Solimán esperaba que me deshiciera en preguntas . ¿ Dónde , cómo , cuándo había localizado aquellas imágenes ? Aunque en mi mente rondanban estas y otras cuestiones , me limité a devorar en silencio las caras de la vieja y deteriorada moneda . En especial , la situada a la izquierda de la postal . Y los minutos volaron . Al fin , cortés pero firme , mi acompañante interrumpría mis divagaciones mentales . Atardecía y , con razón , me preguntó cuáles eran mis intenciones .
- Sí , claro - acerté a balbucir -. Un momento , por favor .
Retorné al museo y , postal en mano , rogué al funcionario que me mostrara la totalidad de las tarjetas , folletos y documentación a la venta . No había gran cosa . Amén de la que ya poseía - adquirida allí mismo por el árabe -, el resto del material no respondía a mis inquietudes . En consecuencia , aquél era el único << testimonio alado >> existente en el tell de Hazor . Quería , necesitaba , un m´ximo de seguridad antes de reanudar las investigaciones .
Mientras salía al encuentro del Mercedes y de Solimán - seguramente a raiz del cansancio acumulado - tomé la decisión de zanjar nuestra visita a Hazor . Mi cuerpo y espíritu reclamanab un poco de sosiego y una interminable ducha . Después , en el silencio de mi habitación en el hotel , ya veriamos .
El guía recibió con satisfacción la orden de regresar a Nazaret . En realidad , poco o nada quedaba por preguntar respeto a la oportuna postal . Carecía de sentido que le pusiera al corriente de mi objetivo final . Así que , salvo algunos parcos , esporádicos e intrascendentes comentarios , me encerré en un mutismo total . Solimán , respetuoso , no insistiría en la historia del tesoro ni en las cábalas que , evidentemente , me traía entre manos .
Nos despedimos entrada la noche . El buen hombre , que parecía haberme tomado cariño , se deshizo en sabios consejos , ofreciéndome la hospitalidad de su hogar y haciéndome prometer que le llamaría y contrataría para futuras incursiones por Galilea .
.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Sí , claro - acerté a balbucir -. Un momento , por favor .
Retorné al museo y , postal en mano , rogué al funcionario que me mostrara la totalidad de las tarjetas , folletos y documentación a la venta . No había gran cosa . Amén de la que ya poseía - adquirida allí mismo por el árabe -, el resto del material no respondía a mis inquietudes . En consecuencia , aquél era el único << testimonio alado >> existente en el tell de Hazor . Quería , necesitaba , un m´ximo de seguridad antes de reanudar las investigaciones .
Mientras salía al encuentro del Mercedes y de Solimán - seguramente a raiz del cansancio acumulado - tomé la decisión de zanjar nuestra visita a Hazor . Mi cuerpo y espíritu reclamanab un poco de sosiego y una interminable ducha . Después , en el silencio de mi habitación en el hotel , ya veriamos .
El guía recibió con satisfacción la orden de regresar a Nazaret . En realidad , poco o nada quedaba por preguntar respeto a la oportuna postal . Carecía de sentido que le pusiera al corriente de mi objetivo final . Así que , salvo algunos parcos , esporádicos e intrascendentes comentarios , me encerré en un mutismo total . Solimán , respetuoso , no insistiría en la historia del tesoro ni en las cábalas que , evidentemente , me traía entre manos .
Nos despedimos entrada la noche . El buen hombre , que parecía haberme tomado cariño , se deshizo en sabios consejos , ofreciéndome la hospitalidad de su hogar y haciéndome prometer que le llamaría y contrataría para futuras incursiones por Galilea .
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Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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