Se trataba , evidentemente , de un nuevo y adulador gesto hacia la figura del que fuera su amigo , el emperador Augusto , << inventor >> de los arcos triunfales . Vanos , vigas y áticos aparecían cubiertos con medallones y bajorrelieves alusivos a los triunfos del César . Y en lo alto , dos cuadrigas de elefantes conducidas por sendas y gigantescas estatuas de bronce sobredorado del divino Octavio .. Y en torno al tetrapilon , en una pulcra y generosa explanada rectangular , réplicas perfectas , a menor escala , de algunos de los monumentos del genuino foro de Roma : los templos bellísimos , casi nacarados , de Apolo ( dios protector de Augusto ) , Marte Vengador ( construido por el fallecido emperador después de emprender la gurra de Filipos ) y Jupiter Tonente , así como una basílica Emilia , sede de la vida judicial de Cesarea , y otras dos estatuas de doce metros del inevitable Augusto .
Dejamos atrás el foro y , libre de los cientos de ciudadanos y animales que hacían hervir la calzada , la decuria tronó sobre el inmaculado pavimento , animándose con un trote moderado y uniforme . E irrumpimos en un parqué cuyos límites no llegué a precisar . Y volví a maravillarme . Entre rosales , surtidores , sauces llorones , álamos canos y estanques de las más diversas formas geométricas se alzaban decenas de Jaulas con una adormilada colonia de felinos , búfalos africanos , agresivos mandriles , osos pardos del Hermón , pequeños elefantes asiáticos y numerosos representantes de antílopes y cérvidos de la alta Galilea y las montañas de Judá . Y en el centro del << zoo>> , coronando un modesto peñasco de unos treinta metros de altura , otro espejeante templo en mármol blanco - azulado , erigido exclusivamente a la memoria del hombre que confirmó a Herodes el Grande como rex socius : Octavio Augusto . Y en su interior , aunque no pude descubrirlo hasta más tarde , la enésima efigie del César vencedor de Accio y una copia de la estatua de Roma similar a la de Hera , ubicada en Argos . Aquella construcción , con dos fuegos perpetuos al final de la escalinata , servía de faro y referencia a los navegantes .
Minutos más tarde , en el recinto del cuidado parque , aparecía ante este asombrado explorador la fortaleza y residencia de Poncio .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Dejamos atrás el foro y , libre de los cientos de ciudadanos y animales que hacían hervir la calzada , la decuria tronó sobre el inmaculado pavimento , animándose con un trote moderado y uniforme . E irrumpimos en un parqué cuyos límites no llegué a precisar . Y volví a maravillarme . Entre rosales , surtidores , sauces llorones , álamos canos y estanques de las más diversas formas geométricas se alzaban decenas de Jaulas con una adormilada colonia de felinos , búfalos africanos , agresivos mandriles , osos pardos del Hermón , pequeños elefantes asiáticos y numerosos representantes de antílopes y cérvidos de la alta Galilea y las montañas de Judá . Y en el centro del << zoo>> , coronando un modesto peñasco de unos treinta metros de altura , otro espejeante templo en mármol blanco - azulado , erigido exclusivamente a la memoria del hombre que confirmó a Herodes el Grande como rex socius : Octavio Augusto . Y en su interior , aunque no pude descubrirlo hasta más tarde , la enésima efigie del César vencedor de Accio y una copia de la estatua de Roma similar a la de Hera , ubicada en Argos . Aquella construcción , con dos fuegos perpetuos al final de la escalinata , servía de faro y referencia a los navegantes .
Minutos más tarde , en el recinto del cuidado parque , aparecía ante este asombrado explorador la fortaleza y residencia de Poncio .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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