domingo, 11 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel ( 32 )

Unos boquetes  que las ratas se habían encargado de ensanchar , acondicionándolos como madrigueras . El crepitar del fuego , chamuscándome los dedos  , me hizo reaccionar . Las brasas escaparon de mi mano y el silencio , las tinieblas y la desolación se abatieron sobre mi . Por un instante había olvidado dónde me hallaba  . El sentimiento de frustación era total .
¡ Qué estupidez la mía !
Ya sólo cabía volver . Deshacer lo andado . Antes , claro , era preciso salvar aquella veintena  de metros , sobre unos maderos semipodridos  , resbaladizos e infectados de ratas...
La sensación de inutilidad fue tan profunda  que - digo yo - durante los primeros  minutos eclipsó al miedo . Maquinalmente  desgajé las postreras hojas del cuaderno , incendiándolas . La fortuna no estaba de mi lado . Al tantear en el pantalón , con el fin de guardar el mechero , éste se escurrió entre los mojados dedos , cayendo a la ciénaga .
<< ¡ Mierda ! >>
Fue la gota que colmó mi indignación . ¿ Cómo iba a cruzar la estructura de madera ? Sin la protección del fuego , la manada de roedores podía abalanzarse sobre mí ... Y un copioso sudor bañó mis sienes . Contemplé  la oscilate llama como hipnotizado . Apenas si tenía antorcha  para uno o dos minutos  . Sin embargo , el galopante miedo vino a sacudirme y a sacufir mi exhausto cerebro .
Aún quedaban hojas en el cuaderno de << campo >> . Pero ésas - repletas de anotaciones - eran sagradas . Pensé en sacrificar la cazadora o la camisa .... Afortunadamente reparé en otro elemento , de más fácil y cómodo manejo . Trasladé la tea a la mano izquierda  y , sin pérdida de tiempo , me apoderé de uno de los rollos  de película . Atrapé la cola entre los dientes y tiré del chasis . Al segundo golpe , el metro y medio de negativo quedó al descubierto , culebreando entre las piernas .
Debía trabajar con precisión . Sin demoras . Caminé hasta el poste vertical más cercano y , antes de que la endebvle antorcha se agotara , envolví chasis y película en las agonizantes llamas . El velado ri-X se retorció , desprendiento un penetrante e intoxicante olor.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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