfritiona , ese documento no tenía razón de ser y jamás dería escrito .
Los creyentes , en general , guardan hoy un recuerdo , entre benevolente y romántico , de la figura del gobernador . Y no los culpo . La historia , una vez más ha sublimado la realidad . Y ha ocultado hechos y conductas - aparentemente anecdoticos - que dibujaban a la perfección el auténtico perfil de Poncio . Por ejemplo , la violación de la sagrada norma de la lustratio o lavatorio de manos . Por ejemplo , otra insólita reacción del psicópata , prácticamente desconocida , que encajaba en su línea maniacodepresiva. El << hallzgo >> surgió sin querer en la instructiva conversación con Claudia Procla .
- Supongo que al menos - insinié sin percatarme de la importancia de lo que planteaba -, aunque haya olvidado la ejecución , trataría de conjurar el signo celeste ..
No pudo contener la risa .
- Veo que estás al tanto de nuestros ritos .
Y añadió con pesadumbre :
- ¿ ese loco ? ... ¿ Pedir perdón a Júpiter ?
Antes de proseguir debo clarificar un extremo tan importante como ignorado . El oscurecimiento del sol entraba de lleno - para la supersticiosa sociedad romana - en lo que denominaban sigma o señales . Cualquier signo o fenómeno maravilloso - y el << oscurecimiento >> (?) del sol lo fue con creces - era tomado en principio como una advertencia o manifestación conminatoria de los dioses .La divinidad mostraba su cólera . Y el ciudadano testigo del prodigio se apresuraba a consultar a los augures , buscando una interpretación y la correspondiente expiación de sus hipotéticas culpas . Para ello , la religión establecía un solemne y sagrado procedimiento : la procuratio . Es decir , una serie de normas encaminadas a restablecer el orden y la paz entre la ofendida divinidad y el hombre .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Los creyentes , en general , guardan hoy un recuerdo , entre benevolente y romántico , de la figura del gobernador . Y no los culpo . La historia , una vez más ha sublimado la realidad . Y ha ocultado hechos y conductas - aparentemente anecdoticos - que dibujaban a la perfección el auténtico perfil de Poncio . Por ejemplo , la violación de la sagrada norma de la lustratio o lavatorio de manos . Por ejemplo , otra insólita reacción del psicópata , prácticamente desconocida , que encajaba en su línea maniacodepresiva. El << hallzgo >> surgió sin querer en la instructiva conversación con Claudia Procla .
- Supongo que al menos - insinié sin percatarme de la importancia de lo que planteaba -, aunque haya olvidado la ejecución , trataría de conjurar el signo celeste ..
No pudo contener la risa .
- Veo que estás al tanto de nuestros ritos .
Y añadió con pesadumbre :
- ¿ ese loco ? ... ¿ Pedir perdón a Júpiter ?
Antes de proseguir debo clarificar un extremo tan importante como ignorado . El oscurecimiento del sol entraba de lleno - para la supersticiosa sociedad romana - en lo que denominaban sigma o señales . Cualquier signo o fenómeno maravilloso - y el << oscurecimiento >> (?) del sol lo fue con creces - era tomado en principio como una advertencia o manifestación conminatoria de los dioses .La divinidad mostraba su cólera . Y el ciudadano testigo del prodigio se apresuraba a consultar a los augures , buscando una interpretación y la correspondiente expiación de sus hipotéticas culpas . Para ello , la religión establecía un solemne y sagrado procedimiento : la procuratio . Es decir , una serie de normas encaminadas a restablecer el orden y la paz entre la ofendida divinidad y el hombre .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto