viernes, 9 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor por encontrar el Diario del Mayor - Israel ( 24 )

El terreno , al filo de los peldaños de basalto , eran fangosos . A derecha e izquierda  , hundidos en el barro , se levantaban los primeros puntales de madera . Mi propósito era trepar por ellos  y , con toda precaución del mundo , deslizarme sobre los travesaños  hasta el final de los mismos  . En aquellos agitados instantes no vi una fórmula mejor para salvar la charca .
Mis manos se humedecieron al palpar los maderos  de la izquierda . << Mal asunto >> sentencié  . A la luz del mechero inspecioné las bases  . Se hallaban deterioradas . Era de esperar . Aquel armazón , dispuesto por los hombres de Yadin , venía soportando un desgaste de treinta años  . La humedad de la cisterna  , implacable  , lo había corrompido todo o casi todo . Examiné  los clavos que soldaban los palos horizontales  a los verticales . La mayor parte  - corroíada por el óxido - no ofrecía  mucha seguridad . ¿ Resistirían mi peso ? Decidí verificarlo . Me apoyé con ambas manos  sobre el travesaño más bajo , situado a cosa de ochenta centímetros  del terreno , propinándole  varios e inmesericordiosos empellones . La estructura  se resintió , crijiendo amenazadora . Fue un aviso . Pero no todo terminó ahí . Amén de patinar  peligrosamente  sobre la curvatura  del madero . al tercer o cuarto << embate >> escuché un nuevo << plof >> . Esta vez , a mi derecha  y muy próximo . Me revolví frenético . La única respuesta  fue otra cansina serie de ondas circulares  avanzando hacia mis pies y el silencio . Un silencio que secó mi garganta  . El irritante misterio de aquellos golpes empezaba a encolerizarme  . Descendí hasta el último de los escalones  y , en cuclillas , acerqué la llama a las aguas . Fue inútil . La negrura era impenetrable  . Agité la superficie  con la mano izquierda y , al acercar los dedos  a la nariz , un agudo olor a podrido me echó para atras  . Permanecí pensativo y expectante  , bregando con la oscuridad . Al poco , por mi izquierda , junto a uno de los postes ubicado a metro y medio , emergieron varias burbujas . Sentí como los vellos  de la nuca se erizaban . No tuve valor para moverme  . Aquellas burbujas , las únicas que había observado desde que llegara a la cisterna  , confirmaron mis inciales sospechas . Allí abajo habitaba o se movía algo ... Segundos despues otro burbujeo , más intenso , delató la presencia del supuesto animal junto a la base del poste contiguo . Parecía alejarse hacia el interior de la charca  . Temblando de miedo , hecho un ovillo sobre el húmedo peldaño , fui abriendo la cremallera de la bolsa , tanteando las máquinas . Si << aquello >> - lo que fuera - asomaba entre las aguas , un oportuno flashazo me permitiría fotografiarlo y dejarlo temporalmente ciego.... En caso de peligro , esa ceguera jugaría a mi favor.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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