El susto me hizo recapacitar . Tenía que proceder con cautela . En la boca de la segunda galería seguían reinando el silencio y una pastosa penumbra . Encendedor en mano caminé por el centro del túnel . La acusada pendiente resultaba incómoda y , prudentemente , me hice a un lado , pegándome al chorreante e irregular muro de la derecha . Fue una marcha lenta . Expectante . Con la frágil llama azul - amarillenta del mechero explorando cada centímetro cuadrado de piedra . Cada cuatro o cinco pasos cambiaba de pared , repetiendo la minuciosa operación de búsqueda . La abrupta bóveda del subterráneo tampoco revelaba inscripción o indicio alguno .
Sentí frío . La humedad aumentaba . Súbitamente , mientras revisaba uno de los muros a la luz del mechero , creí escuchar algo . Apagué la llama e , inmovil como una estatua , esperé . El corazón había empezado a palpitar con violencia . Pero aquel fugaz y sordo sonido - algo así como un chapoteo - no se repitió . El fondo del pasadizo continuaba en tinieblas . Era difícil precisar sus perfiles y loque pudiera albergar en lo más profundo . No voy a ocultarlo : una familiar sensación de miedo hizo temblar mis rodillas . Y unas frías gotas de sudor resbalaron por mis costados . Peleé conmigo mismo , tratando de razonar . Allí , seguramente , no había nadie . Todo era fruto de la tensión . No salí muy convencido del lance . El instinto - más que la inteligencia - difícilmente se equivoca .
¿ Qué hacía ? ¿ Continuaba avanzando o daba media vuelta , obedeciendo la lógica y natural inclinación a salir de aquel antro ?
Tragué la escasa saliva que me quedaba y , aceptando el imprevisto desafío , caminé sigilosamente , sin despegarme del muro derecho . Esta vez lo hice a oscuras . << Si se trataba de una falsa alarma - razoné con dificultad -, tiempo y oportunidad habría de repasar los paños de tierra que restaban por explorar . >>
Según mis cálculos , llevaba recorridos unos diez o quince metros , ignorando cuánto faltaba para la culminación del túnel .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Sentí frío . La humedad aumentaba . Súbitamente , mientras revisaba uno de los muros a la luz del mechero , creí escuchar algo . Apagué la llama e , inmovil como una estatua , esperé . El corazón había empezado a palpitar con violencia . Pero aquel fugaz y sordo sonido - algo así como un chapoteo - no se repitió . El fondo del pasadizo continuaba en tinieblas . Era difícil precisar sus perfiles y loque pudiera albergar en lo más profundo . No voy a ocultarlo : una familiar sensación de miedo hizo temblar mis rodillas . Y unas frías gotas de sudor resbalaron por mis costados . Peleé conmigo mismo , tratando de razonar . Allí , seguramente , no había nadie . Todo era fruto de la tensión . No salí muy convencido del lance . El instinto - más que la inteligencia - difícilmente se equivoca .
¿ Qué hacía ? ¿ Continuaba avanzando o daba media vuelta , obedeciendo la lógica y natural inclinación a salir de aquel antro ?
Tragué la escasa saliva que me quedaba y , aceptando el imprevisto desafío , caminé sigilosamente , sin despegarme del muro derecho . Esta vez lo hice a oscuras . << Si se trataba de una falsa alarma - razoné con dificultad -, tiempo y oportunidad habría de repasar los paños de tierra que restaban por explorar . >>
Según mis cálculos , llevaba recorridos unos diez o quince metros , ignorando cuánto faltaba para la culminación del túnel .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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