En cambio , si me ajustaba al segundo significado - << fila o hilera -, el dilema se envenenaba . las ruinas no guardaban una especial simetría , ni fui capaz de descubrir una sola hilera de piedras , columnas o senderos que apuntaran o me << llevara >> al << guía >> . Además , si el mayor hubiera concebido el vocablo << alas >> como << filas >> , ¿ Qué pintaban las << plumas >> en el resto del enigma ?
Cerré el cuaderno de << campo >> y , persuadido de que el << mensajero >> era otra cosa - ¿ quién sabe si una pintura , una moneda o una estatuilla ? -, reanudé las pesquisas .
No era menester demasiada agilidad mental para intuir que lo que se exhibe en el museo de Hazor es sólo una mínima parte de lo realmente descubierto y rescatado en el tell . Enn la documentación consultada en Jerusalén aparecía una legión de objetor que no figuraban en aquel modesto museo del norte de Galilea . Esta realidad fue mermando mi entusiasmo . A pesar de ello me enfrenté a cada uno de los utensilios y piezas << diseccionándolos >> milímetro a milímetro . Quizá donde más tiempo consumí fue ante una tablilla rectangular , pétrea y milenaria en la que había sido practicada una serie de incisiones horizontales y verticales . Se trataba de un juego . Eso rezaba la leyenda . Una especie de << rayuela >> rudimentaria con un total de 21 cuadritos en tres hileras : una central con 10 , y dos laterales con 5 cada una . La fila de la derecha presentaba un sexto cuadrado , adosado a media altura . En cuatro de esos cuadraditos , el artífice había grabado sendas << X >> . Sumé , resté y multipliqué , las << cruces >> de aquel galimatías , hasta que , aburrido , me convencí de que tampoco guardaba una relación clara con el criptograma . En un primer tanteo , al descubrir que las series de cuadrados sumaban 21 , me alarmé . Recordé el << ritual del cementerio de Arlington>> , pero ahí quedó la cosa . ¿ Pura coincidencia ?
Desestimé igualmente una gran caracola marina , seccionada en el vértice , perforada en dos o tres puntos , y que constituia un viejo instrumento musical : el conocido shofar de la Biblia .
Tampoco los delicados escarabajos sagrados de marfil y de hueso - repletos de inscripciones egipcias - aportaron luz a la investigación.
En cuanto a las estatuillas de bronce , armas , collares y demás abalorios , ni uno solo respondía a lo señalado en el enigma : ni alas , ni plumas , ni números secretos , ni la más remota pista o indicio .
Mi derrota era total .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Cerré el cuaderno de << campo >> y , persuadido de que el << mensajero >> era otra cosa - ¿ quién sabe si una pintura , una moneda o una estatuilla ? -, reanudé las pesquisas .
No era menester demasiada agilidad mental para intuir que lo que se exhibe en el museo de Hazor es sólo una mínima parte de lo realmente descubierto y rescatado en el tell . Enn la documentación consultada en Jerusalén aparecía una legión de objetor que no figuraban en aquel modesto museo del norte de Galilea . Esta realidad fue mermando mi entusiasmo . A pesar de ello me enfrenté a cada uno de los utensilios y piezas << diseccionándolos >> milímetro a milímetro . Quizá donde más tiempo consumí fue ante una tablilla rectangular , pétrea y milenaria en la que había sido practicada una serie de incisiones horizontales y verticales . Se trataba de un juego . Eso rezaba la leyenda . Una especie de << rayuela >> rudimentaria con un total de 21 cuadritos en tres hileras : una central con 10 , y dos laterales con 5 cada una . La fila de la derecha presentaba un sexto cuadrado , adosado a media altura . En cuatro de esos cuadraditos , el artífice había grabado sendas << X >> . Sumé , resté y multipliqué , las << cruces >> de aquel galimatías , hasta que , aburrido , me convencí de que tampoco guardaba una relación clara con el criptograma . En un primer tanteo , al descubrir que las series de cuadrados sumaban 21 , me alarmé . Recordé el << ritual del cementerio de Arlington>> , pero ahí quedó la cosa . ¿ Pura coincidencia ?
Desestimé igualmente una gran caracola marina , seccionada en el vértice , perforada en dos o tres puntos , y que constituia un viejo instrumento musical : el conocido shofar de la Biblia .
Tampoco los delicados escarabajos sagrados de marfil y de hueso - repletos de inscripciones egipcias - aportaron luz a la investigación.
En cuanto a las estatuillas de bronce , armas , collares y demás abalorios , ni uno solo respondía a lo señalado en el enigma : ni alas , ni plumas , ni números secretos , ni la más remota pista o indicio .
Mi derrota era total .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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